miércoles, 21 de diciembre de 2016

Excursión 328: Praderas Altas de Valsaín

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de 
Navacerrada
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  11,6 Km
Desnivel [+]: 462 m
Desnivel [--]: 462 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 20

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Primero, quiero “agradecer” a Melchor el gran honor que supone haberme “elegido” para hacer la última crónica del año 2016 y primera del nuevo sistema de nombramiento de cronistas... !a pesar de haber hecho yo ya unas 58 crónicas!!!!!!!!! grrr - jajaja.

Bonito cierre de temporada 2015/2016 con una excursión circular, de unos 13 kms, por las Praderas Altas de Valsaín con todos los alicientes de una clásica marcha invernal: nieve, niebla y mucho frío.

Creo que los avisos de Antonio de que fuéramos preparados para lo peor en cuanto a climatología - “ir bien abrigaditos” - hizo mella en algunos senderomagos que sufrieron de repente males como “torticolis”, “lumbalgia” etc… A pesar de eso, 20 fuimos los valientes que acudimos a la llamada de nuestro Boss.

La verdad es que cuando llegamos al Puerto pensamos que tal vez teníamos que haber buscado nosotros también una buena excusa para quedarse en casa.

El suelo era una auténtica pista de hielo y tuvimos que ir patinando para poder llegar a la cafetería. Después de los besos y abrazos y los cafés de costumbre, Antonio, con puntualidad británica, cogió su mochila y dio el pistoletazo a las 10h30.

El termómetro de la cafetería marcaba -1º cuando emprendimos la marcha envueltos en una niebla que no nos dejaba ver ni las pistas de esquí de la estación de Navacerrada. Menos mal que, a la vuelta, fuimos recompensados con un escenario totalmente diferente.

Al llegar a la Residencia Militar de los Cogorros, giramos al oeste y pisando una nieve helada que dificultaba mucho nuestro andar, emprendimos una larga bajada.


Viendo cómo iba desapareciendo la nieve a medida que perdíamos altura, llegamos a la primera Pradera del día, la de la Machorra donde aún quedaba un gran círculo blanco impoluto formado por una fina capa de nieve.

Seguimos por la senda descendente y pronto nos topamos con una carretera asfaltada. La cruzamos y ahí, en una pequeña pradera llamada “Cargadero de la Cuesta de los Muleros”, aprovechamos para tomar el tentempié en su bonito mirador y hacer la foto de grupo, pues este punto era la meta que se habían marcado las cuatro estrellas fugaces.


Con las “pilas” bien recargadas y aún con las quejas de que no hubiese ningún botero de guardia, reemprendimos la marcha y a unos pocos metros nos encontramos con el obstáculo del Arroyo del Telégrafo que nace cerca de la pista de esquí del mismo nombre, arriba, en Navacerrada.

Sus aguas bajaban con buen caudal y mucho ímpetu pero otros colegas senderistas ya habían construido anteriormente un “puente” artesanal hecho de varios troncos lo que nos permitió atravesar sin mucha dificultad este vado aunque, como siempre, hubo uno que se mojó un pie.


Este punto marcaba la cuota más baja del recorrido. A partir de ahí, todo sería subir. Tras una pendiente de más de medio kilómetro, llegamos a la segunda Pradera del día: la de Navalazor y su famoso árbol caído en cuyo tronco Jorge no se pudo resistir a marcarse otra de su habitual postura.

A parte del árbol caído, este bonito claro dentro del pinar esconde también un impresionante mirador (del mismo nombre que la pradera) sobre un profundo barranco.

Las vistas, impregnadas en las alturas de una intensa niebla que envolvía todo de un halo de misterio, dejaba disfrutar, y a veces solo adivinar, el Pelado Matabueyes, Peña Citores, Dos Hermanas, el Cerro del Puerco y al fondo tierras de la Granja.

Reanudamos la marcha y después de un par de duros kilómetros viendo cómo, a medida que íbamos cogiendo altura, reaparecían la nieve y el frío, llegamos a la tercera pradera del recorrido, la de
Navalviento.

