miércoles, 31 de julio de 2013

Excursión 149: El Cojón de Pacheco

FICHA TÉCNICA
Inicio: Embalse del Pontón Alto. Granja de San Ildefonso
Final: La Boca del Asno. Granja de San Ildefonso
Tiempo: 5 horas
Distancia:  13 Km
Desnivel [+]: 418 m
Desnivel [--]: 276 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua:
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Esta excursión iba a ser en principio tranquilita y sin más aliciente que pasear remontando el Eresma, en lo que antaño eran las Pesquerías Reales, y darnos un refrescante baño en las pozas de la Boca del Asno, lo que no era poco.

Ambas expectativas se cumplieron, pero además le añadimos algo de picante, nunca mejor dicho, al marcarnos un tercer objetivo: encontrar el Cojón (con perdón) de Pacheco, y no es que nos estuviésemos aficionando a temas más afines a nuestros colegas con el mismo acrónimo de más allá del Atlántico, no, es que así se llama una recóndita roca en forma de …eso, que se encuentra en las inmediaciones de la Boca del Asno, y que al preparar la excursión encontré de casualidad, porque hay pocas referencias de su existencia.

Se cuenta que el tal Pacheco era un fanfarrón de Valsaín que se jactaba de amar cada noche a varias mujeres y al que sus vecinos le dedicaron, no sin cierta ironía, este tolmo, de cinco metros de diámetro, con forma de testículo, considerando que, para tamaña proeza, esa parte suya tenía que ser de talla similar.

Así pues, partimos del Pontón Alto, del aparcamiento que hay a la salida de la Granja de San Ildefonso, y con las espectaculares vistas del embalse, comenzamos a remontar el Eresma, sorprendidos, como no puede ser de otra forma, por la gran obra que supuso el adecuar la ribera del mismo, por puro capricho, con un camino enlosado de ocho kilómetros, sólo para que el rey subiera sin estorbo con su caña por la orilla del Eresma desde La Granja hasta la cabecera del río, a través de los robledos, praderas, helechos, madreselvas y pinares de Valsaín.

En las proximidades de los Asientos nos encontramos con José María, que por no poder llegar a tiempo, comenzó la excursión al revés, en la Boca del Asno, hasta alcanzarnos.

Con el río a nuestra izquierda, lo remontamos hasta cruzarlo por el puente de Navalacarreta, desde donde nos dirigimos en busca de la carretera CL-601 y tras cruzarla, tomamos la pista forestal cerrada al tráfico con barrera que, con cierta pendiente, sube bordeando los lanchazos graníticos de Peñas Perdigueras en dirección sureste.

Hasta aquí bien, pero al llegar al claro de Vado Zarzón, usado como cargadero de troncos, el camino resulta bastante confuso, si no se conoce bien, por la mucha espesura del pinar y el laberinto que forman las vías de saca de madera, ante las cuales, elegimos incorrectamente la de más a la izquierda, que nos hizo vadear innecesariamente el arroyo de Cítores, desviándonos de nuestro objetivo.

Desubicados, pero no desorientados, gracias al GPS y mucho de intuición senderista, ascendimos a repecho entre pinos albares, acebos y rocas musgosas, como por un tobogán de gnomos hasta encontrar el escondido pedrusco del Cojón de Pacheco.

Alto como tres hombres, no es un cancho errante que haya rodado desde las alturas de Peñalara, emulando al Tormo de la Pedriza, sino que está firmemente unido por su pie a la roca madre y ha sido la erosión la que, desgastando la base más que los flancos,  ha forjado su singular aspecto que hizo famoso al tal Pacheco.

Tras la inevitable sesión de fotos y con el placer que supone haberlo encontrado a la primera, aunque no sin cierto rodeo, emprendimos la bajada hacía el área recreativa de la Boca del Asno, ahora sin el más mínimo despiste, pues nos esperaba la cervecita fría y el bocadillo, y eso agudiza el sentido de la orientación.

Tras la comida y el celebrado café, eso aumenta puntos, nos zambullimos en las pozas que han dado nombre y fama a este lugar, disfrutando como niños de las cascadas que se forman en las diversas angosturas y saltos del río, en uno de los cuales, hasta puede uno esconderse tras la cortina de agua.

Por todo ello, la Agencia Madi Senderismo otorga a esta excursión 4 Sicarias en su escala de 5.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS

miércoles, 24 de julio de 2013

Excursión 148: La Chorrera de Mojonavalle y Abedular de Canencia

FICHA TÉCNICA 
Inicio: Puerto de Canencia
Final: Puerto de Canencia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,7 Km
Desnivel [+]: 440 m
Desnivel [--]: 440 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua:
Ciclable: En parte
Valoración: 3,5
Participantes: 9

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN

En el recorrido estival que estamos haciendo por las pozas y chorreras más bonitas de la sierra no podía faltar la de Mojonavalle, así es que quedamos en el Puerto de Canencia para visitarla y de paso conocer el Abedular que bajo sus pies se formó hace millones de años.

