* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
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RESUMEN
Algunos senderomagos en el Puerto de Cotos esperan a que regresen los que han bajado a dejar coches en Rascafría, ya que la ruta es lineal y había que combinar coches. Unas vacas nos acompañaban en la espera.
Una vez reunidos los 31 participantes comenzamos a andar siguiendo a Paco N. por un sendero, que entre pinos, va paralelo a la carretera de Valdesquí. Es un nuevo sendero para el GMSMA que termina en la pradera del Pingarrón.
Dejando a lo lejos el refugio del Pingarrón a nuestra izquierda, bajamos al arroyo de las Guarramillas, cuyas aguas nos van a acompañar toda la excursión. Bien es verdad que cambiando sucesivamente de nombre hasta dar origen al río Lozoya.
Unos metros más allá en un magnífico mirador sobre el valle de la Angostura hicimos la foto de grupo.
El arroyo de las Cerradillas al juntarse con el de las Guarramillas y el de la Laguna Grande da origen al Arroyo de la Angostura. Yo me di cuenta allí que tengo “alma de río” pues me gusta caminar siempre cuesta abajo. ¿Alguien ha visto un río subiendo la ladera de la montaña?
En los márgenes de la pista habían brotado muchos pinos jóvenes. Dejamos atrás el puente de los Pontones y, para hacer más aventurera la excursión tomamos una estrecha senda paralela y cercana al arroyo. Más complicada, pero más divertida que la pista de arriba.
El rumor de las aguas nos acompañaba y también el canto de las muchas cascaditas de la zona. Continuamos por el sendero junto al arroyo y por la sombra. Vimos algunos acebos de buen porte con enormes y puntiagudas hojas.
Después de comer seguimos por el sendero, junto al arroyo. El verdor de los helechos brillando bajo el sol era realmente bonito y refrescante. Alcanzamos la Poza de la Angostura donde en otras ocasiones hemos parado y nos hemos refrescado. Proseguimos a buen ritmo.
Un poco más abajo, pasamos junto al bonito puente de la Angostura, De piedra, salva el estrecho que da nombre al valle y es uno de los más hermosos de toda la Sierra.
Continuando el descenso, por una bonita senda que entre pinos, helechos y acebos alcanza el embalse que forma la Presa del Pradillo, un largo muro construido para derivar el agua a la fábrica de la luz, la primera en abastecer a Rascafría.
Aguas abajo, llegamos a la vieja central eléctrica en desuso, con su tubería de alimentación rota. Siguiendo un sendero paralelo al arroyo, atravesamos las piedras que son el lecho del cauce del Arroyo Aguilón que viene de las Cascadas del Purgatorio y que ahora estaba completamente seco.
Aquí, cuando se unen el arroyo de la Angostura y el Aguilón comienza el Río Lozoya.
Siguiendo junto ahora río, llagamos a las Presillas, donde sigue prohibido el baño aunque, sin embargo, había alguno en el agua (y no eran peces). Al comienzo del área recreativa de Las Presillas la vanguardia del grupo siguió a Antonio, pero parece que la retaguardia siguió a Paco N. por el recorrido más clásico, por el bosque de los finlandeses. E incluso algunos atrevidos tomaron Coca-cola y cerveza en el quiosco. A pesar de las indicaciones de Nicolás y su cara de deseo de cervecita lo que "el boss" indicó a su grupo fue esto: seguir en dirección a Rascafría. Cruzamos un puente sobre el Río Lozoya y ya llegamos a las primeras casas de Rascafría.
En el pilón que hay junto al arroyo del Artiñuelo nos refrescamos después de 17'810 km. y antes de subir a los coches que nos devolvieron al aparcamiento del Puerto de Cotos, donde las vacas a esa hora eran dueñas y señoras.
Una ruta muy divertida y, que pese a “alma de río” no puedo calificar con 5 sicarias ya que me faltaron las cervecitas en Las Presillas y el paseo finlandés. Así que se queda con 4’5.
José María Pérez
FOTO REPORTAJES