miércoles, 3 de abril de 2019

Excursión 458: Los Cuatro Cestos de la Pedriza

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 9,2 Km
Desnivel [+]: 691 m
Desnivel [--]: 691 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 24

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc


RESUMEN
Voy a intentar hacer una pequeña narración, a lo acontecido en la ruta realizada el 3 de abril a "Los Cuatro Cestos de la Pedriza" dado que a la tercera va la vencida y me ha tocado.

Empezaré diciendo que particularmente la Pedriza me tiene enamorado, cualquier ruta por estos parajes me apasiona. Comenzamos la andada desde el aparcamiento de Canto Cochino, equipados y con ganas de una buena marcha en grupo, éramos 24. Ya en los primeros metros, la cosa empezó a tener su cachondeo, por la subida que hacíamos entre jaras que se empinaba un poco, bueno solo fue un momento ya que todos teníamos ganas de hacer una buena ruta.

Dejamos la ribera del arroyo de la Dehesilla atrás, y atravesamos un buen pinar, saliendo del mismo nos detuvimos a tomar un "piscolabis". A partir de aquí la cosa se empezó a ponerse algo más seria ya que seguíamos subiendo entre grandes rocas.

De los perros que iban en el grupo a "Vito" le venia un poco largo treparlas por lo que se decidió que unos nos quedamos con Vito y Twiter, los perros grandes, y los demás siguieron hasta el destino final "los Cestos". 

Volvimos hacia atrás con los animales, y cuando parecía que íbamos hacia el río para volver a los coches, nuestro "Sherpa", ya que que el otro siguió con el grupo grande, decidió que fuéramos hacia "el Platillo Volante" y al llegar comentó, "pos ya que" estamos aquí, por que no vamos a "La Calavera" y después seguimos hacia el "El Pájaro", total que pensando que íbamos a hacer poco resultó ser una gran marcha, bastante conjuntada por sus bajadas y subidas. 

Tengo que decir también a favor de "Vito" que en la parte final se animó y subió y bajoó estupendamente ya que el otro, "Twiter", iba sobrado. La idea era juntarnos todos en el aparcamiento pero ya por walking se habló de que llegaríamos más tarde y que el grupo grande pusiera rumbo hacia el lugar de refrigerio.
Francisco Peña

Cerca del Canto Cochino
donde el aire era sutil,
en horario matutino
nos reunimos bajo un pino
un miércoles tres de abril.
¡En marcha! nos dijo Antonio,
y emprendimos la carrera
-de esto doy mi testimonio-
como si nos persiguiera
el mismísimo Demonio.
Tras el primer desarrollo
entre tanta hoja caduca
por el margen del arroyo,
no nos resultó mal rollo
llegar a Prado Peluca,
y en aquel anfiteatro
de piedra y asimetría
pudimos los veinticuatro
observar cuanta agonía
nos quedaba todavía.



Poco a poco la llanura
se tornó en piedra y locura;
los fugaces se marcharon,
los perros se acojonaron,
llegó el punto de ruptura
en que perros, amos y otros
en vista de la pendiente
se fugaron hábilmente
dejándonos a nosotros
desinteresadamente.


Pero los perros, no todos,
se amilanan con las peñas;
Teo buscando acomodos
escalaba los recodos
de las piedras madrileñas,
y entre piedras caballeras
Buitreras a la derecha,
a la izquierda las Oseras,
ascendía la perra Mecha
como si hubiera escaleras.



Tanto la cuesta crecía
que Molero me decía:
"Con tu excursión me disturbas"
porque en OruxMaps las curvas
de nivel juntas veía.
Tras cuantiosos resoplidos
senderomagos sufridos
nos quedamos como bobos
y algo cariacontecidos
bajo el Puente de los Lobos.


Poco queda ya por estos
caminos de Navajuelos
vemos ya los Cuatro Cestos,
¡Por fin la llegada! ¡Cielos,
no más ascensos funestos!
Pero al llegar a la cumbre
nos sorprendió un viento helado
solamente remediado

por el calor de una lumbre
o un buen caldo de estofado.
Y decidimos al punto
meternos al Laberinto,
que al mirar al sol -barrunto-
es un cálido recinto.
¡Así se zanjó el asunto!


Todo lo que antes subimos
los humanos y los canes
esta vez lo descendimos,
y entre piedras recorrimos
bajadas y toboganes
hasta llegar al vivac
de Cinco Estrellas llamado.


Bien nos hubiera agradado
una copa de coñac
además de un buen asado,
mas solo nos contentamos
con bocata que tomamos
a palo seco ¡Pardiez!
No hubo bota, y esperamos
que no nos pase otra vez.


Buscando nuestro camino
para salir del recinto
pasamos el Capuchino,
y encontramos con atino
la Puerta del Laberinto.
Bajar, bajar y bajar
¡Madre mía, esto es el colmo!


Poco debía de quedar
para poder arribar
a la gran piedra del Tolmo
desde donde solamente
siguiendo por La Autopista
esta excursión deportista
finalizó fácilmente
con los coches a la vista.
Mas, no habíamos terminado:

Para tomar la cerveza,
un poco con extrañeza
fuimos todos con agrado
al hogar del jubilado.


Y ahora sin más dilación,
terminada la excursión,
por motivaciones varias
doy de calificación
cuatro con cinco sicarias.
Paco Cantos

FOTO REPORTAJES

No hay comentarios:

Publicar un comentario