miércoles, 24 de noviembre de 2021

Excursión 593: Cortados del Jarama en Titulcia y Mina del Consuelo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Titulcia
Final: Titulcia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 18,9 Km 
Desnivel [+]: 416 m 
Desnivel [--]: 416 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 33

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Animados por Paco Nieto que ya había hecho esta ruta, nos reunimos 33 senderomagos, a las 10:30, en la plaza de Titulcia, para disfrutar de los estupendos paisajes que nos ofrecía el costado derecho del rio Jarama hasta la desconocida mina del Consuelo, ocho kilómetros rio arriba.

Una vez reunidos, iniciamos la ruta, con un día fresco, pero agradable y un sol esplendido. Con el rio Jarama a nuestra izquierda y los primeros cortados a nuestra derecha, siguiendo en dirección norte, la senda Soto de Bayona, nombre que hace referencia al tradicional del pueblo, que se remonta a los tiempos de la repoblación cristiana, en el siglo XII, que hasta comienzos del siglo XIX, fue Bayona de Tajuña.

El nombre actual del pueblo se remonta a un decreto del rey Fernando VII de 1814 que dio crédito a la creencia general de que aquí se situaba la Titulcia citada en los itinerarios romanos, que aparece relacionada en el itinerario Antonino A-25.

La senda recorre la ribera izquierda del rio Jarama, en pleno Parque Regional del Sureste, bien señalizada y con bancos desde los que contemplar las riberas del rio y su entorno entre álamos blancos, tarayes y vegetación propia de humedales. Existe una caseta para la observación de aves con paneles informativos.

Era agradable caminar junto al rio manso y caudaloso, observando los cortados a nuestra derecha. Después de algo menos de dos kilómetros del inicio, giramos a la derecha para internarnos por el barranco de Picote, siguiendo el espectacular y estrecho sendero que se abre paso en suave ascenso, por un desfiladero de enormes paredes verticales de cantiles yeseros.

El sendero llega a un camino en lo alto de la loma, la Cañada Real Galiana o cordel de las merinas, que recorre 400 kms desde la Rioja hasta Ciudad Real, antiguamente transitada por rebaños de ovejas y hoy tristemente conocida por los asentamientos ilegales a su paso por Rivas.

Llegando al Veladillo, se ven las primeras casas y parcelas con frutales a su alrededor, en un páramo donde las lluvias son escasas y la sequia estival intensa y prolongada.

Ya en la urbanización Valbosque dejamos el camino y nos desviamos a la izquierda por una senda, que nos lleva a un espolón aislado coronado por lo que queda de la Casa del Butarron, con magnificas vistas sobre el rio Jarama y su vega. Ojo con las colmenas de abejas que hay en su interior.

Después de la correspondiente foto de grupo, varios senderomagos, los estrellas fugaces, inician el regreso mientras el resto tomamos un sendero a unos 500 mts de la casa, descendente, a la izquierda, que nos lleva hasta el barranco de la Pulga. Tras una fuerte bajada, en la que tuvimos que tener cuidado de no resbalar por el barro que tenia la pendiente, llegamos a los campos de cultivo que hay junto al rio, donde pudimos observar la loca carrera de un jabalí, sorprendido por tan numeroso grupo.

Siguiendo el camino de rodadura de maquinaria agrícola que hay entre los cultivos y los cortados, avanzamos en dirección noreste, poco antes de llegar a unas escombreras, para ascender con fuerte pendiente hacia nuestra derecha, en sentido contrario al que traíamos.

Acometimos los últimos metros que nos separaban de la entrada a la mina del Consuelo. Aunque ya la habíamos visto en fotos, no deja de sorprender tan espectacular cavidad. Exploramos cada una de sus imponentes galerías excavadas en el cerro, que han ido tallando naves, columnas y bóvedas dignas del bello templo natural que han acabado formando.

Sin duda es una autentica rareza, escondida y abandonada que constituye uno de los mas bonitos paisajes subterráneos de la Comunidad de Madrid, por su singularidad y espectacularidad.

