miércoles, 28 de diciembre de 2022

Excursión 674: Cascadas del Purgatorio desde Rascafría

FICHA TÉCNICA
Inicio: Rascafría 
Final: Rascafría
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 16,7 Km 
Desnivel [+]: 382 m 
Desnivel [--]: 382 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 28

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Para ver un bosque finlandés no hace falta viajar a Finlandia, tampoco ir allí para meterse en una sauna, aunque debe ser fácil pues creo que hay una por cada dos habitantes. Basta que nos acerquemos por el Monasterio del Paular y cruzando la carretera, nada más atravesar el Puente del Perdón girar a mano izquierda, enseguida llegaremos a un lago rodeado de abedules abetos y chopos que nos hará pensar que estamos en un bosque del citado país nórdico.

En esta ocasión y para calentarnos un poco antes de meternos en la sauna y luego en el fresquito lago, empezamos la marcha en el parking público de Rascafría, esta vez bonificado a cero euros, creo que gracias a las medidas antiinflación del Gobierno.

No hicimos fotos de los baños en sauna y lago por no dejar evidencias gráficas que nos pudieran inculpar de la prohibición imperante, pero puedo asegurar que el agua estaba bien fresquita. Echamos de menos a los que se suelen zambullir sin pensárselo mucho, como Paco, Carolina, Pepa etc, pero otros valientes que vinieron hoy, tomaron el testigo y gracias al calorcito previo de la sauna no tuvieron reparo en lanzarse al agua.

Dicen que lo de bosque finlandés es por una cuadrilla de trabajadores de ese país que vinieron a asesorar a la Sociedad Belga de Pinares del Paular en la gestión de los bosques y de la que ellos son especialistas. Uno de sus requisitos fue que les pusieran una sauna y un lago para paliar la morriña o como se diga en finlandés durante su estancia por estos lares.

Una vez atemperados proseguimos el camino por la zona recreativa de las Presillas, en las que ya no paramos a más baños y tomamos el Camino Viejo de Madrid. Cuando los que iban indebidamente por delante del boss, llegando casi el puerto de La Morcuera por su elevado ritmo, escucharon entonces el silbato del jefe, esta vez no para llamar a Twitter, sino para indicar a los de cabeza que estaban por camino equivocado, que había que abandonar este camino a la izquierda, antes de la Curva de las Nieves, por donde se encuentran el arroyo Aguilón con Lozoya.

Retomamos nuestros pasos por la margen derecha del Arroyo Aguilón, con parada para picnic, ajustando entonces todos nuestros relojes a las 12 en punto.

Así hasta que en una zona despejada de los robles y enebros que nos han acompañado, hasta el Prado de San Antonio, nos encontramos con un puente que cruza el arroyo y que viene del camino que va al Monasterio del Paular por la otra margen del Arroyo Aguilón y que será por donde regresemos una vez alcancemos las Cascadas del Purgatorio por un pedregoso camino lleno de raíces.

Tras llegar a la cascada, en día concurrido de visitantes, y con alternancia de tránsito de subida y bajada para no colisionar por los angostos senderos, conseguimos abrirnos paso entre la multitud llegando al mirador de la cascada.

Somos casi todos los que nos animamos a trepar por las rocas hasta la cascada de más arriba como atestiguan las fotos. Sólo Ángel se queda abajo por precaución.

Camino de vuelta hasta el Monasterio del Paular, paramos para hacer la visita y somos invitados por los monjes a organizar algo para la Nochevieja junto con ellos.

Si el lector de esta crónica, ha dudado en algún momento de algo de lo que se ha descrito, será porque no es un santo inocente, o que ha visto la fecha de esta excursión, día 28 de diciembre y ha comprendido que se le estaba intentado tomar el pelo.

Efectivamente, veintiocho senderomagos se dieron cita un día veintiocho de diciembre, día de los Santos Inocentes, para hacer esta excursión que no tuvo ninguna inocentada salvo la de Antonio que al final del día convocó al grupo a unas preuvas nocturna en Peñalara con entusiasta aceptación por parte de algunos.

También la inocentada de algunas descripciones de esta crónica en la que ni hubo sauna, ni baño, ni subida a la cascada de arriba del Purgatorio, con la salvedad precisamente de Ángel y donde debo aclarar que el Bosque Finlandés o bosque de El Potario, debe su nombre y creación a un hermanamiento entre Rascafría y Helsinki allá por los años ochenta. Queda para el lector intuir resto de posibles bromas.

Y como resumen del año 2022 con el que acaba esta última excusión del año quisiera dejar unos recuerdos personales del año gmesmariano.

