miércoles, 23 de diciembre de 2020

Excursión 540: Dehesas de Zarzalejo y Cerro El Morro

FICHA TÉCNICA

Inicio: Zarzalejo Estación
Final: Zarzalejo Estación
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15 km
Desnivel [+]: 262 m
Desnivel [--]: 262 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 26

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
En esta ocasión, todos los senderomagos estábamos citados en la plaza del Llano del Soldado, en Zarzalejo Estación, para hacer una ruta por los alrededores, con la intención de subir al Morro, cerro granítico de 1.081m de altitud situado entre Robledo de Chavela y Fresnedilla de la Oliva. 

Una vez comprobado que a ninguno de los componentes del grupo nos había tocado la lotería del día anterior, nos pusimos en marcha con un tiempo no muy frío, pero muy húmedo y con una niebla a ratos densa que no levantó en todo el día. 

Caminando por las calles del pueblo llegamos al puente sobre la vía del tren, que atravesamos, tomando a la derecha por el camino de la Nava. Pocos metros después abandonamos el camino en dirección suroeste para dirigirnos directamente a la cantera de Zarzalejo, lugar de donde se extrajo parte del granito utilizado para la construcción del Monasterio del Escorial.

Tras algunas vueltas para recuperar la orientación (la niebla seguía muy baja y la visibilidad era mala), retomamos el camino en dirección suroeste. Decir camino es solamente una forma de hablar, ya que en realidad la mayor parte lo hicimos casi campo a través. 

El terreno no era especialmente complicado, pero la humedad reinante hacía que las rocas de granito cubiertas de liquen fueran como pistas de patinaje; más de un senderista dio con las posaderas en el suelo. 

Subiendo y bajando rocas y pasando vallas de piedra por la zona llamada el “rocódromo”, llegamos hasta el fortín del Torreón de Fuentelámpara. El Torreón de Fuentelámpara es un antiguo edificio de origen desconocido (se estima su construcción en el S. XIV y posiblemente su utilidad era de vigilancia de los campos de algún señorío de alrededor) cuyas ruinas fueron utilizadas como fortín durante la guerra civil española (1936-39). En el fortín aprovechamos a tomar el tentempié de media mañana. 

Tras el breve descanso, continuamos la ruta en dirección sur hacia los restos del molino de Manuel Santos Ventura. Se trata de un molino de harina reconstruido por el susodicho en el año 1881.

El molino se alimentaba de las aguas del arroyo de la Portezuela represadas por encima del molino a través de un canal construido aguas arriba. El molino conserva aún dos de las piedras utilizadas para moler el grano y se puede observar el canal por donde fluía el agua que hacía girar las palas conectadas a las piedras de moler. 

Sin entretenernos más de la cuenta proseguimos, ahora ya utilizando caminos pecuarios, a la búsqueda del Morro. A ambos lados del camino se veían fincas ganaderas o cotos de caza, pero no mucho más porque la niebla seguía pegada al suelo, impidiéndonos ver el paisaje que aún así se intuía espectacular. 

Siguiendo el camino que nos marcaba Antonio, intentamos la aproximación al Morro desde el Norte, pero varias vallas de cotos privados impedían el paso.

Hicimos otro par de intentos por otra zona, pero siempre acabábamos dando con alguna cerca imposible de franquear, por lo que tuvimos que abandonar la idea de hacer cumbre en el Morro a pesar de que teníamos delante su silueta entre la niebla, a no más de 100m horizontales.

Aprovechamos una pequeña explanada salpicada de rocas para tomar el bocadillo.

La comida fue corta porque la humedad se calaba hasta los huesos y teníamos la sensación de que, inadvertidamente, podíamos haber entrado en una finca privada.

Así que sin más dilación comenzamos el retorno para regresar directamente por el camino de Zarzalejo a San Martín de Valdeiglesias y luego por el Camino de la Nava que nos dejó de nuevo en el punto de partida. 

Como despedida, compartimos unas cervezas en el restaurante el Roble, como fin de esta excursión que califico con 4 sicarias.
Javier Barneto

FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Paco Nieto

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Excursión 539: Por el Alto del León

FICHA TÉCNICA

Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 14,2 km
Desnivel [+]: 365 m
Desnivel [--]: 365 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 25

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
La ruta de hoy se iniciaba en el Alto del León, donde por la niebla apenas se distinguía el monumento que le da nombre, además se esperaban lluvias, por lo que Antonio no había definido un recorrido concreto, dejándolo al devenir del día.

