miércoles, 29 de junio de 2016

Excursión 306: Pinares de Valsaín de arriba a abajo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: 
Los Asientos
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  12 Km
Desnivel [+]: 101 m
Desnivel [--]: 759 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: 
Valoración: 3,5
Participantes: 21

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Esta vez confiados en pasar un día fresquito por las orillas del río Eresma partimos desde el puerto de Navacerrada la mitad de la cuadrilla de senderomagos habitual (las vacaciones sobre las habituales vacaciones hacen estragos).

Algunos estrenaban zapatillas de montaña, que veremos en algún reportaje que nos mandarán desde las selvas de ultramar, otros, como no iba a haber mucha agua con las playeras puestas.

Pues hala, a andar hacia la pista de esquí de El Bosque, elegida en esta ocasión para bajar rápidamente al fondo del valle y encontrarnos con el arroyo del Telégrafo (nombre que viene por la torre de telegrafía óptica que estaba cerca del puerto de Navacerrada en la linea Madrid -La Granja).

Antes de cruzarle, cuando caminábamos por una pista asfaltada, de repente se oye por la radio, !para,para para para!, !para!,que uno se ha caído. ¿cómo, en una pista llana, asfaltada, sin ninguna piedra...? No puede ser. Pero si, las nuevas zapatillas han descabalgado a su dueño y le han tirado a la pista produciendole unas heridas que parecen zarpazos de un oso. Menos mal que los cuerpos de seguridad sacaron rápidamente un bálsamo de fieragras del ejército, que todo lo cura y desinfecta y a seguir andando.

Y así llegamos a la pradera de Navalazor donde repusimos energías !!las 12 que son las 12 y no he tomado nada desde las 8, hay que parar YA!! Buen aperitivo y foto de grupo en en un enorme árbol caído  y seco, que se puso contento cuando nos vio llegar y pensó: yo con estos 21 puedo sin ningún problema y así salimos en la foto.

Siguiendo la bajada alcanzamos el arroyo de Minguete, que junto con el del Telégrafo y el del Puerto del Paular forman el río Eresma. Allí nos encontramos con el comienzo del camino de las Pesquerías Reales, que seguiríamos por la orilla izquierda del Eresma hasta la Boca del Asno. Pero antes había que cumplir uno de los objetivos de la excursion, remojarse en los Baños de Venus. Así que cuando los alcanzamos, unas cuantas Venus y unos cuantos Adonis disfrutaron y jugaron a lo grande en sus frías aguas.

Bueno, con un poco de nostalgia reemprendimos la marcha cuando, de repente, empieza a oscurecerse el cielo, parece que se apaga la luz, se abren las puertas del cielo y empieza a descargar una granizada, que parecía una venganza divina por los pecadillos de los baños. Granizo que deja paso al agua, con gotas de tamaño descomunal, que provoca una desbandada en la mayoría de los senderomagos, en busca de algún refugio en la Boca del Asno. 

Aparecen bolsas de basura con patas que corren, y corren, intentando adelantar a las toallas voladoras que con variopintos colores, vuelan para alcanzar refugio, y a faunos y faunas que con mojadas y apretadas camisetas hacen lo mismo.

Una pareja de excursionistas, que paseaba por el pinar, y al ver la lluvia esperaban a que escampase debajo de un pino, me comentaban que habían visto pasar a unos personajes que parecía que eran perseguidos por al menos diez enfurecidos osos, de la velocidad a la que iban.

Total que de una guisa poco presentable se llega a la Boca del Asno (debajo del puente parecíamos salidos de un accidente de aviación), donde el baño en el Eresma es sustituido por un completo remojon celestial y se decide sobre la marcha acabar e irse a disfrutar de las prometidas empanadas de ”cayenne” y las cervecitas a casa de Pepa.

No sé si hubo pensamientos de invocar a alguna sicaria pero por si faltaba alguna yo le pongo a la excursion 3.5 sicarias.
Antonio López


FOTOS

miércoles, 22 de junio de 2016

Excursión 305: Cabeza Mediana y Cerro del Castillo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Collado Mediano
Final: 
Collado Mediano
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  13,5 Km
Desnivel [+]: 565 m
Desnivel [--]: 565 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 33

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Tenía ganas de mostrar alguno de los encantos de mi pueblo a mis amigos del GMSMA, y con la ayuda de Antonio y la colaboración de Ana, lo hicimos posible en esta excursión.

