FICHA TÉCNICA
Inicio: Granja de San Ildefonso
Final: Granja de San Ildefonso
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,2 km
Desnivel [+]: 830 m
Desnivel [--]: 827 m
Tipo: Circular
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 12
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN

Esta espectacular cascada es
conocida como el Chorro Grande de la Granja, un impresionante salto de agua, dividido en tres tramos, interrumpidos por pequeñas pozas, y juntos suman 80 metros de caída sobre sólidos riscos de desnudo granito casi vertical.
Como nos quedamos con ganas de verlo de cerca, organizamos esta excursión
circular, con vuelta por la fuente del Infante y Peña Berruecos para conocer esta cascada y poder disfrutar de las
vistas del Palacio de la Granja, que desde muchos puntos del recorrido son sencillamente sublimes.
Partimos de la explanada del Palacio de la Granja, callejeando en dirección a la Plaza de Toros, adentrándonos momentáneamente en la calle de la Puerta del Campo para contemplar el Pozo de la Nieve, que se construyó en torno a 1736 por encargo real para abastecer de nieve al núcleo urbano que entonces se estaba creando.
Remontándolo, el camino se torna sendero, culebrea por entre los cambroños y, al llegar al pinar, desembocando al pie de la cascada, en la que aprovechamos para darnos el primer baño y tomar el aperitivo.
Es sorprendente el trabajo del arroyo hendiendo su cauce en estos montes. pero aún lo es más la dureza de la roca del Chorro que resiste con la firmeza de su naturaleza granítica, haciendo que se precipite al vacío entre vertiginosos toboganes, todo un espectáculo gratis y natural, la antítesis de los otros chorros, artificiales que se pueden contemplar, con algo de suerte, en el vecino Palacio de la Granja.
Es sorprendente el trabajo del arroyo hendiendo su cauce en estos montes. pero aún lo es más la dureza de la roca del Chorro que resiste con la firmeza de su naturaleza granítica, haciendo que se precipite al vacío entre vertiginosos toboganes, todo un espectáculo gratis y natural, la antítesis de los otros chorros, artificiales que se pueden contemplar, con algo de suerte, en el vecino Palacio de la Granja.
Más de uno se acordó de mi árbol genealógico completo por proponer este ruta, pero lo compensó el poder disfrutar del amplio
paisaje que se iba extendiendo a nuestros pies y la impagable recompensa que supuso bañarnos en la preciosa poza con cascada, que a media altura, surge como oasis en el desierto.
Completada la exigente y extenuante subida, de algo más de 400 metros en 3 km, comenzamos el descenso, sólo interrumpido por una breve parada en la fuente del Infante, en cuyo refugio fantaseamos con que José Luis había dejado esta mañana unas refrescantes cervecitas, pero lo único refrescante que había era la transparente agua de la fuente.
Sin embargo, Manuel nos tenía reservada una sorpresa, una lata de cerveza milagrosamente fría que compartió generosamente con el grupo, ya que según sus palabras: "Se me encogió el corazón, cuando contemplé esas caritas, cuando vieron el bote de mahou
5 estrellas, y escucharon el chissssssss al tirar de la anilla". Menos mal que de los 12, alguno no quiso, que si no nos emborrachamos. Confieso que fueron las 4 gotas de cerveza que mejor me han sabido en toda mi vida.
Por la prisa en llegar a tiempo para poder comer en la Granja, la bajada por la zigzagueante pista la hicimos a toda marcha, viendo cómo, entre curva y curva, la cenital imagen del palacio de la Granja y resto de su entorno se iba haciendo cada vez más grande y cercana.
Por la prisa en llegar a tiempo para poder comer en la Granja, la bajada por la zigzagueante pista la hicimos a toda marcha, viendo cómo, entre curva y curva, la cenital imagen del palacio de la Granja y resto de su entorno se iba haciendo cada vez más grande y cercana.
Merecido, por tanto, el menú que en la mismísima explanada de los jardines del palacio nos tomamos, que para muchos, como no podía ser de otra forma, incluía judiones de la Granja.
Celebrando el acierto de realizar estas veraniegas marchas por arroyos, chorros y pozas, que refrescan las altas temperaturas del verano, nos emplazamos a hacer otra el miércoles que viene y por clamor popular, a ser posible, un poquito más fácil.
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