miércoles, 27 de septiembre de 2017

Excursión 369: Río Guadarrama y Presa del Gasco

FICHA TÉCNICA
Inicio: Molino de la Hoz
Final: Molino de la Hoz

Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  12,3 Km
Desnivel [+]: 371 m
Desnivel [--]: 371 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 26

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Arrancamos la ruta 369 del G.M.S.M.A. en el punto de encuentro, calle Azulón que en su fin cambia a calle Cigordo, final de una urbanización de Molino de la Hoz, vértice de tres términos: Galapagar, Las Rozas y Torrelodones. Hace una temperatura espléndida para haber iniciado el Otoño. 26 componentes, 4 mujeres, 22 varones y 3 perros comenzamos la andadura por el Parque Nacional del curso medio del rio Guadarrama siguiendo los pasos de Paco Nieto y otros senderistas de la zona que habían preparado el recorrido.

Nada más iniciar la ruta, escuchamos el sonido del río Guadarrama, que corre pobre por la escasez de agua. Hay dos ramales, uno primero que cruzamos por piedras y otro algo más complicado que atravesamos sobre un tronco haciendo equilibrios. En épocas de mucha agua este cruce puede resultar imposible.

Poco después de subir por una empinada cuesta, localizamos el sendero por el que caminamos rodeados de encinas, pinos, fresnos y enebros hasta llegar a la cantera de donde sacaron las piedras para la construcción de la Presa del Gasco, que con sus 93 metros de altura se consideró la presa más alta del mundo en su época, como cuentan en este vídeo los Camineros.

Una vez en ella, impresiona la altura y ver cómo se van agrietando los muros que la componen. Carlos Lemaur, ingeniero francés, autor de esta presa nunca pudo ver terminada su obra, ni tampoco sus hijos que intentaron continuar el proyecto.

En el año 1799 una tormenta destruyó el muro meridional y así se conserva hasta el día de hoy.

Continuamos el sendero, siguiendo el inicio del Canal de Guadarrama, que pronto dejamos para ascender por una exigente cuesta hasta dar con el Camino del Pardillo y descubrimos admirados la casa Panarrás, una bella construcción de estilo vasco desde donde se vigiló la batalla de Brunete y que en la actualidad se ha utilizado para algunos eventos y rodajes de películas de terror.

Las encinas van dando lugar a los pinos, y es en el pinar que hay frente a otra casa de renombre, la de los Enebrillos.

Allí es donde paramos a tomar el tentempié, algunos hasta con mesa. Tras el apacible descanso, continuamos recorriendo el Camino del Pardillo, llamado así porque conecta Torrelodones con Villanueva del Pardillo, calzada por la que se proveía antaño a las múltiples tabernas y posadas de Torrelodones con el vino y viandas de ese pueblo.

Al poco llegamos a un lugar desde donde oteamos la torre del telégrafo, en la sierra de Guadarrama, que enlaza con la de Cabeza Mediana en Collado Mediano y ésta a su vez con la existente en Torrelodones y que desde aquí se ven casi alineadas.

Cruzamos por encima la vía del tren y continuamos la marcha hasta alcanzar un cruce donde claramente se lee en un indicador de madera “Senda Las Marías”. 

Siguiendo un ligero ascenso llegamos a un extremo de esta urbanización, y tras cruzar un pinar, localizamos el torreón de los Lodones, atalaya del sistema defensivo omeya de la Marca Media, construida para vigilar los caminos que se dirigía hacia los pasos de la Sierra de Guadarrama y que cuenta con unas vistas muy bonitas del Palacio del Canto del Pico y de la bola del Mundo.

Bajo ella nos hicimos las fotos del grupo.

Después iniciamos un descenso, y tras atravesar un túnel maloliente, entre piedras mojadas y resbaladizas, nos situamos por debajo de la vía del tren donde el recorrido se complica por las piedras y postes derribados de antiguas señales de las vías ferroviarias y en época de mucha agua puede ser complicado pasar por aquí.

Tras cruzar el túnel con bastantes hondonadas y continuar paralelos al arroyo de la Torre, alcanzamos el canal del Guadarrama, claramente visible y seco, pero que con agua pude ser muy complicado su vadeo.

