miércoles, 31 de mayo de 2023

Excursión 702: Estación de Tablada desde Los Molinos

FICHA TÉCNICA
Inicio: Los Molinos
Final: Los Molinos
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 15,3 Km 
Desnivel [+]: 491 m 
Desnivel [--]: 491 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 24

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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RESUMEN
Las previsiones meteorológicas apuntaban lluvia fuerte por la tarde, como en los días anteriores del lluvioso final de Mayo.

Por esto, en las mochilas de los 24 sendoromagos que nos juntamos en Los Molinos había chubasqueros, impermeables y hasta paraguas asomando como pararrayos.

Todo, por si acaso, porque, por el momento, un sol tibio iluminaba el cielo, y solo algunas nubes blancas tras las cumbres de La Peñota hacían temer que pudieran cumplirse las predicciones.

Tras pasar las vías del tren bajo un pequeño puente cogimos un amplio camino de tierra que, en suave pendiente ascendente y con abundantes charcos por las lluvias de los días anteriores, nos adentró en el verde y floreado valle que se extiende a los pies de La Peñota y toda su cuerda.

En esta época del año, entre abril y mayo, este extenso valle se llena de unas bonitas plantas con flores de color amarillo llamadas cambroños, Adenocarpus hispanicus para los amantes de la botánica. 

Su nombre ya indica que es natural de la península ibérica, y en particular del sistema central y de este lugar, Los Molinos puede considerarse la capital mundial del cambroño.

Siguiendo por este camino, que llaman de la Solana, avistamos pronto, en lo alto de una ladera, el pino de San Roque, solitario y majestuoso. Es un pino silvestre con una altura de unos 30 metros, que es mucho para su especie, y con una edad estimada entre 250 y 300 años, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid. Es también conocido, tristemente, porque a sus pies se encontró el cuerpo, sin vida, de Blanca Fernández Ochoa.

Continuamos el camino, en suave subida, por la Solana de la Molinera y encontramos una fuente donde refrescarnos, en el punto más alto de nuestra ruta, a 1.419 metros.

Pasamos luego los arroyos de La Peñota primero, y el de los Irrios después, para hacer el alto de media mañana y tomarnos nuestro correspondiente tentempié.

La vista era espectacular, con todo el valle del Guadarrama hacia el sur, los 1.945 metros de las tres pequeñas cumbres de La Peñota por detrás, la Maliciosa hacia el este y el Alto del León por el oeste.

A nuestros pies, además, veíamos muy bien la pequeña presa de los Irrios, por donde, horas más tarde,  pasaríamos en nuestro camino de vuelta.

Aquí Jara, la perrilla blanca de Carlos, que llevaba toda la mañana alborotada con tanta vaca por los prados vecinos, ya la lío parda. Mientras Ignacio y yo dábamos buena cuenta de nuestros almuerzos Jara empezó a perseguir a una solitaria y asustada vaca blanca y negra que pastaba por detrás de nosotros, más arriba. Así que, esta, despavorida, enfiló pendiente abajo para reunirse con sus congéneres, y casi se lleva por delante al pobre Ignacio. Menos mal que reaccionamos pronto, la vaca, Ignacio, yo, y finalmente Jara y Carlos, porque si no acabamos todos rodando ladera abajo.

Reemprendimos la marcha hasta que más adelante Antonio hizo un brusco giro a la izquierda para coger un pequeño sendero descendente lleno de helechos y de verde. 

Todos le seguimos, claro, y aquí es donde Paco le preguntó a Ángel por sus bastones. Qué despiste, ¡los había olvidado en la parada de mediodía! Para otros esto hubiera supuesto un grave contratiempo. Para Ángel, un nuevo reto a superar. 

Ni corto no perezoso volvió sobre sus pasos, y dejándonos su mochila para ir más ligero, se dispuso a recuperar sus bastones mientras nosotros seguíamos la ruta y alcanzábamos, al final de una calle, la estación de Tablada.

Allí paramos para comer, y allí se unió otra vez a nosotros, con sus bastones, tan fresco aunque había venido corriendo, y tan contento.

Tablada es una pequeña estación de ferrocarril, solitaria y poco transitada por viajeros y trenes, pero bien cuidada y con unos magníficos bancos de piedra que nos permitieron comer cómodamente. Aprovechamos también para hacernos la foto de grupo y para acordarnos de los senderomagos de gira por Croacia, de los que nos llegan noticias positivas, incluyendo la culminación de la excursión 700, y además de la 701, así que esta será la 702, en este caso solo por unas horas de diferencia, porque se hicieron las dos el mismo día.

