miércoles, 25 de noviembre de 2020

Excursión 536: Cabeza Líjar desde el Alto del León

FICHA TÉCNICA

Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 15 km
Desnivel [+]: 467 m
Desnivel [--]: 467 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 18

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
El lugar en el que hemos quedado para el inicio de la excursión, es en el Alto del León y allí legamos, Paco y yo, poco antes de la hora prevista para la salida.

Nuestro amigo Marcos, al final de la jornada senderista, me contó, que durante años, el lugar fue conocido como Alto de los Leones, en honor a los soldados que lucharon a favor de Franco en este puerto, al parecer, con intención de comparar a aquellos soldados con fieros leones.

El Alto del León, ha sido conocido con diversos nombres, dependiendo de los avatares históricos de cada momento. Así el primer nombre conocido fue el de Balat Humayd y al finalizar el dominio andalusí, los cristianos castellanizaron el nombre pasando a llamarse Valtome, Baratome o Valathome. Y como Valathome se conoció al Puerto del León durante la Edad Media, hasta el S. XIV en el que pasó a denominarse Tablada, nombre tomado del nombre de una popular venta situada en las cercanías. 

Y curiosamente pasó a llamarse Puerto de la Campanilla, debido a que una de las más famosas ventas del pueblo de Tablada llamada Venta de la Campana, cuyos propietarios hacían uso de una campana para orientar a los perdidos viajeros y guiarlos hasta sus dependencias. También llamado Puerto de Guadarrama, Puerto de los Leones, Puerto del León, son solamente algunos de los muchos nombres que ha recibido a lo largo de la historia.

Pero fue en 1749 cuando quedó inaugurada la carretera, mandada construir por Fernando VI y para su honor y gloria, se levantó una escultura de piedra con un león aferrando con sus garras dos globos terrestres, en el que está inscrito: FERNANDUS VI / PATER PATRIAE / VIAM UTRIQUE CASTELLA /SUPERATIS MONTIBUS FECIT AN. / SALUT. / MDCCXLIX / REGNO SUI IV / Lo que viene a decir: “ Fernando VI /Padre de la patria /hizo para ambas Castillas esta vía / por encima de los montes / 1749 año de nuestra salvación y IV de su reinado”. 

Y como bien me explicó, en honor a los soldados que lucharon a favor de Franco en este puerto, Ramón Serrano Suñer, Ministro de Gobernación en 1939, rebautizó al Alto del León como Alto de los Leones. Y esta historia finaliza en el año 2000, cuando el Ministerio de Fomento, volvió a llamarlo Alto del León.

Pues bien, volviendo al inicio de esta crónica, una vez llegamos al Alto del León, en la cafetería estratégicamente ubicada, un café caliente, nos entona para afrontar una mañana fría y neblinosa y, en cuanto llegan todos los senderomagos participantes, comenzamos la excursión, que será circular, con una distancia de 15 kilómetros y un desnivel aproximado a los 467 metros.

Iniciamos la marcha y, al poco, nos desviamos hacia las Hondillas, para dirigirnos al arroyo de La Gasca, que hacia su recorrido, precario de agua.

Atravesamos, sin grandes peligros el arroyo y, desde allí, ascendimos de forma directa hasta cabeza Lijar (1.823 m); el sendero presenta algunos pinos, pero queda casi pelado al poco de empezar el ascenso, y representa la subida de mayor desnivel de la jornada. Durante el recorrido. algunos senderistas pudieron entretenerse en buscar algunas setas comestibles.

El frio en Cabeza Líjar fue intenso, agravado por lo ventoso del lugar, a pesar de ello, pudimos disfrutar del lugar, los orígenes del montañismo. Uno de los lugares más emblemáticos del
Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, no solo por la ruta de senderismo que asciende hasta este punto, sino también por la historia que guarda detrás.

Destaca por ser uno de los lugares que los primeros excursionistas del siglo XIX empezaron a investigar. Se trataba de exploradores alemanes, que residiendo en la capital se acercaban a este paraje disfrutando de una afición que empezaba a cobrar auge en Centroeuropa: el montañismo.

Los españoles por aquel entonces veían este deporte como un entretenimiento de ricos extravagantes. Pero el caso es que fue el origen de las primeras sociedades de alpinismo de la sierra de Madrid.

