miércoles, 28 de julio de 2021

Excursión 572: Por los bosques y arroyos del Puerto de Canencia

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Canencia
Final: Puerto de Canencia
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 12,3 Km
Desnivel [+]: 456 m
Desnivel [--]: 456 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 27

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Como habíamos quedado, el grupo de 27 senderomagos nos reunimos en el Puerto a las 10 de la mañana. En esta ocasión contamos con varios “nuevos”, para empezar vuelve Joaquín al que llevábamos bastante tiempo sin ver y que resulta un gustazo tenerlo de vuelta con todos nosotros, a ver si coge la rutina y puede venir a menudo, igualmente dos amigos de Rosana, Inma y Pep que, creo, han salido de su isla para darse una vuelta con nosotros y, finalmente, el último “nuevo” -en todos los sentidos- es Gonzalo, nieto de Carlos y que, con esta ruta, se convierte en el senderomago más joven del grupo hasta el momento.

El bonito y fresco recorrido trazado por Paco Nieto comienza en bajada, eso es empezar bien, a ver qué pensamos al final que será todo lo contrario.

Por excelente pista (PR-28) y en dirección NE nos dirigimos hacia el pago de Navasaces, pero justo cuando llegamos a esta húmeda pradera la pista toma dirección N y seguimos bajando entre el Colladito Hondo y el Hueco de los Cortados. El grupo junto y en animosa charleta y siempre en agradable sombra.

Continuamos por la pista en cómoda bajada hasta el kilómetro 3.300 de nuestro recorrido donde la dejamos y tomamos otra que, en dirección a la carretera M-629 -que vemos a lo lejos- baja haciendo unas amplias zetas, al final de las mismas cruzamos el arroyo del Sestil del Maillo y enseguida y con precaución cruzamos la M-629.

Justo en el arroyo, comenzamos una subidita de unos 360 m. de desnivel directo y 5.600 m de recorrido hasta el Centro de Educación Ambiental (cerrado) ya en el GR-10.

Como siempre, esta subida se hace mas dura para unos que para otros, el grupo se estira formando pequeños grupos.

Continuamos por cómoda y sombreada pista en dirección SW durante 1700 m con una pendiente media del 11% hasta que nos cruzamos con otra y allí, haciendo una V en nuestro track tomamos dirección NE hacia el Collado Cimero que lo tenemos a tan solo 560 metros de distancia y donde seguimos por la misma pista que gira hacia el Sur.

Cruzamos un cortafuegos en dirección al abedular que ya tenemos cerca. Llegamos en poco tiempo donde nos volvemos a encontrar -aguas arriba- con el arroyo del Sestil del Maillo. Aquí decidimos hacer el “ángelus”, algunos se acercan a ver el hermoso tejo que tenemos a 200 metros, junto al arroyo y el resto se queda tomando algo y reponiendo fuerzas.

Juntos de nuevo, seguimos junto al arroyo aguas arriba por sendas relativamente definidas y que no aparecen en la cartografía de Openandromaps que algunos llevamos en los móviles, tras recorrer 200 metros nos encontramos con las fuentes del arroyo, el Arroyo de las Chorreras y el Arroyo Toril se unen en este punto donde toma el nombre de Arroyo Sestil del Maillo.

Por sendas parecidas a estas últimas seguimos en dirección al mirador de la Chorrera de Mojonavalle que tenemos a 350 metros de distancia, el arroyo del Toril baja con muy poca agua y el salto pierde casi todo su encanto. Algunos suben hasta la parte alta de la chorrera y la mayoría nos quedamos junto al mirador haciendo algunas fotos.

Ya nos queda apenas un kilómetro de subida para llegar al Centro de Educación Ambiental, por buena senda llegamos enseguida en dos grupos a los bancos con buena sombra que hay junto al Centro.

Le echamos un ratito para terminar nuestras viandas, algunos se acercaron a la fuente del Hornillo y ya, en ligera bajada nos dirigimos hacia nuestro punto de salida en el puerto, antes de llegar nos acercamos a ver un chozo que está en el pinar y se ve hacia la izquierda desde la pista, mas fotos y en un ratito, tras cruzar la carretera llegamos a los coches.

