miércoles, 28 de septiembre de 2016

Excursión 316: Cabezas de Hierro

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valdesquí
Final: 
Valdesquí
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  10,7 Km
Desnivel [+]: 775 m
Desnivel [--]: 775 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 31

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc


RESUMEN
Dicen que el ascenso más cómodo y sencillo de todos los posibles a Cabezas de Hierro es el que comienza en el aparcamiento de la estación de Valdesquí, comparándolos con el más habitual del puerto de Navacerrada por la Bola del Mundo o el más exigente que parte del refugio del Pingarrón y se adentra en el circo de las Cerradillas.

Confiando en la certeza de lo anterior, nos acercamos al punto de partida, Valdesquí, pasando primero por el puerto de Cotos, donde tomamos la carretera que lleva a la estación.

Para nuestra sorpresa, tuvimos que dejar los coches a 300 metros de ella, fruto del celo por poner barreras y vigilantes donde antes no los había, así es que tuvimos que salvar la valla, más alta que la de Ceuta, descendiendo otros 100 metros, lo que, quieras que no, resta puntos en el cómputo comparativo anterior.

Sorteado el estrecho paso que la valla deja en su tramo final, iniciamos el ascenso tras cruzar el incipiente arroyo de las Guarramillas, con más agua de lo esperado. siguiendo una estrecha senda entre piornos que en ocasiones medio la tapaban, complicando un poco la de por sí empinada pendiente, suavizada por un ligero pero refrescante viento que actuaba de bálsamo para el cansancio.

Conforme ganábamos altura, las vistas iban mejorando, a nuestra derecha destacaban las rectilíneas pistas de Valdesquí, que parecían las marcas dejadas por las zarpas de un gigante. A nuestra izquierda el excelso valle de la Angostura. Tras alcanzar una pequeña pista, llegamos al remonte del Collado, en el que a más de uno le hubiese encantado subir. 

Continuamos ascendiendo por la senda que bordea la cara norte del Cerro de Valdemartín, contemplado a las apacibles cabras que reposaban en la parte alta del circo de las Cerradillas, hasta que los ladridos de nuestra perrita Mecha las puso en alerta y salieron corriendo despavoridas.

La senda pasaba por tramos bastante aéreos, que con nieve exigen, a buen seguro, el uso de Los crampones y piolets para evitar accidentes no deseados.

Entretenidos con las idas y venidas de las cabras, sin apenas darnos cuenta alcanzamos la cresta de Valdemartín, por donde pasa el PR-11, por todos conocido como Cuerda Larga. Allí esperamos al reagrupamiento del desperdigado personal y en el collado del mismo nombre repusimos fuerzas mientras nos deleitábamos con el devenir de las nubes.

Con los ánimos renovados, ascendimos los pedregosos 2.376 metros de la cima de Cabeza de Hierro Menor, que proporcionaban estupendas vistas cuando las nubes lo permitían.

Hechas las numerosas fotos que requerían los espectaculares paisajes que desde allí contemplábamos, iniciamos el descenso entre los grandes pedruscos de la vertiente oriental de la cumbre, con algún que otro resbalón sin mayores consecuencias.

Al poco, estábamos en el segundo objetivo del día, Cabezas de Hierro Mayor, 4 metros de diferencia con su hermana le dan el título, y 48 menos que Peñalara le quitan el de ser la montaña más alta de Madrid.

Su solitario vértice geodésico, con 2.380 metros de altura, se levanta todos los días contemplando al norte el valle del Lozoya y su embalse de Pinilla, al sur el del Manzanares y su embalse de Santillana, con . Al este, una vista única de la Pedriza y la Loma de Pandasco. Al oeste, la Bola del Mundo o Alto de las Guarramillas y la Maliciosa, amén de los Montes Carpetanos, Peñalara, Abantos, las Machotas y medio Madrid, todo un mundo a nuestro alcance.

La llegada de unos inagotables corredores, nos hizo ver, por simple comparación, que nos faltaba mucho para volver a estar en forma tras el descanso veraniego y nos animó a seguir de inmediato la ruta, que en principio iba a discurrir por donde habíamos venido, pero que a sugerencia de Juan, la realizamos descendiendo por el circo de las Cerradillas, ganando así emoción y vistas.