Esta zona adquirió un importante protagonismo en la Guerra civil, por ser, al parecer un lugar estratégico, de hecho en la cumbre se conserva un búnker de vigilancia, ahora transformado en refugio, en el que algunos senderistas pudimos tomarnos un tentempié, a resguardo del frio y el viento.

Dada la intensa niebla que había en Cabeza Líjar, algunos principiantes nos quedamos con las ganas de ver el Cerro de la Salamanca, el Collado del Hornillo, Siete Picos, la Bola del Mundo, la Peñota, Guadarrama o el Pantano de La Jarosa, por lo que es obligada una nueva visita con mejor tiempo. 

En Cabeza Líjar, iniciamos la bajada hacia el collado de la Cierva, también llamado de la Mina, por la mina de wolframio que hay cerca de él. Desde allí iniciamos el regreso, volviendo por la pista de la Mina al Alto del León. 

Poco a poco, el camino se llena de más árboles y sorpresas, la primera de ellas una gran cruz de hormigón, caída en el suelo y después de los años, formando parte del mismo y, delante de lo que ésta fue, un altar medio derruido, situado sobre una pequeña loma, a la que se llega por una escalera de hormigón, bastante deteriorada.

Continuamos la bajada, caminando por un camino con suave pendiente, junto a él se alzan todavía algunas cruces de hormigón, que forman parte del Vía Crucis construido después de la guerra civil, y que al parecer, desembocan en el altar que se ha descrito. Buena parte de estas cruces se encuentran ya destruidas. Al lado del camino también pudimos observar e incluso visitar algún búnker de la Guerra Civil.

Caminar por ese entorno produce cierta impresión, al pensar en la cantidad de personas que murieron en este sitio, en la Guerra Civil.

Y por ese camino y antes de finalizar la ruta, llegamos a la fuente de las Hondillas, completamente restaurada y fresca, que me alegró el espíritu.

Desde allí nos dirigimos, en pocos minutos al Alto del León, donde finalizamos la caminata, que bien vale valorarla en cuatro sicarias.
Sagrario Martín

FOTOS
* Fotos de Julián Suela
* Fotos de Paco Nieto

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Excursión 535: Cebollera Nueva desde el Puerto de Somosierra

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Somosierra
Final: Puerto de Somosierra
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15 km
Desnivel [+]: 765 m
Desnivel [--]: 765 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 13

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
El día comenzó con niebla bastante cerrada y el trayecto presagiaba atascos en algunas zonas hasta llegar a la Nacional 1, en el recorrido tuve algunas imágenes, de ésas que quedan fijadas en la memoria, la mejor, la de los riscos de la Cabrera, y a media ladera las nubes como bufandas de los picos. 

Una vez reunido el grupo, comenzamos en el Puerto de Somosierra, continuamos un tramo paralelos a la carretera y al poco entramos por los Prados del Roble hacia la Dehesa de Somosierra, nos encaminamos por una pista forestal y al poco tuvimos que cruzar el arroyo de la Dehesa, nuestro primer cruce de arroyo y no el último, la primera excusa para sopesar nuestro equilibrio y nuestras botas a prueba de agua, una señora al otro lado nos animó con su cesta de futuras setas y según nos comunicó puso alguna piedra estratégicamente en el agua para facilitar el paso.

El camino hacia la Dehesa Bonita como así se denomina a la Dehesa de Somosierra, se considera uno de los lugares de mayor biodiversidad vegetal por metro cuadrado de la Comunidad de Madrid, está sembrado de abedules, avellanos, robles y acebos. 

En nuestro camino encontramos un árbol singular El Mostajo, y un cartel informativo que nos señala sus características, estos árboles también conocidos como serbales, suelen tener escaso tamaño con alturas de entre 6 y 8 metros y troncos de pequeño grosor, éste mostajo se encuentra entre los más grandes de la Comunidad de Madrid, posee un tronco engrosado hasta los 4 metros de altura desde el suelo, fruto de podas antiguamente realizadas…, y qué mejor sitio para hacernos una foto. 

Al cabo de un rato, después de ascender por Las Cuestas, subimos por un cortafuegos pequeño, empedrado y vertical o al menos así lo percibimos, la trocha nos llevó a una pista, la zona de la Recurva a unos 1.300 m de altitud, recorremos un pequeño tramo y enseguida volvemos a atajar hasta llegar a la Cebollera Nueva, con una altitud de 1.834 metros.

