miércoles, 29 de diciembre de 2021

Excursión 598: La casa de las Campanillas desde el Alto del León

FICHA TÉCNICA
Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 13,7 Km 
Desnivel [+]: 487 m 
Desnivel [--]: 487 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 30

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta




























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
El punto de reunión de hoy era el Alto del León. Puntuales como siempre, los 29 senderomagos esperamos a que Antonio echara a andar.

El vientecillo que hacía en el puerto, pronto dejó de molestar; en cuanto empezamos la excursión ladera abajo, hacia el oeste, por unas bonitas praderas aún con los helechos secos.

Al pasar bajo la primera de las líneas de alta tensión que hay en esta zona, giramos hacia el sur, donde nos encontramos bastante encharcado el terreno hasta que llegamos al Camino del Agua, que tomamos hacia la derecha.

A pesar de la niebla de primera hora de la mañana, el día se consolidó como espléndido, así que daba gusto caminar por la pendiente descendente y entre pinos.

Tras haber dejado el Camino del Agua para seguir un sendero que sale a la izquierda para llegar al punto en que entra en la montaña la vía férrea Madrid-Segovia (o Segovia- Madrid para que no haya "piques" ). Es el conocido Túnel de Tablada.

Fue inaugurado el 29 de junio 1888, considerándolo una de las principales obras de ingeniería de la época, ya que supuso la primera perforación de un túnel de estas características que atravesaba por primera vez el Sistema Central, en este caso por la sierra de Guadarrama bajo el Alto del León o puerto de Guadarrama.

Un poco más adelante, divisamos otro túnel, el primero de la AP-6, bajo Guadarrama, inaugurado el 4 de diciembre de 1963. Llegamos al núcleo urbano de Gudillos y cruzamos la AP-6 por un túnel que pasa por debajo de ella.

Y de pronto nos sorprendió la inesperada llegada de Isabel montada en su bicicleta. Para que el Instituto estadístico no le "pusiera pegas", Isabel echó pie a tierra y se unió al grupo de andarines. Por tanto definitivamente fuimos 30 los senderomagos participantes.

A lo lejos contemplamos la antigua estación de Gudillos de la citada línea Madrid-Segovia. Conectamos con el GR-88 y por él iniciamos el ascenso en busca del río Gudillos, que vadeamos para remontarlo por su ribera derecha.

Todos a pie, recorrimos estos preciosos parajes, siempre a orillas del Río Gudillos hasta que de nuevo lo vadeamos, en las proximidades de la Cerca de Montosa, un proyecto de 1958 promovido por la Organización Sindical Española para la construcción de un albergue.

Un poco más arriba, nos llegamos a ver la fuente que nos hace saber que estamos llegando a la zona donde nace el Río Gudillos, junto a una laguna que se ha convertido ya en permanente.

Hoy la pradera donde nace el Gudillos está seca y las aguas subterráneas no afloran hasta unos metros más abajo. Aquí hicimos un alto para el tentempié de media mañana y la foto de grupo.

Antonio pronto dio por terminada la pausa y retomó la caminata, dirigiéndose finalmente al punto que daba nombre a la excursión: la casa forestal de Las Campanillas también conocida como "las casas del consenso" donde se redactaron párrafos de nuestra Constitución, en el seno de una comisión integrada por los distintos partidos políticos, representados en el Congreso y liderada por los siete diputados elegidos para elaborar el proyecto constitucional, que fueron intensas y discretas.

A ellos, Fraga, Herrero, Solé Tura, Pérez-Llorca, Peces-Barba, Roca y Cisneros, se les ha llamado padres de la Constitución. La Casa de las Campanillas, fue uno de los lugares elegidos para macerar el texto que marcaría el camino de las libertades en España. En su precioso entorno, además de pinos pueden verse secuoyas.

Tras contemplar tan singular lugar, comenzamos el regreso, naturalmente, cuesta arriba. Marcos C. , en permanente alerta micológica, encontró un buen ejemplar de seta de pie azul.


