domingo, 21 de julio de 2024

Excursión 790: Nocturna con luna llena al Cerro del Castillo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Collado Mediano
Final: Collado Mediano
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,3 Km 
Desnivel [+]: 568 m 
Desnivel [--]: 568 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 23

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














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RESUMEN
Me llamó Paco Nieto para ver qué me parecía subir al Cerro del Castillo con luna llena desde mi pueblo, Collado Mediano, y como no podía ser de otra forma, me encantó la idea.

No siempre se puede hacer una ruta saliendo de la puerta de tu casa, ni recorrer con tus amigos aquello que mejor conoces.

Me acerqué al aparcamiento de la entrada al pueblo, junto a la rotonda de la bandera y a la sombra del Castaño de Indias de Collado Mediano, árbol singular nº 271 de la Comunidad de Madrid, con una altura de 21 metros, un árbol majestuoso y emblemático, conocido por su gran antigüedad y belleza, es un símbolo de la naturaleza persistente y robusta, ofreciendo una sombra refrescante en verano y un espectáculo de colores en otoño.

Cuando estuvimos todos, echamos a andar camino de la parroquia de San Ildefonso, la bonita iglesia a cuyos pies nos hicimos la foto de grupo con los 23 participantes de hoy, 8 mujeres, 9 hombres, 4 niños y 2 niñas, en parte gracias a la amplia aportación de la familia y amigos de Carlos M.

Callejeando cuesta arriba, iniciamos la subida al Cerro del Castillo por su lado sur, enseguida alcanzamos la avenida del Pinar, por la que continuamos hasta llegar al depósito de agua.

Desde allí, seguimos por un sendero con tramos escalonados que nos llevaron a La Cobañera, un monumento natural en forma de pequeña cueva, conocida por sus excelentes vistas panorámicas y su importancia histórica y geográfica, que es todo un símbolo del pueblo, forma parte de su escudo.

Junto al conglomerado rocoso hay un excelente mirador del valle que tiene a sus pies, desde el que se divisa el Monte Abantos, el Monte Redondo y las Machotas.

Al alcanzar la pista que circunda la ladera del Cerro del Castillo, pensaba que Paco nos llevaría por el camino más tradicional para subir a la cumbre, pero nos dirigió directos hacia ella por un sendero a la sombra, algo agreste, por el que no había pasado nunca, justo en el límite con la parte devastada por el incendio del verano de 2022.

Un incendio que arrasaba la cara sur del Cerro del Castillo, y que acababa con cerca de 70 hectáreas de vegetación. Todavía quedan algunos troncos calcinados, testigos de la tragedia.

Superada la exigente cuesta, alcanzamos la Pradera del Collado, donde comenzamos a disfrutar de la puesta de sol, que comenzaba a ocultarse entre La Peñota y el Puerto del León, un magnífico espectáculo que disfrutamos aún más desde lo más alto del Cerro del Castillo, al que llegamos tras acercarnos a visitar el mirador en el que antes había una plataforma metálica, que se derrumbó y ahora yace tristemente tirada bajo las rocas, afeando el paisaje.

Contemplando el lento desvanecimiento del sol entre las montañas, tiñendo de rojo el horizonte, nos tomamos los bocadillos encaramados a las rocas de la cumbre, situada a 1341 metros de altura, mientras contemplábamos las impresionantes vistas del Cerro de San Pedro, el embalse de Santillana, la Pedriza con el Yelmo, la Maliciosa, el Puerto de Navacerrada, Siete Picos, Montón de Trigo, Peña del Águila, La Peñota, Cabeza Líjar, Cueva Valiente, Abantos, las Machotas y toda la planicie madrileña. Todo un espectáculo.

Apenas terminamos de contemplar el dorado ocaso por el oeste, tuvimos que girarnos hacia el sureste porque comenzaba a salir la luna llena por el Cerro del Telégrafo, con la Sierra de Hoyo de fondo, un privilegio que disfrutamos entusiasmados, sobre todo los niños, fue un momento precioso.