Son muchos los paseos que he dado por las inmediaciones de Collado Mediano, recorriendo sus sendas, pistas y cerros, disfrutando de cada una de las estaciones del año, que hace cambiar el paisaje hasta no parecer nunca el mismo.

Contaba esta excursión con varios atractivos que hicieron que la respuesta a la convocatoria de Antonio fuese seguida por numerosos participantes, lo que me alegró, pues cuantos más conozcan los alicientes de mi pueblo, mejor, porque aunque todos lo han visto a lo lejos a la que se suben zumbando al puerto de Navacerrada desde Villalba, pocos lo han pateado y menos aún el Cerro del Castillo, la prominencia que queda a la izquierda de la carretera, sobre el embalse de Navacerrada.

Partiendo de las afueras de Collado Mediano, un descampado sobre el arroyo de los Linos, nos dirigimos a la carretera de entrada al pueblo para continuar por varias calles de la urbanización cercana a ella, hasta alcanzar la transitada carretera M-601, que cruzamos, siguiendo de frente por la Vereda de las Cercas de Rehoyo, animados en conversaciones de recientes viajes y proyectos de vacaciones bajo la mirada de unas vacas apostadas en el camino.

Continuamos la subidita hasta alcanzar el Camino de las Canteras, que dejamos a nuestra izquierda, para remontar una senda que pasa por el Cañal y luego se empina considerablemente, haciendo varias zetas.

Casi sin aliento alcanzamos la amplia explanada de Cabeza Mediana, donde está situada la Torre del Telégrafo, espléndidamente reconstruida y que lleva aquí desde 1846

Mi amiga Ana nos hizo una visita guiada al interior de la torre, felizmente restaurada, en la que tuvimos la oportunidad de conocer cómo funcionaba el telégrafo óptico, en animosos debates de los "ingenieros" del grupo.

Además pudimos disfrutar de las bonitas vistas que se tienen de toda la sierra desde su elevada atalaya, de la que destacan Siete Picos, la Bola del Mundo, Maliciosa y Cueda Larga.

Terminada la visita, proseguimos en dirección al vértice geodésico de Cabeza Mediana (1. 330 m) y muy cerca de él, Monte Redondo (1.269 m), iniciando desde su loma un descenso por una pista con piedra suelta que en dirección norte terminaba en las inmediaciones del restaurante Hippodromo. 

Cruzamos la carretera para remontar algunas calles de la urbanización Parque Collado, hasta alcanzar una senda que se internaba en el bosque por la Serranía de la Paloma, tapizada de chalés hasta media ladera y el resto de pinos resineros y jarales en flor, donde comenzamos a tener excelentes vistas de Navacerrada y su embalse en el que se refleja la Maliciosa.

Tras pasar junto a las antenas de una estación de móviles, remontamos una pronunciada pendiente plagada de jarales que parecían campos de algodón.

A través de ellos ascendimos a la cresta de la Sierra del Castillo, donde las panorámicas que desde allí teníamos hizo disparar una y otra vez las cámaras de los fotógrafos del grupo.

Continuamos por la cuerda, entre rocas y más jarales hasta alcanzar la cumbre del Cerro del Castillo, con 1.341 metros de altura y con ello, su curioso mirador inclinado, que parece una pista de despegue hacia el cielo, desde donde contemplamos las casas de Collado Mediano, incluida la mía, a vista de pájaro.

El día, despejado hacia que la mirada se perdiese hacia Las Machotas y Abantos.

Desde allí, descendimos por una arenosa senda muy directa hacia el pueblo, que alcanzó al poco una amplia pista forestal que nos dejó cerca de la Cobañera, una pequeña cueva formada por unas considerables rocas, símbolo del pasado histórico de Collado Mediano y que figura incluso en su escudo, aunque lo más destacado es su pasado romano, del que queda una calzada y los restos de una posada que los arqueólogos han identificado como la antigua Miaccum.