Para descubrir estas maravillas con más ganas, no fuimos a ellas directamente, si no que, en dirección contraria, dimos un rodeo para alargar así la excursión, lo que nos permitió conocer la pradera del Collado Cerrado, una de las más bonitas en primavera de la sierra.

Entre amplios pinares y acompañados de decenas de mariposas de todos los colores, bajamos hasta el encuentro del arroyo del Sestíl del Maíllo, y muy cerca de él visitamos el abandonado puente del Vadillo, sobre el arroyo del Tercio de las Matas, al que el Sestil entrega sus revoltosas aguas.

Éste era el punto más bajo de la excursión así es que sabíamos que ya todo lo que quedaba era subir, lo hicimos a buen ritmo, hasta que una seductora sombra en una pronunciada curva de la pista, nos agradó como lugar para tomarnos un respiro y el aperitivo.

Proseguimos con reanudadas fuerzas hasta alcanzar el Collado Cimero, cambiando de vertiente y enfilando  hacia el encuentro de nuevo del arroyo del Sestil, en la zona en la que, a su vera, proliferan, formando un bosque de cuento, abedules, tejos, acebos y serbales, especies típicas de latitudes mucho más norteñas, que conforman un bosque singular, el llamado Abedular de Canencia.

Éste es uno de los rincones invernales más umbríos, húmedos y gélidos de la sierra de Guadarrama, recuerdo de los días de frío extremo de la última glaciación.

Sólo quedaba remontar el arroyo para encontrarnos con un pétreo tobogán de más de 30 metros de altura, el Chorro de Mojonavalle, que desgraciadamente no lucía todo su encanto por tener muy poca agua.

En busca de su inicio, Ángel comenzó a trepar por su empinada pared, le seguimos José Luis B, José María y yo, hasta que pasito a pasito y con zonas un tanto resbaladizas alcanzamos la cumbre en el punto en que el arroyo precipita sus aguas al primer tramo del abismo.

Las vistas desde aquí eran tan fabulosas, que nos costó iniciar el descenso para volver a encontrarnos con el resto del grupo, que nos esperaba al pie de la chorrera.

En ella comimos distraídos con el revuelo de las mariposas y el agradable sonido del agua al caer desde tan alto, Tras la sobremesa, en plácido paseo, continuamos el ascenso hasta alcanzar el puerto.

Como no encontramos ningún maíllo o manzano silvestre, descendiente de los que dio el apellido a este arroyo del Sestil del Maíllo, nos emplazamos a volver a intentarlo en otoño, a ver si con más suerte y con otra gama de colores en los árboles, lo conseguimos.

Las cervezas de celebración de fin de ruta las tomamos en Miraflores de la Sierra, brindando además por la suerte de Toñi, que había encontrado trabajo y por ello no pudo acompañarnos.

Por todo esto, lAgencia Madi de Senderismo ha otorgado 3,5 sicarias a esta fresquita y relajada excursión.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de Francisco Nieto
Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS
Fotos de Javier Mondéjar
Fotos de Manuel Crespo

miércoles, 17 de julio de 2013

Excursión 147: Las fuentes del Lozoya

FICHA TÉCNICA 
Inicio: La Isla. Rascafría
Final: La Isla. Rascafría
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 19,2 Km
Desnivel [+]: 754 m
Desnivel [--]: 750 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua:
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 12

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN

Bonita excursión, una de las más bonitas, si no la que más, para un servidor. No ha faltado nada, como ha dicho Paco ha sido de las más refrescantes, que en éste tiempo podíamos hacer (gracias Paco), porque hemos tenido pozas, cascadas y remansos; todo ello acompañado por pinos negros, de Valsaín o Albar, abedules, robles y acebos. No recuerdo haber visto tantos acebos en las cercanías de los madriles. Además nunca había visto tantas mariposas por metro cuadrado, es más en algunas fotos he visto, he fotografiado algún insecto debajo de la mariposa. En otra, no se si he interrumpido o espantado el cortejo de la pareja.

Para colmo y que nadie se lo esperaba (se esperaban unas gotitas de naaaáá) nos ha pillado la lluvia. Quién lo iba a decir. Las tormentas veraniegas, es lo que tienen y más en la montaña. Sin caer mucho, nos ha empapado, mira por dónde hoy yo, no me había bañado.