Este canal pretendía unir fluvialmente la ciudad de Madrid con el Océano Atlántico, trasvasando el agua del río Guadarrama al Manzanares, mediante la presa del Gasco, y por él anduvimos llegando, tras varias revueltas, a la antena desde la que se divisa el campo de golf de las Rozas.

El camino de regreso al lugar de origen fue rápido, siguiendo un sendero que bordea las Casa de la Isabela y que sigue la ladera izquierda del río Guadarrama. Había prisa porque todos deseábamos llegar a casa de Sol lo antes posible para comenzar con la barbacoa que tan amablemente nos había ofrecido, tomar una cerveza fría y disfrutar de tan sabrosos manjares. Un aplauso para la anfitriona y como no para los dos cocineros de la barbacoa, habéis dejado el listón alto…. Chapeau¡¡¡

Por el original y divertido recorrido, lleno de alicientes y de historia y final de fiesta inigualable, esta ruta se merece un 5.
Julia Sanper

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Excursión 368: Pico Santa Catalina

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valdemaqueda
Final: Valdemaqueda

Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  16,6 Km
Desnivel [+]: 807 m
Desnivel [--]: 807 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 29

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















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Track de la ruta (archivo gpx)

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RESUMEN
Como todos los miércoles los senderomagos nos fuimos de excursión, en esta ocasión fuimos 29 los que emprendimos la salida, en la que se pretendía ver las vistas que nos perdimos debido a la niebla en la excursión 318, un año antes, en esta bonita zona de Valdemaqueda

Así que allá vamos después de los cafetitos, salimos hacia el cementerio del pueblo, situado en medio del pinar en un precioso sitio, pero con una fea y poco atrayente valla que lo rodea.

Un poco más adelante entramos en lo que era parte de los terrenos de la Unión Resinera Española, empresa dedicada a la explotación de la resina que desde 1906 era propietaria del 99,999 % del término municipal del pueblo, de manera que durante 90 años Valdemaqueda fue el pueblo de España con menor término municipal, sólo 3000 m2 eran propiedad del municipio, frente a las 5100 hectáreas propiedad de la mencionada empresa. Tal era el cerco, que los vecinos no podían ni salir a pasear sin toparse con una valla. Esta horrible situación acabó en 1996 cuando la Comunidad de Madrid compró por 220 millones de pesetas los terrenos de la empresa y éstos se abrieron al público.

Pues bien, por estos parajes antes inaccesibles nos encaminamos hacia el alto del Turral, por una de las sendas resineras donde nos tomamos el habitual almuerzo de las 12, al que fueron llegando un poco desperdigados los senderomagos. Hasta el empinado risco trepó nuestra siempre bien amada Leonor que se reincorporaba a las excursiones después de más de un año de baja por su rotura de tobillo, acompañada por los ángeles de la guarda Juan y Antonio V. Desde este privilegiado mirador, se podían contemplar unas excelentes vistas del comienzo de la provincia de Ávila, con unos prometedores recorridos para futuras excursiones.

Continuamos andando por la cuerda que hace de límite provincial entre Madrid y Ávila, encaminándonos a la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, no sin antes contemplar los pinos negrales, que aún muestran sus heridas de guerra, que vuelven a producir resina, al ser otra vez rentables, ahora gestionados por algún vecino de Valdemaqueda, que no ha olvidado su oficio y que cada nueve días vacía los tiestos de los pinos en los bidones donde se acumula el viscoso néctar.

Al empezar la subida al pico de Santa Catalina, escuchamos los roncos berridos de los ciervos de las fincas cinegéticas cercanas que entre la espesura iniciaban su habitual berrea anual. Pegaditos a una de las vallas de estas fincas alcanzamos la cima del pico (1.387 metros), inconfundible por sus antenas de telefonía móvil y su cresta rocosa, desde donde las vistas en 360º alrededor nos reconfortaron de la fatigosa e interminable ascenso. Allí nuestro buen amigo Julián recibió una llamada telefónica, que le hizo poner pies en polvorosa y establecer un record de bajada desde el pico de Santa Catalina a Valdemaqueda en solo 21 minutos (nosotros tardamos casi 2 horas en bajar).