Despedidas de rigor, la ruta ha gustado pues, además de los paisajes ha sido bastante fresquita como requieren estos días estivales. Bien vale 4.5 sicarias.
José Luis Molero

FOTO REPORTAJES

viernes, 23 de julio de 2021

Excursión 571: Nocturna al Cerro del Ecce Homo con luna llena

FICHA TÉCNICA

Inicio: Alcalá de Henares
Final: Alcalá de H.
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 13,2 Km
Desnivel [+]: 270 m
Desnivel [--]: 270 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 13

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Ya es costumbre que en las calurosas noches del verano el Grupo haga una excursión nocturna para ver la salida de la luna llena. Por eso, me sugirieron hacerla esta vez en Alcalá. No lo tenía claro, «lo mismo no viene ni el Tato» —pensé—.

Hay cosas que no se pueden forzar, a la luna no se le puede pedir que se transforme en llena un miércoles. La próxima sería el 24 de julio, sábado. Bueno, al ser fin de semana, a lo mejor vendrían unos cuantos.

Convocada la excursión para el 24, había algo que no me cuadraba. En el momento del plenilunio la luna y el sol están en oposición por lo que vemos como, según se pone el sol, por el otro extremo aparece la luna. Sin embargo, la hora prevista de puesta de sol eran las 21:38 y la de salida de la luna las 22:27. ¿Cómo era posible? Pues tiene una explicación: el plenilunio era al 24, pero a las 4 de la madrugada, y nosotros íbamos la noche del 24 —casi un día después—, por eso el retraso en la salida de la luna.

Se imponía, pues, un cambio de convocatoria para el día anterior. Ahora sí cuadraban la puesta de sol y la salida de la luna, pero ¿vendría alguien? Mensaje tras mensaje, casi todos los senderomagos iban declinando la invitación —si ya decía yo—. De no haber sido por Carlos, que además de venir, nos trajo un montón de invitados, esta habría sido la excursión con menos participantes. Al final fuimos trece, ¡increíble!

Para recibir a nuestra luna, habíamos decidido subir al Ecce Homo —cerro al que el grupo ya había subido en dos ocasiones— por la zona más fácil; el único desnivel importante es la subida final al cerro.

Más que una excursión fue un paseo. Arrancamos desde el aparcamiento del Parque de los Cerros. Al principio el camino era muy llano, siguiendo los meandros que el agua del barranco Salobre va haciendo; luego por un valle que poco a poco se iba estrechando para convertirse en un angosto desfiladero de curvas y contra curvas para desembocar en el túnel que cruza por debajo de la pista. 

Después, continuamos ascendiendo por el barranco por una zona muy pintoresca, entre paredes y techos a punto de desprenderse, para salir a una pista por la que discurre el barranco de la Zarza.

Desde allí, a nuestra izquierda y cada vez más cerca, se vislumbraba el cerro, meta de nuestra excursión. La pista terminó en el collado formado por el cerro de la Virgen y el del Ecce Homo, hacia el cual nos encaminamos con una fuerte subida de unos 200 metros.

Llegamos apenas 10 minutos antes de ver ponerse el sol tras la Cuerda Larga, concretamente al oeste de la Bola del Mundo.

Visto el sol, a por la luna; rodeamos el cerro para ir a su parte sur a la espera de su salida. A la hora convenida, las 21:41, todos estábamos expectantes, y la luna sin salir. Pasaron 5 minutos, y la luna sin salir; pasaron 10, y la luna sin salir, pasaron 15, y… ya hubo pitorreo.
—¿Seguro que hoy había luna llena?
—¿No será que os habéis confundido?
—¿Pero, no era mañana, aquí pone el 24?

Hay que tener fe. El universo es exacto y los astros puntuales. Finalmente, alguien dijo—: Mirad, allí está.

Y allí estaba, saliendo, pero no por el horizonte, sino más arriba; y es que la bruma a ras de suelo impedía verla. Nos quedamos todos tranquilos al comprobar que el reloj del universo seguía funcionando puntualmente, pues bastante teníamos ya con la pandemia.

Y ahora que ya era de noche, a contemplar todo Alcalá desde las alturas. Nuestra vista abarcaba hasta Madrid, por el oeste, y hasta Guadalajara por el este. Con ese panorama de millones de luces, nos sentamos a comer nuestra improvisada cena, a cuyo término, los alcalaínos ofrecimos como postre almendras garrapiñadas y rosquillas de Alcalá.