La hallamos cubierta de un manto blanco inmaculado y la dejamos como si una piara de jabalíes hubiese pasado por allí. Todo comenzó con una bola de nieve “perdida” y terminó en una auténtica batalla campal (las malas lenguas culpan del origen de la pelea a las chicas, Pepa y María Ángeles...).

Una vez se calmaron los ánimos y volviera la tranquilidad, el Boss retomó la marcha y pronto nos encontramos con el conocido Camino Schmid que estaba totalmente helado, lo que hizo la progresión tremendamente dificultosa.


Al poco tiempo, nos detuvimos en un precioso paraje que parecía más salir de un documental de Siberia que de la Sierra de Guadarrama. Allí, como en un igloo, dimos buena cuenta de nuestros bocadillos montañeros: fríos, fríos!!! De nuevo, se echó mucho de menos a los boteros!

Y para no quedarnos hechos unos témpanos de hielo, acortamos la parada y salimos de nuevo al famoso Camino que une el Puerto de Navacerrada con el Albergue del Valle de la Fuenfría y que toma su nombre de un Austriaco llamado Eduardo Schmid Weikan que lo señalizó allá en 1926.


Poco después, lo abandonamos girando de repente a la izquierda y bajando un corto desnivel hasta llegar a la última pradera que teníamos en el programa, la Pradera de la Navalusilla, toda cubierta de una espesa capa de nieve.

Quedaban aún muchas rencillas, heridas mal curadas de la última pelea de bolas de nieve, así que, sin preámbulo y sin aviso previo, todos volvieron a enfrascarse en otra batalla sin cuartel todos contra todos donde no se respetaba ni al Boss ni al reportero gráfico que aquí escribe.

Otra vez, las dos chicas tuvieron un protagonismo muy destacado!!!. Lo dejamos todo como un patatal pero como diría Gila: “!lo que nos hemos divertido!”.

El cansancio y las ganas de llegar a las cervezas, cafés y sobre todo el rico caldito de la cafetería “Dos Castillas”, puso fin a la diversión y volvimos al Camino Schmid para realizar su tramo final.

Todos temíamos la última dificultad: cruzar la pista de esquí de El Bosque. Aún teníamos en la memoria las últimas veces que tuvimos que atravesarla y que pudieron terminar en tragedia por lo resbaladiza que se pone.

Pero esta vez, la pista no estaba abierta y la nieve no estaba pisada y no resbalaba con lo que la pudimos cruzar sin ningún problema aunque Pepa se las ingenio para caerse y como no era capaz de levantarse, varios senderomagos acudieron en su ayuda, pero no había manera de ponerla en pie... Después confesaría que lo había hecho adrede.


Ya nada se interponía entre nosotros y la meta final, llegando pronto a pie de la pista de esquí del telégrafo o del Escaparate.

En la carretera de la residencia militar, llegando a al Puerto de Navacerrada, tuvimos la mejor recompensa a nuestro esfuerzo, una vista impresionante de las pistas de esquí, blancas inmaculadas, iluminadas por un sol radiante que nos dejó a todos fascinados.


La Agencia Madi Senderismo ha otorgado a esta bonita y divertida jornada, su nota máxima de 5 Sicarias en su escala de 0 a 5.

AGRADECIMIENTOS:
A Antonio, el alma del GMSMA, sin él, el grupo no existiría y difícilmente perduraría.

MENCIONES:
A sus subalternos ocasionales: Joaquín, Juan, Paco Cantos y Paco Nieto. A este último, también felicitarle y agradecerle su impagable labor de divulgación de nuestra actividad, de la inestimable fuente de información que supone su Blog para miles de seguidores amantes del senderismo.

A José María, notario de nuestras estadísticas, responsable de las fotos de grupo, editor de nuestra revista y hasta sastre del GMSMA (Aunque la última vez, se le fue un poco la mano con las medidas de las camisetas!!!).

Bueno, vale..., y también agradecimientos a Melchor por “encontrar” cada semana un cronista “voluntario” y las veces que no lo consigue, hacerlas él mismo.

Una caricia especial para nuestras mascotas; Teo, Mecha, Quer y Lucas, al que echamos de menos últimamente.

Dar la bienvenida a todos los nuevos senderomagos que se han unido al grupo este año.