Del pico, nos encaminamos al risco de Santa Catalina, donde casi nos sentimos aguiluchos avezados emprendiendo el vuelo sobre Valdemaqueda, a unos 500 metros justos por encima de sus tejados, con excepcionales vistas de Santa María de la Alameda, la explanada de Ávila, sierra de Gredos y la garganta profunda del Cofio.

Ya en calor y el cansancio hacia que las ganas de llegar para refrescarnos con las jarras de cerveza fueran creciendo, por lo que emprendimos una rápida bajada por los terrenos yermos que dan hacia Robledo de Chavela, produto del gran incendio que los arrasó hace pocos años.

Tanta eran las ganas de cerveza que algunos tenían, que avanzaron hasta casi llegar al pueblo, sin darse cuenta de que el camping El Canto de la Gallina estaba abierto, pues alli recalamos todos al final para gozar de las cervezas y del mejor aperitivo que nos han puesto en muchos años, pues sólo para nosotros y de aperitivo nos prepararon tres suculentas tortillas de patatas que nos supieron a gloria.

Así es que por los paisajes, las vistas y el apertivo esta excursión se merece 4 sicarias.
Antonio López

FOTO REPORTAJES

FOTOS

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Excursión 367: Base FAMET y Cerro de San Pedro

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenar Viejo
Final: Colmenar Viejo
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 4,8 Km 
Desnivel [+]: 371 m 
Desnivel [--]: 371 m 
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 28

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Otro año más, y van diez, iniciamos la temporada posveraniega con la habitual subida al Cerro de San Pedro, en esta ocasión con dos novedades, la primera, que este año el GMSMA no se ha ido de vacaciones y ha habido excursiones durante todo el verano, la segunda, que el ineludible ascenso al Cerro de San Pedro iba a ser precedido de una visita a la base de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejercito de Tierra (FAMET), que se ubica precisamente a las faldas de nuestro querido cerro.

Concertado gracias a Jorge M, la visita a este centro de las fuerzas armadas, denominada oficialmente Base Coronel Maté, resultó todo un éxito. Guiados por un teniente, tuvimos oportunidad de conocer su cometido, equipamientos, historia y bastantes modelos de helicópteros, unos de museo y otros operativos. Ahora, cuándo los veamos sobrevolarnos en nuestras rutas, sabremos distinguir si es un Chinook, un apache o un Eurocopter.

Tras la instructiva visita, poco tiempo nos quedaba para la ruta, y como las peticiones de que nos subieran en helicóptero nos prosperaron, tuvimos que conformarnos con hacer una ruta corta, la más corta posible de subida y descenso al cerro, que no es otra que la que tiene por inicio la caseta de peones camineros del Alto del Mojón, en cuya explanada dejamos los coches, a mitad de camino entre Guadalix y Colmenar Viejo.

Iniciamos la marcha saltando la valla, paso obligado a la senda que en menos de 2,5 Km alcanza los 1425 metros del Cerro de San Pedro, esta vez con excelente tiempo, lo que nos permitió a poco de ganar altura contemplar la base de helicópteros del FAMET, de donde venimos.

El Cerro de San Pedro, retirado del resto de la Sierra de Guadarrama, vigila el acceso a Cuerda Larga y la sierra de la Morcuera y conforme ascendemos vamos teniendo vistas de ella, del embalse de Santillana y del viaducto del Arroyo del Valle, colosal obra para facilitar el paso del AVE de Madrid a Segovia.

Seguimos en todo momento la cerca que corre ladera arriba, entre peñas descuartizadas y algún que otro enebro, cuando nos encontramos con la mejor conocedora de esta ruta: Pilar Matellano. en la que para ella era su 3153 ascenso a este mítico cerro, lo que equivale a más de 15.000 kilómetros recorridos, algo así como ir 15 veces desde Madrid a París, ahí es nada.

Tras el respiro que supuso alcanzar el cerrillo de la Prestancia, acometimos el segundo tramo de rampa hacia la cumbre, en el que cada cual se acopló a sus ritmo de fuerzas, evidenciando que había gran diferencia de forma de unos con otros en este comienzo de temporada.