Cruzamos con cuidado las vías de la estación y enfilamos un empinado y pedregoso sendero que al poco se convirtió en húmeda y verdosa senda, el Cordel de Valladolid, lo llaman. Rodeados de cambroños llegamos pronto a un edificio utilizado por una yeguada y cruce con el Cordel de la Calleja de los Poyales, donde enfilamos a la izquierda, iniciando el camino de vuelta hacia Los Molinos.

Poco más adelante encontramos una casa con un bonito prado lleno de florecillas de color violeta. Aquí resultó que Ignacio, Esther y yo, embelesados con la vista del prado, nos retrasamos tanto que al reiniciar el camino ya no encontramos el rastro del grupo. Tras consultas telefónicas con el mismo se decidió que siguiéramos nuestro camino, pues más tarde o más temprano nos volveríamos a encontrar. Así que, tirando de nuestro sentido de la orientación, sobre todo del de Ignacio, y de mi wikiloc, proseguimos nuestra incierta ruta.

Milagrosamente, esta nos llevó nuevamente, tras algunas cuestas que empezaban a hacerse molestas, a la base de la presa de Irrios, pero por el lado opuesto del muro de contención de la misma. Subimos esos últimos metros y desde arriba ya del muro nos encontramos unos preciosos caballos que, tranquilamente, se dirigían a beber de la poca agua embalsada por la presa.

Era una estampa bien bonita, el muro de la presa con su parte superior mellada en el centro, como si alguien le hubiera dado una dentellada, el agua, los caballos, … y de pronto ¡el resto del grupo que avanzaba por el lecho de la presa hacia nosotros! ¡Los hemos encontrado!, nos gritamos mientras hacíamos señas y aspavientos para que nos vieran desde lejos.

Enseguida nos reunimos todos de nuevo, incluido Ángel, que, aplicando la teoría de que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, caminó por encima del muro de contención, bajó por la parte rota del mismo y trepó de nuevo hábilmente hasta la horizontal, salvando una buena altura, para continuar hasta donde, alborozados, le recibimos.

Al parecer, además, nuestra alternativa de camino no había sido tan mala, nos ahorramos saltar un par de muros, aunque nos perdimos también, nos contaron, el bonito prado de Hontanilla, y sus violetas florecillas silvestres.

La vuelta continuó ya sin mayores incidentes, incluyendo el paso bajo el viejo puente de piedra de las Cuevas, todavía en uso y por el que pasa el ferrocarril de la línea Madrid-Segovia.

Así que continuamos disfrutando unos kilómetros más de la florida primavera de Los Molinos, incluyendo sus cambroños y sus muchas rosas caninas, unas blancas y otras rosas, todas en flor. ¡Y sin llover, por esta tarde nos habíamos librado!

Y para celebrarlo y acabar bien esta fenomenal excursión, a la que calificamos con 5 sicarias, nos fuimos al pueblo a tomar unas merecidas cervezas, en el bar La Parada.
Luis Orgaz

Excursión 701: De Veliko Grablje a Hvar. Croacia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Veliko Grablje. Croacia
Final: Hvar. Croacia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,6 Km 
Desnivel [+]: 51 m 
Desnivel [--]: 414 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 26+24

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RESUMEN
Este miércoles, como todos los miércoles vamos a hacer una ruta, ¡No, no es cómo todos los miércoles!, Este miércoles estamos un grupo de avanzadilla por Croacia, ya vendrán la próxima semana nuestros compañeros que hoy están por los Molinos de ruta.

Son las 5:00 de la mañana, ¿Las 5:00? , Si, si, no es una broma, estamos veintiséis senderomagos más dos guías, tomando café, para coger un catamarán que nos trasladará de la isla Korcula a la isla de Hvar. ¡que dura es la vida de senderoturista!.

Una vez lleguemos al puerto, varios vehículos nos trasladarán al inicio de la ruta. Por el camino empieza a llover, parece que hoy no nos libra nadie de la lluvia. Según vamos llegando deja de llover, lo mismo hoy volvemos a tener suerte y esquivamos la lluvia.

Antes de iniciar la ruta nos hacemos muchas fotos, la vistas del mar desde uno de los puntos más alto de la isla, lleno de isla e islotes lo merecen, no nos cansamos de ver este paisaje tan diferente al que tenemos en nuestras rutas por Madrid.

Son las 08:30, dos horas antes de lo habitual, vamos a empezar a caminar, descendemos por un camino muy preparado, en parte empedrado, hay escalones para suavizar las pendientes.

La ruta está marcada con una circunferencia roja que rodea un círculo de color blanco, están pintadas hace poco tiempo. Aquí las marcas son diferentes y muy abundantes, hay marcas cada pocos metros.

En el camino vemos amapolas rojas y margaritas amarillas.

