miércoles, 28 de octubre de 2020

Excursión 532: Cañones de los ríos Pirón y Viejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Losana de Pirón
Final: Losana de Pirón
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 17,3 Km
Desnivel [+]: 332 m
Desnivel [--]: 332 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 21

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Dia 239 del inicio de la pandemia, en el mes de octubre del año 1 desde este infausto acontecimiento. Estamos hasta el gorro de llevar mascarillas, aunque por responsabilidad, e indicación de la autoridad competente las seguimos llevando escrupulosamente.

Hemos quedado a las 10,30 de la mañana en el pueblo segoviano de Losada de Pirón, para realizar una marcha circular por los cañones de los ríos Pirón y Viejo, que Carolina con muy buen tino, había propuesto al boss hacía tiempo.

El día está muy nublado, con una fina lluvia que al principio era de “calabobos” pero que al poco se convirtió en “calatontos”. Como somos optimistas y tenemos información privilegiada de “Pedro” el protector de Antonio, sabemos que el pronóstico es de mejoría, y que a la hora del “Ángelus” aparecerá el sol en toda su amplitud.

No obstante, debido a la época del año en la que nos encontramos, con los árboles amarilleando y enrojeciendo en todo su esplendor, con una ligera llovizna, un precioso río, y un maravilloso paisaje, es el decorado perfecto para románticos, soñadores, idealistas y quijotes. 

Aquí Paco (poeta maravilloso del GMSMA) habría hecho su agosto con su repleto abanico de poesías y rimas. Además, no faltaban en el decorado, ermitas semidestruidas, poblados abandonados, molinos junto al río, y puentes medievales. Bueno no quiero adelantarme, a la descripción, de los lugares que vamos a visitar, y disfrutar, en el ambiente romántico, y melancólico del lugar.

Nos dirigimos primeramente, hacia el margen derecho del río Pirón, y lo recorremos y observamos, desde la parte superior del desfiladero, en el que existen cortados verticales, de más de 100 metros de desnivel. Lugar un poco peligroso, si vas despistado, por la humedad, y lo resbaladizo del terreno.

Las vistas desde lo alto del acantilado, son preciosas, observando el curso del río y los árboles y arbustos con aspecto otoñal. Ya podemos ver, la ermita de Santiaguito, del siglo XVIII, a la que acuden en romería, el 25 de Julio, los pueblos de la zona. (Este año I después de la pandemia, como sabéis, no ha sido posible su realización). Continuamos la marcha dirigiéndonos al poblado abandonado de Cobatillas, siguiendo el Camino Real de Turégano.

Atravesamos un precioso puente medieval del siglo XVI sobre el río Pirón. Merece la pena, explicar someramente, como es, desde mi punto de vista, el Río Pirón.

En estas épocas , viene con mucha agua. Son aguas trasparentes, en las que se reflejan los árboles y arbustos cercanos, con bellos rincones de una naturaleza abrupta y exuberante, El Puente de Covatillas, la Fuente y el Caserío del mismo nombre son del siglo XVIII, y pertenecían a una familia noble relacionada con la familia Contreras.

El escudo de la familia está esculpido en un dintel de la compuerta que regula el nivel de la Fuente de Covatillas. En esta compuerta se encuentra una cabeza de azud, con salidas de agua talladas en granito en forma de leones. (Este párrafo no es de mi cosecha, está inspirado en un historiador local, muy bien informado).

El manantial surge de una alberca, construida en la base de los farallones calizos, tapizados por hiedras, precioso. Las aguas de este manantial, bastante caudaloso, son casi constantes en caudal y temperatura durante todo el año. Continuamos caminando y llegamos al molino de las Cobatillas, que actualmente está en ruina, sin tejado ni construcción interna, solamente las paredes externas continúan en pie. 

Cambiamos el curso del río Pirón, por el curso del río Viejo, y nos dirigimos hacia la cueva de la Mora. La entrada a la cueva está tapada, por una gran roca caliza, en posición vertical, que impide su acceso por ese lado.

Ascendemos a la parte alta de la montaña y existe un acceso desde arriba, por un pequeño túnel, en el que se introdujeron varios senderomagos. Dicen que dentro existe una pequeña tumba tallada en la roca donde estaba enterrado un niño moro?. Desde el interior de la cueva y por una gran apertura, se ven grandes vistas del Cañón del Río Viejo. 