Ya en la cumbre, firmamos en el libro de visitas que se guarda en un caja metálica junto al gran hito que corona el vértice geodésico, donde Nico nos contó su secreto para ahora ir siempre en cabeza: el cardo mariano, que al parecer y según nos contó tiene multitud de propiedades que le hacen ser bueno para casi todo.

Echadas unas risas y el convencimiento de que había que probar tan milagroso remedio, iniciamos el descenso, con cierta prisa porque se nos echaba encima la hora prevista para la comida.

Éste lo hicimos volviendo por donde habíamos venido, tan rápidos, que enseguida estábamos en los coches y al poco en el restaurante Araleci, donde celebramos el fin de ruta, el comienzo de una nueva temporada, la décima, y el siempre gratificante reencuentro con los compañeros del grupo, a la vez que pedimos a San Pedro protegernos de la lluvia en nuestras rutas de este año, y que no nos pase nada malo en ellas.

Por los complementos de esta ruta: la visita a la FAMET y el estupendo final con la celebración de la comida de confraternización, esta ruta la califico con un 4 sobre 5.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de José María Pérez

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Excursión 366: Las rajas de Colmenar Viejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenar

Final: Colmenar
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 17,3 Km 
Desnivel [+]: 209 m 
Desnivel [--]: 209 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable:
Valoración: 4,5
Participantes: 17

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN

El sábado me despierto con un mail enviado por Antonio a las 7h13 dónde me dice “el otro día, con la amenaza de las sicarias sobre mis piernas, se me olvidó comentarte si no te importaría hacer la crónica y asi vas ganando por goleada en este apartado”. Eso se llama actuar con nocturnidad y alevosía…

Así que aquí que estoy con mis ciento y pico de crónicas a mis espaldas, haciendo una más...

Ésta era la última excursión veraniega de este año 2017 y para celebrar tan importante acontecimiento, Antonio, a propuesta de José Luis y Teo, nos ha sorprendido con un original paseo por las Rajas de Colmenar Viejo.

Estas rajas son sencillamente antiguas canteras en medio del campo de dónde se extraía pórfido (roca constituida principalmente por cristales de feldespato y cuarzo) que se utilizaba para el adoquinado y que están, hoy en día, llenas de agua.

“De Colmenar Viejo procedían los adoquines de diabasa -pórfido verde oscuro- que pavimentaron las calles de Madrid a partir del siglo XVI. Muchos de ellos, tal vez millones, permanecen bajo el asfalto y afloran cuando surgen socavones u obras”.

Pero vayamos al relato de la excursión:
De nuevo, las mediciones de Antonio se quedaron muy cortas. Nos presentó la marcha como un paseito circular de unos 12km y 250 m de desnivel pero resultó ser mucho más largo: más de 17km a pleno sol de ocaso veraniego. Llegamos todos al lugar indicado por Antonio con tiempo suficiente para los besos y abrazos de rigor y a las 10h en punto, el Boss dio el pistoletazo de salida.

Nos adentramos en la zona llamada de la Bastiana por el camino de la Retuerta, con siempre como horizonte las bonitas vistas de la Pedriza coronada de su emblemático Yelmo. El sol empezaba ya a avisar de lo que iba a ser la tónica del día, mucho calor.

Pronto nos topamos con la primera raja, una hendidura en el suelo hecha por el hombre de varios metros de profundidad y que estaba llena de agua. Creo que nos quedó la duda de si era agua almacenada de lluvia o agua del subsuelo. A Teo eso le era indiferente y aprovechó para darse el primer baño del día. Seguimos caminando y aparecieron dos rajas más, todas muy parecidas y todas con agua.

Íbamos por el kilómetro tres cuando llegamos al puente que pasa por encima de la vía del antiguo ferrocarril Madrid Burgos, bien conocida por el GMSMA por haberla recorrido en otros puntos como por ejemplo Miraflores de la Sierra.

Actualmente en desuso, varios municipios del valle del Lozoya han invertido ya una buena cantidad de fondos para aprovechar dicha infraestructura ferroviaria y promover la restauración de un tren histórico denominado “Tren Turístico y Medioambiental Translozoya” que realizaría trayectos turísticos desde la capital. Su inauguración estaba prevista para este verano pero todo sigue paralizado por decisión de ADIF y Fomento.