Desde un promontorio rocoso estuvimos un buen rato contemplando el lento ascenso de la luna, de color rojo al principio, pero que conforme ganaba altura iba blanqueando su redonda cara.

Tras las innumerables fotos, que nunca llegarán a plasmar la grandiosidad de tan mágica escena, comenzamos el descenso por la cara este de la sierra.

Una serpenteante procesión de luces recorrió la cresta, con estupendas vistas del embalse de Navacerrada y un rosario de luces de su pueblo, y por un estrecho sendero encajonado entre el seco matorral bajamos hasta bordear las antenas de Telefónica hasta alcanzar la urbanización Virgen de la Paloma.

En este punto, el grupo se dividió en dos, una parte regresó al pueblo de Collado Mediano por La Cobañera y pasada la media noche llegaron al pueblo.

El resto subimos a Cabeza Mediana, coloquialmente conocido como el Cerro del Telégrafo, pasando por la urbanización de Parque Collado.

Subimos por una amplia senda la ladera de Monteredondo hasta alcanzar la pista que conduce a la cima de Cabeza Mediana.

El vértice geodésico que señalizaba los 1331 metros de altura que tiene este romo cerro, se encuentra partido y tirado en el suelo, una pena. Desde aquí, pudimos apreciar las preciosas vistas nocturnas de los pueblos de la zona y del telégrafo ópticouna estructura histórica utilizada en el siglo XIX para la comunicación rápida mediante señales visuales.

Construido hacia 1846, al estilo del francés ideado por Claude Chappe en 1791, dotado de grandes brazos articulados y una bola, que según su disposición hacían referencia a los distintos fonemas, con los que se enviaban los mensajes cifrados de una torre a otra

Finalmente, descendimos hasta Collado Mediano por el camino de las Canteras, con bonitas vistas de Madrid y pueblos colindantes. Cruzamos la carretera M-601 y concluyendo la ruta a las dos y media de la madrugada.

Fue una excursión memorable que combinó naturaleza, historia y camaradería bajo la luz de la luna llena.

Por lo bonito de la puesta de sol y la luna llena recorriendo los alrededores de mi pueblo, le doy un 4.
Pepa Santos

miércoles, 17 de julio de 2024

Excursión 789: Las Presillas y Valle del Lozoya

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Isla. Rascafría 
Final: La Isla. Rascafría
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13 Km 
Desnivel [+]: 205 m 
Desnivel [--]: 205 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 10

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* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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RESUMEN
Como la semana pasada, el aparcamiento de Los Claveles en Rascafría fue el lugar de encuentro. Con la guía, de Paco Nieto esta vez, formamos un grupo sobresaliente (es decir de 10).

Aunque algo se decía en la convocatoria de ir a Las Presillas, la excursión empezó justamente en la dirección completamente opuesta.

Eso nos permitió ver la cascada y el embalse de la Presa del Pradillo desde una perspectiva contraria a la de la semana pasada. Siempre muy bonita y propicia a las fotos de recuerdo.

Hoy andaba con nosotros José Antonio S. venido una vez más de Mallorca a pasar unos días en Valsaín ¡Bienvenido! Por el borde del embalse continuamos después por una senda sintiendo el frescor que nos transmitía la vista de los helechos.

Cambiamos, al fin, de dirección y acometimos una breve pero intensa subidita para alcanzar otra pista que ya tomamos en la dirección esperada.

Alcanzamos la "casa de la horca" junto a la cual Paco Nieto nos relató el motivo de tan terrible nombre: efectivamente allí eran ajusticiados los condenados que no habían recibido el perdón en el puente de ese nombre; bien por no pedirlo o por serles denegado.

Dejamos atrás la zona y nos encaminamos a un depósito de agua que recoge la del arroyo de Navalahuesa. Allí nuestra amiga Pepa encontró una loseta de hormigón con su nombre escrito ante la que posó para una bonita foto

Dejamos el pinar por un momento y la pista, ahora al sol, nos llevó, pasando delante de un puesto de vigilancia de los guardas forestales, hasta una pradera donde se levanta un menhir de granito, en una gran explanada.