El Observatorio estadístico del GMSMA, osease José María, informa que en las 57 excursiones de 2016 hemos recorrido aproximadamente 803 km.

Se han movilizado entre senderomagos, candidatos e invitados 130 personas. Resto de datos faltan por elaborar.

Y para terminar, una bonita cita de Paco Nieto, allá en 2012:
"La riqueza de todo ser humano se mide por la cantidad y calidad de los amigos que tiene".... creo que con el GMSMA, tenemos todos una fortuna.


FELICIDAD Y PROSPERIDAD PERO SOBRE TODO, MUCHA SALUD PARA TODOS EN EL NUEVO AÑO 2017

Besos y abrazos
Antolín

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Excursión 327: Embalses de Navacerrada

FICHA TÉCNICA
Inicio: Navacerrada
Final: 
Navacerrada
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia:  11,9 Km
Desnivel [+]: 460 m
Desnivel [--]: 459 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable:
Valoración: 4,5
Participantes: 42

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
El fin de año se acerca y hay que celebrar que, un año más, seguimos caminando con las mismas ganas de siempre y cada vez más ilusión por reencontrarnos cada semana. Y el lugar para hacerlo lo tiene ganado el restaurante Las Postas, en Navacerrada, por méritos propios y de su cocido. Parece mentira que Antonio encuentre todavía rutas desconocidas para muchos de nosotros por sus alrededores. La de este miércoles se titulaba “Embalses de Navacerrada”, con principio y fin en el propio restaurante.

Comenzó la excursión por la margen de la carretera para, ya en la rotonda, tomar un precioso sendero rotulado como “Dehesa de la Golondrina”. Unos efectivos de la Guardia Civil nos contemplaban, no sé si sorprendidos -¡42 en fila!- o atentos a que no nos desmandáramos (puede ser que cierta fama nos preceda y ya nos preparen dispositivos de control…para nuestra seguridad, por supuesto).

Entre frescos prados y con el follaje de los robles ya resentido del otoño, íbamos subiendo una cuesta que, aunque exigente para empezar la mañana, se dejaba querer; la temperatura, fresquita; las vistas, con una pátina misteriosa por la neblina; las viejas fuentes con pilones, muy bien cuidadas y de evocadores nombres: de los Cabreros, del Raso…Todo invitaba a seguir el ritmo con alegría; se ve que las endorfinas ya empezaban a hacer efecto. Venía con nosotros por primera vez Julia S., que parecía encantada.

Tomamos luego una pista y llegamos a lo alto del cerro de la Golondrina, desde donde se podía contemplar al noroeste Cercedilla y un poco más a la derecha el embalse de Navalmedio. ¿Sería éste uno de los que íbamos a visitar? Pues no, porque al descender hacia la carretera de Cercedilla, al poco de cruzarla nos fuimos a la derecha y también cruzamos la que sube al puerto. Pero, digo yo que, como lo vimos a lo lejos, podemos empezar con él la colección de hoy.

Continuamos el camino por la loma del Chiquillo, al encuentro del arroyo, para lo cual hubo que traspasar una puerta al estilo de los pocos años que tenemos. Y, hete aquí que, al llegar al arroyo, un poco más arriba, había un pequeño embalse, muy recoleto y acogedor, donde Antonio tuvo la buena idea de que reposáramos para tomar un tentempié. Conocedor, como es, de estos recovecos, contó que, en tiempos, este embalse, llamado, con pura lógica, del Chiquillo, abastecía de agua a Navacerrada.

Con las pilas recargadas y con la sensación de frío algo más acusada por la parada, seguimos a buen paso para confluir en la carretera que sube a La Barranca, coincidente con el PR-17. Entre charlas y chascarrillos, sin darnos cuenta ya estábamos a la altura del embalse del Ejército del Aire, que recorrimos por la presa, quedando, como casi siempre, admirados por la sensación de calma y belleza que se percibe en sus aguas reposadas como un espejo. Poco costaba continuar por su hermano gemelo, el embalse del Pueblo de Navacerrada, pegadito a él y que nos permitió volver a la margen derecha del arroyo de La Barranca para ir descendiendo poquito a poco por la pista que lo sigue.