Las vistas desde aquí son impresionantes y didácticas, enumeramos las montañas que conocemos, al fondo El Cerro de San Pedro, talismán para éste grupo, y primera ruta con la que se inicia cada temporada el rosario de excursiones, este cerro es de los denominados “monte-isla” y en sus faldas una niebla envolvente que resalta su misterio.

Intercalando la panorámica divisábamos varios embalses, el de Puentes Viejas, y el Atazar, entre otros, éste último indicado por la neblina que produce la humedad en su transcurso. La Cabrera la distinguimos al fondo y entre estas cumbres, los embalses y la neblina persistente, nos recuerda otros lugares, un paisaje solitario y envolvente, alejado del Madrid de la gran ciudad, impensable desde la Cebollera, tan aislados de ese tumulto. 

Aquí y como es tradición hicimos la parada del Ángelus, pero antes, y tras sortear una alambrada, nos hicimos algunos una foto en el vértice geodésico, que conserva aún la placa del Instituto Geográfico Nacional.

Desde aquí y después de atravesar un portón ganadero, nos encaminamos por una pista hacia el Cuchar Quemado, de 2.045 m de altitud, según subíamos y por el lado derecho seguimos con el “juego” de identificación de las montañas que íbamos viendo, El Santuy, El Cerrón, al fondo el Pico del Lobo, y para completar tan bucólico panorama, a la izquierda nos cruzamos con tres caballos percherones, hermosos y libres. 

En la cumbre encontramos algunas construcciones ganaderas, y nos refugiamos en ellas para poder comer sin las molestias del viento. Siguiendo la cordada vimos el Pico de las Tres Provincias o Cebollera Vieja, tentándonos por subir a su cima.

Antonio nos sugirió llegar a la cascada de la Chorrera de Litueros, y afrontamos la bajada por una senda, cuanto menos inhóspita, llena de matorrales, que en ocasiones nos cerraban el camino, y piedras y raíces que nos hacían estar alerta con la vista fija en el suelo, creo que algunos caímos en la bajada, bien por ésta o por la siguiente senda, pero sin más percances, “hemos sabido caer”. 

Cruzamos de nuevo una pista y atajamos, como no podía ser menos, por otra senda desde la que al poco se oye ya el rumor del agua, esto y ver las piedras a nuestra derecha nos hacen sospechar que está próxima la cascada.

Un cúmulo de piedras al frente del inicio de la misma, hacen que podamos fotografiarla desde aquí. La cascada de la Chorrera de Litueros, una de las cascadas con más caudal y altura de la Comunidad de Madrid, cae formando una cola de caballo por los tres escalones pétreos de la Chorrera, después se une al arroyo de las Pedrizas y se convertirá en el nacimiento del Río Duratón. 

Reemprendemos la bajada, también algo accidentada, hasta llegar, con cruce de arroyo incluido, a un cómodo camino, el cual nos lleva a la antigua carretera del Puerto, ya por asfalto subimos al lugar en donde hemos dejado los coches, y después de dejar las mochilas, tomamos unas merecidas cervezas en una terraza, un placer en el mes de noviembre.

Hoy nos ha acompañado un tiempo fresco, claro y luminoso para poder andar cómodamente, después de atravesar la niebla que se cernía por casi todo Madrid. 

Hacía tiempo que no acompañaba al grupo, la parte positiva es que las ganas y la ilusión por participar en las excursiones crece, en este caso por el día luminoso y fresco que hemos tenido, la compañía, el recorrido, las vistas espectaculares y sobre todo el bienestar que genera, le doy 5 sicarias.
Raquel Domínguez Ruiz

FOTOS
* Fotos de Antonio López
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Excursión 534: La Horizontal del Puerto de Navafría

FICHA TÉCNICA

Inicio: Pto. de Navafría
Final: Pto. de Navafría
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 22,8 km
Desnivel [+]: 464 m
Desnivel [--]: 464 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 21

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
A falta de un cronista que hubiese realizado esta ruta, me toca relatarla como si en realidad la hubiese hecho, lo que espero sea fácil gracias a las numerosas fotos que se realizaron y a tener el track que siguieron.