Continuamos la marcha por la parte superior del cañón del Río Viejo, superando Peña Tierna, y volvemos por el antiguo camino de Torreiglesias, hasta llegar de nuevo al río Pirón, donde vemos la Cueva de la Vaquera.

La entrada es bastante amplia, con un árbol en medio del acceso, y un gran espacio que va estrechándose, hasta el fondo, donde existe una hendidura por la que pueden pasar, los que quieran seguir investigando el lugar. Dicen que en el interior, discurre un arroyo subterráneo, que alcanza la galería inferior de la cueva.

Continuamos caminando por el margen izquierdo del Río Pirón, durante varios kilómetros y llegamos al lugar donde habíamos dejado los coches, cerca de Losana de Pirón. 

Por lo bonito del lugar, el precioso Río Pirón, y el otoño pletórico, doy a esta marcha la máxima calificación, 5 sicarias.
Nicolas Pizarro

FOTOS
* Fotos de Ángel Vallés
* Fotos de Elena Alfaro
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela

miércoles, 21 de octubre de 2020

Excursión 531: Por el Valle de la Fuenfría

FICHA TÉCNICA
Inicio: Las Dehesas. Cercedilla
Final: Las Dehesas. Cercedilla
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 14,4 Km
Desnivel [+]: 617 m
Desnivel [--]: 617 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 5

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Dice el cancionero popular cosas como …. ´Que llueva que llueva la Virgen de la Cueva’, ‘que sí, que no, que llueva a chaparrón’, ‘tiene que llover, tiene que llover …. a cantaros’. Hay una peli vieja y muy famosa que se llama ‘cantando bajo la lluvia’ en que un tal Gene Kelly se lo pasa pipa cantando bajo una torrencial lluvia. Incluso tienen canciones relacionadas con la lluvia Bob Dylan, Los Beatles, Led Zeppelin, etc ... ¡que bonito!.

Pero claro, también nos dice el refranero que ‘Nunca llueve a gusto de todos’. No es que a mi no me guste la lluvia. Muy necesaria para que el campo se ponga verde y crezcan las amapolas, se quite la boina de contaminación de las grandes ciudades, las compañías eléctricas no nos suban el precio de la luz y todo eso…. Pero, ¿Qué tal si lo hace de noche cuando estamos en casita? Bueno venga… también un ratito de dia, pero sin pasarse.

Al grano, el caso es que esta iba a ser una jornada lluviosa, muy lluviosa. Avisados estábamos, en la convocatoria, Antonio nos puso textualmente: ‘como el próximo miércoles va a llover mucho, mucho, mucho, mucho, vamos a hacer una excursión por los árboles para intentar mojarnos menos…’. Y aunque hay quien opina que ‘el que se protege de la lluvia bajo un árbol se moja dos veces’, en esta ocasión fue un acierto.

Seguramente las previsiones de agua fueran el motivo por el cual tan solo fuimos 6 los participantes, 5 humanos y uno canino: Twiter. Que bien equipados (los humanos) con polainas, capas, etc. Nos dispusimos a afrontar la jornada.

La iniciamos en el aparcamiento de Majavilán, a 1224 metros de altitud, en las dehesas de Cercedilla, cerquita del hospital de La Fuenfría. Ya que al agua nos iba a aportar una dificultad extra en el camino, pues la realizaríamos casi en su totalidad por buenas pistas para el senderismo, donde la incomodidad sería menor.

Rápidamente nos dirigimos hacia la Calzada Romana que pasa cerquita del aparcamiento, en ascenso desde el principio, camino del Puerto de La Fuenfria. Pronto, apenas 600 metros mas allá, alcanzamos el Puente del Descanso. Y 1,5 km mas arriba el Puente de Enmedio. Y desde ésta, en ascenso más fuerte, siempre por la Calzada Romana, llegamos al Puerto de La Fuenfría, que con sus 1777 metros de altura, sería el punto más alto de la jornada, por lo que hemos cubierto unos 550 metros de desnivel y unos 3,2 km recorridos.