Terminamos la excursión descendiendo hasta entrar en las calles del pueblo, que recorrimos en dirección al aparcamiento donde habíamos dejado los coches y posterior barbacoa en casa de mis padres, con bañitos incluidos para sofocar el calor que habíamos pasado y el del fuego de las brasas.

Agradezco mucho la disposición, colaboración y compañía de todos los que contribuyeron a que este día fuese entrañable para mí y mi familia, gracias de corazón.

Y como me han dicho que tengo que calificar la excursión, le doy 4 sicarias de esas que tanto les gusta a los chicos, aunque ninguno haya tenido la suerte de conocerlas.
Pepa Santos

miércoles, 15 de junio de 2016

Excursión 304: La Pedriza de Norte a Sur

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de la Morcuera
Final: 
Canto Cochino
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  16,2 Km
Desnivel [+]: 692 m
Desnivel [--]: 1388 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 25

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
Parece que fue ayer cuando envié la anterior crónica y aquí estoy con otra nueva y parezco la “mala burra que de ver la carga suda”. Con gran alivio el “Cabo Furriel” (el que asigna servicios a la tropa entre otras cosas), encontró a uno que no quería ser descortés y que consideraba que me tocaba.

Una vez dicho el sí, se suceden las instrucciones a seguir en el relato –ya sabes, tú pon lo de siempre, es muy fácil y lo que se te ocurra—y pensaba que no me fuese a pasar como aquel chiste que me contaba mi abuela y que lo daba como cierto:

Esto era un soldado en el frente y analfabeto, el cual le pidió a otro compañero que le escribiese una carta a su novia y éste le pregunta ¿qué le pongo? Tú pon, dile, dile, y el otro con muy mala uva eso le puso, ¿qué más? Tú pon, dile, dile y así hasta llenar la hoja. El relato no contaba la cara que debió poner la novia o el lector.

Pasadas las 9:30 llegamos el grupo alcalaíno al aparcamiento de Manzanares el Real y empezaron los saludos y las primeras charradas con los que iban llegando y llegado el momento nos acercamos al autobús contratado por la organización para el desplazamiento al puerto de la Morcuera punto de inicio de la marcha. En el autobús estaban ya algunos preocupados de que no llegaba nadie y hubo que explicarles que “habíamos cogido un capazo”  (entretenerse hablando) y nos habíamos despistado.

Durante el viaje hacia el puerto de la Morcuera, que se me antojó largo, iba todo el mundo contento contando chascarrillos y riéndonos a placer sin presagiar el aciago día que nos esperaba. En el puerto estaban dos senderomagas y la perrita Mecha. Por lo tanto 23 del autobús y dos más son 25 senderomagos para iniciar la marcha.

Al inicio, hacía un viento frío y empezaba a estar nublado y por delante según las previsiones nos quedaban 15 Km. de Pedriza unos pocos metros de subida y muchos de bajada por buenos senderos, pero no seamos “ababoles” (bobos, tontos) ¿cuándo se han cumplido las premisas iniciales? 

Los Km. se alargan, los metros de subida suben y los de bajada bajan y en cuanto a los senderos en muchos tramos no hay sederos hay piedras, que de éstas no faltan, como no podía ser de otra manera habiéndola diseñado nuestro explorador de cabecera Paco Cantos.

Comenzamos subiendo para variar y en contra de nuestra costumbre no era muy empinado pero pronto se vislumbraban  los “tozales” (lugares altos) a los que nos querían llevar, pasamos el collado de la Najarra y enseguida se fue estirando el grupo pero había buena visibilidad y empezaron las quejas a los de cabeza ¡no vayáis tan deprisa!.

Paradita y reagrupamiento, al reanudar la marcha la primera imagen bucólica, unas cuantas vacas negras sentadas plácidamente sin importarles nuestra presencia. Más adelante parada de avituallamiento y con las cabras merodeando pero mantenidas a raya por Mecha que las perseguía. 

Ya el cielo empezaba a amenazar lluvia, algunas gotas comenzaron a caer, aquí las dos estrellas fugaces y Mecha se dieron la vuelta a la vista de cómo se estaba poniendo de gris el cielo. Antes de reanudar la marcha nos hicimos la foto de grupo.