En esas estábamos cuando alguien dijo: «Huele a quemado». Y allí a lo lejos, a los pies del vecino cerro del Viso, pudimos apreciar un pequeño incendio de llamas rojizas que poco a poco se fue transformando en un gran incendio.

Los servicios de emergencias, que nosotros percibíamos como pequeños puntitos azules intermitentes iban acudiendo hacia allí desde varios puntos de la ciudad.

Después de la calurosa tarde de verano, repentinamente empezó a bajar la temperatura y a levantarse el viento, y fue cuando —como en todas nuestras lunas llenas— alguien dijo: «Vámonos que hace frío».

La vuelta la hicimos enteramente por pista, evitando los barrancos que —estoy seguro— habrían sido mucho más espectaculares a la luz de la luna, o en su defecto, de nuestros frontales. Por supuesto, el calor veraniego volvió a aparecer en cuanto empezamos a bajar.

Cuando finalizábamos la excursión vimos como el incendio había sido extinguido. Según el semanario alcalaíno Puerta de Madrid, lo causó —cosa rara— una cigüeña:
«… iniciándose el fuego cuando una cigüeña chocó contra unos cables de distribución de energía eléctrica, lo que provocó chispas que prendieron la maleza seca por el estío.»

Finalmente, llegados al aparcamiento; y con la luna llena sobre los cerros, nos despedimos de nuestra aventura nocturna.

Iba a otorgar tres sicarias y media a la excursión, pero me dijeron que por las garrapiñadas y las rosquillas había que subirle algo, así que ahí lo dejo: cuatro sicarias.
Paco Cantos

FOTOS

miércoles, 21 de julio de 2021

Excursión 570: Valle del Lozoya y Cascadas del Purgatorio

FICHA TÉCNICA

Inicio: Rascafría
Final: Rascafría
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 16,6 Km
Desnivel [+]: 306 m
Desnivel [--]: 306 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 11

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta




















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Como es de ley por estas fechas, continuamos con rutas fresquitas, en esta ocasión nos decidimos por una de las clásicas de nuestra querida Sierra de Guadarrama, las Cascadas del Purgatorio partiendo de Rascafría.

Los 11 senderomagos que nos hemos apuntado partimos del centro de Rascafría y en esta ocasión nos lleva de la mano Javier que con el track de la ruta cargado en el Orux no permitirá que nos despistemos y tiremos por la senda equivocada, adelanto que durante la ruta no ha habido ningún problema y, por lo tanto, nuestro agradecimiento a Javier por su excelente “trabajo”.

En dirección sur, rápidamente dejamos atrás los últimos edificios de Rascafría, junto a la carretera, caminamos a la sombra de los árboles que jalonan el paseo conocido como Camino Natural del Valle del Lozoya.

A poco más de un kilómetro. nos encontramos, al otro lado de la carretera, el Monasterio del Paular, muy importante por su historia, arquitectura y sus tesoros artísticos, pero, también por la relación que ha tenido los primeros guadarramistas españoles (Giner de los Ríos, Bartolomé Cossio, Fernandez Zabala, etc), también con Bernaldo de Quirós que narra así una de sus aventuras:

“A la tercera semana decidimos llegar hasta la sierra misma; y en efecto, el 6 de septiembre de aquel año -1902- hicimos la jornada de Navacerrada hasta El Paular, empleando el día entero, perdiéndonos al cabo en El Palero y llegando a la portería del monasterio a la luz de un relámpago oportuno…”.

Continuamos unos pasos y nos desviamos a nuestra izquierda, cruzamos el río Lozoya por el conocidísimo puente del Perdón, continuamos un ratito por la pista asfaltada y a 400 m tomamos la senda que lleva hasta las Presillas, como el año pasado el agua no está represada, a pesar de que esto supone que venga mucha menos gente, la pradera está impresionantemente verde.

El bar estaba abierto, por lo que todos pensamos que lo mas lógico sería intentar comer allí. Dejamos el Lozoya y cruzamos por un puente el arroyo Aguilón, tomamos la excelente pista GR 10.4, conocida como ruta de el Paular al Purgatorio y tras recorrer 1.100 m desde el puente la dejamos girando a nuestra izquierda en dirección este, por el paraje conocido como La Umbría.

A media ladera recorremos 1600 m y nuevamente volvemos a encontrarnos con el arroyo Aguilón o Navahondilla, paramos para hacer el ángelus y recuperar fuerzas, y yo dejarme mi gorra del Dr. CVT que -afortunadamente- recoge Marcos H.

