miércoles, 7 de enero de 2015

Excursión 215: Integral Sierra de Hoyo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Hoyo de Manzanares
Final: Hoyo de Manzanares
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  17,2 Km
Desnivel [+]: 753 m
Desnivel [--]: 767 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 

Ciclable: No
Valoración: 4,4
Participantes: 21

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Vaya papelón que me han pasado ciertos ma……….nes, digo elementos, para realizar la crónica de la pasada marcha senderista –ya lo pagaréis, piratas--. Quienes, aprovechando una inocente expresión, totalmente caballerosa, de “machistas”, me colocaron el trabajo. Mi intención era trasladar el “pastel” a la única “dama/fémina” valiente, María Angeles,  que se había atrevido a disfrutar de esta primera propuesta del año,  primero por la etapa rompepiernas que diseñaron los artistas Paco N y Cristobal L, en los alrededores de Hoyo de Manzanares, y, segundo, por aguantar a todos los “machos” que acudimos a la convocatoria.

Vayamos, pues, a iniciar  el relato: Comenzamos el día con la tradicional convocatoria, a la hora de los toreros, usease, a las 10 horas, en la “plaza” del Ayuntamiento de la villa de Hoyo de Manzanares, y allí acudimos en un día soleado y luminoso y, de momento, con un frío del “carajo”, que se fue mitigando a medida que avanzaba el día y las cuestas…..

Ascendimos, los 21 senderistas ya desde el momento de la salida y sin calentamiento previo, el denominada pico del Picazo, a 1293 metros, de dura subida entre comentarios de unos y otros de a T.P.C. (cómo me educaron en un colegio de pago y soy muy educado, que cada uno se imagine su significado), los polvorones, el turrón, el cordero y todos los excesos cometidos en las fiestas navideñas, que fueron muchos, más de los deseados. Llegamos exhaustos a la cima, hay que tener en cuenta que 20 días de inactividad física se paga, y en ello estábamos. Así que aprovechando el pequeño descanso algunos sacamos el botijo, parte de las viandas y recuperamos el resuello, pero sólo por un instante porque, inmediatamente, Cristóbal, boss ocasional del momento, se puso de nuevo en movimiento diciendo que la “hora del ángelus” no había llegado. 

Y allá nos vamos, de nuevo, a llegar al siguiente pico previsto, el Pico del Estepar, a 1403 metros, pensando que con Antonio “EL BOSS” esto no pasaba, y que estos nuevos “boss” con tal de hacer méritos nos llevan como “pu. por rastrojo”. Pero como lamentarse no sirve de nada, mascullando entre dientes o en voz alta, el derecho o no a cierto descanso, entre otras cosas porque el dirigente va el primero, de guía, y no se entera de nada o no se quiere enterar, y ni siquiera mira hacia atrás,  pues como hormiguitas, en fila india, por el sendero, llegamos a la cima. Y allí sí, dieron las doce,  la una, las dos y las tres, y pudimos rezar el ángelus y sacar oficialmente las primeras viandas y tomar un tentempié que nos supo a gloría.

Después de recuperarnos, brevemente, del esfuerzo realizado hasta ese momento, descendimos un poquito para llegar al llamado Canto Hastial, a 1374 metros,  disfrutando durante el trayecto de unos miradores que nos depararon unas buenas vistas, que hubieran sido magníficas de no ser por la polución que nos impedía ver Madrid, así como de cierta calima producto del anticiclón que estamos padeciendo en los últimos días que nos impedía ver con claridad los pueblos que rodean a la gran urbe. Aún así, como de costumbre, se pudo disfrutar de la visión de toda la sierra madrileña en todo su esplendor.

Ya iba llegando la hora de la comida y se decidió tomarla en la Cascada del Covacho, así que descendiendo llegamos a ella y, curiosamente, llevaba agua porque con la ausencia de precipitaciones era, al menos, extraño. Así que, en un lugar idílico, tranquilo y con el  arrullo del agua, sacamos el “bocata” y nos dispusimos a hacer los honores correspondientes y alguno, no podía ser otro, Marcelo, que acordándose de su amigo Marcos, hasta se permitió el lujo de darse una cabezadita, al sol, como las lagartijas, que le sentó de maravilla, doy fe que le permitió recuperarse de los excesos de la marcha,  que ya eran muchos los kilómetros recorridos.

En eso estábamos,  cuando ya se empezaba a rumorear, un no sé qué, de cortadura de piernas a los organizadores, ya que aún quedaba ascender el Pico de Peñaliendre, a 1204 metros, Estos, con buen criterio, y atendiendo a las “veladas amenazas” que se cernía sobre sus “piernas” decidieron suspender esta última subida e ir directamente al pueblo a degustar el jarrón de cerveza que habíamos encargado esa misma mañana, que nos estaba esperando y que el abuelo, Paco N, tuvo a bien invitarnos en honor del nacimiento de su nieto Ángel, no sin antes recorrer los 4,5 kilómetros  de distancia que nos separaba del pueblo.

Hablando de sicarias, se propone, y se dispone, 4,4 sicarias, por las dificultades orográficas superadas, la fecha tan exigente de la marcha, después de las fiestas navideñas, que más bien parecen un bacanal de comidas y bebidas, en lugar de fiestas puramente religiosas.
Y AMÉN.,
Marcelo

P.D.- Por cierto, aviso a navegantes, para aquellos que se permitan el lujo de cuestionar decisiones de la organización, en la próxima marcha, serán  penados con unos colgajos colgando de los co……, digo contingentes, como sanción por su atrevimiento y para aplacar su “brío”. JAJAJAJAJA

P.D.- Después de realizar esta excursión hemos sido informados de que supuestamente una parte mínima de la ruta, la que transcurre por El Picazo, es por una finca particular. Lo cierto es que en ningún momento tuvimos conciencia de ello, pues no tuvimos que rebasar ninguna valla, ni existe señal o cartel alguno que así lo indicase. Dejamos el aviso para que cada cual obre en consecuencia. 

FOTO REPORTAJES

Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS

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