Bajamos a las vías y después de recorrer un tramo por ellas nos salimos por la derecha para coger un camino en el que vimos una flecha amarilla que alguien dijo que indicaba que el Camino de Santiago pasaba por allí.

Volvimos a cruzar la vía del tren pero esta vez, por debajo y pronto llegamos a orilla del río Manzanares. Desde allí, asomaba por encima de la arboleda la bonita torre de la compuerta del embalse de Santillana y Antonio quiso llevarnos a verla de cerca.

De camino, vio una pequeña zona de sombra a la orilla de un riachuelo y decidió que era el sitio perfecto para tomar el tentempié. Efectivamente, un sitio idílico para protegernos del sol pero no tanto para el olfato pues era el agua que venía de una depuradora aguas arriba y parecía que ese día la tenían apagada.

Emprendimos de nuevo la marcha y pronto llegamos a la entrada del recinto de seguridad del embalse, donde nos encontramos con un gran letrero de prohibido el paso. Paco Nieto llamó por teléfono para preguntar si era posible entrar pero le dijeron que era imposible sin una autorización previa así que nos quedamos con las ganas.

He leído que en la actualidad, es muy difícil conseguir esa autorización:
“La torre fue acondicionada como museo en 1971 habilitando una pasarela sobre las aguas para facilitar su visita. En la actualidad se encuentra cerrada y ni siquiera es posible acercarse a sus inmediaciones, salvo en contadas excepciones”.

En 1907, Joaquín Ignacio de Arteaga y Echagüe (1870-1947), XVII duque del Infantado y, entre muchos otros títulos, Marqués de Santillana, decidió construir el Embalse de Santillana, conocido hoy día como la presa vieja.

En 1969 se construyó la presa nueva. Con una altura sobre cimientos de 40 m (unos 10m más que la vieja) y una longitud de 1355 m, la presa nueva duplicó la capacidad de almacenamiento del embalse pasando de 47 a 91 hectómetros cúbicos.

La presa moderna se antepone a la antigua. La estructura primitiva, formada por dos ramales en arco que cierran el valle, fue sumergida aunque quedaron al descubierto varios elementos arquitectónicos de gran singularidad como la torre de toma mencionada.

“Cuando el marqués decidió construir el Embalse de Santillana, pidió que la presa que iba a anegar el entorno del Castillo de Manzanares no desentonase con la fortaleza. Con tal fin volvió a contratar a Lampérez, el arquitecto que proyectó la restauración del castillo de Manzanares el Real”.

“En el punto de confluencia de ambas secciones situó la torre de toma que alcanza los 35 metros de alto y es de forma octogonal, la misma planta que tiene la torre del homenaje del Castillo de Manzanares. Al igual que ésta, se encuentra decorada con bolas de piedra en todos sus lados y, en el principal, tiene labrado un grandioso escudo del Real de Manzanares, una de las posesiones históricas de los duques del Infantado”.

“Con respecto al muro de contención, éste se asemeja a una muralla, con sus almenas, matacanes y torres defensivas adosadas”. Creo que esta infraestructura hidráulica merece ser motivo para una marcha del GMSMA. Habrá que intentar conseguir ese complicado permiso.

Con la decepción de no haber podido acercarnos a la famosa torre, volvimos sobre nuestros pasos hasta un puente que nos permitió pasar a la otra orilla del río Manzanares.


Unos 2 kms más adelante, llegamos a las ruinas de un batán:
“Los batanes son estructuras en las que se asentaba una próspera industria de la piel e hilatura usando agua como fuerza motriz de la instalación. El batán o pisón es una máquina ideada para batanar o abatanar las telas, para golpearlas. Cuando se quería que los paños tuvieran una mayor resistencia o un mayor grosor, al salir del telar se les conducía a los batanes donde sufrían este proceso”.

Estas instalaciones se abandonaron hace años por el descenso del nivel del río como consecuencia de la construcción del embalse de Manzanares. Aprovechamos este interesante lugar para hacer la foto de grupo que tuvo que repetirse tres veces porque Javier se empeñó en colocarse en lo alto de una piedra y no salía en el enfoque.