Empezaría por la primera excursión del año, la 599 por el Valle de la Barranca y Paso Cagalera, un día antes de Reyes, cuando pretendíamos subir a La Maliciosa por el Peñotillo y tuvimos que desistir por la niebla y el hielo reinante. Varias semanas después retomaríamos esta excursión con desafortunado accidente y cosido de cabellera de nuestro compañero Paco Cantos.

Creo que no hemos tenido ningún otro accidente con visita al hospital durante el año y de ser así podemos considerar que San Pedro, nos sigue protegiendo en nuestras súplicas anuales, de arranque de temporada.

Seguiría con la siguiente selección de grandes momentos:

1.- Una excursión:
la 612 de Deià a Sóller

Me hubiera gustado elegir una excursión por los dominios madrileño-segovianos por los que solemos andar y quizás me falte criterio por sólo haber asistido como a un tercio de las convocatorias, pero no encuentro otra mejor que esta que hicimos por Mallorca. Facilona pero bonita.

Y de no tener más remedio que tener que elegir una por Guadarrama, me quedaría con esta otra que nos llevó a la zona de la crónica de hoy pero por una acceso original aguas arriba del arroyo Aguilón con vistas impresionantes y acceso insólito al Purgatorio, la excursión 644 a las Cascadas del Purgatorio desde la Isla.

2.- Una comida de grupo:
Siento no haberme podido decantar si por el cordero que nos trajo Ricardo Tardón de su pueblo o por el que nos trajo Marcos Cid en Navares.

Ambos estuvieron espectaculares y necesitaría repetir varias veces más para ver si acabo de decidirme por uno u otro.

3.- Un viaje:
el único que he hecho de los muchos que se han convocado durante el año ha sido el que fuimos a Mallorca, donde de la mano de Rosana, Manela y Antonio, nos impregnamos de esos paisajes tan particulares de la Tramontana, de los naranjos de Soller, de los algarrobos, del buen ambiente del GMSMA, eso me ha quedado grabado.

Y para finalizar y otorgar una puntuación a esta excursión, le daría cuatro sicarias, por su entorno natural de primera, el día tan bueno de invierno que nos hizo y porque al ser una ruta clásica no considero de recibo puntuarla más bajo.
César Rguez. Bachiller


miércoles, 21 de diciembre de 2022

Excursión 673: El cañón de la Risca de Valdeprados

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valdeprados 
Final: Valdeprados
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 15,4 Km 
Desnivel [+]: 433 m 
Desnivel [--]: 433 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 34

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















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RESUMEN
Desde que hice una ruta por la zona con unos amigos, tenía claro que había que preparar una excursión con el GMSMA y enseñarles uno de los parajes más desconocidos de la provincia de Segovia y que esconde un pequeño tesoro como es la Risca de Valdeprados.

Puntuales a la cita acudieron 34 senderomagos y todos coincidieron en la belleza del pueblo. Se trata de un municipio de apenas 64 habitantes, pero que se encuentra muy bien conservado, sus casas aparecen muy arregladas, así como sus calles. Cabe destacar el Torreón de Puñonrostro, que confiere a Valdeprados su característico perfil. Se cree que fue construido en el siglo XV, y que su titularidad correspondía a la familia de Arias Dávila.

En la actualidad pertenece al escultor Luis Sanguino. Nacido en Barcelona, su vida profesional ha transcurrido a caballo entre España, Estados Unidos y México, países en los que además de exponer en numerosas ocasiones, sus esculturas y monumentos ornamentan calles, plazas y parques de sus principales ciudades. En este enlace se puede acceder a una entrevista que le hicieron en 2017, para que veáis la dimensión internacional del artista.

Salimos del pueblo por el camino de las Minas, en busca del río Moros, que nos acompañó en bastantes tramos de nuestra ruta de hoy. Apenas a un km de distancia de Valdeprados, nos desviamos en busca de La Risca. Se trata de un cañón fluvial horadado en roca gneis por la fuerza erosiva del río Moros.

La particularidad de la Risca es lo encajado que discurre el río en este tramo y la verticalidad de las paredes, de casi 40 metros de altura. Seguimos la senda marcada y ya podemos observar el gran caudal que lleva el río, fruto de las abundantes lluvias que hemos tenido en fechas pasadas.

Para llegar al mirador hay que ascender por una senda y unas escaleras semiacondicionadas, por lo que hay que estar atento donde pisamos; pero no por ello dejar de contemplar las magníficas vistas que vamos teniendo del cañón. Llegamos a una pequeña explanada donde recientemente se acondicionó un mirador con capacidad para 10 personas.

Las vistas desde él son impresionantes, y ver el río con tanta agua, una maravilla después de la sequía que hemos padecido este año. Además de tomar infinidad de fotografías a título individual, José María aprovechó tan inmejorable entorno para hace la foto de grupo.