Su artificial génesis se debe a la extracción de materiales para hacerse con el sulfato de sodio que contienen estas tierras de yesos, con el que empleándolo en su estado natural, se fabrica vidrio y cristal o bien transformándolo en carbonato de sosa, jabones y sus derivados. La mina fue explotada hasta principios del siglo XX, en que dejó de ser rentable.

Tras las innumerables fotos que realizamos de tan singular lugar, salimos por otra de sus bocaminas utilizadas para extraer los materiales.

Desandamos el camino descendiendo al prado y al llegar al barranco de la Purga, en lugar de volver a recorrerlo, seguimos de frente, contemplando bellas vistas de la ribera del Jarama. Enseguida giramos a la izquierda para ascender por otro barranco que para todos fue el mas espectacular de los recorridos en el día.

Excavado en el yeso por la acción del agua, zigzaguea caprichosamente entre paredes verticales que muestran los distintos estratos, que se estrecha y se ensancha en medio de lo que parece un laberinto que nos iba dejando cada vez mas impresionados detrás de cada giro del sendero. En uno de sus ensanchamientos aprovechamos para dar cuenta de las viandas que como comida llevábamos cada uno.

Después de tan bello recorrido, remontamos el barranco hasta dar de nuevo con el conocido camino de la Cañada Real Galiana, por el que proseguimos ahora, ya con mas nubes y amenazando lluvia.

Por último, nos desviamos del camino que va recto al pueblo para asomarnos a los impresionantes acantilados sobre el rio que unos miradores proporcionan.

Por las magníficas vistas, los impresionantes barrancos y la sorprendente mina del Consuelo, calificamos esta ruta con 5 sicarias.
Julián Suela, senderomago.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Excursión 592: Los Acebos de Prádena

FICHA TÉCNICA
Inicio: Prádena. Segovia
Final: Prádena. Segovia
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,5 Km 
Desnivel [+]: 341 m 
Desnivel [--]: 341 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 34

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
En una ruta bastante menos exigente que la realizada por el Gmsma
el 9 de enero del año 2019, pero mucho más bonita por ser las fechas indicadas para visitar este precioso acebal, nos reunimos 34 participantes.

La mañana era perfecta para un día de mediados de noviembre. El sol lucía y la temperatura era de lo más agradable.

Después de reunirnos todos a la entrada de Prádena intenté, sin mucho éxito, contabilizar a los que a las dos y media de la tarde iban a degustar una estupenda caldereta de cordero. ¡La tarea resultó imposible! Así que decidimos comenzar la marcha.

La ruta comienza por un camino que nos acerca a la Cañada Real Soriana Occidental, pero antes de llegar a ella nos desviamos a la derecha por otro camino donde hay un paso canadiense.

Después de subir un ligero repecho descubrí la solución a mi problema: Una puerta por la que solo se podía pasar de uno en uno ¡y ahí me planté! contando a cada uno que cruzaba y realizándole la pregunta de rigor ¿caldereta? Creo que Antonio, el boss, se lo pasó bomba viéndome contar....

En este punto empieza parte de la espectacular naturaleza botánica de este enclave, las sabinas,"juniperus thurifera" que mucha gente confunde con el enebro y en realidad es muy fácil diferenciar: El enebro pincha y la sabina no. La sabina puede alcanzar los 20m de altura y suele compartir espacio con otras especies en este caso con acebos y robles centenarios.

En lugar de seguir por el camino al boss le apetecía perderse y así lo hicimos desviándonos de la senda y pudiendo de este modo disfrutar de enormes acebos que rodeaban a grandiosos robles y que estaban hasta arriba de preciosas bolitas rojas.

Después de deambular por esta zona en que los diferentes arboles y acebos están diseminados nos introducimos en el verdadero bosque de acebos y solo acebos. Aquí los acebos se convierten en arboles de gran altura creciendo varios troncos juntos, no permitiendo que el sol entre, convirtiéndose en un bosque sombrío y tenebroso y vislumbrándose allí en las alturas las preciosas bolas rojas.