Proseguimos la marcha por zonas con bastante agua. Cruzamos el arroyo del Cuervo y conectamos con la senda del Arcipreste hasta alcanzar el collado del mismo nombre, desde donde nos acercamos al monumento del Arcipreste de Hita.

En una de las rocas podemos leer: “Cerca de Tablada / La sierra pasada Falleme con Aldara / a la madrugada CAMINANTE DE ESTE PUERTO UNA MAÑANA DE MARZO DE 1329”. (Falleme = halleme = me encontré)

Encontramos un ejemplar del Libro del Buen Amor en una caja bajo las rocas del monumento. También en esa caja hay un libro de visitas en donde quedó registrado nuestro paso.

De regreso, nos sorprendió un mar de nubes por la zona de El Escorial y unas estupendas vistas de la zona de la Mujer Muerta desde el mirador del arcipreste.

Así llegamos de nuevo, después de unos 13 km, al Alto del León, en donde NO tomamos las cervecitas de rigor porque estaba "ABARROTAO", dando así por terminada esta bonita ruta a la que le otorgo 4 sicarias.
José María Pérez

FOTO REPORTAJES

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Excursión 597: Por las dehesas de Colmenar Viejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenar Viejo
Final: Colmenar Viejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 22,7 Km 
Desnivel [+]: 411 m 
Desnivel [--]: 411 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 26

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Amaneció el día tristón, encapotado, aunque sin amenaza de lluvia, ideal para la larga caminata que nos esperaba, en gran parte sin sombra, por lo que en verano, mejor buscar otra con bosques.

Quedamos a la salida de Colmenar Viejo, junto a la primera rotonda de la carretera M-104, que va a San Agustín del Guadalix.

Echamos a andar en cuanto estuvimos todos, siempre con la puntualidad que nos caracteriza. Por una pista de tierra, pronto llegamos a la ribera del Arroyo de Tejada, que nace en las laderas del Cerro de San Pedro atraviesa las localidades de Tres Cantos y Colmenar Viejo y desemboca en el embalse de El Pardo.

Lo cruzamos por un puente con pretil de piedras, entre árboles deshojados y matorral de ribera, que a estas alturas del año estaba muy seco, y continuamos ascendiendo con suave pendiente, hasta volver a cruzarlo un par de veces más y, ente cercados de piedras y fincas de ganado, alcanzar una de las entradas a la dehesa de Navalvillar, la de la cañada de las Gateras.

De esta dehesa existen referencias desde el siglo XI, donde se menciona que el Rey Alfonso X cazaba osos en sus parajes. Desde hace algunos siglos perdió su masa forestal por la venta de la madera para el pago de las deudas municipales.

Debido a su situación ha sido lugar de asentamientos desde la antigüedad, se han encontrado gran cantidad de viviendas visigodas de los siglos VI y VII que perduraron hasta después de la toma de la península por los árabes del siglo VIII.

Más recientemente, ha sido usada para gran cantidad de rodajes cinematográficos como Espartaco, Conan, el bárbaro o El Cid y gran cantidad de espagueti westerns como Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, así como campo de tiro militar, almacén de material municipal y lugar de ocio.

Giramos a la derecha para continuar por la cañada de Valdepuercos, en ligero descenso por una pista que va a dar a la finca Pecado Mortal, en ella ya estuvimos en la excursión 123, en la que amablemente nos mostraron sus instalaciones preparadas para celebrar eventos.

Continuamos descendiendo y al cruzarnos con la Cañada de las Caceras, seguimos por ella, en dirección noreste, entre largos muros de piedra que delimitan la vía pecuaria y las verdes dehesas por las que pasa.

Cruzamos el arroyo del Cabrero y un poco más adelante el de las Caceras, donde hay una finca con ese nombre. Junto a su ribera continuamos descendiendo, por el ahora llamado Cordel de Valdemilanos, que acaba topándose con la carretera M-104.

La cruzamos y continuamos por el Cordel de Vinatea, nuevamente encajada ente fincas adehesadas salpicadas de grandes encinas. Tras un repecho berroqueño, conectamos con el Camino de Valdemilanos, por el que descendimos entre enebros y el matorral de la ribera del arroyo de los Caños de la Parrilla, al que el camino se acerca.

