miércoles, 9 de enero de 2019

Excursión 442: Sabinar y Acebal de Prádena

FICHA TÉCNICA
Inicio: Los Bardales. Prádena 

Final: Los Bardales. Prádena
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 20,6 Km
Desnivel [+]: 795 m
Desnivel [--]: 795 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4,5
Participantes: 37

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
El acebo –ilex aquifolium- es una planta originaria de China que, en forma de arbusto o de árbol, puede llegar a alcanzar hasta los 8 o 15 metros de altura. y vivir cientos de años. Le gusta las zonas umbrías y las laderas septentrionales de las montañas en las que se le puede localizar hasta, como mucho, los 1.600 metros de altitud.

Desplazó al muérdago como tradición decorativa navideña al ser más vistoso que éste y carecer de las connotaciones paganas y mágicas que se le atribuían al otro.

Por otra parte, el sabinar es, por lo general, un árbol pequeño, caducifolios de 10 a 20 metros de altura, aunque algunas variedades no pasan de ser arbustos. Son endémicos de regiones frías y templadas, del hemisferio norte, se encuentra en bosques y setos, de las sierras de la mitad norte.

Habitan en altitudes de hasta los 2.000 metros, resistiendo bajas temperaturas, en bosque de haya, roble y abeto. Viven tanto a pleno sol como bajo la semisombra de otros árboles.

Y lo que no es muy común, es verlos compartiendo espacio como es el caso del Sabinar y Acebal de Prádena, a donde nos desplazamos en esta excursión para disfrutar de ambos espectáculos.

Tras aparcar en el área recreativa de El Bardal, junto a la carretera N-110 que bordea Prádena, iniciamos la ruta ascendiendo por la primera pista de tierra que sale a mano izquierda del aparcamiento, paralela al arroyo del Cuarto Perdido. 

A unos 700 metros del inicio, seguimos el camino que sale a la derecha, pasando un portón, señalizado como "Acebeda" y que asciende bruscamente por la ladera. Al llegar al alto tomamos una rodera a la izquierda y cruzamos la Cañada Real Soriana Occidental, que por aquí faldea la sierra segoviana, para inmediatamente pasar el muro de piedra por una puerta. 

Toda la zona está salpicada de monumentales robles desmochados y sabinas de portes muchas veces centenarios, ejemplares mastodónticos que bastarían, por si solos, para reclamar mucha más atención de la que tienen si no fuera porque la presencia del acebal les roba todo el protagonismo mediático. 

Subimos un poco más y nos desviamos a la izquierda hacia la finca Cuarto Perdido, donde se encuentra la mancha de acebos más extensa del Sistema Central. Son unas 60 hectáreas de lustrosos y rabiosos verdes oscuros, entrelazados por el rojo de sus frutos, que ahora estaban en todo su apogeo.

Sus hojas, pinchudas y lustrosas como las de ningún otro árbol de por aquí, recuerdan en algo a las de la encina. Por eso recibió el mismo nombre –ilex– con el que los romanos llamaban a ésta.

Lo recorremos de sur a norte y después bordeamos su cara oeste, para salir por un humedal medio congelado entre helechos secos, para continuar subiendo por la falda de la sierra hasta las inmediaciones de un abrevadero y a un monolito de piedra, desde el que nos asomamos a la provincia segoviana en un impresionante balcón natural. Junto a un depósito de agua cercano nos tomamos el tentempié de media mañana.

Tras el descanso, seguimos ascendiendo por una pista que realiza un par de zetas, pasando junto a unos abrevaderos con el agua medio congelada, cruzamos un arroyo y nos internamos en un pinar de postal navideña, al que parecía habían espolvoreado de blanco, tal era la impresión que la cencellada había dejado en sus hojas.

La pista continua su ascenso serpenteante hasta alcanzar el puerto de la Acebeda, donde nos reagrupamos antes de proseguir por la cuerda carpetana hacia Peña Quemada, dejando la congelada cerca de alambre a nuestra izquierda.

Recorridos 2,4 km, alcanzamos los 1.833 metros del vértice geodésico de Peña Quemada, donde fue preceptivo hacernos las fotos de rigor, conmemorativos de haber alcanzado la mayor altura del día. Desde aquí, solo quedaba regresar, descendiendo para ello al puerto de Peña Quemada, donde dejamos la cuerda descendiendo por la pista que nos sale a la derecha hacia el valle.

Acortando en lo posible, campo a través, las zetas de la pista, paramos en una de ellas a tomarnos los bocadillos, para seguir descendiendo por la zona conocida como Los Tejos, cruzamos el arroyo de la Mostajera y de los Poyales, donde el agua había esculpido figuras curiosas de hielo.

Dejamos la pista y seguimos una senda poco marcada que entre robles desciende por las Horcajadillas, cruza el arroyo de los Poyales, se interna en un pinar, cruza la Cañada Real Soriana Occidental y cruza el arroyo de Carramingo antes de llegar de nuevo al área recreativa de los Bardales, donde finalizamos esta bonita ruta.

Las cañas de celebración nos las tomamos en un bar de Prádena, que ayudaron además a redondear la nota de la excursión a 4,5.
Paco Nieto

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