Cruzamos el puente de madera, la senda sigue junto al arroyo siempre con sombra, con pequeñas subidas y bajadas dependiendo del roquedo, al final de los 1400 metros recorridos el arroyo se encajona y tras superar una zona rocosa llegamos a la segunda (y mas conocida) de las cascadas del Purgatorio. 

Paramos allí un rato, nos hacemos las fotos de rigor y la de grupo. Cinco componentes decidimos acercarnos a la primera de las cascadas por el camino directo (en mi caso, por primera vez) tras superar un paso un poquitín aéreo y mas fácil de lo que pensaba, llegamos enseguida a la cascada oculta, nunca la había visto desde abajo y me resulta una vista preciosa a pesar de tener poco caudal en estos días de verano.

Decidimos volver por la alternativa más cómoda, subir el roquedo y bajar por la senda que sale al camino que habíamos pasado hace un rato, poco antes de llegar a la segunda (y mas conocida) chorrera.

Una parte del grupo ya había tirado hacia las presillas con Javier a la cabeza, nos reunimos con los que quedan y tiramos de vuelta por donde hemos venido, al llegar al puente no lo volvemos a cruzar y tras pasar una cancela tomamos una pista que, en dirección norte, discurre por los parajes conocidos como El Canchal, Mata Moñiguero, Prado de San Antonio y Peña Grande. Vamos en bajada y medio corriendo.

Llegamos en un pispas a Las Presillas y nos encontramos con el resto de los compañeros que están terminando de comer. Pedimos nuestras cervecitas y nos ponemos al asunto. Bien alimentados y descansados salimos por la senda que recorrimos por la mañana pero, al llegar a la pista asfaltada, nos desviamos por el Campamento del Paular y por el Monte de los Batanes, donde nos acercamos al pequeño embalse del Bosque Finlandés. Llegamos a Rascafría tras pasar el puente sobre el Lozoya que hay junto a las ruinas del Molino Briscas y damos por finalizado este bonito paseo.

Por lo fresquita, bonita y tranquila esta ruta se merece una calificación de 4 sicarias.
José Luis Molero 

miércoles, 14 de julio de 2021

Excursión 569: Pozas del Valle de la Angostura desde el Puerto de Cotos

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Cotos
Final: Puerto de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,4 Km
Desnivel [+]: 526 m
Desnivel [--]: 526 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 21

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta





TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Iniciamos la ruta a la hora convenida (10:00), desde el aparcamiento del puerto de Cotos, situado a 1830 metros de altitud y con una temperatura muy agradable para ser mitad de Julio. Soleado, pero con 11º de temperatura, el día prometía frescura, ideal para caminar.

Como recordatorio, indico algunos datos suministrados por nuestro guía Paco Nieto que me han parecido interesantes:

* El nombre de Cotos viene de Carlos III, gran aficionado a la caza, que compró estas tierras de Valsaín cercanas al Monasterio de El Paular, para convertirlas en coto de caza y, para señalizarlo, mandó colocar una serie de hitos en piedra llamados cotos, todavía visibles.

* El Restaurante Marcelino que se ve enfrente del aparcamiento, fue refugio de los muchos montañeros que transitaban esta zona. Por cierto, este lugar es famoso por sus judiones de la Granja.

Después de los saludos de rigor, de ponernos las botas de montaña y cargar con la mochila, dejamos el aparcamiento y cruzamos la carretera M-604, para enfilar el camino viejo del Paular (GR 10.4).

Cruzamos una pequeña pradera donde vemos unas tranquilas vacas pastando y nos introducimos en un hermoso pinar con muchas sombras. Son pinos de Valsaín, (de nombre botánico “Pinus Sylvestris” y que se conoce también como Pino Albar) característicos por su base gris y copa anaranjada y que nos acompañarán durante toda la excursión.

A nuestra derecha, podemos ver las cumbres de Cabezas de Hierro. La Cabeza de Hierro Mayor (2381 m) es el segundo de los picos más altos de la Comunidad de Madrid y de la Sierra de Guadarrama.

Recuerdo ahora con alegría, que hace 14 días, con gran gozo, esfuerzo, algún calambre y ayuda de nuestro guía Antonio y otros compañeros, coroné las Cabezas de Hierro haciendo la Cuerda Larga en mi segunda ruta con el grupo.