Es un monumento dedicado en 1977 a los guardias forestales. Al cumplirse el centenario la la fundación de la organización por Alfonso XII. Nos fuimos a ver las vistas desde un punto cercano punto que se denomina "Mirador de los Robledos".

Un buen sitio, sin duda, para hacer la foto de grupo. A la vista la impresionante mole de Peñalara. Hay también una girola en la que se pueden identificar todos los picos que sr ven (y son muchos) en una panorámica de 360º. Ese fue el punto más alto de la excursión.

Ahora había que bajar por la Colada del Camino de las Vueltas de nuevo a la orilla del Lozoya. Cruzamos el arroyo de la Umbría, donde Paco Nieto nos hizo otra foto de grupo pero esta vez sin él.

También cruzamos por puentes el arroyo del Brezal y Hoyo Claveles o del Pedrosillo, todos ellos rodeados de pinos y verdes helechos, que daban frescor a la zona.

En nuestro camino descubrimos una parcela recientemente vallada y nos preguntamos de qué se trataba. Carlos R. se acercó hasta el cartel que lo explicaba. Se trata del proyecto HIDROFOREST: una parcela para determinar el tipo de manejo de vegetación para la optimización del recurso hídrico.

A los pocos metros paramos para el tentempié de media mañana y después nuestras tres mascotas de hoy: Tofe, Jara y Luna nos muestran el camino a seguir. 

Una pista que da servicio a varias fincas, a derecha e izquierda, con unas casonas de gran tamaño y mucho nivel. Incluso una con un curioso apilamiento de troncos de madera

Mas adelante nos volvimos a encontrar el arroyo del Pedrosillo que baja a unir sus aguas a las del río Lozoya Pasa por debajo de un puente sobre el que discurre la carretera M-604 que baja del puerto de Cotos. Anduvimos unos pocos metros por la citada carretera y giramos a la izquierda. Ya estamos llegando al punto clave de la excursión de hoy.

Entramos en el área de: ¡Las Presillas!. Hoy abarrotadas de gente.

Unos se bañaron y otros descansamos tranquilamente en el bar del área recreativa para luego comer todos aquí.

Después de reponer fuerzas y relajarnos cruzamos Las Presillas e iniciamos el camino de retorno.

Salimos del área recreativa y nos fuimos a buscar la orilla del río Lozoya. Hubo que cruzar el arroyo Aguilón el que viene de las cascadas de El Purgatorio.

Donde se juntan los arroyos Aguilón y de la Angostura es donde empieza realmente a denominarse río Lozoya. Por tanto: el que remontamos a partir de ahí es el arroyo de la Angostura.

Bajo un bonito puente de madera el arroyo forma una poza ante la cual nuestros habituales bañistas no se resistieron a la tentación de otro chapuzón.

En sombritas a un lado y otro del puente los compañeros les esperamos. Subimos lo más cerca posible del arroyo para aprovechar la sombra y el frescor del agua.

Pasamos junto a la antigua "fábrica de la luz". Cuyos restos dan idea de su funcionamiento con el agua que bajaba por una gruesa tubería desde el embalse de la Presa del Pradillo.

Enfrente de la derruida fábrica cambiamos de orilla por un puente al que hicimos fotos y ya por la margen izquierda remontamos al arroyo de la Angostura hasta llegar de nuevo al aparcamiento donde habíamos dejado los coches por la mañana.

Una excursión suave, sin mucho calor, con dos baños para algunos y con comida en mesa que nos permitió disfrutar de lo que es pasear por el campo y a la que califico con 4 sicarias.

miércoles, 10 de julio de 2024

Excursión 788: El Valle del Angostura en Rascafría

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Isla. Rascafría
Final: La Isla. Rascafría
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11 Km 
Desnivel [+]: 182 m 
Desnivel [--]:182 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 
Participantes: 13

MAPAS 
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miércoles, 3 de julio de 2024

Excursión 787: Cuerda de las Cabrillas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 11,9 Km 
Desnivel [+]: 595 m 
Desnivel [--]: 595 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 20

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Llevaba tiempo sin caminar con el GMSMA y en esta ocasión lo pude hacer, no sé si elegí el mejor día, visto cómo transcurrió la ruta, bastante exigente y con el factor calor en contra.