Durante todo este trayecto hemos estado bajo la lluvia, que era constante, pero ni mucho menos tan fuerte como en un principio se preveía. Como íbamos bien protegidos, apenas nos resultaba molesta para caminar. La dificultad era para maniobrar: Hacer fotos, sacar algo de comida o lo que sea de la mochila, etc … por este motivo, no tuvimos paradas hasta este punto.

El otoño está siendo muy propicio para las setas, por lo que vimos muchas a nuestro paso. También pasamos junto a varias bonitas torrenteras de agua junto al camino.

En el puerto hicimos alguna foto rápida y sin más iniciamos el descenso. Lo hacemos hacia la derecha, tomando la Carretera de La República. Por la que iba a discurrir una buena parte de la jornada. Pasamos por el Mirador de La Reina, la Fuente de Antonio Ruiz, el Puente de la Navazuela, la Loma de Majalasma. Siempre bajo la lluvia y además con una neblina que hacía el paisaje un tanto tenebroso, y que nos impedía vista alguna del paisaje más allá de apenas 100 metros.

En un margen a la derecha de la Carretera de La República, alcanzamos el pequeño Refugio de Aurrulaque, en la Pradera de Navarrulaque, a 1637 metros de altitud. Llevamos 7 km recorridos y hemos descendido tan solo 140 metros en casi 4 km de distancia. Ahora sí, aquí bien resguardados podemos hacer y hacemos una parada en la que picamos algo para reponer fuerzas y sacar alguna foto.

Tras ese breve descanso, continuamos. Ya hemos abandonado la carretera y seguimos descendiendo, ahora con más pendiente, en la ladera de Las Berceas, pasando por la Fuente del Pocito, por la Vereda de los Encuentros: llevamos 8,5 km y estamos a 1500 metros de altitud. Un poquito más adelante iniciamos el descenso final, haciendo varias zetas, hasta que llegamos al Embalse de La Venta (9,5 km y 1329 metros de altitud).

La idea inicial era poder cruzar la presa del embalse, hasta el otro lado del Rio de La Venta, casi a la altura del restaurante Casa Cirilo. Pero, como a perro flaco todo son pulgas, y el día era de perro flaco, pues nada, que no se podía acceder. Tuvimos que seguir junto al rio de cara a cruzar en la primera oportunidad que tuviéramos. Algo nos acompaño la suerte: Ya no llovía. La pega estaba en conseguir llegar a un punto en que poder cruzar. En varias ocasiones parecía posible, pero si embargo al otro lado había interminables e infranqueables vallas de grandes fincas y casonas, por lo que nada ganábamos cruzando.

Finalmente, nada menos que dos kilómetros rio abajo de la presa, pudimos cruzar por el Puente de La Venta, y desde allí, retroceder por la carreta por la que horas antes habíamos pasado en coche, en dirección al aparcamiento.

No llegamos, unos 500 metros antes está Casa Cirilo, donde en esta ocasión fuimos bien acogidos. Optamos por comer allí, entre calditos, vinitos y racioncitas apañamos la comida. Además de para comer, esta parada nos vino de perlas ya que según llegamos comenzó una fortísima tormenta, que de no haber parado nos hubiera calado hasta los huesos.

Una vez dada cuenta de las viandas y pasada la tormenta fuimos a por los coches, dando por finalizada la húmeda jornada.

Conclusión, jornada pasada por agua, menos de lo previsto, con trazado sencillo y con final feliz. Pelin triste ya que es la última en que nos acompañaba Olga, que se iba a vivir a su querida Mérida. A la que deseamos que le vaya bien en su nueva vida, pero ojito, ¡sin olvidarnos!. Se va con el compromiso de venir de vez en cuando y acompañarnos en nuestras correrías montañiles ¡hasta pronto Olguita!.

Seré generoso: puntúo la jornada con un 4,5.
Jorge Montero

FOTOS

miércoles, 14 de octubre de 2020

Excursión 530: Por las ermitas de Galapagar y Colmenarejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenarejo
Final: Colmenarejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 19,2 Km
Desnivel [+]: 154 m
Desnivel [--]: 154 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 25

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Cuando caminamos cada miércoles es frecuente que piense cosas raras relacionadas con las zonas por las que pasamos, que como sería este paisaje hace 1000 o 10000 años, que si viviría gente, que cuando se habrán desprendido esas piedras, como es posible que hasta aquí llegase el mar, etc. 