Bajamos por la misma senda y enseguida giramos a la derecha para cruzar el rio Moros por un puente de madera de reciente construcción que se asienta sobre los pilares del antiguo puente medieval, que estuvo en pie hasta finales del siglo XIX.

Según reza el cartel explicativo, cuenta la leyenda que en este puente que unía las poblaciones de Valdeprados y Vegas de Matute, perdieron la vida los inseparables jóvenes Rodrigo (residente de la torre de Valdeprados) y Guiomar (hija de un honrado hidalgo que residía en Vegas de Matute).

Al cumplir los 16 años, el padre de Rodrigo decidió llevarlo consigo y casarlo adecuadamente. Abrazados en el puente y embargados por la tristeza, ésta, pudo con sus vidas… y desde entonces las gentes de la zona conocen el paraje como el Puente de los Enamorados.

Dejamos atrás tan idílico paisaje y por el camino por el que veníamos, seguimos en dirección de Vegas de Matute por una pista bastante ancha, dejando a los lados fincas de encinas y monte bajo primero, y ya más cerca del pueblo, pastos y tierras de labor.

Un Vía Crucis, que dejamos a la izquierda, nos indica la cercanía del pueblo. El origen de este municipio se remonta a la Edad Media, y de sus monumentos destacan la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury, la Torre y el Palacio de la Sierra, del siglo XII, actualmente en rehabilitación.

Nos acercamos hasta este bello rincón del pueblo donde se encuentra estos tres edificios singulares y retrocediendo un poco sobre nuestros pasos, encontramos en la plaza de pueblo un lugar perfecto para realizar el tentempié de media mañana.

Mientras estábamos dando cuenta del bocadillo, apareció la maestra con todos los niños del colegio, diez exactamente, de todas las edades y que por la proximidad de las Navidades, habían salido a cantar villancicos y a pedir el “aguinaldo”. Así que no pudimos tener mejor compañía, y ellos, mejor suerte, ya que se fueron tan contentos con la propinilla que les dimos.

Un recordatorio cariñoso a la labor de esos maestros rurales, por su magnífico trabajo. No debe ser fácil dar clase a niños de diferentes edades, cada uno con sus particularidades, y que gracias a ellos se mantienen las escuelas rurales, tan importantes en nuestra España Vaciada.

Repuestas las fuerzas, todavía nos quedaba una visita cultural más. A las afueras de Vegas se encuentran los Hornos de Cal de El Zancao. Se trata de uno conjunto de siete hornos que recientemente han sido restaurados.

La mayor peculiaridad de estos hornos es la presencia de los portales o solares. Consistían en una sencilla estancia cuyas paredes se construían de piedra y barro alrededor de la boca del horno.

Durante los días que duraba la cocción, el calero debía mantenerse al lado del fuego, vigilando la temperatura del horno y administrando el combustible necesario. La producción de cal se intensificó a partir del siglo XVI para poder abastecer a las obras del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Junto a los hornos más antiguos se conserva un singular acueducto que conducía el agua desde la ladera norte de los Calocos hasta el pueblo.

En la ruta que yo hice, nos dirigimos desde aquí hacia la presa de los Ángeles de San Rafael, pero como íbamos bien de tiempo, Antonio decidió alargar un poco la ruta y desde el recinto del Zanco cogimos una pista llamada Cuesta de La Hoya que nos llevó hasta el Cerro de La Serrada.

Ese punto nos sirvió de reagrupamiento (la cuesta había pasado factura) y de lugar para la comida. Lo elevado del cerro nos permitió disfrutar de unas magníficas vistas durante la comida.

Después de este breve descanso, bajamos al encuentro de la Cuesta de la Hoya, pero ahora por otra vía, que no aparece en ningún mapa, solo en la cabeza de Antonio, y es lo que algunos denominan “bajar a lo GMSMA”. Ya en la senda correcta, algunos telefónicos del grupo se asomaron a la caseta que da servicio a una antena de telefonía (no pueden evitarlo, les tira el oficio).

Siguiendo el camino llegamos a la presa del embalse de Los Ángeles de San Rafael. Construido en los años 60 para dar servicio recreativo a la urbanización, se pueden realizar en verano actividades acuáticas como canoas, cablesky o motos de agua.

Atravesando la presa nos dirigimos de vuelta hacia Valdeprados pasando por la gravera de “Las Suertes”.

Llegamos a la carretera SG-722 y tenemos que hacer unos metros por ella hasta coger de nuevo una pista de tierra que seguimos paralela al río Moros. Las praderas que lo flanquean están encharcadas y embarradas, por lo que preferimos seguir por la pista.

