miércoles, 30 de noviembre de 2022

Excursión 670: Abantos desde San Lorenzo de El Escorial

FICHA TÉCNICA
Inicio: San Lorenzo de El Escorial
Final: San Lorenzo de El Escorial
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 16,2 Km 
Desnivel [+]: 749 m 
Desnivel [--]: 749 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 43

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














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RESUMEN

Continuación del excepcional cálido y seco verano (y otoño) que sufrimos por estos lares, Antonio organiza esta ruta intentando compatibilizar la habitual tarea del Grupo, caminar y disfrutar de la naturaleza con otra que también tiene bastantes seguidores en el mismo, la búsqueda y recogida de setas.

Al parecer la sequía y el calor han retrasado este año la aparición de tan apreciados alimentos.

Comenzamos en el aparcamiento que está junto al Euroforun de San Lorenzo de El Escorial y frente a la presa del embalse del Romeral.

Tomamos el camino de Peguerinos que, enseguida, abandonamos para, en dirección SW, seguir el de la Horizontal, desde el comienzo, el grupo se divide en dos, el de caminantes que siguen las sendas tras el guía y el de recolectores que abandonan las mismas en busca de setas, al parecer los boletus han tomado vacaciones este año, de los comestibles, los que aparecen son los níscalos.

Serpenteando un poco, para dar opciones a los recolectores, tomamos cómoda pista que tras recorrerla durante 1.200 metros, abandonamos para continuar por una senda muy vertical y que tras superar sus 16 zetas ascendemos 170 metros en dos mil de recorrido para tomar una pista que en poco nos lleva al área recreativa de los Llanitos, con su olmo catalogado como árbol singular por la Comunidad de Madrid. 


Aprovechamos los bancos para hacer la parada del Ángelus y reagrupar caminantes y recolectores de níscalos (se han perdido las esperanzas de encontrar boletus edulis).

Tras el refrigerio, continuamos por la destartalada carretera de Peguerinos a el Escorial y, tras una subidita final alcanzamos el Puerto de Malagón, donde la abandonamos nuevamente para tomar una senda que, en dirección NE, nos llevará hasta la afamada Cruz de Rubens.

Junto a ella nos reagrupamos y las cámaras de los móviles trabajan duro para inmortalizar el bonito paisaje que se contempla y a los que, por un ratito, posan como locos sacando codos para hacerse con un sitio junto a la cruz.

Tras las fotos, tomamos la pista siguiendo la misma dirección y después de recorrer 1200 metros y cruzar el arroyo del Romeral, seguimos por el GR-10, que nos acerca, casi, hasta el vértice geodésico de Abantos donde paramos para hacer mas fotos, comer y descansar un rato.

Nuevamente retomamos el camino y, en dirección SW, llegamos al paraje conocido como Cervunal.

Esta zona es utilizada a menudo para el despegue de parapentes, nosotros no hemos traído por lo que comenzamos la bajada por senda que, nuevamente, dibuja zetas y en descenso pronunciado, 400 metros en poco más de dos kilómetros de recorrido.

Llegamos a una pista asfaltada y de camino fácil que, tras pasar el arroyo de la Barranquilla y el mirador de Abantos, abandonamos para continuar por una senda que sale a nuestra derecha que, atrochando, acorta bastante lo que hubiéramos recorrido por la pista.


Llegamos a unas instalaciones de los agentes forestales y, ya junto al embalse del Romeral, en un pispas alcanzamos el aparcamiento inicio de nuestro recorrido.

Ruta cómoda y amena que se merece 4 ****.
José Luis Molero

FOTOS

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Excursión 669: Dehesa de Majadahonda y río Guadarrama

FICHA TÉCNICA
Inicio: Villafranca del Castillo
Final: Villafranca del Castillo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 14,6 Km 
Desnivel [+]: 238 m 
Desnivel [--]: 238 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 34

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RESUMEN
El propósito era hacer una ruta lineal desde las cercanías de la urbanización Villafranca del Castillo hasta la carretera M-501, pero lo lluvioso del día y lo presumiblemente embarrado de los caminos hizo pensar a Antonio que era mejor cambiar los planes y hacer una ruta circular, siguiendo la estela de José María, buen conocedor de estos terrenos y, como yo, vecino de Majadahonda.

Así pues, los 34 senderomagos reunidos esa mañana junto a los tubos de la conducción de agua Picadas- Majadahonda iniciamos el camino que transcurre en paralelo a los tubos en dirección a nuestro pueblo.

