domingo, 6 de diciembre de 2015

Excursión 269a: Camino Majariego de Santiago. Etapa 5. Añe - Nava de la Asunción

FICHA TÉCNICA
Inicio: Añe
Final: Nava de la Asunción
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  24,6 Km
Desnivel [+]: 189 m
Desnivel [--]: 265 m
Tipo: Sóloida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No

Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 2

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Otra vez han pasado más de dos años desde mis últimos pasos por el Camino. Pero al fin conseguí encontrar tiempo. A esta 5ª etapa, ninguno de los compañeros de senderismo, ni siquiera los segovianos,  podía acompañarme, aunque esta vez Ana sí que pudo hacerlo.

Así que ella y yo solos nos desplazamos hasta Añe, donde había concluido la 4ª etapa. A las 10’30 nos pusimos en marcha por sus calles bajando por un cómodo andadero en busca de la carretera de Armuña.

Por ella y tras cruzar sobre el río Moros caminamos unos dos kilómetros hasta encontrar, bien señalizado, un desvío a la izquierda. Lo tomamos y por un camino agrícola, entre campos de cereales, nos dirigimos directamente a Pinilla-Ambroz.

El paisaje era un tanto monótono y árido, sobre todo en esta época del año en que los campos están completamente secos. Sin nada que reseñar llegamos a Pinilla- Ambroz a las 11’45 donde, cerca de su iglesia,  hicimos, unos minutos después, una paradita para, con agua, galletas y fruta, reponer las energías gastadas en esos primeros 5’950 km.

A las 12’05 retomamos el camino y tras una pequeña loma divisamos ya a lo lejos el pueblo de Santa María la Real de Nieva. El día era espléndido, soleado y no muy caluroso lo que era de agradecer pues el Camino seguía discurriendo por campos de labor. Unas veces más anchos y otras más estrechos, los caminos entre parcelas están muy bien indicados y siempre encontrábamos flechas amarillas que indican la dirección a seguir.

Cruzamos sobre las vías del AVE para entrar en Santa María la Real a las 13’10, habiendo  recorrido ya 11’400 km. Llegamos hasta su plaza Mayor y, dado que era aún pronto para comer, aprovechamos para ver el ayuntamiento y la iglesia con su monumental portada que, junto con el claustro, son Monumento Nacional desde 1920.

En el bar Tangolio, en los soportales del Ayuntamiento, comimos y descansamos un ratito para, a las 14’00, ponernos de nuevo en marcha. Pasamos ante la plaza de toros, construida en 1848 totalmente de pizarra y nos dispusimos a recorrer los escasos 2 kilómetros que nos separaban de Nieva.

La pista de tierra discurre paralela a la carretera y desde ella pudimos ver: a la izquierda el pueblo y su iglesia y a la derecha las bodegas de vino de Nieva (D:O: Rueda). No entramos en el pueblo sino que continuamos por la pista que a la salida del mismo y tras cruzar el seco arroyo Balisa cambia de lado y va por la derecha de la carretera.

Llevamos 15’800 km. caminados y, por fin entramos en los pinares, donde hay un área recreativa con una fuente de agua fresca,  agradeciendo el drástico cambio de paisaje. Es una delicia andar ahora entre la sombra de los pinos. Aunque no es la época de que los pinos rezumen resina, se ve que este pinar está muy dedicado y desde hace mucho tiempo a la explotación resinera.

En medio del pinar nos encontramos con que unos peregrinos que nos preceden han escrito con palitos en el suelo la fecha de hoy junto a un banco en el que descansamos unos minutos (de 15’15 a 15’25). Llevábamos ya 18’800 km. en nuestras piernas.

Permitirme que ahora vuelva sobre el tema de los mojones que ya mencioné en la crónica de la 4ª etapa. No sé por qué razón no existen mojones cada kilómetro y los que hay, que no son muchos, no reflejan las distancias reales recorridas. Además sólo quedan los que terminan en siete. Espero que alguna vez me entere de las causas. De cualquier forma cada vez que se encuentra uno es un empujón moral que recibe el peregrino.

Terminada esta digresión retomo la narración de la etapa. Seguimos caminando por los pinares hasta que nos cerró el paso una valla que protegía una cantera, seguramente creada para las obras del AVE. Esto nos obligó a desviarnos a la derecha y rodearla dejándola a nuestra derecha.

Cuando terminó la valla no encontrábamos ninguna flecha amarilla de las que no habíamos andado faltos en toda la etapa. Recordé que unos metros antes nos habíamos cruzado con un jinete cabalgando a nuestra derecha e hice una descubierta encontrándome, ¡oh sorpresa!, con una pista recta y muy bien compactada. Era la vía verde del valle del Eresma. En la cuarta etapa ya habíamos recorrido unos kilómetros por ella aunque entonces se encontraba en obras.

Aprovecha la plataforma del antiguo ferrocarril Segovia-Medina del Campo que dejó de prestar servicio en 1993, se desmanteló completamente en 2007 y ha sido ahora transformado en esta vía verde del valle del Eresma. Eran las 16’15 y mi GPS indicaba que iba en dirección recta hacia nuestro destino así que, sin buscar más, comenzamos a andar por ella. Llevábamos 22’200 km. y nos quedaban algo más de 3’500 km.

La vía verde era cómoda de andar y en sus primeros metros seguía estando dentro del pinar dejándonos ver al fondo de la larguísima recta las casas de Nava de la Asunción. Sin embargo llegó un momento en que se acabó el pinar y salimos de nuevo a pleno sol. 

A todo esto no vimos ya ninguna flecha amarilla lo que nos indicaba que la alternativa con ser más directa no era en realidad el Camino. Claro que antes por donde nosotros andábamos estaban las vías del tren. Un km antes de llegar a Nava nos desviamos a la izquierda para acceder más directamente a nuestra meta.

Entramos en Nava de la Asunción por la calle Segovia, cruzamos la calle Camino de Santiago (que nos dio una pista de por donde antaño entraban los peregrinos) y llegamos al parquecito al otro lado del cual se encontraba el hotel donde íbamos a pasar la noche. ¡Estupendo esto de llegar directamente al “albergue”!.

Ana y yo cansados pero contentísimos de haber concluido la etapa nos hicimos la última foto del día. Eran las 17’10.

Habíamos empleado 6 horas y 40 minutos en recorrer unos 25 kilómetros. De ellas, 5 horas y 35 minutos fueron de andadura.

Ducha, reposo, cena y alojamiento en el hotel con la satisfacción de estar un poco más cerca de Santiago. Hasta la sexta etapa, calificamos esta excursión con 4,5 sicarias.
José María

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