miércoles, 17 de mayo de 2023

Excursión 698: Santa María la Real de Nieva y Armuña

FICHA TÉCNICA
Inicio: Armuña. Segovia
Final: Armuña. Segovia
Tiempo: 35 minutos
Distancia: 2 Km 
Desnivel [+]: 29 m 
Desnivel [--]: 29 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 46

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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RESUMEN
Nací en la Campiña Segoviana; y eso marca para siempre.

El nombre es un eufemismo que usamos para describir la gran meseta que hay en el centro oeste de la provincia de Segovia, en la que solo algunos cerros, rompen la monotonía del campo.

Está ubicada entre las últimas estribaciones de nuestra querida sierra de Guadarrama y el inmenso mar de pinos de Tierra de Pinares.

Esta tierra está repleta de historia y monumentos, tiene buen vino -verdejo, naturalmente- buenos cochinillos, buenos corderos y unos paisajes excepcionales. Todo ello, los miembros del Gmsma, estábamos dispuesto a disfrutarlo este miércoles.

Aquí los cielos parecen no tener fin cuando subes a verlos desde algún cerro, como el de Armuña. Las montañas son azules, los campos son verdes en primavera, los atardeceros son únicos y rojizos, y se puede pasear por sus campos en completo silencio, acompañado solo por tus pensamientos.

Esta zona la componen más de 50 municipios, pero solo está habitada por unas 20.000 personas. El pueblo más grande de la comarca es Madrid. Está es la España Vacía. Si queréis saber cómo se vaciaron estos pueblos, podéis ver un pequeño informe Las décadas prodigiosas en la web del Ayuntamiento de Armuña, firmado por un tal José Marcos Herrero. 

Comenzamos el día repasando la historia y el arte de uno de los monumentos más importantes de la comarca, y naturalmente Paz nos dio una clase magistral. A continuación, nos lo resume:

Para viajar al final de la Edad Media, solo teníamos que desplazarnos unos kilómetros a un bonito pueblo de la provincia de Segovia y con un poco de imaginación podríamos vislumbrar la vida cotidiana en esa época tan dura, pero a la vez tan apasionante.

Por eso, cuando Antonio me propuso que explicara el claustro del monasterio de Nuestra Señora de la Soterraña en Santa María la Real de Nieva consideré que era interesante realizar esa visita y que podríamos disfrutar de una jornada un tanto diferente a la que nos tiene acostumbrados el Gmsma.

Si se añadía que también visitaríamos una bodega familiar, haríamos un paseo por la preciosa campiña segoviana y que terminaríamos el día con una comida en el pueblo de Marcos, el plan era totalmente irrechazable.

La primera actividad del día era la visita del claustro y fachada de la iglesia. Como es costumbre estábamos todos puntualísimos en la puerta del monasterio, bien dispuestos a pasar un día un poco especial.

La historia de la iglesia y el monasterio es apasionante. Según la leyenda, un día como otro cualquiera del año 1392, la Virgen se le apareció a un humilde pastor en un pizarral de los alrededores del pueblo de Nieva, con la misión de que se dirigiera al obispo de Segovia, a la sazón, don Alonso de Frías, para que fueran al lugar, buscaran una imagen suya y erigieran una ermita.

Después de algunas incredulidades y risas, el obispo fue a Nieva, encontraron la talla de la Virgen, a la que llamaron Soterraña (subterránea) y mandaron edificar una sencilla ermita. Como pronto empezaron a correr noticias de algunos milagros y curaciones, la reina, Doña Catalina de Lancaster, se interesó por el lugar y, después de algunos encontronazos con la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, consiguió arrancar un trozo del territorio comunero para edificar un gran monasterio dedicado a la Virgen, al que llamaron Nuestra Señora de la Soterraña. (Por cierto, la imagen original se quemó en un incendio en 1900 y la que se puede ver actualmente es del escultor Aniceto Marinas).

En el año 1399 entregó el monasterio a la orden de los Predicadores, más conocidos como Dominicos.

Lo más hermoso del claustro son sus capiteles. A lo largo de las cuatro galerías se reparten ochenta y siete capiteles, con más de trescientas representaciones, más o menos distintas y con aspectos diferentes. En un primer momento da la impresión de estar dentro del mundo románico, por la pervivencia de algunas escenas y temas decorativos.

Esto se debe a varias circunstancias: en primer lugar, es una zona muy apegada a la tradición románica; en segundo lugar, las órdenes mendicantes no se plantean una problemática artística o estética para sus construcciones.

Además, la mala situación económica de Castilla provocada por una época de malas cosechas y pestes sucesivas, las guerras civiles, la falta de recursos económicos y la dificultad de que llegaran las novedades artísticas que se estaban produciendo en otras tierras, justifica el aspecto arcaizante.

Podemos resumir los temas en varios apartados.

Temas bíblicos
Un tema del Antiguo Testamento (Adán y Eva expulsados del Paraíso) y dos temas del Nuevo, la Anunciación y la Huida a Egipto: este es especialmente bonito por la ternura con la que el artista ha recogido las expresiones de la Virgen y San José).

Temas heráldicos
En la cúspide de la sociedad medieval está el rey, y en el claustro, siendo de fundación real, se le rinde el debido homenaje por medio de la heráldica.

El tema heráldico tiene como misión hacer perdurar la memoria de su propietario.

Aparecen los escudos de doña Catalina de Lancaster, del rey Enrique III y de María de Aragón que sucedió a Catalina en el patronazgo de la iglesia.

Temas alusivos a la nobleza
Los nobles no tienen otras actividades más que la guerra, la caza y los juegos de lanzas y torneos.

El tema más representado es el de la caza del oso, animal que debía ser abundante en esa época. También aparecen capiteles con la caza del jabalí y del león.