Llegamos a Velo Grablje, y nos encontramos una destilería de aceite de romero y lavanda de 1900, y también vemos una escuela inaugurada el 1877 y que un siglo después despidió a sus últimos alumnos, este pueblo debe ser la Croacia vaciada.

Seguimos caminando en descenso y vemos las impresionantes terrazas trazadas sobre el pedregoso relieve para convertirlas en tierras fértiles y que actualmente están en gran parte abandonadas.

Seguimos bajando y pasamos a caminar por una carretera, de vez en cuando vienen coches, no es muy largo pero estamos deseando llegar a un camino y poder dejar la carretera.

Continuamos bajando y llegamos a Malo Grablje (Velo en croata es grande y entonces Malo es …), también parece abandonado prácticamente en su totalidad, no vemos a ningún vecino por ninguna parte. Poco a poco, entre olivos, nos vamos acercando a la costa, atravesamos un túnel y ya vemos al mar.

Una vez llegamos a la playa de Milna unos guardias nos mandan callar varias veces, están haciendo un rodaje y debemos estar desesperando a los técnicos de sonido. Fieles a nuestras costumbres hacemos la foto de grupo y el ángelus.

La playa no tiene nada que ver con las nuestras, aquí las playas son de guijarros, el agua está preciosa, tiene un color azul intenso, los fondos del mar se ven perfectamente.

Comenzamos la segunda parte de la ruta que no tiene nada que ver con la anterior , ahora vamos por la costa, a veces sobre la piedra caliza a veces por senderos , a veces sobre las caprichosas formas que el agua ha esculpido en la piedra, a veces entre pinos, olivos y alguna huerta.

El sol empieza a ser agotador, no siempre podemos ir por sombras y la temperatura es más alta de lo esperado. Vamos alternando los paisajes de pinos, olivos y cultivos, con la aparición de pequeñas calas paradisíacas.

Vemos un cartel que nos desvía hacia una playa con un chiringuito “Bar Robinson” y decidimos que no podemos dejar pasar la oportunidad de un baño, allí están varias parejas muy tranquilas hasta que llegamos nosotros.

No hemos llegado todos y Carlos ya se está bañando, a los pocos minutos viene alguien que nos dice que es una playa privada, y que tenemos que irnos, ¡por segunda vez en la jornada nos llaman la atención!

Volvemos a ponernos en marcha, el calor está haciendo mella, estamos terminando y queremos terminar, pero parece que el final no llega nunca.

De repente, casi sin esperarlo llegamos a una cala y ahora si, podemos bañarnos y tomarnos una cerveza.

Qué buen momento, sabemos que no nos queda nada para terminar la ruta en el pueblo de Hvar y tenemos bastante tiempo libre.

Algunos se van a comer a Hvar, otros se bañan, otros toman cervezas, y con esto podemos dar por concluida esta segunda ruta por tierras croatas.

A esta ruta le doy 3,5 sicarias por el calor que pasamos y por comparación con el resto de rutas por tierras dálmatas.
Fernando Ramos


FOTOS

GRUPO 1

martes, 30 de mayo de 2023

Excursión 700: De Kučište a Orebić. Croacia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Kučište. Croacia
Final: Orebić. Croacia
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 6,6 Km 
Desnivel [+]: 165 m 
Desnivel [--]: 165 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 26+24

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














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RESUMEN
Ha llegado la 700. Un paso más, en nuestra meta de realizar 1000 marchas de senderismo desde el año 2008. En la crónica de la excursión 600, que tuve la satisfacción de realizar, cité la posibilidad de alcanzar la meta en 7-8 años.

Hemos visto que en 16 meses, hemos realizado 100 excursiones, por lo que si no hay “cataclismos nucleares ni pandemias asesinas” (Copiando expresiones de mi amigo Jorge M) podríamos alcanzar nuestro objetivo en 48 meses, es decir en JUNIO de 2027. Espero estar en buena forma física para esa fecha y hacer también la crónica de tan memorable ruta.

Bueno, estamos en Croacia. El GMSMA ha organizado un viaje a este país, para realizar 5 marchas, por sus preciosas islas, sus fabulosos parques nacionales, y disfrutar de sus ciudades, costumbres y gastronomía.

Debido al elevado número de senderomagos, que se apuntaron al viaje (más de 50), se formaron dos grupos de unas 25 personas, que salieron de Madrid con una diferencia de 10 días. Yo pertenezco al primer grupo que voló desde Madrid el 29 de mayo y el segundo grupo lo haría el 8 de junio.

Con objeto de recordar y celebrar la excursión 700, José María P.B, (A la sazón” Director General de Estadística y Equipamiento del GMSMA” había coordinado y dirigido la adquisición de equipamiento (camisetas y chalecos de forro polar), con los emblemas del GMSMA, y con inscripciones alusivas al evento.