Descendemos por el pinar, donde también podemos observar hermosos helechos, que serán también una constante en todo el recorrido. La temperatura es ideal, el paisaje es precioso y solamente me viene a la cabeza un pequeño pensamiento negativo: Jope: después de tanta bajada, luego tendremos que subir.

Volvemos a cruzar la carretera M-604 y nos introducimos en el Valle de la Angostura. Continuamos descendiendo entre pinos y arbustos de flores amarillas, en zig-zag hasta el camino de las Vueltas, donde nos hicimos la fotografía de grupo. En esta ocasión somos 21 excursionistas.

Seguimos descendiendo, con el arroyo de la Angostura acompañándonos a nuestra derecha y al que podemos divisar entre pinos. Este arroyo, al recibir las aguas del arroyo Aguilón, y ya cerca del Paular, se convierte en el río Lozoya.

Seguimos el descenso hasta cruzar el Arroyo por el puente de la Angostura, punto más bajo de la excursión: A partir de ahora, ¡toca subir!

Empezamos a remontar el Arroyo y enseguida hacemos la primera parada, llamada por algunos del Angelus, ya que se produce a las 12:00 horas. Tomamos el refrigerio y algunos valientes aprovechan para refrescarse los pies en una bonita poza.

Continuamos remontando, unas veces por buenos caminos y otras por sendas con subidas de cierta dificultad, donde los menos expertos, tenemos que utilizar pies y manos para subir por las sendas casi invisibles, con mucha pendiente y entre pinos y helechos.

Eso si, todo el Arroyo está repleto de cascaditas, rápidos, cruces y pozas. Otros pequeños arroyos y manantiales llevan sus aguas al Arroyo principal. Todo ello va creando un ambiente muy agradable y refrescante. Tanto es así que, los más valientes, sin poder esperar a la parada de la comida, se refrescan de nuevo en el Arroyo.

Durante toda la ruta, nuestros expertos micólogos no desperdician ocasión para recoger setas de lo más variadas: desde “Amanitas Rubencens”, muy apreciadas por su sabor y “Cantharellus” hasta “Boletus Aestivalis”.

Nos cruzamos con unas vacas junto al camino. Como tenían terneros, estaban muy a la defensiva y, con cierto recelo, nos desviamos del camino para ver los cuernos de los toros a una distancia prudente.

A las 14:45, y ya con apetito, paramos en otro bonito lugar, para comer. Esta vez, a la sombra que nos daban los pinos Valsaín, se sumó la sombra de un impresionante Tejo. De nuevo, los más valientes (que son los mismos que las veces anteriores) aprovechan para refrescarse en otra bonita poza a los pies de una cascada que solamente se vislumbra.

Después de comer, cruzamos (de uno en uno y sin mochilas) un paso estrecho entre enormes piedras (llamada por algunos la zona oscura) y a la izquierda, para nuestra sorpresa, aparece una impresionante y ruidosa cascada que se adivinaba desde donde hemos comido.

Continuamos remontando el arroyo, al principio subiendo por piedras que me recordaban Bailanderos, llegando a un promontorio rocoso, desde donde se descuelga esta última cascada, con espectaculares vistas del valle de la Angostura.

Luego los senderos se hicieron más plácidos, cruzamos sin problemas el Arroyo de las Guarramillas (nombre del Arroyo de la Angostura, antes de juntarse con el Arroyo de las Cerradillas y el Arroyo de Cotos), para llegar a la famosa poza de Sócrates.

Su historia nos la ha contado Paco en otras crónicas y que resumo: Sócrates Quintana Montoto (1891-1984) fue un jugador del Atlético de Madrid, gran deportista, pintor impresionista, grabador, funcionario de Hacienda y miembro del Club Alpino Español. Acondicionó con un muro de contención esta poza para que los socios del club pudieran bañarse. Aquí enlace para más detalles de su vida.

Ya muy cerca del destino, cruzamos la carretera de acceso a las pistas de Valdesquí, y continuamos hasta el aparcamiento de Cotos.

Como es obligado al finalizar la ruta, antes de regresar a nuestras casas, nos tonamos unas cervezas en la cantina de la Estación de Cercanías de Cotos.

Una ruta preciosa y refrescante, que no dudo en calificar con un 5, lo máximo posible.
Miguel A. Latorre


FOTOS