Al cabo de un rato de deambular por este inquietante bosque salimos al claro que ahora se convertía en una pradera llena de helechos de color marrón anaranjado donde en la ladera sur y al solecito hicimos el correspondiente "Ángelus" para el tentempié de media mañana  y Antonio grabó un video para Ángel Vallés que estaba en ese momento convaleciente.

Después de esta breve pausa continuamos ascendiendo hasta un punto en el que existe un pilón y, cerca de él, un monolito en honor a una persona fallecida.

Llegados a este punto comenzamos el descenso a buen ritmo pues nos estaba esperando una deliciosa caldereta de cordero en el restaurante Las Tres BBB de Prádena, con lo que pusimos fin a un estupendo y precioso miércoles con Antonio.

Por lo espectacular del sitio y la estupenda climatología le otorgo 4,5 sicarias.
Carolina Santa Engracia.

VÍDEOS

FOTOS

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Excursión 591: Jardines, río y canales de Aranjuez

FICHA TÉCNICA
Inicio: Aranjuez
Final: Aranjuez
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 14,5 Km 
Desnivel [+]: 274 m 
Desnivel [--]: 274 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 32

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta









TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Supongo que quería Antonio dar un poco de tregua a los que habían estado por Asturias haciendo cuatro duras rutas invernales cuando programó dar este paseo por los jardines y cerros de Aranjuez. Y para añadirle un poco de información cultural me pidió que contara un poco la historia de este Real Sitio y de sus fuentes.

Reunidos frente a la magnífica fachada del Palacio Real, en la llamada Plaza Elíptica, Antonio nos dijo que no podía hacer la ruta por un repentino ataque de gota, encomendando a Paco Nieto el guiar el grupo por el recorrido que había diseñado.

El rey Felipe II fue fundamental para el desarrollo de Aranjuez, al nombrarlo Real Sitio y Villa en 1560. Teniendo en cuenta lo favorable del clima y el suelo del lugar encargó a sus arquitectos y jardineros una serie de trabajos para adecuarlo a su gusto, ya que le agrada extraordinariamente el entorno. 

Amante de las plantas y conocedor de los jardines de Europa y de los de España, y pudiendo disponer de arquitectos y jardineros, comienza lo que será el origen de uno de sus lugares favoritos de ocio y esparcimiento.

Echamos a andar en dirección a uno de los canales de riego que fue promovido a iniciativa de Felipe II, como una representación del paraíso o locus amoenus, y trazado por el arquitecto real Juan Bautista de Toledo en 1561.

En 1564 el rey ordena una nueva forma del Jardín de la Isla, ampliando setos de flores, estatuas y fuentes. Se construyen caces y acequias, se explotan numerosas huertas, se plantan grandes avenidas de chopos, olmos negros, naranjos, jazmines y parras.

Alcanzada la plaza del Terrado, echamos un vistazo al río Tajo, con más caudal del esperado, y nos internamos en los jardines de la Isla, especialmente bellos en esta época otoñal.

El trazado del Jardín de la Isla se basa en un fuerte eje central rodeado por compartimentos rectangulares que se dividen a su vez en cuadrados; los cruces de los ejes transversales más importantes con el eje central están marcados por plazoletas con fuentes, dispuestas así en una línea recta que, simplificando la distribución del agua, forma una perspectiva efectista.

Pasamos por varias plazuelas inundadas de sol, tamizadas por los árboles, donde reinan algunos dioses de la mitología clásica. Disfrutamos de la contemplación de las fuentes de Neptuno, Baco, Diana, Venus, Niño de la Espina, del Reloj y Apolo. Merece la pena dedicar un breve comentario a un par de esculturas: la del Niño de la Espina y la de Baco. La escultura original del Niño de la Espina es un bronce helenístico del siglo I .C. (actualmente conservado en los Museos Capitolinos de Roma). Velázquez trajo una copia cuando volvió de su viaje a Italia y es un motivo que se ha utilizado constantemente especialmente en jardinería. Es interesante porque nos encontramos ante un tema cotidiano sin relación con la mitología, donde se busca una tensión emocional y una búsqueda de movimiento.