Subiendo por el citado camino alcanzamos pronto una zona con grúas y maquinaria de obras públicas que se están usando para una ampliación de la depuradora de aguas del Arroyo del Plantío, que da servicio a los pueblos limítrofes.

El paso elevado para las tuberías sobre el citado arroyo es bastante impresionante y permite también, por los bordes, el paso de viandantes e incluso de bicicletas, como sabemos bien los que con frecuencia nos movemos por aquí.

Más adelante, sobre la mano derecha del camino, por donde nos desviamos, se extiende la llamada Dehesa de Majadahonda. Es esta una zona de encinares, pinos, espliego y otras plantas que ocupa una extensión no tan grande, pero que resulta muy agradable para pasear en cualquier época del año.

Por sus caminos, monte arriba, llegamos pronto a una solitaria cruz de granito ubicada en su extremo occidental, en cuya base puede leerse la siguiente inscripción: ANTONIO MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, 12-VIII-1909, BURGOS, 8-IX-1936, TORREJÓN DE ARDÓZ. En esta página se puede conocer su historia.

Al amparo de este fúnebre monumento, y como ya estaba cercano el mediodía, descansamos un poco y dimos buena cuenta de nuestro habitual tentempié.

En la ladera de la sierra, no tan lejana, apareció brevemente el arco iris, y pronto dejó de llover y comenzó a abrir el día. Así que, más contentos ahora, reemprendimos la marcha de vuelta hacia el río Guadarrama, ahora por el camino donde se ubica un lujoso picadero de caballos, algunos dicen que es de la familia Botín, desde luego la ciudad del Banco Santander, en Boadilla del Monte, no está tan lejana, así que les pilla a mano.

Al alcanzar ya nuevamente el arroyo de El Plantío y el mismo río Guadarrama no pudimos atravesarlo para ir al otro margen, como hubiéramos querido.

Las lluvias de días anteriores y de la mañana habían recrecido estos cauces, normalmente poco abundantes y fácilmente vadeables, pero esta vez insalvables. El agua tenía ese color característico que le da la arena que arrastra, y a la que debe su nombre el río, pues como es sabido Guadarrama viene del árabe, wad (río o valle) y ramil (arena).

Así pues, tras el correspondiente posado para la foto de grupo, reemprendimos marcha arriba, por un nuevo camino, en dirección a la carretera M-509, que cruzamos por el túnel que se ubica en su antiguo trazado. De aquí, atravesando campos y luego otra carretera, la M-815, enfilamos el bonito barranco de la Vigüela. 

Aquí las botas pesaban ya toneladas por el barro acumulado, así que cada poco era menester parar para limpiarlas un poco y poder seguir la marcha. Ya llevábamos 14 kms recorridos y estábamos cerca de alcanzar nuevamente el río Guadarrama, donde efectivamente, junto a otras tuberías que vienen de Valmayor, dimos buena cuenta de nuestros correspondientes bocatas.

Los coches estaban ya cerca, y hacía ellos continuamos para acabar la marcha donde la iniciamos, cerca de Villafranca del Castillo.

Como aún era pronto y lucía ya el sol casi, todos nos apuntamos a la cervecita de cierre de la ruta en la citada urbanización.

En este caso Antonio propuso y, allí nos dirigimos, el cercano bar del club deportivo de la Universidad Camilo José Cela (UCJC Sport Café), un acogedor chalé de madera en cuya terraza se estaba estupendamente.

En el interior del café los más futboleros podían ir siguiendo en la tele las evoluciones de los futbolistas de Alemania y Japón, saldadas con la sorprendente victoria nipona, 2-1, que dejó luego a Alemania eliminada del Mundial de Qatar 2022.

En resumen, un día mezclado, con lluvia, barro, arroyos y río, pero también con arco iris y sol, sobre un paisaje punteado igualmente de encinas, pinos, grúas y tuberías.

Y para acabar unas buenas cervezas y la compañía de los amigos del GMSMA,… todo ello vale bien las 4,5 sicarias que le otorgamos a esta excursión.
Luis Orgaz

FOTO REPORTAJES

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Excursión 668: Casa de Campo en otoño

FICHA TÉCNICA
Inicio: Estación Príncipe Pio
Final: Estación Príncipe Pio
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 14 Km 
Desnivel [+]: 102 m 
Desnivel [--]: 102 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 52

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RESUMEN
Una de las particularidades de esta excursión, ha sido el lugar de inicio, La cita fue, en la Estación Príncipe Pio. Es la primera vez, en nuestra amplia historia, que el GMSMA, inicia una marcha desde una estación de ferrocarril, a excepción de la de Cercedilla.