Parecía que íbamos a continuar por el camino bastante trecho, cuando Antonio dio un giro para bajar bruscamente al arroyo. ¡Y ahí estaba! Había una preciosa represa bordeada por moles de granito en la orilla opuesta y con una playita en la orilla más próxima, que casi daban ganas de darse un baño.
- ¿Cómo se llama? – le pregunté a Antonio.
- La Presa, le decíamos, cuando veníamos de niños a bañarnos aquí – me contestó.
Este era el embalse más pequeñito, pero se llevaba la palma por su ubicación en los Almorchones. En la ribera hicimos la foto de grupo.

Bajando, bajando, llegamos a las inmediaciones del pueblo (otro día que tengamos más tiempo incluiremos en el recorrido el embalse de La Maliciosa) y, discurriendo por el romántico Paseo de la Longuera, con su colección botánica en estado de latencia, llegamos a la orilla del embalse de Navacerrada, el mayor y más conocido de todos los visitados hoy. También iba a ser el último, pues ya sólo teníamos que rodearlo hasta dar con la puerta de pescadores con salida a La Mata del Rosal. ¡Y a Las Postas! A por el cocidito y a abrazar a los muchos amigos que allí nos esperaban.

La comida, el servicio y los comensales cumplimos de sobra las expectativas que teníamos. No falto -¡Ay, qué emoción!- el Niño de las Monjas. Se superó, una vez más, nuestro recitador José María, que hizo que a muchos se nos humedecieran los ojos. Paco N. recibió, por su gran dedicación, un detalle de la muchachada, y Antonio una equipación completa de moderno senderista, para que su labor incansable siga perdurando. Tras ello, nuestra rondalla hizo un muy meritorio esfuerzo para deleitarnos e incluso para darnos a todos cabida en las canciones, pero se ve que mucha gente estaba enfrascada en animadas conversaciones y sólo los más próximos lo disfrutaron.

Finalmente, quiero agradecer desde aquí a Antonio su anuncio de que, a partir de ya, el cronista de cada marcha vendrá determinado según el orden de lista que dará a conocer al mandar la convocatoria, con opción a declinar la invitación y dejar paso al siguiente a cambio de unas cañitas para la concurrencia. Con esto, cada cual ya sabrá lo que tiene que hacer. Y para celebrarlo, me despido con esta crónica hasta dentro de mucho….mucho tiempo. Aviso: Ya os podéis acercar a mí sin miedo.

Madi indica que 4’5 sicarias es una correcta calificación para la marcha y el evento.
Melchor

FOTO REPORTAJES

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Excursión 326: Cabeza Arcón

FICHA TÉCNICA
Inicio: Bustarviejo
Final: 
Bustarviejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  17,3 Km
Desnivel [+]: 614 m
Desnivel [--]: 618 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: En parte
Valoración: 4,5
Participantes: 19

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Trac de la ruta (archivo gpx)


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Nuevamente, y en esta ocasión debo confesar que de forma voluntaria con el fin de aliviar a Melchor de la ingrata labor de asignar la actividad cual cabo furrier, me veo en la tesitura de contar lo que aconteció en la excursión del miércoles 7 de diciembre de 2016, y parar rizar el rizo esta vez sin red al no contar con el apoyo de las foto-crónicas de Paco y José María. ¿De qué me sirvió hacer el servicio militar? De todos es sabido que allí se aprende aquello de “no te presentes voluntario ni para mear” J. No obstante, aseguro que Melchor no descansa una vez hecha la asignación, ya que a partir de ese momento asume la responsabilidad de cuidar del cronista hasta que la excursión finaliza, con objeto de que éste no tenga ningún percance que le afecte a los miembros ubicados de cintura para arriba, léase manos y cabeza.

Hecho el chascarrillo, ¡Al turrón! Que para eso estamos en vísperas navideñas. Iniciamos  el camino a la hora establecida, como es norma dentro del grupo, desde el pueblo de Bustarviejo; el número de caminantes en esta ocasión fue de 19, debido muy `probablemente a que la marcha tuvo lugar coincidiendo con el puente de la Constitución.