Poco antes de cruzarlo por un bonito puente de piedra, pasamos bajo el acueducto de la Parrilla, por el que pasa el agua del Canal Bajo, que une el depósito inferior de la central eléctrica de Torrelaguna con el depósito de Islas Filipinas (Tercer Depósito) en Madrid. Tiene una longitud de 58,1 km y una capacidad de conducción de 4 m³/s.

El entorno del puente estaba precioso, el ocre de las hojas caídas por la persistencia del otoño contrastaba con el verdor de la hierba que la humedad del arroyo proporciona.

En un cerrillo con buenas vistas que surge al poco de pasar el puente, paramos a tomar los bocadillos. Tras el descanso, bajamos al encuentro de nuevo del camino, cruzamos el arroyuelo de la Almenara, llamado así porque pasa junto a una almenara del Canal Bajo.

El camino asciende realizando un par de cerradas curvas, pero Antonio prefirió ahorrársela atrochando recto para conectar con el Camino de Valdeolivas tras vadear el arroyo del Registro, que apenas llevaba agua.

En dirección oeste, subimos para después bajar al encuentro del arroyo de Moraleja, seguido del Salobral y el de la Ollera, todos secos, iniciando desde el último un suave ascenso hacia el acueducto de grandes arcos por el que pasa la línea de AVE de Madrid-Segovia tras su paso bajo el Cerro de San Pedro.

Desde allí buscamos la posibilidad de seguir rectos hacia donde habíamos dejado los coches atravesando el vertedero de Colmenar Viejo, pero una alta valla metálica nos impedía una y otra vez el paso, así es que tuvimos que rodearlo por su cara este.

Siguiendo el camino de servicio del Canal de El Atazar, llegamos a la M-607, y continuando por el Cordel de la Vinatera finalmente conseguimos cerrar el círculo de esta larga ruta.

Curiosamente, en este último tramo, un poco antes de pasar junto a una abandonada cantera, había un gran cartel en el que ponía “Mama, ¿Cuánto falta?, eso nos preguntábamos todos tras 22 km de caminata. Menos mal que faltaba poco y por fin llegamos, dando por terminada esta excursión que califico con 3,5.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJE

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Excursión 596: Paseo por la Jarosa

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Jarosa
Final: La Jarosa
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 13,9 Km 
Desnivel [+]: 429 m 
Desnivel [--]: 429 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 51

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Como era de esperar cuando después de la ruta hay comida, la participación fue muy numerosa, animados por el buen tiempo, el reencuentro con compañeros y el que Antonio hubiera calificado la ruta en su convocatoria como “paseo”.

Al aparcamiento del área recreativa de la Jarosa, la que está junto a la ermita de San Macario, nos fuimos reuniendo y saludando, muchos llevaban tiempo sin venir, por lo que los reencuentros eran aún más emotivos.

También se animó Ángel V, que quería vernos, aún convaleciente de su desafortunada caída, que le ha tenido alejado de los senderos. 

Reunidos todos, bajamos hasta la orilla del embalse para hacernos la foto de grupo, después bordeamos durante un corto tramo la sinuosa silueta de su linde. El sol se reflejaba como plata en sus mansas aguas.

Carolina y Sol se quedaron en su playa a acompañar a Ángel, que no estaba aún para mucho andar, el resto tras cruzar el arroyo del Picazuelo, salimos a la encharcada carretera que bordea el embalse, pasamos junto al área recreativa Jarosa II y vadeamos con la ayuda de unas piedras el arroyo de la Calle de los Álamos, que llevaba bastante agua.

Esperamos un poco a que los más rezagados se incorporaran al camino y al poco cruzamos, sin agua, el arroyo del Tomillar, donde se acabó el paseo, porque a partir de aquí iniciamos una progresiva subida en la que en 3 km ascendimos cerca de 350 metros de altura, eso sí con algún que otro respiro.