Siguiendo el PR-27 nos precipitamos en un descenso de notable pendiente, por un interminable canchal en el que la senda hacía múltiples zigzag, muy resbaladizos. 

Pasado lo peor, paramos a tomarnos los bocadillos, en pleno circo de las Cerradillas, con un suave sol y un mullido suelo que invitaba a la siesta, sólo alterada por el ir y venir de Teo en busca de algo de comida, ya que la suya, se había quedado olvidada en el coche.

Sólo quedaba bajar al frondoso pinar que teníamos enfrente, atravesar hasta cuatro arroyos, uno de ellos el de las Cerradillas, pasar junto a la Poza de Sócrates y acercarnos al arroyo de las Guarramillas, para remontarlo por su margen derecha hasta alcanzar de nuevo el aparcamiento de Valdesquí, en lo que fue, sin duda, el tramo más cómodo y verde de la ruta.

La celebración de fin de ruta, que se merece 4,5 sicarias, la realizamos en el bar Dos Castillas, del puerto de Navacerrada, poniendo así el broche de oro a esta exigente pero maravillosa excursión.
Paco Nieto

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Excursión 315: Las Cárcavas de Patones

FICHA TÉCNICA
Inicio: Patones
Final: 
Patones

Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  12,5 Km
Desnivel [+]: 473 m
Desnivel [--]: 473 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 32

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta

















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc


RESUMEN

Convocatoria del domingo 18 para la 315 excursión del GMSMA, con tres incógnitas:
1. Cárcavas, ¿una o dos?
2. Una vez que entremos en las Cárcavas, ¿podremos salir?
3. Fin del verano, ¿dejaremos el calor?

Y constantes seguras:
1. Disfrutar con los senderomagos del GMSMA
2. Patones, huevos y compango de a diez.

Hoy nos acompañan dos nuevas senderomagas Laura y Maite, bienvenidas al GMSMA.

10:30 am y a las indicaciones de Antonio, desde Patones de Abajo los coches se iban llenando y dirigiéndose hacia el comienzo de la ruta, punto kilométrico 12 de la CM-123, aparcamos los coches en un erial y descendimos unos 500 metros por la carretera dirección Patones.

Giramos a la derecha en lo que aparentaba un carril agrícola, pasando primero por un olivar que a unos 60 metros más adelante ya estaba en desuso, qué pena, un monte precioso y el campo abandonado, es la tónica que nos encontramos en gran parte de nuestras excursiones; bien puntualicemos, de camino agrícola nada de nada, de senda nada de nada, vereda ni de conejos, por el campo baldío y por una pronunciada pendiente, creábamos camino los 32 senderistas que en esta ocasión nos habíamos juntado.

Rápido, apenas unos 200 metros más desde que dejamos la carretera, en la lejanía el monte de San Pedro, solitario, inmóvil, a nuestras espaldas acompañándonos como en otras tantas excursiones, hoy bien despejado (recordar la excursión de la semana pasada) y unos 400 metros más arriba ya estábamos en la cresta de la primera cárcava (Cárcava del Cerro Negro), nos encontrábamos ante un verdadero espectáculo, una montaña comida a mordiscos por el agua, desmoronándose a nuestros pies un paisaje lunar (supongo), realmente un capricho de la naturaleza que merece la pena visitarlo.

Tras una abundancia de clikeos de nuestras cámaras y móviles, nadie quería perderse el recuerdo de haber estado allí (mirar los reportajes fotográficos), seguimos por las crestas primero de la cárcava y luego por los montes circundantes, prácticamente en llano sin perder cota y en apenas 3 km desde que dejamos la cárcava, un pinar nos acogió y nos dio sombra, la primera del día, lo que agradecimos mucho.

Allí degustamos el tentempié de media mañana,15 minutos, lo que dice el convenio, a la voz de “ya” todos en pie para dirigimos hacia la segunda cárcava... y la teníamos al lado, fue dejar la sombra de los pinos, escasos 20 metros y estábamos nuevamente a los pies de otra montaña devorada por el agua, las Cárcavas de Patones o las de Valdepeñas de la Sierra o las de Uceda, o las de Alpedrete de la Sierra,  no tengo claro el municipio que la bautizó, pero que las bautizaron bien no me cabe duda, les cayo agua por todos los costados..