Abandonamos Bustarviejo, rumbo al sur y dando fe que allí aún quedan instalaciones ganaderas, por el camino que se dirige hacia una finca particular conocida como “El Badén”, dejando a nuestra izquierda las instalaciones telefónicas que dan servicio al pueblo. Seguimos el citado camino, siempre en ascenso, durante aproximadamente 2,5 Km, punto en el que lo abandonamos cuando nos encontrábamos a 1417 metros de altitud. Pronto hubo que despojarse de parte de la ropa debido a que la climatología era más propia de la primavera que de las fechas en las que nos encontramos. 

Desde el citado punto abordamos la segunda parte del ascenso tomando dirección oeste, para alcanzar el punto más alto de la excursión, que da nombre a la misma: Cabeza Arcón (1558 m). Una vez en la cima, que alcanzamos a la hora apropiada para el primer avituallamiento, dimos cuenta de las viandas que cada uno llevaba y que regamos, como es costumbre, con el vino aportado por los compañeros “boteros”. Aprovechamos el descanso para otear desde nuestra atalaya aquellos hitos identificados por los presentes y a cuyas informaciones poco pude aportar como es habitual.

Finalizado nuestro momento contemplativo del día, tomamos la cresta descendente de Cabeza Arcón hacia el sur dejando a nuestra derecha  la Buitrera, formada por unos gigantescos bloques verticales de granito de facies. Su risco principal es el Cancho del Reloj (1.523 m.), que antiguamente servía para saber la hora desde el valle. 

Atravesamos las zonas  conocidas con los nombres de El Tomillar y Los Llanillos para llegar a las proximidades de la Fuente del Moscajo (1396 m), punto en el que cambiamos la orientación hacia el este para “dejarnos caer” hasta el Badén, “depresión” entre El Pendón (1.545 m) y la Cabeza Arcón;  se trata de una pequeña nava, de propiedad privada, de 430 metros de norte a sur y 210 de este a oeste en sus máximas anchuras, donde nace el Arroyo de Navacerrada

A pesar de su aspecto de valle glaciar, jamás ha habido uno allí. En realidad se trata de un valle periglaciar, es decir, que su formación guarda muchas similitudes con las de un valle glaciar aunque no lo sea. Esta parte de la ruta me permitió comprobar el rápido crecimiento de la jara, ya que desde que Antonio prepara la ruta hasta que la hacemos unos días después, esta planta es capaz de difuminar los caminos hasta hacerlos prácticamente impracticables para la mayoría de los mortales; menos mal que somos del GMSMA, que para el caso es como ser del mismo Bilbao.

Saltamos la valla de piedra que rodea el Badén en dos ocasiones y caminamos por su prado para orientar nuestros pasos en la dirección en la que fluye el Arroyo de Navacerrada. Por lo que he leído nuevamente San Pedro, patrón del GMSMA, nos protegió con su manto, ya que al parecer lo normal es acabar con los pies empapados y llenos de cieno y barro, al ser ésta  una zona muy húmeda llena de puntos en los que mana el agua. Siguiendo este rumbo (dirección sur)  llegamos a la antigua vía férrea Madrid-Burgos que cruzamos por uno de sus  puentes (Km 52 de la misma) para tomar el camino denominado de las Viñas  que discurre, en dirección noreste, paralelo a la vía del tren. Aproximadamente 900 metros después, y aprovechando unas piedras al pie del camino, nos dispusimos a dar buena cuenta del “bocadillo montañero” que habitualmente se menciona en las convocatorias de nuestras excursiones.

Una vez finalizada la comida el grupo se dividió en dos, ya que Mª Ángeles había “olvidado” su móvil muy probablemente, como luego se confirmó, en Cabeza Arcón. Un grupo  formado por la propia Mª Ángeles, Ángel y Joaquín P partieron para desandar lo andado y los 16 restantes proseguimos la ruta establecida. Aproximadamente 3 kilómetros después abandonamos el  camino para andar sobre la vía del tren, algo necesario debido a que un tramo de la ruta discurría por un túnel. Esta circunstancia nos obligó a hacer uso de nuestros móviles para evitar posibles  tropiezos,  y el grupo de senderistas pasó a asemejarse a uno de penitentes de la Semana Santa sevillana acompañando al Cristo del Gran Poder; supongo que identificaréis a quién desempeñaba este último papel…¡, que para eso es el jefe!