La otra escultura digna de mención por su calidad es la que representa al dios Baco. Es curioso, por lo inusual, cómo se representa el dios: anciano, gordo, coronado con racimos de uvas, sentado a horcajadas en un tonel y brindando copa en alto con su mano derecha.

Formaba parte de un conjunto de ocho esculturas enviadas a Felipe IV. Baco o Dioniso como se le conoce en Grecia, es el dios de la exuberancia de la naturaleza y especialmente de la viña, del vino y las orgías.

A continuación pasamos al jardín del Parterre, que adornan la parte posterior del Palacio, donde se encuentran las fuentes de las Nereidas. En el ala sur del Palacio vislumbramos el jardín del Rey, que fue proyectado como un elemento más del conjunto palaciego por Juan Bautista de Toledo en 1561, siendo el más antiguo de todo el conjunto y es una espléndida mezcla de tradiciones paisajísticas hispano-musulmanas y renacentistas. En los muros laterales hay hornacinas donde se alojan representaciones de emperadores romanos y al fondo una estatua de Felipe II.

Después, pasamos junto a las fuentes más grandes, la de Ceres y la de Hércules y el gigante Anteo, quizás el mejor conjunto escultórico de Aranjuez sea este que representa la fuente de Hércules y Anteo, construida ya en el reinado de Fernando VII.

Son dignas de admirar las dos columnas: en una pone Calpe (se refiere al peñón de Gibraltar) y en otra Ávila; según la mitología, son los montes que separó Hércules para crear el Estrecho de Gibraltar: Ávila, comienzo del mundo y Calpe, final del mundo.

Según algunas fuentes, el topónimo Ávila figuraba como Abyla (Monte Hacho, Ceuta) antes de la restauración de la fuente. A los pies de Hércules podemos ver alusiones a los once trabajos restantes que Hércules realizó: el león de Nemea, la Hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, la cierva de Cerinia, las aves del lago Estínfalo, los establos del rey Augías, el toro de Creta, las yeguas de Diomedes, el cinturón de Hipólita, los bueyes de Gerión, las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides y el Can Cerbero.

Cruzamos la antigua carretera N-IV y pasamos a los jardines del Príncipe, uno de los mayores jardines de Europa, con una superficie que ronda las 150 hectáreas.

Por la puerta del Embarcadero, la más próxima al Palacio, pasado el restaurante La Rana Verde, entramos a este otoñal edén, poblado de majestuosos plátanos, tilos y castaños de Indias, así como viejos oriundos de América: liquidámbares, ahuehuetes, pacanas, caquis de Virginia...; árboles monumentales que, ahora en otoño, extienden toda su gama de colores cálidos de su inmensa paleta –amarillos, ocres, dorados y rojizos–, que realzan su porte y belleza.

Y es que, estos jardines concentran la mayor cantidad de árboles singulares de la región, desde que en 1772 comenzaron a formarse por deseo del entonces príncipe y luego rey Carlos IV, diseñado en parte por el arquitecto Juan de Villanueva y en parte por el jardinero Pablo Boutelou.

Recorrimos sus simétricas calles, llegamos al Museo de Falúas y el Castillo. Una pasarela en su lado izquierdo permite cruzar el río.

Tras contemplar otra escultura de Apolo, ésta mucho más bella que la ubicada en en los jardines de la Isla, atravesamos el jardín Anglo-Chino, alcanzando la joya de este paraíso, el Jardín Chinesco, de especial encanto, en el que se yerguen, a la orilla del romántico estanque, varios ahuehuetes, el mayor de los cuales mide 46 metros y tiene casi 300 años. Junto a él, paramos a tomar el tentempié de media mañana.