Un atroche nos puso en el Camino de la Carrasqueta, una amplia pista que entre pinares se dirige en dirección suroeste, para luego girar hacia el norte, donde nos encontramos con unos cazadores que, con sus perros, estaban haciendo salir a los jabalíes, incluso vimos a uno correr delante de nosotros, huyendo de las escopetas.

En las proximidades de un cortafuegos nos encontramos con Juan M, que no había podido llegar a la salida y atajando había ido a nuestro encuentro.

Fue por aquí, cerca de un mirador rocoso de estupendas vistas, donde los más rezagados del grupo pararon a tomar el tentempié, el resto lo hicimos algo más adelante, en una ladera soleada donde se estaba estupendamente.

La cuesta había alargado el grupo y, al reanudar la marcha, algunos del pelotón de cola dieron la vuelta hacia el punto de salida para evitar tener que subir más.

El resto continuamos, alcanzando enseguida el bosque plateado, que recibe su nombre por estar compuesto principalmente por Pinos Laricios (Pinus Nigra), un tipo de pino muy escaso en la Sierra de Guadarrama y que entre sus características tiene el tronco de un color plateado que le da nombre.

Además, en la Jarosa abunda el pino Silvestre y el pino Resinero, también nos acompañan jaras, zarzamoras y rosas silvestres, todo un festival de aromas.

La pista cruza el arroyo del Bercial y del Picazuelo, rodeados de gayuba y helechos que muestran sus ocres hojas, delatoras del implacable avance del otoño. A nuestra derecha, bonitas vistas de Peñalara y Cuerda Larga coronadas de blanco.

Al alcanzar este último arroyo, iniciamos un suave descenso hasta la Loma del Cebo de los Lobos, donde dejamos la pista para seguir la cresta que nos condujo al cerro que le da nombre.

Junto a los riscos de este cerro paramos un rato para reagruparnos, continuando después recorriendo esta pequeña cuerda de extraordinarias vistas del embalse y las ermitas del Valle de los Caídos.

El descenso se vio interrumpido por la cuesta del Horcajo, un pequeño repecho que se inicia en una amplia pradera y que acaba en un cerro romo donde nos desviamos a la izquierda en busca del arroyo de la Jarosa.

Desvío que los más rezagados del grupo no vieron, continuando de frente hacia una bajada sin senda que finalmente también alcanza este arroyo, pero de forma más incómoda por la pendiente y por el complicado vadeo del arroyo que tuvieron que superar.

Este arroyo, en el punto que los del grupo de cabeza vadeamos, se une el arroyo de la Chorrera con el arroyo de los Álamos Blancos, origen del arroyo de la Jarosa. Muy cerca tiene una bonita chorrera, algo tapada por la maleza, pero que se hace oír por el estruendo de sus aguas al caer desde unos 4 metros entre grandes losas de granito.

Cruzamos ambos arroyos y seguimos por la derecha hasta conectar con la Vereda del Agua, cuyo trazado transcurre junto a una de las numerosas canalizaciones, con restos aún visibles, que se tendieron en 1954 desde estos montes para facilitarle el suministro de agua a Guadarrama antes de la construcción del embalse.

La vereda, bastante plana, tiene unas estupendas vistas del arroyo de la Jarosa, que desciende a nuestra derecha por un pequeño cañón dando brincos entre las rocas a bastantes metros más abajo de donde estábamos.

La vereda acaba en una pista que cruza el arroyo de la Jarosa y que, tras una cuesta, dejamos para descender por una senda que en pocos metros nos llevó al área recreativa donde habíamos dejado los coches, cumpliendo el horario para luego estar a tiempo en la terraza del restaurante Viva Galicia.

Allí celebramos nuestra tradicional comida de Navidad, entrañable momento compartido por, como dijo Ángel V, lo que no es un grupo de senderismo sino mucho más y al que de nuevo agradezco mucho se acordaran de mí con sus regalos.

Por el espléndido día, la bonita ruta, el reencuentro con amigos que hace tiempo no veíamos y por el estupendo final, esta ruta se merece la máxima nota, un 5.
Paco Nieto


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