Con un hermoso día, despejado e idóneo para caminar, salimos del puerto de Navafría, siguiendo la senda que en dirección noreste discurre durante 8 kilómetros por la linde de las provincias de Segovia y Madrid, delimitada por una alambrada y después por un muro que siempre nos queda a la derecha.

Sin tiempo para calentar, la senda asciende con bastante pendiente desde su inicio durante unos 3 kilómetros, para luego descender y seguir horizontal por el camino que precisamente da nombre a esta excursión.

Entre pinos llegamos al Alto de la Pinilla, donde se aclara el paisaje y se allana la pendiente, lo que nos da un breve respiro, para enseguida seguir subiendo hasta alcanzar el Pico del Reventón, donde las vistas del macizo de Peñalara y la Cuerda Larga comenzaban a ser espectaculares.

La última cuesta nos dejó a los pies del Reajo Capón, donde paramos a tomar el tentempié de media mañana, aprovechando el muro de piedra que marca la frontera de Segovia con Madrid.

Con excelentes vistas del valle del Lozoya y sus embalses de la Pinilla y Rio Sequillo, rodeados de las más altas cumbres de la Sierra de Guadarrama, no se podía haber elegido un mejor sitio.

De nuevo en marcha, pasamos junto a las preciosas lagunillas del alto del Hornillo, con sus aguas de un azul tan intenso que rivalizaba con el del cielo. En este entorno tan bello, Ángel Vallés nos hizo la foto de grupo.

Muy cerca de las lagunas, se encuentra el vértice geodésico del Reajo Alto (2.099m), el punto más alto del recorrido, desde el que se tiene unas imponentes vistas de la planicie segoviana, salpicada de pueblos que los segovianos del grupo trataban de identificar.

En la lejanía, al este, se distinguían los embalses de Puentes Viejas y del Atazar, más cerca el de Pinilla y detrás la Cachiporrilla, pero sobre todo destacaba Peñalara, que se abría paso a ratos entre las nubes que poco a poco comenzaron a ser más presentes y acabaron por llenar de niebla todo nuestro entorno.

La senda dio paso a un ancho cortafuegos que, sin apenas desnivel al principio, se precipita al llegar al Lomo Gordo, perdiendo unos 250 metros de desnivel en poco menos de dos kilómetros, hasta alcanzar el Camino de la Horizontal, pista forestal prácticamente plana que une el Puerto de Linera con el de Navafría, desde donde habíamos partido.

Para resarcirnos de la fuerte bajada, paramos a comer, habíamos recorrido poco menos de 10 km y nos quedaban casi 13 más para regresar. A estas alturas la niebla había desaparecido y las cestas de los seteros rebosaban de boletus y otros hongos.

Fue todo un placer recorrer el cómodo camino desde el que las vistas seguían siendo espectaculares cuando las zonas de pinos nos dejaban un claro por el que perder la mirada.

Siguiendo las incesantes revueltas del camino, hasta siete arroyo cruzamos, en este orden: del Chorro, del Reajo Alto, de la Nevera, de la Peña del Moro, del Reajo Hondo, del Reajo Sastre y el de la Fuensanta, alicientes que animan el largo camino de regreso hasta el punto de inicio.

En resumen, una bonita excursión, que aunque larga se hace muy agradable y entretenida con estupendas vistas, por lo que la califico con la máxima nota, un 5.
Paco Nieto

FOTOS
* Fotos de Ángel Vallés
* Fotos de Elena Alfaro
* Fotos de Enrique Cid
* Fotos de José Luis Molero

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Excursión 533: Valle del río Moros desde el Puerto del Alto del León


FICHA TÉCNICA
Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 12,4 Km
Desnivel [+]: 447 m
Desnivel [--]: 447 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 9

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Como todos los domingos por la tarde el Boss nos invita a compartir un Miércoles con Antonio y a pesar de su advertencia de que iba a llover mucho, mucho, mucho, una vez más usó sus influencias para que no fuera así y no llovió, quizás cayó una que otra gota pero nada.

Quedamos como siempre puntuales, pero no, hubo un retraso del propio Boss así es que obligados a esperar.

A esta ruta la llamamos, por unanimidad, “de las setas”, ya que el camino estaba lleno de ellas, unas buenas, otras no tanto y otras malas. Entre las que cogieron había: Boletus edulis, Macrolepiota procera (doy fe que esta era muy macro), Lactoarius deliciosos (níscalo), Pleurotus eryngi (seta de cardo).  Ángel gracias por instruirme con los nombres. 