Por una vez la mayoría de los senderomagos acudimos sin nuestro vehículo (en parte por poder usar el transporte público y reducir así el calentamiento global y en parte por el imposible aparcamiento en la zona). Unos llegamos en tren, otros en metro, algunos en autobús, y no sé, si alguien en AVE (Quizás desde Segovia).

Esta Estación, antes llamada del Norte, me trae buenos recuerdos, por mi desplazamiento durante dos veranos, a Segovia-La Granja, para cumplir con mis obligaciones con la Patria (qué remedio!), aunque ya han pasado unos pocos años, quizá por ello lo recuerde tan estupendamente.

La segunda particularidad de esta excursión, fue el número de participantes.

Creo que es la marcha, (si exceptuamos las de fin de curso, y otras efemérides), con mayor asistencia de nuestra historia. Un total de 52 senderomagos, y esto, a pesar del panorama lluvioso que nos amenazaba.

Iniciamos la andadura, a las 10,30h en punto, (como en nosotros es habitual), dejando a nuestra izquierda, la Puerta de San Vicente, y descendiendo por el Puente, y la Puerta del Rey, hacia la entrada de la Casa de Campo.

Durante el primer kilómetro, recorrimos la Huerta de la Partida, pasando por el acueducto del mismo nombre. Desde este punto, las vistas de Madrid, son espectaculares, con el Palacio Real y la Catedral de la Almudena ,como teloneros principales. Continuamos la marcha, cruzando el Arroyo Meaques, con sus orillas muy resbaladizas, (rezando para que ningún senderomago, se mojara en tan abundantes y húmedas aguas).

En esta época del año, la vegetación de la Casa de Campo está teñida de colores anaranjados y amarillentos, que dan un aire romántico-melancólico a sus escasos paseantes. El día amenazaba lluvia, aunque hasta el medio día, no hizo aparición, el tan deseado líquido, para llenar pantanos. De pronto paraguas, impermeables y chubasqueros aparecieron rápido, cual setas otoñales, de sus aposentos mocheriles. Ya el paseo no era tan romántico-melancólico!

Atravesamos la explanada de entrenamiento de toreros, y vuelta a cruzar el arroyo Meaques, aunque esta vez por un confortable puente de cemento (Mi amigo Jose María no me ha dicho su nombre).

A nuestra izquierda, mientras observamos el Parque de Atracciones, llegamos a la Fuente de los Tres Caños, también llamada del Robledal, que fue clausurada en 1996.

Continuando el paseo por la senda principal, llegamos, al curioso recinto dedicado al Sagrado Cerrazón de Jesús, y su curiosa historia, de los obuses que no explotaron durante la guerra civil. En este recinto con abundantes bancadas y bonitos jardines, tomamos el tentempié de media mañana, Continuamos nuestra marcha, en dirección al Postigo de los Pinos (Única puerta original de la Tapia, y que se encuentra en su lugar de origen).

Al otro lado de la Tapia se pueden observar, los municipios de Aravaca y Pozuelo. Además, se ven con claridad, las cinco torres de la Castellana, y la Puerta de Madrid. Seguimos nuestra andadura, hacia el Cerro de Garabitas, de 675 msnm, lugar donde se encuentra la torre de vigilancia de incendios. En este punto, se intensificó la lluvia, y puso muy resbaladiza la senda de bajada hasta el Estanque del Repartidor.

La tercera particularidad de la jornada, fue, que debido a la fuerte, e insistente lluvia que estaba cayendo, no tuvimos más remedio, que comer de pie, debajo de un puente, por el que pasaban las vías del tren.

Creo que es la primera vez que esto ocurre en la historia del GMSMA. Después de la desangelada comida, y a paso ligero, seguimos caminando bajo una intensa lluvia, observando el gran atasco existente en la cercana M-30 (menudo consuelo). Llegamos al Paseo Piñonero, en dirección al Lago.

En este punto, nos separamos los senderomagos que iban al Metro y los que volvíamos a Príncipe Pio. Pasamos por delante de la Fuente de los Vargas, seguimos por la Puerta del Rey y cruzamos el Puente del Rey sobre el Manzanares, hasta llegar a la Estación de Príncipe Pío, donde celebramos el acontecimiento con unas gratificantes cervecitas.