Una vez reunidos en el aparcamiento del Puerto de Navacerrada, iniciamos la ruta, que más bien me pareció dos, una montañera, aérea y exigente por la cresta de las Cabrillas y la otra de vuelta, mucho más apacible y sombreada siguiendo el Camino del Calvario.

Comenzamos a subir la senda que deja las pistas de esquí del Puerto de Navacerrada a la izquierda y alcanza el collado con excelentes vistas del Valle de la Barranca, la Bola del Mundo y la Maliciosa. Nos recreamos con las panorámicas, en el que es el inicio de las crestas puntiagudas de la Cuerda de las Cabrillas, todo un rosario de riscos cercanos a los dos mil metros de altura, que se erigen al sur del puerto de Navacerrada y corren paralelos a la sierra de la Maliciosa, la que nos queda a la derecha cuando subimos al puerto de Navacerrada por la carretera.

La idea era sortear todos los riscos que se encuentran en la espina dorsal, nunca mejor dicho, de la cuerda, tarea no sencilla porque cruzar algunos de ellos no es fácil.

La cuerda se puede bordear siguiendo la apacible senda de la Tubería que corre paralela a ella, en la vertiente del Valle de la Barranca. Sin duda es la mejor alternativa si no se cuenta con el tiempo adecuado o suficiente capacidad de sufrimiento.

Nosotros, ávidos de aventura nos atrevimos a seguir el rectilíneo trazado que pasa por cada una de las cumbres. El resultado final ganó en vistas y diversión, lo primero porque desde lo alto de cada risco pudimos disfrutar de la incomparable visión de la Bola del Mundo, La Maliciosa, el Valle de la Barranca, Navacerrada, mirando al este, y de Cercedilla, el Valle de la Fuenfría, el de Navalmedio, La Peñota, Peña el Águila y Siete Picos mirando al oeste. Y lo segundo porque trepar y destrepar riscos es más apasionante que andar por cómodo camino, aunque eso sí, más arriesgado y exigente.

Así que, una vez en la cuerda, superamos, a modo de aperitivo, el Risco de Emburriaderos, que con sus 1959 metros es el más alto de todos, aunque no el más escarpado ni complicado, aunque tiene una bajada "graciosa".

Desde los riscos no faltaron las fotos inmortalizando el momento. Al llegar al Collado de Emburriaderos (1.847 m), nos reagrupamos, tomamos el aperitivo de media mañana y nos hicimos la foto de grupo.

Dos de los compañeros, que tenían prisa se volvieron hacia el Puerto, siguiendo la senda de la Tubería, nosotros continuamos de nuevo haciendo el cabra por los riscos de la cresta.

Alcanzamos Peña Horcón, donde algunos envalentonados le hincaron el diente a sus desafiantes riscos, un hueso, más difícil de roer que el anterior, compuesta en realidad por varios riscos, el de mayor altura de 1.879 metros, que pusieron a prueba sus dotes de sortear piedras y más piedras, aunque desde ellas, hay que confesarlo, obtuvieron las mejores panorámicas, compensación suficiente para tanto trepe y destrepe granítico bajo un sol implacable.

El resto del grupo, más sensato, preferimos bordear la imponente mole, siguiendo una vereda no exenta de rocas y cierta dificultad, pero mucho más asequible que la cresta.

Con el grupo muy disgregado, remontamos la última ladera de Peña Horcón, pasamos junto a una pequeña cueva y, apurando las fuerzas, alcanzamos la Portilla del Árbol Caído, un colladito que anuncia la cercanía de la roma Peña Pintada (1.858 m), donde nos agrupamos bajo los primeros pinos que tocábamos en el día.

A falta de tres compañeros, más rezagados, iniciamos la bajada al Mirador de las Canchas (1.765 m), palco de lujo para contemplar La Maliciosa, donde a la sombra de dos impresionantes pinos paramos a dar cuenta de los bocadillos.

