miércoles, 27 de marzo de 2019

Excursión 457: El Bambi de la Fuenfría

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cercedilla
Final: Cercedilla
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 18 Km
Desnivel [+]: 825 m
Desnivel [--]: 825 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 36

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
En esta ocasión, la cita era al lado de la estación de Cercedilla, una magnífica oportunidad para poder llegar mediante transporte público. Aunque más de uno lo pensó, creo que al final solo Antonio V. aprovechó el tren para disfrutar de su reciente regalo de cumpleaños, el último libro de Kilian Jornet, que durante el aperitivo nos relataba con emoción.

Primera excursión de la recién estrenada primavera. En los días anteriores, el tiempo había estado un tanto atolondrado, con vientos y fríos nocturnos, así que a uno le saltaban las dudas de qué vestuario llevar; al final resultó un espectacular día primaveral que invitaba a ir ligerito de ropa, pero sin exagerar.

Nos juntamos un buen puñado de excursionista para comenzar la ruta, 36 en total. Esta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, comenzamos a subir por la parte oeste del valle de la Fuenfria con el fin de realizar una ruta circular en sentido horario.

Una subida animada y divertida nos llevó a alcanzar pronto el cerro del Reajo Alto, excelente mirador con vistas excepcionales, absolutamente rodeados de una espectacular masa forestal, solo mirando hacia el este. En la cumbre de la Bola del Mundo podíamos divisar unos pequeños neveros, síntoma de que las huellas del invierno este año ya tocan a su fin si no nieva más.

Siguiendo la ruta prevista y coincidiendo con la hora del aperitivo, alcanzamos la gran roca grabada con la figura de un cervatillo que recuerda a Bambi, lugar que aprovechamos para hacer la foto de grupo, después de habernos relajado charlando y disfrutando del tentempié.

Puestos de nuevo en marcha, pronto alcanzamos el collado de Cerro Malejo, tras una buena trepada y, enseguida el de Marichiva, al que llegamos un poco antes de la habitual hora de comer, dado que Antonio decidió que no subiríamos a la peña Bercial.

Relajados, aprovechamos para saborear nuestro habitual bocadillo montañero, dando tiempo a unos a echar una sabrosa cabezadita después de comer, y a otros a jugar y disfrutar como niños con los únicos restos de nieve que encontramos en todo el recorrido.

Nos sorprende la gran cantidad de agradables caminos y sendas de montaña por el medio del gran bosque de pinos que cubren todo el valle de la Fuenfría, majestuosos ejemplares de pino silvestre o albar, altos y esbeltos con su corteza pardorojiza, todo un artista de la exfoliación. Eso sí, hay que tener cuidado con no pisar sobre sus pequeñas piñas o estróbilos, que por su fácil rodar, algunos sustos en más de una ocasión nos dan.

Ya de vuelta por la parte central del valle, pasamos junto al histórico Albergue de Peñalara, hoy día abandonado a su suerte. Continuamos por un agradable tramo de senda de ribera, con variedad de arboles, bordeando alguno de los varios arroyos que, entre puentes y saltos de agua, van a conformar el río de la Venta, que baja a Cercedilla camino de casa Cirilo, lugar que manteníamos en cuarentena, desde una pretérita excursión a cuenta de unos caldos. En esta ocasión el trato fue muy grato, así como el disfrute de las cervezas en su terraza.

Tenemos que agradecer la invitación de la consumición a la celebración de múltiples cumpleaños de nuestros compañeros. Después de todo ello, consideramos que casa Cirilo pasa a quedar rehabilitada como sitio amigo para nuestro grupo.

Para finalizar la ruta, todavía nos quedaban unos pocos kilómetros de bajada hasta Cercedilla, los que hicimos por una agradable senda al este de la carretera de subida, que se inicia junto a la fuente del Tercer retén y que al poco enlaza con el Camino del Agua.

Ya cerca de llegar al aparcamiento, y después de pasar la vía del tren, pasamos delante del taller/exposición de Mercedes, con sus elegantes diseños de distintas épocas.

Antes de montarnos en los coches, y al tratar de hacer unos intentos de estirar (eso tan recomendado y que tan poco hacemos), uno no puede por menos que reconocer nuestra singular evolución en pies y piernas, que se supone ocurrió hace unos millones de años y que, a diferencia de otros simios, nos facilita caminar erguidos recorriendo y contemplando tan magníficos lugares.

Fantástica excursión, la calificamos con cinco sicarias.
Ángel R. Otero

FOTO REPORTAJES

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