A escasos metros arribamos al Puente del Batán, nombre que toma del batán aguas arriba. De un único ojo y construido enteramente en piedra de granito. Aunque algunos le atribuyen un origen romano, data realmente de la Edad Media y ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de su historia como la de 1681 donde una riada obligó prácticamente a su reconstrucción. Jorge no quiso irse de allí sin hacer su ya famosa postura artística en lo alto del puente.

Continuamos la marcha por un camino árido y con el sol a su máxima potencia cuando Antonio vio unas piedras con unas sombras y dio la orden de parada para el “bocata montañero”. Todos lo agradecimos porque estábamos bastante calientes por fuera y por dentro. Dimos cuenta de nuestros manjares y de la poca agua que nos quedaba.

Cuando algunos aprovechaban para echarse una siestecita, apareció de repente un ex empleado de Telefónica, amigo de José Ramón y Paco Nieto que venía solo en bicicleta desde Colmenar Viejo. Viendo el recorrido, una verdadera hazaña, la suya.

Algunos pensaron llamar a la base militar de helicópteros para que vinieran a nuestro rescate pero los del GMSMA nunca se rinden y nos pusimos de nuevo en marcha. Otra vez la solanera, cruzar de nuevo la vía del tren saltando un par de muros y llegamos a la cuarta raja y luego a la quinta. Estábamos todos de rajas hasta la coronilla.

Con todas las existencias de agua agotadas (Los que les quedaban algunas gotas quisieron hacer negocio con ellas y pusieron precio a tan preciado tesoro!) , y cuando todos solo pensábamos y soñábamos con cervecitas y refrescos bien fríos apareció la sexta raja. La mayoría se acordaron de la madre de todas las rajas pero Paco Nieto y Antonio -que nos había vendido que habría baño- se empeñaron en buscar una entrada a la raja y la encontraron.

Fueron los primeros en meterse en la piscina improvisada y la mayoría, viendo las atractivas y limpias que eran sus aguas, siguieron el ejemplo. Yo me lo pensé un poco pero, al final, me decidí a darme un chapuzón que pensaba iba a ser placentero. Lo fue pero no me esperaba el agua tan fría, estaba congelada! Por cierto, últimamente está tomando fuerza en el GMSMA un movimiento naturista!

La verdad es que el baño nos dejó a todos como nuevos y los dos kilómetros que faltaban para los coches fueron mucho más llevaderos.

Solo para terminar con las famosas rajas, he visto el siguiente comentario en internet: “Una cantera ubicada en la zona de La Bastiana, junto al río Manzanares, fue cerrada tiempo atrás por el alcalde colmenareño: motoristas adolescentes saltaban sobre sus paredes diagonales y afilados tajos con sus ciclomotores; aquel arriesgado juego causó varios accidentes mortales”. Tampoco es recomendable pasear de noche por la zona pues esas rajas pueden ser unas trampas mortales.


José Ramón y Paloma, que venían de ser abuelos de su segundo nieto invitaron a las cervezas y refrescos y todos brindamos por Adrían deseándole todo lo mejor de este mundo, sobre todo buena Salud y mucha Felicidad. Lo celebramos en un sitio muy bonito, la cafetería de la Ermita de Ntra. Sra. de los Remedios y pudimos visitar su Ermita que alberga la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios, patrona de Colmenar Viejo.

Y entre cervezas y cervezas, algunos vimos el final de la etapa de la Vuelta Ciclista a España con un Contador colosal. Con una última mirada desde el Mirador de la Ermita a las vistas inigualables del embalse de Santillana, Manzanares el Real y toda la Pedriza, nos marchamos todos muy contentos a nuestras casas.

Puesto en contacto con la agencia internacional de Calificación de Senderismo Madi, tengo el placer de anunciar que esta prestigiosa agencia ha otorgado a esta 366ª excursión una nota de 4,5 sicarias por lo tranquila pero a la vez exigente, por su programa original y su buena organización y por lo bien que se lo han pasado todos los senderomagos asistentes.
Antolín

FOTO REPORTAJES