Abandonamos el Jardín Chinesco hacia oriente, por el lado del templete de mármol, para luego seguir hacia el norte, en dirección al río, contemplamos una hermosa alineación de portentosos liquidámbares, cuyas hojas amarillas y rojas eran pura poesía.

Reconfortados por una nueva visión del río Tajo, la última de hoy, nos internamos por una de las calles hacia la casa del Labrador, palacete de Carlos IV y María Luisa de Parma lleno de caprichos en su interior. La pena es que estaba en obras y no pudimos llegar a él.

De allí, nos dirigimos hacia la puerta de la Plaza Redonda, que estaba cerrada y tuvimos que buscar la siguiente para luego retroceder y enfilar la calle que frente a la puerta asciende hacía los cerros que rodean Aranjuez.

Por la empinada calle de Sóforas y de las Moreras llegamos a donde termina el rosado ladrillo y comienza el gris paisaje de unos cerros que dominan la cara sur de Aranjuez, donde en tiempos de la Guerra Civil, colocaron fortines y cañones para la defensa de la ciudad.

Hasta alcanzar los fortines seguimos una pista y luego una senda que atraviesa una deteriorada zona conocida como Valdelascasas y que llega hasta unos parapentes, de privilegiadas vistas, en cuyas proximidades se encuentran dos robustos fortines, restos de trincheras y el vértice geodésico de Valdelascasas, situado a tan solo 641 metros de altura, pero que no por eso desmereció en fotos subidos al mismo.

Tras el breve descanso, descendimos por una senda que nos llevó de nuevo al Aranjuez más urbano. Pasamos junto al Parque Ciudad de las Artes y buscamos el del Pozo de las Nieves, donde paramos a tomar los bocadillos antes de completar nuestro circular recorrido, descendiendo, a continuación, por la calle de las Infantas, disfrutando de la última fuente del día, la de la Mariblanca, antes de alcanzar de nuevo el Palacio.

A esta relajada y estupenda excursión otoñal, le pongo 5.
Paz Rincón

FOTOS

viernes, 5 de noviembre de 2021

Excursión 590: Parque Natural de Redes. Ruta del Alba

FICHA TÉCNICA
Inicio: Parque de Redes. Soto de Agues
Final: Parque de Redes. Soto de Agues
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,7 Km 
Desnivel [+]: 315 m 
Desnivel [--]: 315 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 16

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta




























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Hace ya muchísimos años, allende nuestras mentes no alcanzan a llegar, los pastores y arrieros de la zona esculpieron esta senda como autopista de vacas para acceder a las majadas, brañas y pastos donde alimentarse, siguiendo el curso del rio Alba, en el espectacular entorno del Parque de Redes. Hoy día, un recorrido fácil y sin complicaciones, accesible para disfrutarlo cualquiera, incluidos niños.

Sin duda alguna, es una de las rutas más conocidas de Asturias, y razones no faltan para ello. Declarada Monumento Natural, esta pista, fundamentalmente ganadera, aunque también lo fue minera, se encuentra en el fondo de un valle y discurre en todo momento junto al río Alba o Llaímo.

El paisaje, la vegetación abruman, lástima que dado el día que hacia no pudimos observar ningún tipo de fauna, pero sobre todos ellos el elemento fundamental es el agua. Agua en rápidos del río, remansos, pozas, arroyos que se cruzan, fuentes y abrevaderos, o en hilillos que salen de la roca creando travertinos.

Y quizás sea el agua el que nos dé uno de los elementos del paisaje más bonitos y llamativos de la ruta, las cascadas. Parece ser que sus límpidas aguas acogen al mirlo acuático y el martín pescador, e incluso en las laderas de las montañas, que llegan al río, se pueden observar con paciencia, detenimiento y prismáticos los ciervos que viven en ellas.

Se inicia en el bonito pueblo de Soto de Agues, con sus hórreos, corredores, balaustres de castaño y sus típicas casas asturianas.