Cuando cruzamos algún pueblo o pasamos cerquita, nos cruzamos gente del lugar que sin duda están hartos de recorrer la zona, bien para trabajar la tierra, bien para darse paseos. En estos casos me pregunto: ¿Qué pensaran de una banda como la nuestra que para recorrer sus caminos vamos equipados de la cabeza a los pies como si llevásemos la casa a cuestas mientras que ellos lo hacen sin ningún atuendo específico? 

Bien, en esta ocasión he podido ver el tema desde el otro lado. Me explico: Resulta que esta ruta pasa por cerquita de mi casa, y es bastante habitual que haga al menos una buena parte de ella directamente desde ella, bien paseando al perro o bien corriendo. Pero ¿Cómo voy equipado? Pues con nada especial, con calzado cómodo, o con la ropa de correr en su caso.

Pero en esta ocasión, siendo miércoles de GMSMA, pues allá que vamos: Botas de marca y ropa especial para el monte, mochila, ropa de repuesto, y de abrigo ‘por si refresca’, guantes, gorras, cremas solares, comida, mucho agua, bastones, incluso papel higiénico, que nunca se sabe. Pero ¿Por qué esta diferencia? Pues no se, cosas que pasan. 

Es una ruta que en alguna ocasión le propuse a Antonio, o bastante parecida, aunque mi idea hubiera sido empezar en el punto mas cercano a mi casa, vamos, como para llegar andando. Sin embargo la íbamos a empezar en el punto más lejano: Colmenarejo. Había que ir en coche. 

El atractivo inicial serían las ermitas de Galapagar y Colmenarejo. Habrá alguno más, por ejemplo un pueblo abandonado (Navalquejigo) o la presa de Los Arroyos. Gran parte de la ruta sería entre encinas, sin desnivel y sin cuestas significativas, por pistas y senderos anchos, muy fáciles de caminar, muchos de los cuales son cañadas reales. 

La mañana empezó fresquita, más bien muy fresquita, si bien el sol se encargó de transformarla progresivamente en calurosa, quedándonos al final incluso en manga corta. 

Se trata de una ruta circular, de unos 18 kilómetros. Viéndola grabada una vez finalizada, yo diría que es más bien rectangular. La haríamos en sentido contrario a las agujas del reloj. Y por seguir el símil del reloj, diremos que es como si recorriéramos el borde de uno de esfera rectangular, que iniciaríamos en las 5, subiríamos hasta la 1, cambiaríamos de arista girando a la izquierda hasta las 11, bajaríamos a las 7 y cerraríamos hacia la derecha hasta las 5 en que habíamos empezado. Así que, utilizaré estas referencias para describir la ruta, y así será facilísimo para el lector de este ladrillo de crónica situarse en cada momento. 

Venga, vamos allá. Estamos por tanto en las 5, a las afueras de Colmenarejo, cerquita de la entrada desde Galapagar, en la calle o pista Cañada Real, y subimos hacia las 4 dejando prontito a la derecha un centro de trabajos de jardinería de Apascovi. Esta zona se denomina La Dehesa Vieja. Un poco más delante, inmediatamente antes de cruzar la carretera de Las Rozas a El Escorial, distinguimos a nuestra derecha un enorme caserón, yo diría que casi un palacio semi camuflado en una buena finca. En alguna ocasión alguien me dijo que era de un torero, tal vez de José Tomás, que para eso es de Galapagar, en cuyo término acabábamos de entrar. 

Cruzamos la carretera, ya muy próximos a las 3. Pronto estamos casi a los pies de un par de pequeños depósitos de agua que sin embargo estaban a una gran altura, separados entre ellos unos 20 metros. Seguramente se utilizan para aumenta la presión del agua, mas que para abastecimiento.

Hubiera sido un desafío subir hasta ellos, incluso cruzar de uno a otro por la pasarela que los une, pero resulta que estaban en una finca particular de la que nos separaba una valla, por tanto no tuvimos ocasión de caer en la tentación. 

Pasadas las 3 alcanzamos la pista que parte de Galapagar y finaliza en la llamada Puerta Verde. La tomamos hacia la izquierda. Cruzamos un puentecito sobre un arroyuelo y un poco mas adelante, digamos que a las 2, tenemos a la izquierda algo parecido a un hórreo moderno, pero que en vez de para preservar el maíz de la humedad y los roedores, se debió de utilizar como punto de observación por agentes forestales.