Hoy he aprendido que las excursiones que prepara Paco N. tienen un plus + que no está en la carta de ruta. Me alegro de que Paco y todos nosotros hayamos visto la Poza del asturiano Sócrates Quintana.

También hemos conocido hoy a otro Lucas, el hijo de Ángel que se ha portado como un machote.
En definitiva una excursión que en todo su recorrido no hemos perdido el “refrescante sonido” del elixir de la vida, EL AGUA.

Lástima Marcos que hayas tenido que irte, pero bueno te has dado un paseito muy bonito. Después de irte nos hemos dado, mejor dicho José María se ha dado cuenta de que no nos hemos hecho la foto de grupo. Los expertos de photoshop sabrán solucionarlo.

Por todo esto, la agencia lAgencia Madi de Senderismo ha otorgado 4 sicarias a esta bonita e inolvidable excursión.
Manuel

Son muchas las ocasiones que hemos tenido de acercarnos al río Lozoya, pero en esta excursión descubrimos sus primeras fuentes, los tres arroyos, el de la Laguna Grande de Peñalara, que nace en la charca glaciar del mismo nombre; el de las Guarramillas, que aflora en la ladera septentrional de la Bola del Mundo; y el de las Cerradillas, que rebosa de las laderas de Cabezas de Hierro. Reunidos los tres al pie del puerto, forman el arroyo de la Angostura, que poco después, pasa a llamarse definitivamente río Lozoya.

Hemos conocido a este trío refrescante, recorriendo su cauce y nos hemos deleitado con los múltiples rápidos, cascadas y las pozas profundas, más que muchas piscinas, a la sombra de los pinos albares, los robles y los abedules. Y en especial, hemos conocido el secreto mejor guardado del valle del Lozoya, la poza de Sócrates, recoleta y apartada cascada en la que nos hemos bañado en su gélida agua a modo de refrescante ducha.

miércoles, 10 de julio de 2013

Excursión 146: Chorro Grande de la Granja y Peña Berruecos

FICHA TÉCNICA
Inicio: Granja de San Ildefonso
Final: Granja de San Ildefonso
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,2 km
Desnivel [+]: 830 m
Desnivel [--]: 827 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua:
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 12

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
En la excursión del paso miércoles de las Calderas del río Cambrones nos estuvo acompañado a lo lejos, casi en todo momento, la vista de un gran salto de agua que bajaba de la loma del Puerto del Reventón. Esta espectacular cascada es conocida como el Chorro Grande de la Granja, un impresionante salto de agua, dividido en tres tramos, interrumpidos por pequeñas pozas, y juntos suman 80 metros de caída sobre sólidos riscos de desnudo granito casi vertical.

Como nos quedamos con ganas de verlo de cerca, organizamos esta excursión circular, con vuelta por la fuente del Infante y Peña Berruecos para conocer esta cascada y poder disfrutar de las vistas del Palacio de la Granja, que desde muchos puntos del recorrido son sencillamente sublimes.

Partimos de la explanada del Palacio de la Granja, callejeando en dirección a la Plaza de Toros, adentrándonos momentáneamente en la calle de la Puerta del Campo para contemplar el Pozo de la Nieve, que se construyó en torno a 1736 por encargo real para abastecer de nieve al núcleo urbano que entonces se estaba creando.

Continuamos en suavísimo ascenso por el robledal hasta la vaguada del arroyo del Chorro Grande.  Remontándolo, el camino se torna sendero, culebrea por entre los cambroños y, al llegar al pinar, desembocando al pie de la cascada, en la que aprovechamos para darnos el primer baño y tomar el aperitivo.

Es sorprendente el trabajo del arroyo hendiendo su cauce en estos montes. pero aún lo es más la dureza de la roca del Chorro que resiste con la firmeza de su naturaleza granítica, haciendo que se precipite al vacío entre vertiginosos toboganes, todo un espectáculo gratis y natural, la antítesis de los otros chorros, artificiales que se pueden contemplar, con algo de suerte, en el vecino Palacio de la Granja.

El tramo más duro es el que asciende a su parte superior, por una serpenteante y empinada vereda. Más de uno se acordó de mi árbol genealógico completo por proponer este ruta, pero lo compensó el poder disfrutar del amplio paisaje que se iba extendiendo a nuestros pies y la impagable recompensa que supuso bañarnos en la preciosa poza, que a media altura, surge como oasis en el desierto.