A la entrada del pueblo hay un amplio aparcamiento en el que dejar el coche para iniciar la ruta cómodamente. Después de unas cervecitas en un bar del pueblo, tomamos el camino hormigonado siempre ascendente en dirección sur. Enseguida encontramos un antiguo lavadero al final del pueblo.

Recorrido el primer kilómetro, entramos en el comienzo real de la ruta, donde encontramos la piscifactoría del Alba a nuestra izquierda; dedicada a la producción de trucha arco iris desde hace mas de 50 años, aunque hoy daba un aspecto de abandono.

Esta fue nuestra primera toma de contacto con el río Alba. A los 800 metros, a nuestra izquierda aparece un puente con un indicador que reza: "No pararse, una persona cada 5 metros".

Después de un par de kilómetros comienzan las paredes de piedras y rocas que encajonan al rio. El valle empieza a estrecharse y el río avanza más cerca del camino. De aquí en adelante pudimos observar pequeños saltos de agua en el río, que iban creciendo a medida que avanzábamos en sentido opuesto a su cauce.

Llevábamos andados unos 3,4 kilómetros desde el inicio de la ruta cuando, a nuestra izquierda, hallamos una pintoresca casita, a la que se accede por un puente de madera, que proporciona más encanto si cabe al paisaje que se nos presenta. A la derecha, los restos del cargadero "El Campurru", una antigua construcción reconquistada por la naturaleza que era parte de la infraestructura de la mina del Carmen.

Después de 5 kms, encontramos una zona de descanso con tres mesas y bancos incluidos, en la margen izquierda del camino y una bifurcación. Avanzamos por el camino de la derecha, que a partir de aquí deja de estar hormigonado.

Es aquí, donde aprovechando una pequeña tregua que nos ofreció la persistente lluvia, sacamos todas nuestras viandas y pertrechos; entiéndase: chorizos, lomos, salchichones, mortadelas, etc. (Junto con las cinco barras de pan que habían comprado Antonio y Sol en el Campus de Caso), de las cuales dimos buena cuenta recuperando nuevos ánimos y energía.

En este punto del trayecto comienza el tramo más bonito, donde encontramos los mayores saltos de agua de la ruta, algunos de hasta diez metros de altura. Cuidado en esta zona, pues, aunque haya algunos pequeños tramos acondicionados, el suelo puede resultar resbaladizo. Aquí se acaba la pista hormigonada y por fin empieza la ruta del Alba "de verdad", muy fácil de caminar porque no tiene casi desnivel, pero por sendero.

Lo que vemos desde aquí se convierte en excelso, en un monumento a la naturaleza, con árboles centenarios, un verdor espectacular, un río bullicioso, cascadas por doquier, unas montañas esculpidas en rocas. Nos vamos adentrando en el desfiladero del Llaimo, en donde las vistas y las cascadas que vemos a nuestro paso son maravillosas.

Empacho de ruidos, explosión de colores y sensaciones, belleza, y agua, mucha agua, agua por doquier, no solo en el rio sino también en nuestras capas, chubasqueros, impermeables y caras y rostros, y dentro de algunas botas chapoteando entre nuestros dedos.

No llegamos al amplio puente que nos llevaría a la Cruz de los Ríos, donde acaba el recorrido de esta ruta (7,7 Kms), pero no teníamos mas tiempo y emprendimos el camino de vuelta por donde vinimos. ¿Por qué será que las vueltas siempre se hacen más cortas?. Llegamos a Soto donde nos refrescamos con mas cervecitas y después de una breve sesión de estiramientos acabamos despidiéndonos tomando cada uno el camino de regreso a casa.

Menudo día de sensaciones tan maravillosas, y con un grupo de gente genial, ¿¿qué más puedo pedir??, con 5 Sicarias es injusto calificar esta ruta, pero no hay más.
Julián Suela. Senderomago

FOTOS
* Fotos de Julián Suela