Por el camino podemos observar varias cuevas, como la del Cestero, que en esta ocasión decidimos no explorar.

Después de 15 km llegamos de nuevo a Valdeprados, dejando atrás una jornada de lo más variada y espero que entretenida para mis compañeros senderomagos. Para mí ha sido un placer poder descubrirles estos bellos parajes de mi querida tierra, por lo que califico a la excursión con 4,5 sicarias.
Celia Marazuela Sanz

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Excursión 672: Dehesa de la Golondrina y Embalse de Navacerrada

FICHA TÉCNICA
Inicio: Las Postas. Navacerrada 
Final: Las Postas. Navacerrada
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 12.1 Km 
Desnivel [+]: 158 m 
Desnivel [--]: 158 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 48

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














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PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
El día 14 de Diciembre ha sido un día entrañable e importante, es el día que nos hemos reunido una gran parte del Gmsma para celebrar la Navidad, normalmente la ruta se realiza cerca de donde se ha reservado para comer y en esta ocasión, como en muchas otras, era en el restaurante ¨las Postas¨, en Navacerrada.

Este sitio, con unas preciosas vistas de la Maliciosa, nos permite que después de comer nuestros grandes actores, músicos y poetas nos den muestras de sus habilidades, además se entregan estrellas, regalos… en definitiva, día en el que pasamos un rato muy agradable.

Antonio decidió que la ruta sería por el Cerro de la Golondrina y vuelta al embalse de Navacerrada.

Con el cielo algo encapotado, iniciamos la marcha caminando hacia el cerro de la Golondrina, un legendario y poético lugar en el que pudimos disfrutar de las mejores panorámicas de la sierra de Guadarrama, desde la Pedriza hasta los montes del Escorial.

Cruzamos el arroyo de la Golondrina, completamente seco y enseguida llegamos a la fuente de los Cabreros, también sin agua. Disfrutamos de la belleza otoñal de los frondosos bosques de robles melojos, del pino de Valsaín, de las jaras y los escaramujos.

Por momentos, una fina niebla le daba a los robles un aspecto fantasmal. Al llegar a una pista giramos hacia la Ermita de San Antonio, donde nos hicimos la foto de grupo.

Cuentan los lugareños la leyenda de este cerro de La Golondrina, según la cual una de las golondrinas que arrancó las espinas a Cristo en la cruz fue a parar a esta majestuosa colina en las inmediaciones de Navacerrada.

Desde este legendario cerro pudimos disfrutar de una de las mejores panorámicas de esta sierra con vistas del macizo de Siete Picos, Montón de Trigo, Peña del Oso, la Maliciosa, la Barranca, la Bola del Mundo, valle de Cuelgamuros y el embalse de Navacerrada, Luis Rosales, poeta y amante de ésta sierra, no pudo evitar dedicar una de sus composiciones a este bello lugar en el que escribía: «sentí en tu mano un desfile de golondrinas que vuelven»

Por un desdibujado sendero pasamos junto a una bonita zona encharcada, bajamos a la urbanización del Reajo del Roble, por la que cruzamos para alcanzar una pista,  que nos llevó a la pradera de Roblepoyo, donde hicimos una parada para tomarnos un tentempié y después continuar por un camino que nos lleva a “La Cobañera”, monumento natural perteneciente a la sierra del Castillo, donde pudimos apreciar el desastre ocurrido el 13 de julio de este año, cuando se quemaron 83 hectáreas de nuestro monte.

Por la Hontanilla estaban en pleno proceso de recogida de árboles medio calcinados, apilados junto a la pista, que con las cenizas negruzcas que los recubría y la niebla que de nuevo nos rodeaba, entristecían el alma.

Atravesamos la urbanización Serranía de la Paloma, la carretera de Navacerrada M-601 para a continuación llegar al embalse de Navacerrada, rodeado de las cumbres mas destacables del parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, que recorrimos por su orilla oeste.

Al llegar a su parte norte, ya con una ligera llovizna, giramos a la izquierda alejándonos del embalse por una pasarelas de madera, cruzamos el arroyo de la Golondrina y después la urbanización Mata del Rosal hasta llegar a la parte baja de la gasolinera que hay en las Postas, subimos por unas escaleras de ingrato recuerdo y así llegamos al restaurante donde nos esperaban los compañeros que no habían podido realizar la ruta. 

Después de los abrazos precedimos a dar cuenta del cocido, cervecitas y vinitos, con un final estupendo, por lo que le pongo la máxima nota a esta entrañable jornada, un 5.

Muy feliz año, con muchas rutas para todos. Un fuerte abrazo.
Pepa Santos