Completada la exigente y extenuante subida, de algo más de 400 metros en 3 km, comenzamos el descenso, sólo interrumpido por una breve parada en la fuente del Infante, en cuyo refugio fantaseamos con que José Luis había dejado esta mañana unas refrescantes cervecitas, pero lo único refrescante que había era la transparente agua de la fuente. Sin embargo, Manuel nos tenía reservada una sorpresa, una lata de cerveza milagrosamente fría que compartió generosamente con el grupo, ya que según sus palabras: "Se me encogió el corazón, cuando contemplé esas caritas, cuando vieron el bote de mahou 5 estrellas, y escucharon el chissssssss al tirar de la anilla". Menos mal que de los 12, alguno no quiso, que si no nos emborrachamos. Confieso que fueron las 4 gotas de cerveza que mejor me han sabido en toda mi vida.

Por la prisa en llegar a tiempo para poder comer en la Granja, la bajada por la zigzagueante pista la hicimos a toda marcha, viendo cómo, entre curva y curva, la cenital imagen del palacio de la Granja y resto de su entorno se iba haciendo cada vez más grande y cercana.

Merecido, por tanto, el menú que en la mismísima explanada de los jardines del palacio nos tomamos, que para muchos, como no podía ser de otra forma, incluía judiones de la Granja. 

Por todo esto, la agencia lAgencia Madi de Senderismo ha otorgado 5 sicarias a esta variada excursión, exigente pero de las que no se olvidan.

Celebrando el acierto de realizar estas veraniegas marchas por arroyos, chorros y pozas, nos emplazamos a hacer otra el miércoles que viene, a ser posible, un poquito más fácil.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES
Foto reportajes de Francisco Nieto

FOTOS
Fotos de Antonio López

miércoles, 3 de julio de 2013

Excursión 145: Las Calderas del Río Cambrones

FICHA TÉCNICA
Inicio: Granja de San Ildefonso
Final: Granja de San Ildefonso
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,7 km
Desnivel [+]: 231 m
Desnivel [--]: 229 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua:
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
A pesar de que habíamos dado por finalizada la temporada 2012-13, algunos senderomagos no concebían un nuevo miércoles sin excursión, así es que Manuel, impaciente, tiró la piedra: "¿No vamos a salir éste miércoles a ningún sitio?. ¿Aunque sea a la Sierra de Guadarrama?" y como me rondaba por la cabeza conocer las pozas que forma el río Cambrones cerca de la Granja de San Ildefonso, me dije ésta es la ocasión, porque seguro que es un lugar fresquito, ideal para las altas temperaturas de esta semana.

Y así nació esta bonita excursión que nos ha dado a conocer las calderas (pozas) que guarda el Río Cambrones, río que nace en el puerto de Malagosto, a casi 2.000 metros de altitud, y va a dar al Eresma en el embalse del Pontón, junto a La Granja, a 1.100 m, tan sólo 14 kilómetros después.

El Cambrones es un riacho bravo que se precipita alocadamente hacia el Real Sitio de Dan Ildefonso constreñido entre las pinas laderas de los montes Carpetanos –a levante– y el cerro de la Atalaya –a poniente–, dando numerosos saltos y parones en las angosturas y oquedades que las peñas forman en el paraje conocido como las Calderas, uno de los parajes más bonitos que hemos conocido.

Tras un placentero paseo por los jardines de entrada al Palacio de la Granja, donde contemplamos El Rey, una de las secuoyas gigantes más grandes y viejas (unos 150 años) de España. Tras lo cual nos encaminamos en busca del Puente de la Princesa, la puerta de entrada a una senda que nos llevó directamente al río Cambrones, que remontamos escuchando su susurro, sólo roto por el canto de los pájaros, y embriagados por los olores y colores de robles de los de verdad, elegantes fresnos, altos helechos y matas aromáticas: botonera, tomillo, cantueso y en la parte más alta, el cambroño, especie de piorno de florecillas de amarillo intenso, hojas trifoliadas y legumbres pilosas, cuya abundancia en esta zona explica el topónimo del río Cambrones.

Así hasta llegar al estrechamiento del valle, donde entre enormes rocas el río Cambrones ha esculpido grandes marmitas de gigante en la dura roca granítica, por la incansable fuerza de la caudalosa corriente de sus transparentes aguas, formando la Caldera del Guindo, la más grande y hermosa, la Caldera de Enmedio, por encontrarse entre ésta y la siguiente, la Caldera Negra, ambas menos accesibles, encajadas entre las rocas, amén de otras muchas más pequeñas.

Volvimos a la Granja a celebrarlo con las consabidas cañas y satisfechos de haber descubierto un paraíso casi secreto, que los lugareños no publicitan mucho para no masificarlo.

Por todo esto, la agencia lAgencia Madi de Senderismo ha otorgado 4 sicarias a esta excursión llena de encantos.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES