miércoles, 15 de diciembre de 2021

Excursión 596: Paseo por la Jarosa

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Jarosa
Final: La Jarosa
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 13,9 Km 
Desnivel [+]: 429 m 
Desnivel [--]: 429 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 51

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Como era de esperar cuando después de la ruta hay comida, la participación fue muy numerosa, animados por el buen tiempo, el reencuentro con compañeros y el que Antonio hubiera calificado la ruta en su convocatoria como “paseo”.

Al aparcamiento del área recreativa de la Jarosa, la que está junto a la ermita de San Macario, nos fuimos reuniendo y saludando, muchos llevaban tiempo sin venir, por lo que los reencuentros eran aún más emotivos.

También se animó Ángel V, que quería vernos, aún convaleciente de su desafortunada caída, que le ha tenido alejado de los senderos. 

Reunidos todos, bajamos hasta la orilla del embalse para hacernos la foto de grupo, después bordeamos durante un corto tramo la sinuosa silueta de su linde. El sol se reflejaba como plata en sus mansas aguas.

Carolina y Sol se quedaron en su playa a acompañar a Ángel, que no estaba aún para mucho andar, el resto tras cruzar el arroyo del Picazuelo, salimos a la encharcada carretera que bordea el embalse, pasamos junto al área recreativa Jarosa II y vadeamos con la ayuda de unas piedras el arroyo de la Calle de los Álamos, que llevaba bastante agua.

Esperamos un poco a que los más rezagados se incorporaran al camino y al poco cruzamos, sin agua, el arroyo del Tomillar, donde se acabó el paseo, porque a partir de aquí iniciamos una progresiva subida en la que en 3 km ascendimos cerca de 350 metros de altura, eso sí con algún que otro respiro.

Un atroche nos puso en el Camino de la Carrasqueta, una amplia pista que entre pinares se dirige en dirección suroeste, para luego girar hacia el norte, donde nos encontramos con unos cazadores que, con sus perros, estaban haciendo salir a los jabalíes, incluso vimos a uno correr delante de nosotros, huyendo de las escopetas.

En las proximidades de un cortafuegos nos encontramos con Juan M, que no había podido llegar a la salida y atajando había ido a nuestro encuentro.

Fue por aquí, cerca de un mirador rocoso de estupendas vistas, donde los más rezagados del grupo pararon a tomar el tentempié, el resto lo hicimos algo más adelante, en una ladera soleada donde se estaba estupendamente.

La cuesta había alargado el grupo y, al reanudar la marcha, algunos del pelotón de cola dieron la vuelta hacia el punto de salida para evitar tener que subir más.

El resto continuamos, alcanzando enseguida el bosque plateado, que recibe su nombre por estar compuesto principalmente por Pinos Laricios (Pinus Nigra), un tipo de pino muy escaso en la Sierra de Guadarrama y que entre sus características tiene el tronco de un color plateado que le da nombre.

Además, en la Jarosa abunda el pino Silvestre y el pino Resinero, también nos acompañan jaras, zarzamoras y rosas silvestres, todo un festival de aromas.

La pista cruza el arroyo del Bercial y del Picazuelo, rodeados de gayuba y helechos que muestran sus ocres hojas, delatoras del implacable avance del otoño. A nuestra derecha, bonitas vistas de Peñalara y Cuerda Larga coronadas de blanco.

Al alcanzar este último arroyo, iniciamos un suave descenso hasta la Loma del Cebo de los Lobos, donde dejamos la pista para seguir la cresta que nos condujo al cerro que le da nombre.

Junto a los riscos de este cerro paramos un rato para reagruparnos, continuando después recorriendo esta pequeña cuerda de extraordinarias vistas del embalse y las ermitas del Valle de los Caídos.

El descenso se vio interrumpido por la cuesta del Horcajo, un pequeño repecho que se inicia en una amplia pradera y que acaba en un cerro romo donde nos desviamos a la izquierda en busca del arroyo de la Jarosa.

Desvío que los más rezagados del grupo no vieron, continuando de frente hacia una bajada sin senda que finalmente también alcanza este arroyo, pero de forma más incómoda por la pendiente y por el complicado vadeo del arroyo que tuvieron que superar.

Este arroyo, en el punto que los del grupo de cabeza vadeamos, se une el arroyo de la Chorrera con el arroyo de los Álamos Blancos, origen del arroyo de la Jarosa. Muy cerca tiene una bonita chorrera, algo tapada por la maleza, pero que se hace oír por el estruendo de sus aguas al caer desde unos 4 metros entre grandes losas de granito.

Cruzamos ambos arroyos y seguimos por la derecha hasta conectar con la Vereda del Agua, cuyo trazado transcurre junto a una de las numerosas canalizaciones, con restos aún visibles, que se tendieron en 1954 desde estos montes para facilitarle el suministro de agua a Guadarrama antes de la construcción del embalse.

La vereda, bastante plana, tiene unas estupendas vistas del arroyo de la Jarosa, que desciende a nuestra derecha por un pequeño cañón dando brincos entre las rocas a bastantes metros más abajo de donde estábamos.

La vereda acaba en una pista que cruza el arroyo de la Jarosa y que, tras una cuesta, dejamos para descender por una senda que en pocos metros nos llevó al área recreativa donde habíamos dejado los coches, cumpliendo el horario para luego estar a tiempo en la terraza del restaurante Viva Galicia.

Allí celebramos nuestra tradicional comida de Navidad, entrañable momento compartido por, como dijo Ángel V, lo que no es un grupo de senderismo sino mucho más y al que de nuevo agradezco mucho se acordaran de mí con sus regalos.

Por el espléndido día, la bonita ruta, el reencuentro con amigos que hace tiempo no veíamos y por el estupendo final, esta ruta se merece la máxima nota, un 5.
Paco Nieto


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