Todos los miembros del grupo, nos embutimos los ropajes conmemorativos y nos hicimos las fotos de rigor, en parajes seleccionados. Gracias José María, por tu dedicación altruista.

Como anticipo de la marcha de hoy, ayer estuvimos visitando la ciudad de Dubrovnik, donde pudimos disfrutar de sus murallas, y sus calles medievales. Es una ciudad del sur de Croacia, situada frente al mar Adriático, declarada Patrimonio de la Humanidad, El azul intenso del mar, en contraste con sus tejados rojos, envuelve a esta preciosa ciudad en una atmósfera llena de magia y encanto.

La marcha de hoy, de unos 7 kms de distancia y 165 metros de desnivel, transcurre por las laderas del monte de St Elías de 961m (Sveti llija en croata).

Este monte, en su parte alta, es conocido, por ser el hábitat de una de las serpientes más venenosas de Croacia (víbora cornuda). Habrá que tener cuidado!! De hecho nos encontramos en el camino con una pequeña serpiente con cara de pocos amigos, que no sabemos si era una culebra común o una víbora cornuda. ¡Yo cuernos no le vi!.

Fuimos desde el pueblo costero de Kučište en la península de Pelješac, hasta Orebić, (importante ciudad marinera del siglo XVI). El punto de inicio de la excursión, junto al mar, con barcas de pescadores, y pequeños yates de recreo, presentaban un aspecto bucólico y trascendental.

Comenzamos a caminar por un pequeño paseo, cercano al mar. A nuestra derecha, contemplamos la isla de Korčula, con la ciudad del mismo nombre en primer plano. También vemos piscinas naturales con agua del mar Adriático, donde han instalado escaleras, para salir cómodamente después del baño. 

Caminamos durante un par de kilómetros, por una pequeña senda, por la falda de la montaña, muy cerca del mar y con preciosas vistas de la isla de Korčula. La vegetación es muy parecida a la del mediterráneo español: acebuches, cipreses, vides, granados, pinos, encinas, etc. etc. Se observa la no existencia de cardo mariano, lo cual explicaría la posible mala salud hepática de los habitantes de la zona.

A mitad del camino y un poco antes de llegar al monasterio franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles, los componentes del segundo grupo encuentran un paradisiaco lugar, donde tomar el aperitivo de la mañana, con las cervezas frías de 50 cl, típicas de la zona. Qué suerte este descubrimiento.

El lugar, servido por una señora de gran amabilidad, se llama Konoba Panorama y tiene una preciosa terraza, cubierta con toldos blancos, mesas y bancos corridos, enfrentados a la preciosa vista de las islas del Adriático.

Llegamos con las campanas del monasterio tocando a “rebato”. No se, si para darnos la bienvenida o por otra razón. Fue construido en el s. XVI, y se levanta sobre una roca de 152 metros de altura, con vistas al canal de Pelješac, y a la isla y ciudad de Korčula.

El monasterio alberga un museo, donde se pueden observar, distintos equipos litúrgicos y barcos en miniatura característicos de la zona. También se exponen muchos objetos relativos a la historia de Orebić. El monasterio tiene un precioso claustro, con arcos de medio punto y un jardín central con varios pozos y grandes vasijas de piedra con tapa, que creemos servirían en su momento para guardar el vino o el agua.

Después de realizar multitud de fotos individuales y de grupo del monasterio y su entorno, continuamos la marcha y llegamos a los lujosos hoteles turísticos, de alto nivel para los veraneantes de la zona. 

Existen varias playas de aguas cristalinas, entre ellas la llamada Grand Azur. En esta zona del Adriático hay playas privadas, y puntos de atraque de pequeños yates, cuyos propietarios pueden prohibir el acceso a los visitantes no deseados.

Llegamos al final de la ruta, donde varios miembros del GMSMA se zambulleron en las frías aguas del Adriático. A pesar del calor de la jornada, las aguas estaban todavía un poco frías. Yo en esta ocasión sólo me atreví a mojarme hasta las rodillas.

En resumen: una sencilla y tranquila marcha, con sol espléndido, para disfrutar de la naturaleza, con impresionantes vistas de las islas croatas, y especial mención a la isla de Korčula y final con refrescante baño de algunos en el mar Adriático.

Recordando que en este día se celebra en España la festividad de San Fernando, aprovechamos la ocasión para felicitar en el día de su onomástica a Fernando D.H y a Fernando R, los únicos representantes del viaje. Les dimos un fuerte abrazo en el día de su santo.

Ha sido una buena ocasión para celebrar y conmemorar nuestra excursión 700. Califico la marcha con 4,5 sicarias por sus panorámicas y preciosas vistas.
Nicolas Pizarro