Superado el túnel continuamos nuestro discurrir sobre las vías, que abandonamos después de aproximadamente 700 metros para volver a coger el camino de las Viñas; éste nos recibió con las manos abiertas,  y  como muestra de agradecimiento no lo abandonamos hasta la conclusión de la marcha en Bustarviejo.

Pero antes de terminar, la excursión nos sorprendió con una pincelada cultural: descubrimos en la margen derecha de la senda un conjunto de edificios, que después de la lectura de los paneles explicativos allí situados, supimos se trataba del antiguo penal de Bustarviejo, conocido en el lugar como Los Barracones. Entre los edificios conservados se pueden diferencias las garitas destinadas a la vigilancia, los barracones del edificio del penal y ruinas de las viviendas de las familias de los “trabajadores”. 

Desde su abandono hasta hace pocas fechas, el edificio sirvió como establo, pero una rehabilitación, que supongo motivada por los remordimientos propios de un país con problemas de memoria, ha permitido que en la actualidad se realicen actividades culturales y convertir el lugar en un vestigio vivo de la barbarie de épocas pasadas. 

Por esas dependencias pasaron entre 1944 y 1952 una media anual de 100 presos que participaron en la obra de la línea férrea entre Madrid y Burgos construyendo dos túneles (de 395 y 248 metros), un viaducto (de 26 metros de altura, con 11 arcos de 12 metros de luz) y una estación de tren ubicada en las afueras del pueblo, a cargo de la empresa contratista Hermanos Nicolás Gómez. En total, para la construcción de esta línea férrea el régimen instaló nueve destacamentos penales en el tramo comprendido entre las localidades madrileñas de Chamartín y Garganta de los Montes. Pinchando aquí podéis encontrar información detallada relativa a los destacamentos penales franquistas en el ferrocarril Madrid-Burgos, personalizadas en el caso de Bustarviejo.

Sólo restaba un último “achuchón” de 2,5 Km, en dirección noroeste, para adentrarnos en las calles de la localidad origen de la ruta e iniciar la búsqueda del bar donde mitigar nuestra sed. Encontramos un lugar altamente recomendable para futuras ocasiones llamado La Casona donde nos atendieron como realmente nos merecemos.

Y como en las peluquerías chinas, o al menos eso dicen las malas lenguas,  la excursión tuvo un final feliz, ya que en el transcurso de las cañas recibimos la llamada del “grupo explorador”  informando de que el móvil de Mª Ángeles había aparecido en Cabeza Arcón.

Calificación de la ruta: 4,5 sicarias.
José Luis Benavente

lunes, 5 de diciembre de 2016

Excursión 325b: Camino Majariego de Santiago. Etapa 8. Alcazarén - Valdestillas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Alcazarén
Final: Valdestillas
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  16,3 Km
Desnivel [+]: 52 m
Desnivel [--]: 84 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 2

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Frente a la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de Alcazarén, donde terminamos la séptima, comenzamos esta octava etapa.
A las 10’30 nos pusimos a andar. Pasamos ante la Casa consistorial y la Iglesia mudéjar de San Pedro de la que sólo queda el ábside y la torre. Abandonamos Alcazarén por la calle Larga. Hoy es lunes y vemos algunos agricultores que se dedican a sus faenas en el campo.

El día está despejado y con buena temperatura para caminar. Al cabo de unos minutos llegamos y cruzamos la N-601 que une Olmedo (donde hemos pernoctado) con Mojados. Tomamos, de frente, el denominado Cordel de Brazuelos. Tenemos que caminar por los bordes pero pese a todo no podemos evitar llenar de barro nuestras botas y los bajos de nuestros pantalones.

Hemos andado tres cuartos de hora y recorrido unos 3 km. cuando nos encontramos un mojón con la misma indicación de distancia que el que ayer vimos en la plaza del matadero de Alcazarén. En fin… Los amigos del camino debieran revisar periódicamente estas cosas que crean algo de incertidumbre y desasosiego en los peregrinos.

