Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,7 Km
Desnivel [+]: 600 m
Desnivel [--]: 600 m
Desnivel [--]: 600 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 11
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
El día empezó un poco torcido: el aparcamiento de Canto Cochino en el que habíamos quedado estaba cerrado por obras. Pero, como nada detiene al GMSMA, buscamos el siguiente y aquí nos encontramos 9 senderomagos (5+4). Faltaban Antonio y Sol, que se incorporaron más tarde. Echamos mucho de menos a los compañeros que, por orden de Sanidad, habían quedado confinados en sus ciudades. Esperemos que esta pesadilla termine pronto y podamos volver a salir todos juntos por los montes. Empezamos a andar en un día precioso en busca de esa cabaña que Paco Cantos nos había encargado encontrar. ¿Cómo es posible que un experto como él no la haya visto?
Así que, con mucho ánimo cruzamos el río Manzanares por el bonito puente de piedra y por el PR-M1 empezamos a ascender hacia el Collado del Cabrón, con la intención de pasar primero por El Cáliz. A mitad de la subida, Mecha nos la volvió a jugar. Salió detrás de algún animal y, cuando fui a buscarla, ¡venía con el Jefe! ¿Será que ya ha comprendido quién manda?
Dejamos el PR para seguir por una empinada senda que sale a la derecha y, tras una cerrada curva a la izquierda del camino, la fantástica imagen del Cáliz apareció ante nosotros, una de las esculturas más famosas de la Pedriza.
Junto a esta enorme copa, nos hicimos las fotos de rigor. Continuamos en dirección noreste, pronto alcanzamos unas lanchas que a modo de mirador natural ofrecían una fantásticas vistas de la Cuerda Larga y otra perspectiva del Cáliz.
Y, subiendo más, pasamos bajo lo que parecía un enorme dedo señalando al cielo, y muy cerca de él, tras una curva a la izquierda, una emotiva figura de dos aves besándose, con tan increíble realismo que pareciera que tras el amoroso gesto fuesen a echar a volar.
Unos metros más adelante, llegamos a la parte norte de Peña Horcajo, también llamado Cancho de los Muertos, donde disfrutamos de unas vistas fabulosas desde un mirador natural que nos sale a la izquierda, allí paramos y, sentados en unas piedras, tomamos el aperitivo. Eso sí, ahora toca no compartir.
Tras el descanso, continuamos y según seguíamos nuestro paseo íbamos divisando más esculturas esculpidas por la mano del viento y el agua: el Pajarito, el Delfín, y hasta un Corazón. Es muy entretenido este recorrido, donde cada uno iba señalando rocas y viendo en ellas las formas más variopintas, además de divisar varias cabritas en lo alto de unos riscos.
Entre las rocas, había grandes marmitas de gigante, en las que los perros podían beber agua y remojarse.
Alcanzado el Collado del Cabrón, continuamos por una senda en dirección noreste, hacia Cuatro Caminos. Dejamos por un rato las piedras y seguimos por un camino fresquito, rodeado de árboles. Por el camino vimos, incluso, un acebo bastante grande y con muchas flores.
Alcanzado el Collado del Cabrón, continuamos por una senda en dirección noreste, hacia Cuatro Caminos. Dejamos por un rato las piedras y seguimos por un camino fresquito, rodeado de árboles. Por el camino vimos, incluso, un acebo bastante grande y con muchas flores.
Y desde el Mirador de los Pinganillos divisamos la Charca Verde y el Tolmo, lo que suscitó una discusión. ¿Cuál es el origen de esta enorme piedra, se ha caído de una ladera o ya estaba allí desde siempre, como sostenía alguno? Quedamos en levantarla cuando bajáramos y comprobarlo por nosotros mismos.
Os adelanto lo que nos envió después nuestro compañero José Luis M, después de una ardua investigación: “el Canto del Tolmo tiene unas dimensiones de unos 17 m de altura, 73 m de circunferencia y 176 m³ de volumen lo que viene a ser un peso de unas 500 toneladas.
Casiano advirtió una superficie con una coloración y forma diferente al resto de las caras de este bloque, lo que significa que tuvo que desprenderse de algún risco "
Tras desviarnos por una entretenida trocha, conectamos con el PR-M2, que nos llevó al cruce de caminos más famoso de la Pedriza, conocido como Cuatro Caminos, por ser cuatro los posibles senderos que se pueden seguir desde él, marcados con palos e hitos en cada una de las esquinas.
A pocos metros de él, después de cruzar un riachuelo y subir a unas lanchas con estupendas vistas, llegó la hora de la comida.
Nos sentamos con la separación obligada y nos tomamos nuestros bocadillos, después de lo cual disfrutamos de una pequeña siesta sobre las rocas (alguno, incluso se quitó la camiseta, no digo más).
Y emprendimos la bajada, que, no sé cómo, resultó una buena subida hasta localizar nuestro objetivo principal de hoy ¡LA CABAÑA DEL ERMITAÑO!, que construyó un tal Iñaki y en la que vivió unos siete años, ayudando varias ocasiones a gente perdida por la Pedriza. Al final le echaron y destruyeron la cabaña. Antonio, Paco y Nacho se dedicaron a arreglar la entrada, algo derruida, lo que queda reflejado en las fotos. Les quedó un chalet chulísimo.
Y emprendimos la bajada, que, no sé cómo, resultó una buena subida hasta localizar nuestro objetivo principal de hoy ¡LA CABAÑA DEL ERMITAÑO!, que construyó un tal Iñaki y en la que vivió unos siete años, ayudando varias ocasiones a gente perdida por la Pedriza. Al final le echaron y destruyeron la cabaña. Antonio, Paco y Nacho se dedicaron a arreglar la entrada, algo derruida, lo que queda reflejado en las fotos. Les quedó un chalet chulísimo.
Con los deberes hechos, iniciamos el descenso, dirigiéndonos hacia el arroyo de la Ventana, que unos metros más abajo, nos ofrece una bonita cascada, con varios saltos de agua para deleite de la vista.
Tras cruzar este arroyo más abajo un par de veces, nos desviamos a la izquierda para ir a contemplar La Calavera, otra roca singular emblemática de La Pedriza, que quizás no todo el mundo conozca por caer un poco a trasmano de las sendas principales.
Pasando por el Tolmete y cruzando el arroyo de la Dehesilla, llegamos al Tolmo, que no pudimos levantar, a pesar de llevar con nosotros aguerridos montañeros, por lo que nos seguimos quedando con la duda de si estaba o llegó allí.
Continuamos el descenso y tras llenar las botellas de agua con el tenue hilillo de aagua que manaba la fuente Carmina, llegamos a Llano Peluca, cruzamos el arroyo de la Dehesilla por el bonito puente de madera y enfilamos la Autopista de la Pedriza hasta llegar al aparcamiento donde habíamos dejado los coches.
Como a mí la Pedriza me encanta, el día fue estupendo y la compañía fantástica, le doy 5 sicarias a la excursión.
Raquel Clabo
VÍDEOS
* Vídeo de José María Mascaraque
FOTOS
* Fotos de José Luis Molero
* Fotos de Paco Nieto
VÍDEOS
* Vídeo de José María Mascaraque
FOTOS
* Fotos de José Luis Molero
* Fotos de Paco Nieto
Hola, buscando algo sobre La Pedriza he encontrado vuestra página... no sé si este comentario va a llegar a algún sitio, pero sí es así, podríais decirme si podría apuntarme a alguna de estas rutas los miércoles y cómo darme de alta?? Saludos. Mariajosé
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