Aquí hacemos una breve parada, lo suficiente para que Javier, un amigo invitado de Ángel Vallés buen conocedor de la zona, nos explicase cómo hace más de 20 años él y unos amigos se dedicaron a descubrir por donde trascurrían muchas de estas cañadas, ya que los terratenientes propietarios de las fincas por las que pasan se habían adueñado de ellas, cerrándolas.

Tarea que resulto complicada, incluso peligrosa en más de una ocasión, ya que esos que se las apropiaron no veían con buenos ojos que de repente se descubriese el pastel, teniendo que permitir el paso a todo el que lo pretendiera.

Este fue el motivo por el que buena parte de las fincas estén ahora valladas, para evitar que los senderistas, corredores o ciclistas se metan en sus tierras. 

Llegamos a la Puerta Verde, que es una de esas puertas que cerraban el paso a la cañada. Es una destartalada puerta metálica de doble hoja pintada de verde, que desde hace años siempre esta abierta con ayuda de unas piedras. O mas bien era, ¡ya no había puerta!

No se cuándo la habrán quitado, pero yo juraría que este verano allí estaba. Tras cruzar la puerta desembocamos en una amplísima pista, el Cordel de las Suertes Nuevas, tramo de la Cañada Real Segoviana que a la izquierda baja hasta Valmayor, pero que tomamos hacia la derecha. 

Seguimos esta pista hasta que nos situamos en la 1. Estamos en la ermita de Galapagar, en plena Cañada Real Segoviana. Popularmente conocida como ‘del Cerrillo’, ya que esta en un pequeño cerro, pero que realmente se llama Ermita de San Bartolomé. Debió ser construida para culto para los pastores, que también descansarían en la fuente que hay junto a ella.

Se trata de una pequeña y bonita construcción de granito. No está claro cuándo fue construida, siendo reconstruida en 1447. A mediados de mayo se celebra junto a ella una romería en honor de Nuestra Señora de los Desamparados.

Frente a ella hay una antigua granja, que actualmente se ha transformado en un restaurante: La Casona del Pastor. Muy recomendable, en especial para cenar al aire libre en verano y contemplar la puesta de sol. Aprovechamos el área recreativa junto a la ermita para hacer el Angelus. 

Seguimos por el Camino del Cerrillo, a la izquierda del restaurante, metiéndonos ya en el termino municipal de El Escorial y cambiando a la arista superior de nuestro ficticio reloj, camino de las 12. 

Llegamos al pueblo abandonado de Navalquejigo. Realmente está abandonado a medias ya que desde 1993 está tomado por ‘okupas’, que más o menos lo habitan y en el que han creado pequeños huertos en general con no muy buena pinta. 

Este pueblo fue creado en el siglo XI por pastores segovianos, llegados hasta aquí siguiendo la Cañada Real Segoviana. Estuvo habitado hasta 1980. Parece ser que el pueblo llegó a tener bastante riqueza, incluso tuvo ayuntamiento. Fue perjudicado por la construcción del pantano de Valmayor.

La construcción más significativa es la iglesia-fortificación, del siglo XIII. Actualmente en estado más que ruinoso, aunque conserva la fachada principal, en cuyo interior hay una escalera de caracol que sube hasta una balconada encima de la puerta. Aquí más información del pueblo.

Salimos del pueblo y cruzamos la carretera que une Las Zorreras con Los Arroyos, para bordear, junto a la vía, la urbanización los Arroyos por su parte norte y cuando llegamos a la altura de las 11, el camino gira a la izquierda entrado en una nueva arista, la de la izquierda de nuestro supuesto reloj.

El camino sigue bordeando la urbanización. Dejamos a la derecha las llamadas Lagunillas, dos pequeñas lagunas prácticamente juntas. 

Siguiendo este mismo sendero, pasamos por las 10 imaginarias y casi en las 9 alcanzamos la cola del pequeño embalse de Los Arroyos, que vierte sus aguas en el grandote Valmayor. Caminamos a su lado y cruzamos a medias su presa, desde donde hacemos muchas fotos, incluyendo la de grupo. Actualmente el nivel de Valmayor es muy bajo, lo que nos permite bajar hasta él, en su cola, por una escalera situada en medio de la presa de Los Arroyos. 