En resumen: excursión otoñal, con árboles y vegetación de bonitos colores, pero muy pasada por agua. En esta ocasión San Pedro no nos hizo ni puñetero caso.

Califico la marcha con 3 sicarias.
Nicolás Pizarro

jueves, 10 de noviembre de 2022

Excursión 667: Valle de Aisa y Rigüelo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Aparcamiento la Cleta. Aisa
Final: Aparcamiento la Cleta. Aisa
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 5 Km 
Desnivel [+]: 280 m 
Desnivel [--]: 280 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 7

MAPAS 
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RESUMEN
Hoy es nuestra última excursión en esta aventura por los Pirineos. El día tiene un sabor agridulce, por un lado, todo suena a despedida, por otro el pronóstico del tiempo es muy bueno, un día claro con alta visibilidad y buena temperatura, es todo un regalo, nos vamos a despedir a lo grande.

Con las maletas en los coches, nos dirigimos hacía el valle de Aísa, la carretera es un poco tortuosa, hay que tomárselo con calma, el paisaje lo compensa todo. Dejamos los coches al llegar al aparcamiento de la Cleta, una valla impide la circulación rodada y marca el arranque de la ruta del puerto de Aísa.

Al bajar del coche nos sorprende la temperatura, hace un frío helador, ¿qué ha pasado?¡¡¡ hoy es día de manga corta!!!, menos mal que por si acaso, llevamos de todo y empezamos a abrigarnos.

Mientras los últimos terminan de prepararse, vamos caminando lentamente para entrar en calor, el camino es una pista de cemento empinada. A los diez minutos de caminata, en una curva, todo cambia de repente, se abre el paisaje en el lugar donde confluyen los barrancos de Igüer y Estarrún, nuestras caras de asombro lo dicen todo.

Hacemos una parada para hacer fotos, reagruparnos y quitarnos la ropa, ahora si, hemos dejado la zona umbría, y también el frío.

Muy a nuestro pesar, nos habríamos quedado horas mirando, empezamos a movernos hacia los llanos de Napazal, abandonamos la pista y a la derecha cogemos una senda, contemplamos las caprichosas pozas y cascadas que forma el río Estarrún, y seguimos mirando el paisaje para todos lados, sin saber muy bien en qué centrarnos, la rocas kársticas, el pico de Rigüelo, el Macizo de Aspe, los Mallos de Lecherines, el pico de Lecherin, el río de nuevo.


El suelo está muy embarrado, pisamos la hierba para no resbalar y sobre todo miramos para todos lados.

Empezamos a ver muy cerca nuestro objetivo, una cabaña sobre una elevación verde, según nos vamos acercando nos damos cuenta que el refugio no está solo, alrededor hay cuatro caballos, sus formas son muy diferentes, se trata de una raza de la zona, y contemplan una estampa muy especial, como no puede ser de otra manera nos hacemos fotos y fotos con los caballos y el refugio.

Entramos en el refugio, está muy limpio, tiene de todo por sí tienes que usarlo, leña, pinzas de la ropa, cuerda para tender, libros, comida. En la pared, hay una pequeña leyenda “Coge lo que necesites, deja lo que te sobre”.

También tiene leña preparada y una hoja donde te cuenta el valor de la leña y que no se debe malgastar, quizás mañana salve la vida a alguien. Aprovechamos para hacer un pequeño Ángelus, y dejar barritas, geles y frutos secos que ya no vamos a necesitar.

Otra vez a nuestro pesar, tenemos que abandonar el refugio y empezar el camino de vuelta, en seguida nos desviamos y vamos campo a través, aquí no hay senda ni nada parecido, bajamos como podemos, hemos oído que vamos a la Surgencia, al menos yo, no tengo muy claro que es lo que nos espera.

Los últimos metros de bajada hay que tener mucho cuidado, hay mucho agua debajo de la hierba, y es que estamos llegando al Manantial de Rigüero, la surgencia es una cascada que emana de la tierra.

Nos paramos de nuevo y fotos y más fotos, y miramos y volvemos a mirar tan impresionante paraje.

Y otra vez a nuestro pesar, tenemos que empezar a andar, y esta vez si, para llegar al final de la ruta, y de la escapada Pirenaica, mi primera pero no última escapada por los Pirineos.

En el albergue de Riglos paramos a comer y contemplar sus mallos, que Flor fotografió y podemos contemplar en este enlace.

Como podréis haber adivinado, valoro esta ruta y este viaje con su máxima distinción de 5 Sicarias.
Fernando Ramos