Los primeros en llegar aguardábamos al resto en el restaurante, donde no daban ganas de salir fuera. Te asomabas a la puerta y te daban ganas de tomar otro café. Y para colmo, se me olvidó la cámara.

Pero, en fin, con alguna deserción de ultima hora, nos pusimos en marcha, bajo la fina lluvia, que no dejaba de caer. Bien pertrechados de ropa para la ocasión y con las máquinas quitanieves en la puerta, no parecía que fuéramos a tener una excursión muy convencional.

Giramos a la izquierda para seguir por la carretera de Peguerinos, en la que apenas se veían las antenas de las instalaciones militares que asomaban a la derecha del empapado camino, en el que había que ir esquivando los charcos.

Pasado un portón, giramos a la izquierda para tomar el Camino de la Mina, la pista que desciende para después ascender una cuesta hasta alcanzar el cerro de la Gamonosa. Pasamos junto al arroyo de la Chorrera, que naturalmente traían mucha agua.

Descendimos hacia la Pradera Asiento del Roble, entre pinos que nos resguardaban del viento ya que no de la lluvia, que no cesaba, ni cesó en toda la excursión. Por ello los paraguas (poco montañeros) se abrieron frecuentemente.

Al poco de dejar atrás el arroyo de los Álamos Blancos, paramos para el tentempié de media mañana, que, dado como estaba todo de húmedo, nos obligó a tomarlo a pie derecho, aunque en un lugar muy bonito.

Caminamos unos metros más, ascendiendo hasta dar con el arroyo del Picazuelo, donde la pendiente paso a ser de bajada hasta el arroyo del Bercial, dándonos la vuelta un poco más adelante. Hacía muchas excursiones que no realizábamos una de ida y vuelta. Así que volvimos a contemplar los mismos árboles que habíamos visto unos minutos antes. ¡Que diferente es bajar cuesta arriba a subir cuesta abajo!

El paisaje a lo lejos seguía sin aparecer. En la última rampa del día, pasamos junto a unos caballitos que dieron un rato de diversión a nuestras mascotas.

Volvimos a salir a la carretera de Peguerinos, ya deseando llegar para quitarnos las prendas empapadas y en el Asador regalarnos unos buenos chuletones. Tres sicarias le otorgo.
José María Pérez

FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Excursión 538: La Isla de Rascafría y Cabeza Mediana


FICHA TÉCNICA

Inicio: La Isla. Rascafría
Final: La Isla. Rascafría
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,6 km
Desnivel [+]: 498 m
Desnivel [--]: 498 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 13

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
Vientos fuertes racheados,

varios grados bajo cero;
no estábamos en enero
para dar tal predicción.
Preparé el termo caliente,
unos gruesos pantalones,
guantes, guetres y crampones,
propio para la ocasión.

Para ir a Peñalara
en los Cotos nos citamos
¡Ojalá no nos nevara
al empezar la excursión!,
mas no fue tal el problema
sino otro impedimento:
no quedaba aparcamiento
¡Y menudo papelón!

¡Tranquilos, nadie se alarme!

Cambiaremos las alturas
por los valles y llanuras
con total celeridad,
que esto ya nos ha ocurrido:
cuando algo le sobreviene
el GMSMA siempre tiene
mucha flexibilidad.

Nos marchamos a la Isla,
a empezar nuestra aventura
al valle de la Angostura,
donde el tiempo se cambió,
y la meteorología,
como por encantamiento,
niebla, nieve, frío y viento,
todo desapareció.

Un hermoso mirador,

mirador de los Robledos,
que alcanzamos sin denuedos,
fue nuestro primer jalón
desde donde contemplamos
Peñalara despejada,
toda la zona nevada
y unas vistas de impresión.

La nieve recién caída,
de blancura cubriría
toda nuestra travesía
desde principio a final;
en perfecta conjunción,
la mañana soleada
y la nieve inmaculada
componían la postal.

Íbamos muy distraídos

cuando inesperadamente,
nos sorprendió, de repente,
la hora del tentempié,
y allí, sobre aquella nieve,
cualquier bebida caliente
nos vino perfectamente,
chocolate o consomé.

Proseguimos por la pista
que, de forma relajada,
tras una cuesta empinada,
nos condujo sin tardar
hasta Cabeza Mediana,
que fue el punto culminante,
ya que de aquí en adelante
todo sería bajar.

Pero es costumbre en el grupo

testimoniar nuestra estancia
posando, con arrogancia,
en el vértice en cuestión,
con la toma compulsiva
de fotos inolvidables,
como pruebas indudables
de toma de posesión.