Bueno, seguimos y la pista nos conduce ya a los pinares, no sin antes dejar a la derecha un depósito de agua a ras de suelo. Caminando por el pinar, a las 11’45 llegamos a la finca Brazuelas. Llevamos andados 5,200 km. En esa finca se celebran bodas y eventos similares. Parece que también hay (o había) un museo etnográfico. Pero no nos paramos a investigarlo.

Para lo que si nos paramos, a pocos metros de allí, fue para tomarnos un desayuno ligero de media mañana. A las 12’10 seguimos nuestra marcha escuchando, a veces, el rumor del río Eresma a nuestra izquierda. Encontramos un nuevo indicador que, ahora sí, nos da idea de que vamos avanzando. ¡Bien!

Vimos actividad de gente por los pinares. ¿Buscarán setas?. No, recogen piñas verdes para luego sacar de ellas los famosos piñones de Valladolid.

Con un tractor equipado al efecto agitan los pinos (se aprecian las huellas que les dejan) para que las piñas caigan al suelo y luego llevárselas para almacenarlas hasta el próximo verano en que, en los meses de más calor se extenderán en el suelo para que se abran y poder extraer los piñones. Hablando de piñas, piñones, remolachas y azúcar se nos pasó rápido el tiempo y llegamos a la carretera VA-404

Por ella cruzamos el río Eresma por última vez y subimos por su margen izquierda. A las 12’57, cuando ya llevamos 8,950 km. tomamos el segundo camino a la derecha, después del puente, para continuar andando por camino agrícola.

A lo lejos, en alto, se ve un edificio de ladrillo. Es la ermita de Sieteiglesias, a la que llegamos a las 13’37 y que se sitúa en el espigón que forma la desembocadura del Eresma en el Adaja. Quisimos llegar a ver los ríos desde arriba pero nos cerró el paso una valla y no lo conseguimos

Bajamos de la ermita y a orillas del Adaja encontramos un área acondicionada con mesas y barbacoas. Era una buena hora para comer y nos dispusimos a ello no sin antes hacernos la foto de pareja del día con el fondo del Puente de Piedra, de bajo perfil y rasante horizontal, sobre el río Adaja. Así que en esta etapa comimos bien cómodamente.

A las 14’20, después de comer, sí que para continuar cruzamos el mencionado Puente de Piedra. Hemos andado ya 12,300 km.

Una vez remontada la margen izquierda del Adaja intentamos, otra vez infructuosamente, ver la confluencia de los dos ríos. Tendríamos que habernos desviado un tanto y hubiéramos empleado demasiado tiempo. Así que continuamos, pensando lo que debe ser este tramos en un buen mes de Julio.

Hoy, por fortuna, se camina estupendamente. Mientras andamos seguimos viendo los trabajos de recolección de la remolacha azucarera. Al fondo vemos ya la iglesia de Valdestillas. Eran las 15’00 y habíamos andado 14,300 km. A nuestra izquierda las vías del AVE y de los ferrocarriles convencionales discurren paralelas así que desde lo lejos vimos pasar los dos tipos de trenes que parecían circular por el mismo trazado.

Entrando en Valdestillas. Al principio del pueblo vemos esta zona de información. ¡Quedan 481 km. hasta Santiago de Compostela!.

Un pueblo bien largo este de Valdestillas. Recorremos, por la calle Olmedo los últimos metros del día ya que queremos finalizar llegando hasta la Casa consistorial y la iglesia de Nuestra Señora del Milagro, construída en el s.XVIII sobre restos del s.XVI.
A las 15’30 llegamos a su puerta donde hicimos la foto del final de etapa. Habíamos empleado 5 horas exactas en recorrer 16,500 kilómetros.De ellas, 3 horas y 40 minutos fueron de andadura.

Tomamos un café en un bar de las inmediaciones y, contentos de haber realizado con éxito esta nueva etapa, nos subimos al coche que, cerca de allí, habíamos dejado por la mañana y nos fuimos hacia Olmedo que es donde, como ayer, íbamos a pernoctar.

Calificación de esta ruta, 4 sicarias. Hasta la novena etapa.
José María



FOTO REPORTAJES