Otra vez las cámaras fotográficas y los móviles dieron cuenta del espectáculo que teníamos a nuestros pies, los veteranos del GMSMA recordaron su excursión número 73, al encontrarse en el mismo lugar hace hoy 1.764 días.

1.- Primera incógnita resuelta: DOS CARCAVAS

Sigamos con las otras.

La convocatoria de la excursión decía “en la cárcava sabes por dónde entras pero no sabes por dónde sales”. Para buscar la entrada, cogimos una senda  descendente bordeando la cárcava y, al puro estilo del GMSMA, los últimos 300 metros tomamos, lo que en esquí viene siendo una pista negra sin pisar y gracias al juego de rodillas, con una perfecta técnica del uso de los bastones, entramos a la cárcava.

Los diversos socavones parecían, tal como comentó Antonio, brazos de una estrella de mar, y desperdigándonos por esos brazos, nos fuimos adentrando en sus entrañas; sobrecogedor estar entre dos paredes de apenas 1 metro de ancho de tierra y guijarros, con más de 20 metros de altura, donde los rayos del sol, no podían  entrar, segunda sombra del día, sus  cimas sostienen una formas caprichosas que el tiempo las irá moldeando,  veremos dentro de otros 1.000 o 2.000 días que aspecto presentan.

2.- Segunda incógnita, resuelta, no hay perdida solo tiene una SALIDA

Siguiendo el curso de la salida de la cárcava llegamos al carril que viene de Alpedrete de la Sierra hacia el Pontón de la Oliva, al que  nos dirigimos, allí nos reagrupamos, poco a poco fueron llegando los 33... pero no éramos 32, Javier Mondejar ha hecho amistades, si bien tras la foto del grupo, abandonó rápidamente a su nuevo amigo…

Parece que ya tenemos prácticamente la excursión finalizada, tomamos dirección hacia el punto final de la jornada, saliendo por la fresca alameda que el río Lozoya deja a su salida del Pontón, tercera y última sombra del día, Teo fue el más listo del grupo, refrescándose en esas aguas cristalinas.

La alameda desapareció rápidamente y todavía nos quedaban cerca de 4 km para alcanzar los coches, tiempo más que de sobra para resolver la tercera y última incógnita, recordáis último día del verano del 2016.

Todavía había que superar un último obstáculo, llegar nuevamente a la cresta de la primera cárcava, ahora por el barranco Haza de la Viña, desde donde ya se divisaban los coches y nuevamente descender para llegar a la CM-123.

Durante estos últimos kilómetros, escuché, el poema de Machado “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.

No sé porque, pero recordé que en muchas culturas el Sol era adorado como el centro referencia de la vida y proclamado dios, el cual impartía su ley, ¿cómo emplear al astro rey como ejecutor de la justicia? pues bien a los prisioneros y condenados por diferente delitos, les dejaban expuesto al sol durante un tiempo indeterminado y pocos resistían a la deshidratación y otros efectos del calor y la mayoría morían irremisiblemente… pues, bajo ese “sol de justicia” llegamos los 32 senderomagos que iniciamos la excursión.

3.- Tercera y última incógnita resuelta, pues eso, nos quedamos todos sin agua.

Respecto a las constantes, creo que la primera deja de ser constante, para tomar una senda exponencial.

Y la segunda, si bien no pude quedarme a los huevos, pero por lo que sé, no defraudaron para nada y acompañados con celebraciones cumpleañeras y potenciales adivinos fue todo un éxito.

Amigos llegados a este punto, me toca calificar la excursión y le otorgo 4 sicarias y que sepan ustedes que el “justiciero” al menos le ha robado media.
Paco Donaire


miércoles, 14 de septiembre de 2016

Excursión 314: Cerro de San Pedro

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenar Viejo
Final: 
Colmenar Viejo

Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  11 Km
Desnivel [+]: 461 m
Desnivel [--]: 499 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 30

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta

















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc


RESUMEN

¡ Vaaamos senderosmagoooooss ¡ ¡ San Pedro nos espeeeraaaa ¡

Sin compañía canina, los treinta jubilosos, charlatanes y ligeros de equipaje senderosmágicos empezamos la clásica de inicio de temporada de ascenso al Cerro de San Pedro desde la caseta abandonada de los peones camineros de la carretera Colmenar-Guadalix de la Sierra.