Esta escasez de agua en Valmayor también hace que podamos caminar por la amplia franja de arena que queda al descubierto. A la altura de las 8 pasamos por debajo del puente de la carretera de El Escorial y cruzamos la antigua carretera, que quedó inutilizada al ser sumergida en las aguas tras la construcción del pantano en 1975.

Si embargo, cuando el nivel del agua es mucho más bajo que el de ahora, es posible cruzar por el antiguo puente del Tercio al otro lado. Seguimos bordeando y un poco más adelante paramos a comer. Llegamos a las 7, punto frontera con el último lado de nuestro reloj. Tenemos por tanto que girar a la izquierda alejándonos del pantano para entrar en el llamado Camino de Peralejo. 

Cuando estamos más o menos en las 6 el reloj tiene una abolladura, tenemos que girar 90 grados a la izquierda, para subir un poquito por el Camino de Villamantilla. Abolladura que nos viene de perlas para llegar a la ermita de Colmenarejo, que tiene junto a ella un mirador con un crucero y la imagen de Santiago Apóstol.

Es la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, de muy reciente construcción (1999). Sencilla, de granito, con atrio, y techo de pizarra. En sus paredes exteriores hay unas placas con grabados de los misterios del Rosario. En ella se celebra una romería el primer domingo de septiembre en honor a Nuestra Señora de la Soledad. 

Nos queda muy poquito, llegar hasta el 5 por la denominada Cañada Real del Camino de Madrid para dar por finalizada la excursión. Si bien la jornada la cerraríamos tomando algo. Lo hacemos en el bar El Olivo, en Colmenarejo, donde fuimos bien atendidos. 

Pese a que al principio, por ser bien conocida para mí, no me llamaba la atención, la excursión resulto bastante bonita y agraciada con muy buen tiempo, de recorrido muy sencillo y cómodo. La calificaré con un 4.
Jorge Montero

VÍDEOS
* Vídeo de José María Mascaraque

FOTOS
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela
* Fotos de Paco Nieto

miércoles, 7 de octubre de 2020

Excursión 529: La Cabaña del Ermitaño por El Cáliz y la Calavera de la Pedriza

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,7 Km
Desnivel [+]: 600 m
Desnivel [--]: 600 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 11

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
El día empezó un poco torcido: el aparcamiento de Canto Cochino en el que habíamos quedado estaba cerrado por obras. Pero, como nada detiene al GMSMA, buscamos el siguiente y aquí nos encontramos 9 senderomagos (5+4). Faltaban Antonio y Sol, que se incorporaron más tarde. Echamos mucho de menos a los compañeros que, por orden de Sanidad, habían quedado confinados en sus ciudades. Esperemos que esta pesadilla termine pronto y podamos volver a salir todos juntos por los montes.

Empezamos a andar en un día precioso en busca de esa cabaña que Paco Cantos nos había encargado encontrar. ¿Cómo es posible que un experto como él no la haya visto?

Así que, con mucho ánimo cruzamos el río Manzanares por el bonito puente de piedra y por el PR-M1 empezamos a ascender hacia el Collado del Cabrón, con la intención de pasar primero por El Cáliz. A mitad de la subida, Mecha nos la volvió a jugar. Salió detrás de algún animal y, cuando fui a buscarla, ¡venía con el Jefe! ¿Será que ya ha comprendido quién manda?

Dejamos el PR para seguir por una empinada senda que sale a la derecha y, tras una cerrada curva a la izquierda del camino, la fantástica imagen del Cáliz apareció ante nosotros, una de las esculturas más famosas de la Pedriza.

Junto a esta enorme copa, nos hicimos las fotos de rigor. Continuamos en dirección noreste, pronto alcanzamos unas lanchas que a modo de mirador natural ofrecían una fantásticas vistas de la Cuerda Larga y otra perspectiva del Cáliz.

Y, subiendo más, pasamos bajo lo que parecía un enorme dedo señalando al cielo, y muy cerca de él, tras una curva a la izquierda, una emotiva figura de dos aves besándose, con tan increíble realismo que pareciera que tras el amoroso gesto fuesen a echar a volar.