Tras el descanso, sin que los tres compañeros nos alcanzasen, tuvimos que iniciar el descenso hacia El Ventorrillo. Lo hicimos esta vez siguiendo una senda que sale enseguida, a la derecha de la pista, por la que nunca el GMSMA había ido.

Entre un frondoso pinar alfombrado de helechos, llegamos a la fuente de Piornolón, construida en piedra y de la que manaba apenas un hilo de agua, que no obstante algunos se apresuraron a aprovechar para llenar las cantimploras, porque el extenuante calor había vaciado las existencias de agua considerablemente.

La senda no es muy ancha, pero cómoda de seguir, en continuo descenso, más pronunciado al final, y discurre entre pinos y frondosos helechos.

Tras una curva a la izquierda, alcanzamos la pista que conduce a la explanada donde hasta el año 1994 estaba situado un lugar de leyenda: el Real Sanatorio de Guadarrama, más conocido como 'Walpurgis', desde que en sus ruinas se rodara la película La noche de Walpurgis (1971).

Hoy solo queda unos carteles y lo que debió ser el brocal de un pozo, que vimos de lejos.

Dejamos la pista y continuamos por un sendero que, al poco, desciende hasta encontrar una nueva pista. Fue aquí donde una piña hizo resbalar a una compañera, rodando cuesta abajo, esperemos que el golpe en la rodilla no sea nada y pronto esté recuperada.

Por una senda en la que los helechos casi nos tapaban el camino, llegamos a una zona de chalets construidos hace muchos años, al parecer por iniciativa de componentes del Club Alpino. Este lugar y El Ventorrillo están íntimamente unido al inicio del esquí en España. Aquí más información.

Una fuente frente a unos de los chalets no ofreció mucha confianza para beber en ella. Continuamos desviándonos, a los pocos metros, a la izquierda, por una senda que va dar a un portón que da acceso a la carretera del puerto, justo un poco por encima de las instalaciones invernales del Ventorrillo, donde hay un monolito de granito erigido a la memoria de Manuel González de Amezúa el primer presidente del Club Alpino Español y pionero del esquí en España.

Aquí se quedaron los tres compañeros más rezagados, hasta que los más adelantados vinieron a buscarlos al terminar la ruta.

Por la amplia pista que nace allí mismo, pusimos rumbo al Valle de Navalmedio, descendiendo muy suavemente entre grandes pinos bermejos. Enseguida alcanzamos la fuente de los Helechos, situada a la izquierda de la pista y muy cercana a ella. Tenía un buen caño de agua y muy fresquita que, esta vez sí, ayudó a mitigar la sed y rellenar sufrientemente las cantimploras.

Cruzamos el Regajo de los Baldíos para, dejando continuar por el Camino del Calvario, dejando la pista que conduce al Pino de la Cadena a nuestra izquierda.

El Camino del Calvario hizo honor a su nombre, porque tiene una constante pendiente que no da tregua al descanso, solo mitigado por la frescura del arroyo de la Fraguilla, que aunque con poca agua, es suficiente para que su entorno, cargado de helechos, permanezca muy verde.

Al llegar a la Pradera de la Vaqueriza nos dimos un respiro para reagruparnos, mientras algunos fueron a buscar una fuente que queda cerca del camino, que alimenta al parecer un depósito de agua que hay un poco más abajo.

A falta de unos metros para llegar a la estación del puerto de Navacerrada, el camino gira a la izquierda, cruza el Regajo del Puerto, para al poco llegar a los edificios de la estación.

Pasamos junto a la Ermita-Refugio de la Virgen de las Nieves y, muy desperdigados, acometimos el último tramo hasta el puerto.

Conectamos con el Sendero Arias, giramos a la izquierda, bordeamos las ruinas de la que fue casa de la familia Ochoa, y alcanzamos el puerto de Navacerrada, justo al lado del monumento de homenaje al montañero.

En la terraza del bar Venta Arias nos tomamos las cervezas de fin de ruta, dando así por finalizada esta magnífica excursión 2x1, llena de contrastes, entretenida y con impresionantes vistas que puntúo con 4 sicarias..
Enrique Agudo