Seguimos nuestro camino
y llegaron los momentos
de tomar los alimentos,
¡mi bocata de jamón!,
que nos comimos sentados,
y aprovechando unos riscos,
le dimos unos mordiscos
y seguimos la excursión.

Seiscientos metros después

arribamos al collado
de Malabarba, y al lado,
la bajada comenzó,
entre pinos y nevada
con la máxima pendiente,
Antonio, directamente,
al Lozoya nos bajó.

Después tan gran bajada
por la pista y llaneando
nos fuimos aproximando
a donde todo empezó,
y en la zona de la Isla
incólumes y sin daños
Leonor por su cumpleaños
a las cañas invitó.

Me correspondió esta vez

también, por añadidura,
valorar nuestra aventura
a lo cual no me negué,
y este es, pues, mi parecer:
Por el paisaje nevado
y el día tan soleado
cuatro sicarias daré.
Paco Cantos

FOTOS
* Fotos de Antonio López
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de José Luis Molero
* Fotos de Yana Bokalo

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Excursión 537: Pimpolla Negra y Miradores de los Cogorros desde el Puerto de Navacerrada

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,5 km
Desnivel [+]: 395 m
Desnivel [--]: 395 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 25

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Antes de nada, me gustaría recalcar que además de ser mí primera excursión con este fantástico grupo, ésta también es la primera crónica que hago desde que me he aficionado al mundo del senderismo.

Tal y como me había indicando Paco me presenté en el aparcamiento de la venta Arias en el puerto de Navacerrada. un poco antes de la hora fijada (no fuera que me tocara pagar los cafés por llegar tarde) el día de la quedada.

De camino al puerto estaba muy emocionada por conocer a los integrantes del grupo y hacer esta ruta, pero según me iba acercando y viendo como cambiaba el tiempo, bajaba la temperatura y la niebla me estaba acongojando bastante. Y al bajar del coche esta sensación no hizo más que aumentar porque hacía mucho viento y el suelo estaba completamente congelado.

Al rato localicé al grupo de Antonio, me puse toda la ropa que había traído por si acaso (vivan los por si acasos!), saqué los palos que casualmente y por suerte llevaba en el maletero y dije: Allá que me voy! 

Después de hacer un poco de patinaje artístico por el aparcamiento y cruzar la carretera, nos dirigimos hacía el Pinar de la Helechosa. Aquí el tiempo ya me sorprendió gratamente porque el viento había amainado y la nieve se iba disipando, permitiéndonos disfrutar de las maravillosas vistas que se nos abrían del valle.

Según me han comentado los compañeros de esta aventura la ruta, había sido un poco improvisada y supeditada a las condiciones meteorológicas.

Fuimos subiendo por las rocas hasta que alcanzamos el Pico de la Pimpolla Negra (1887m) desde donde se abría un paisaje de la Sierra de Guadarrama, en parte ya nevada, que para mí era completamente desconocido y a la vez mágico. Algunos fueron nombrando cada una de las cimas, que la mayoría no conocía.

Teniendo en cuenta que no soy precisamente de un país cálido y caluroso en invierno hubo una cosa que me dejó perpleja, un fenómeno, como mis acompañantes me han definido como ¨cencellada¨.

No he visto cosa más increíble y fascinante que los árboles completamente congelados, a la vera de la senda de la Pradera de los Siete Picos, a la que llegamos por la Senda Herreros.

Desde allí descendimos por la pista de esquí de fondo hasta alcanzar el Camino Schmid, para al poco llegar a la Residencia Militar del Ejército del Aire de los Cogorros.

Desde allí, nos acercamos al Mirador Ángel Gallarza, donde hicimos un descanso para recuperar las fuerzas y poder recrearnos con las magníficas vistas que se nos presentaban desde allí.

A continuación un poco más adelante visitamos el Mirador de las Maravillas, desde el que ya iniciamos el camino de vuelta hacia los coches (sin faltar una última parada para un café, cervecita o vino) con un día completamente despejado y soleado.

La verdad es que disfruté de esta excursión como una enana! Fue de mucho agradecer el cómo me acogió el grupo, que más bien me pareció una familia, haciéndome sentir en todo momento una más.

Y ahora estoy con mis polainas, guantes, cadenas para las botas y gorro nuevos impaciente por la próxima excursión!!! La calificación de la ruta, sin dudarlo, le doy la máxima, 5.
Yana Bokalo

FOTOS
* Fotos de Ángel Vallés
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de José Luis Molero