Salimos del Alto del León hacia el collado de la Gasca pasando por las antenas del ejercito del Aire, desviándonos hacia el arroyo de la Gasca por donde descendimos muy cómodamente hacia la antigua carretera de Nacional VI, unos caminando y apreciando el paisaje y llamándonos la atención porque los helechos estaban todos secos, otros recogiendo setas.

Atravesamos la carretera por un túnel llegando a un precioso conjunto de arces que estaban completamente amarillos, desde ahí nos acercamos a la orilla del rio Gudillos, donde hicimos una breve parada para tomar un tentempié no mucho, algo ligero, ya que al terminar la ruta nos esperaba el chuletón en el restaurante del alto del León.

En este punto Lucio echó en falta su bastón, es lo que tiene ir distraído cogiendo setas y volvió rápidamente sobre sus pasos para recuperarlo. Hubo un intento de coger a Kiro para que se fuera con él, pero ya sabemos como es Kiro y pasó de Lucio y de todos, no le apetecía que lo ataran y se quedó con nosotros.

Continuamos remontando el rio, personalmente a mi me parecía un arroyo pero si el Boss dice que es un rio, rio será. Un par de veces tuvimos que esperar a los rezagados buscadores de setas, que ya iban con las redecillas casi llenas, comentando los deliciosos platos que se podían preparar con ellas, nos encontramos con la Cerca de Montosa, una antigua granja abandonada donde al parecer criaban visones. Allí aprovechamos para hacer la foto de grupo y fue donde Lucio nos dio alcance, ya habiendo recuperado felizmente su bastón.

Volvimos por el Camino del Agua, totalmente llano, todos muy contentos algunos seguían con la búsqueda de setas, a mi me gustaron mucho esas rojas que parecen que va a aparecer David el gnomo, que ninguno cogía por ser muy venenosa, solo sirven para una bonita foto.

Pero como todo lo bueno se acaba hubo que volver a subir para recuperar la altura de toooodo lo que habíamos bajado y llegar otra vez al puerto donde nos esperaba el riquísimo chuletón y José Luis Rubiales, que no venia a la ruta pero si a comer.

En la subida al Alto del León, aprovechamos el tendido de una de las líneas de alta tensión, que chisporroteaban alarmantemente, a pesar de que a Sol no le gustaba nada ascender por ahí, pero era la ruta más directa.

Al final, la subida no fue tan dura como me la imaginaba, por los 600 metros que anunció Antonio y los comentarios de Javier diciendo que debíamos subir toooodo lo que habíamos bajado.

Los que me conocen saben que las cuestas arriba me cuestan mucho, pero fui con todo el grupo y a buen ritmo, muy contenta. 

Una vez llegamos a lo alto del puerto, teníamos enfrente el restaurante donde ya nos esperaba José Luis para comer juntos, aquí Jorge se despidió del grupo y se fue a comer a casa Comimos unos ricos chuletones con ensalada, su vinito y de postre una variedad de tartas. 

Mientras comíamos en el restaurante, ya ha cubierto, empezó a llover muchísimo y también se nubló todo el puerto, por lo que queda una vez más demostrado que las influencias que tiene el Boss con el tiempo, por mediación de San Pedro, funcionan.

A esta excursión le doy 5 sicarias, por el buen tiempo que hizo a pesar de los pronósticos, la belleza de la ruta, los colores del otoño preciosos, lo contentos que iban todos con sus setas, porque la subida no me resulto muy dura, la comida muy buena y como siempre una compañía excelente GRACIAS!!!

Y resulta que haciendo memoria fue buscando rutas de otoño cuando encontré el blog del Gmsma, le escribí a Paco Nieto, pedí unirme al grupo y aceptaron mi petición, de esto hace ya justo 7 años!!!!! fue en noviembre del 2013, mi primera ruta, la 164.

Es increíble como pasa el tiempo, los buenos compañeros que he conocido y las bellas rutas que hemos compartido y espero seguir compartiendo. Muchísimas gracias a todos.

A todos y cada uno, que ponen su granito de arena (hay algunos que ponen rocas) para que este grupo sea tan especial y grande de excelentes personas. GRACIAS!!! 
Ana Chini