Unos metros más adelante, llegamos a la parte norte de Peña Horcajo, también llamado Cancho de los Muertos, donde disfrutamos de unas vistas fabulosas desde un mirador natural que nos sale a la izquierda, allí paramos y, sentados en unas piedras, tomamos el aperitivo. Eso sí, ahora toca no compartir. 

Tras el descanso, continuamos y según seguíamos nuestro paseo íbamos divisando más esculturas esculpidas por la mano del viento y el agua: el Pajarito, el Delfín, y hasta un Corazón. Es muy entretenido este recorrido, donde cada uno iba señalando rocas y viendo en ellas las formas más variopintas, además de divisar varias cabritas en lo alto de unos riscos.

Entre las rocas, había grandes marmitas de gigante, en las que los perros podían beber agua y remojarse.

Alcanzado el Collado del Cabrón, continuamos por una senda en dirección noreste, hacia Cuatro Caminos. Dejamos por un rato las piedras y seguimos por un camino fresquito, rodeado de árboles. Por el camino vimos, incluso, un acebo bastante grande y con muchas flores. 

Y desde el Mirador de los Pinganillos divisamos la Charca Verde y el Tolmo, lo que suscitó una discusión. ¿Cuál es el origen de esta enorme piedra, se ha caído de una ladera o ya estaba allí desde siempre, como sostenía alguno? Quedamos en levantarla cuando bajáramos y comprobarlo por nosotros mismos.

Os adelanto lo que nos envió después nuestro compañero José Luis M, después de una ardua investigación: “el Canto del Tolmo tiene unas dimensiones de unos 17 m de altura, 73 m de circunferencia y 176 m³ de volumen lo que viene a ser un peso de unas 500 toneladas. 

Casiano advirtió una superficie con una coloración y forma diferente al resto de las caras de este bloque, lo que significa que tuvo que desprenderse de algún risco " 

Tras desviarnos por una entretenida trocha, conectamos con el PR-M2, que nos llevó al cruce de caminos más famoso de la Pedriza, conocido como Cuatro Caminos, por ser cuatro los posibles senderos que se pueden seguir desde él, marcados con palos e hitos en cada una de las esquinas.

A pocos metros de él, después de cruzar un riachuelo y subir a unas lanchas con estupendas vistas, llegó la hora de la comida.

Nos sentamos con la separación obligada y nos tomamos nuestros bocadillos, después de lo cual disfrutamos de una pequeña siesta sobre las rocas (alguno, incluso se quitó la camiseta, no digo más).

Y emprendimos la bajada, que, no sé cómo, resultó una buena subida hasta localizar nuestro objetivo principal de hoy ¡LA CABAÑA DEL ERMITAÑO!, que construyó un tal Iñaki y en la que vivió unos siete años, ayudando varias ocasiones a gente perdida por la Pedriza. Al final le echaron y destruyeron la cabaña. Antonio, Paco y Nacho se dedicaron a arreglar la entrada, algo derruida, lo que queda reflejado en las fotos. Les quedó un chalet chulísimo.

Con los deberes hechos, iniciamos el descenso, dirigiéndonos hacia el arroyo de la Ventana, que unos metros más abajo, nos ofrece una bonita cascada, con varios saltos de agua para deleite de la vista.

Tras cruzar este arroyo más abajo un par de veces, nos desviamos a la izquierda para ir a contemplar La Calavera, otra roca singular emblemática de La Pedriza, que quizás no todo el mundo conozca por caer un poco a trasmano de las sendas principales.

Pasando por el Tolmete y cruzando el arroyo de la Dehesilla, llegamos al Tolmo, que no pudimos levantar, a pesar de llevar con nosotros aguerridos montañeros, por lo que nos seguimos quedando con la duda de si estaba o llegó allí.

Continuamos el descenso y tras llenar las botellas de agua con el tenue hilillo de aagua que manaba la fuente Carmina, llegamos a Llano Peluca, cruzamos el arroyo de la Dehesilla por el bonito puente de madera y enfilamos la Autopista de la Pedriza hasta llegar al aparcamiento donde habíamos dejado los coches. 

Como a mí la Pedriza me encanta, el día fue estupendo y la compañía fantástica, le doy 5 sicarias a la excursión.