A por el Bailandero, curioso nombre, por el lado que ascendimos no tenía demasiada dificultad, pero al iniciar la bajada ya sé de dónde le viene el nombre, se sucedían unos bailes y contoneos de piedra en piedra sorteándolas, que generan un nuevo paso de baile de salón “El Bailandero”.

Pero todo no va a ser malo ya que veíamos hacía rato en el Collado de Pedro de los Lobos, la segunda imagen bucólica unos caballos con sus potrillos que supuso el entretenimiento de muchos con foto va foto viene, deben estar acostumbrados ni se inmutaban. Este acontecimiento provocó que aún se estirase más el grupo.

Después de los caballos una larga subidita, pasando por la loma de Asómate de Hoyos y  sin llegar a su pico, excepto dos que luego tuvieron que desandar el camino, empezamos a buscar el descenso hacia la Pedriza, pero la lluvia comenzó a caer y en el rato de espera de reagrupamiento se arreció y allí invocando a todos los santos paró y reanudamos la marcha ya de bajada pero las nubes gris oscuro venían hacia nosotros, hoy no nos íbamos a librar de “chipiarnos” (mojarnos mucho).

Hasta ahora el paisaje sólo había sido de altura, pero ya empezaba a cambiar, piedras, pedruscos y mallos como los de Riglos (estos de Madrid se creen que sólo ellos tienen piedras verticales), poco a poco el descenso que a veces parecía ascenso, para ir bordeando las dificultades, a lo lejos se seguía oyendo el soniquete ¡no vayáis tan deprisa!

Nos dirigíamos a Peña Lindera, Alto y Collado Matasanos y caminar entre grandes formaciones rocosas siempre empequeñece, la pena es la lluvia persistente y para incomodar la “boira” (niebla), que provocó pequeñas dudas de dirección, que con gran maestría las resolvieron esos que entienden el GPS.

Entre rocas hicimos una parada para comer y hacer fotos. Una vez en marcha ya la lluvia no nos iba a dejar en toda nuestra bajada, con miedo a las piedras mojadas que se vuelven traicioneras y resbaladizas, se oía algún lamento de hastío ¡A ver cuando tengo 90 años y me eximen de subir a la Pedriza!

Después, el Dedo, Cuatro Torres, Seis Torres, Esfinge, el Puro y otras formaciones, qué más da, piedras con formas imaginarias dependiendo del lugar que se mire.

Por fin parece que ya bajamos de verdad, pero había que salvar una pequeña dificultad, teníamos que meternos en un gua y al final pasar por un agujerito.

Enseguida empezaron los comentarios de los primeros en pasar y sin mirar a nadie –cuidado con los de la cintura de avispa y de extremidades largas- no vayamos a tener que utilizar métodos de extracción petrolíferos. Sin incidentes todos fueron enhebrando el agujerito de la aguja, pero esto retrasó un poco.

¡¡Horror!! el jefe se pone delante, murmuraciones entre la tropa ¿pues no tenía mal el tobillo? Y empezó la cadencia de paso cuál cómitre con su tambor en galeras, azuzando a los galeotes para que la nave coja velocidad y la cogió y llegar pronto al Collado de la Ventana.

¡Vais muy deprisa! se oía. No tiene pérdida todo para abajo -contestaba- por un camino entre pinos zigzagueante y con paraditas a contemplar desde el Collado de las Abejas el Callejón de las Abejas (curioso eje de la anterior crónica) y otros lugares desmerecidos por la lluvia.

Se hacía larga la bajada totalmente mojados “chipichape” (mucha agua) en las botas  y las piernas empezaban a resentirse, pero por fin el ver el arroyo de la Dehesilla y el refugio Giner de los Ríos, hacía vislumbrar el fin, mejor sendero y más suave el desnivel.

Canto Cochino, el autobús y el bar, parada obligatoria en el que una vez reunidos todos y recobrado fuerzas, al autobús y a Manzanares. Despedida y cierre.

Casi 17 Km. de Vellón (esto de Pedriza) y unas 7 horas de las que unas 4 fueron con lluvia.
¡SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA PEDRIZA!

Valoración: 4 miserables Sicarias, pero a la organización y la preparación 5 Sicarias. 
José A. Aguerri