Hay varias escenas de guerra donde aparecen musulmanes. Castilla tenía una considerable población mudéjar que en muchos casos era incorporada y admitida dentro de la sociedad cristiana.

Escenas que se ocupan de la vida del pueblo llano
Las más interesantes son las que se desarrollan en tres capiteles del ala este donde se registra un calendario agrícola.

El artista ha mezclado temas del calendario del noble (abril y mayo), reminiscencias del mundo clásico (enero) y escenas propias de la vida campesina (el resto de los meses). El calendario es un verdadero almanaque de faenas, una especie de versión medieval de las Geórgicas, en el que se recoge las sucesivas labores de preparación, cuidado y recolección de los dos cultivos básicos de las explotaciones medievales: la vid y el cereal.

Escenas alusivas a las actividades de los monjes
Pueden aparecer en variadas actividades, ocupados en el estudio, la predicación o el trabajo. Preciosísimo el capitel donde aparece un monje (podría ser San Vicente Ferrer) predicando ante un nutrido auditorio.

También por todo el claustro aparecen representaciones de cabezas de perros que hacen alusión a los dominicos (domine canis: perros del señor).

Motivos decorativos
Aunque no podemos descartar, dado el apego románico que tiene este edificio, que algunas representaciones tengan carácter simbólico, lo más probable es que muchas de ellas tengan mera intención decorativa, como grandes hojas, árboles, dragones, esfinges, centauros, búhos, leones atrapando animales, etc.

Después de la explicación del claustro, pasamos a ver la fachada norte.

Es una enorme puerta de arquivoltas apuntadas cuyo tímpano tiene una serie de esculturas mutiladas que hace difícil su interpretación, aunque parece ser la escena del Juicio Final, con Cristo en Majestad y la Virgen con San Juan rogando por los juzgados. A ambos lados aparecen dos estatuas sin cabeza que podrían ser los monarcas promotores de la iglesia.

En el dintel bajo el tímpano, se dispondría seguramente el peso de las almas, pero la parte central está perdida.

A la izquierda, mutilada, tenemos la representación del cielo. A la derecha, el infierno que se nos aparece como la enorme boca de Leviatán y otros demonios a los condenados. En el friso se narra la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

En las arquivoltas se disponen figuras femeninas de santas, frailes dominicos y otras personalidades eclesiásticas y ángeles.

En la arquivolta más externa y siguiendo la temática del Juicio Final aparece una original representación de los difuntos que salen de sus sepulcros. Lo hacen de manera muy variada y original, empujando con la espalda, las piernas, etc.

Con esto se terminó la explicación del claustro y la fachada de este monasterio.

Después de esta clase magistral, de la que algunos disfrutamos mucho, sobre todo con el Calendario Agrícola, fuimos al pueblo de Nieva a visitar las Bodegas Herrero, donde producen unos de los mejores vinos verdejo del mundo.

Allí nos recibieron los hermanos Herrero, Juan, José María y Javier, y nos explicaron como obtienen ese maravilloso vino.

El padre de ellos José María Herrero fue un visionario emprendedor, descubrió lo especial del vino de estas tierras, y supo ver la oportunidad donde otros veían inconvenientes.

Nieva es la localidad de la D.O. Rueda situada más al sur, y tanto su altitud y clima, como las características de un suelo más arenoso, hacen que la cosecha sea más tardía y confieren a sus vinos un toque diferenciado y muy singular. A la larga esto les ha supuesto numerosos premios y galardones, pero al principio fue duro.

Una característica importante es que la mayoría de las viñas son viejas, que resistieron los embates de la plaga filoxera del siglo XIX, protegidas por la masa de pinares y gracias a un suelo más arenoso y oxigenado, en los que la filoxera no pudo entrar. Las viñas de Nieva se salvaron de aquella situación y han servido como madres de otras muchas; su ADN ha sido objeto de estudios científicos.

El padre y fundador murió muy joven, cuando los hermanos tenían entre veinte y treinta años, y han tenido que luchar mucho para salir adelante, pero lo están haciendo muy bien.

Tras la clase magistral sobre verdejo que nos dio Javier Herrero, brindamos con una copa de vino ERRE de Herrero, y antes de partir todos compramos varias botellas de vino.

A continuación, muy contentos, nos dirigimos hacia el pueblo más bonito de la Campiña: Armuña.

Antes de ir a comer, dimos un paseo hasta el cerro y los miembros del Gmsma que no son de Armuña, por fin, pudieron ver los cielos extensos, las montañas azules y los campos verdes.

En el Restaurante La Raza Castellana de Armuña, Ana y Michel, nos habían apartado unos corderos de su rebaño, que después nos asaron, y para no hacerles un feo, dimos buena cuenta de ellos.

Sin embargo, lo mejor fueron las “flores” que llevó Begoña, elaboradas por su madre: ¡exquisitas!

Como fin de fiesta hubo entrega de medallas, y discursos de los condecorados. El más emotivo el de Jesús C., que al parecer le dieron la medalla por pesado.

Echamos de menos a los ausentes, en especial a uno de nuestros mejores guías, Julián.

Por último, tanto Isabel como yo estamos encantados de que hayáis venido a mi pueblo y nos hayáis permitido enseñaros parte de la Campiña Segoviana y sus encantos.

Con ello quiero daros las gracias a todos, por dejarme caminar a vuestro lado, todos los miércoles, en especial a todos los que curran un montón para que esto funcione. Gracias.

Yo creo que la excursión de hoy, con arte, historia, Armuña, vino, paseo, cordero, postres, medallas, merece un “cum laude”. Va a ser difícil igualarla; superarla imposible.
Paz del Rincón y Marcos Herrero

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