El cielo no deparaba sol, nubes negras amenazaban el cerro desde la sierra de Guadarrama y el aire, fresco fresquito, nos hacía ir hacia San Pedro como volando.

Los chubasqueros, las capas y los paraguas abiertos contrastaban con el sucio amarillo de las altas hierbas que el paso del agobiante verano ha dejado en el campo.

¡Pardiez! ¡Graniza fina y suavemente! Estamos llegando al cerro y las nubes siguen con nosotros, nos mantienen en nuestro vuelo hasta las ruinas de la ermita, y el punto geodésico en lo alto…1425 m...ya estamos.

San Pedro ha estado jugando pero se ha portado como un buen protector, no llueve y la vista promete ser casi al completo: Tres Cantos, Madrid, Colmenar Viejo, la cárcel de Soto, la base de helicópteros de Remedios (nuestro destino final); más lejos Moralzarzal, embalse de Santillana, Manzanares el Real, cimas de La Cuerda Larga, Miraflores de la Sierra, Soto del Real, viaducto del Arroyo del Valle (uso exclusivo del AVE), sierra de la Morcuera, puerto del Medio Celemín, sierra de La Cabrera, pico del la Miel, La Cabrera, embalse de Pedrezuela, rivera del Jarama, y, los confines de Guadalajara cubiertos por una inmensa nube negra rellena de rayo con supuestos truenos, y de de nuevo Tres Cantos.

El pequeño descanso nos da para hacer fotos, tomar algún reconstituyente, mantener vivas las charlitas, y visitar la hornacina, una caja de acero inoxidable donde se guarda el libro de las firmas de los visitantes. Hojeando y ojeando vemos estampada la última de Pilar Matellano, la número mil novecientas ocho,  ¡ madre mía ¡ y era del día anterior…esta habitante de Colmenar Viejo tiene el record de subidas…toda una constancia y esfuerzo.

Seguimos nuestra ruta descendiendo por la cuerda del cerro hasta el cordel de Cantalejo, la cual no presenta mucho desnivel, pero sí un camino dificultoso y poco marcado por las altas hierbas amarillas resbaladizas de la fina y esporádica lluvia caída.

Paramos en un repecho elegido por Antonio para la foto de grupo; todos mirando a la cámara y posiblemente Marcelo sólo veía el lugar dónde a la subida paró para cambiar el ropaje y perder sus gafas de sol: “allí tienen que estar”… , así que decidido volvió sobre lo andado acompañado de Santi.

El grupo siguió rumbo al final de la ruta, ya por sendero bien marcando, llegando al camino del Horcajo del los Alamillos. El cielo se presentaba azul con nubes blancas, el grupo se alargaba, cada uno a su paso y a su charla. Unas pocas vacas nos vieron pasar camino a su abrevadero junto a la fuente que anunciaban el yacimiento de Navalmillar, visigodo del siglo VI y VII, un establecimiento rural de ganadería ovina que sigue en excavación.

Saliendo del recinto ya se veía la meta, marcada por la base de helicópteros que parecían descansar después de habernos protegidos desde el aire durante la ruta.

Junto a los coches, Marcelo y Santi parecían felices, la búsqueda había sido fructuosa, y con sorpresa, las gafas fueron encontradas y además, tuvieron ocasión de conocer a la famosa Pilar Matellano, qué rauda realizaba la subida mil novecientos nueve…¡nuevo record!

No es de dudar que las oraciones a San Pedro empezaban a dar su fruto y nos otorgaba su bendición en el comienzo de la novena temporada del GMSMA.

Despedidas, reagrupaciones,…el cocido con langostinos esperaba a la mayoría de los participantes…¡Buen provecho!

Con el permiso de las autoridades sendoromagas, doy cuatro sicarias a esta excursión, y, como en otras anteriores, agradecida al guía, a los fotógrafos y  a los compañeros…otro día genial.
Luz