miércoles, 24 de febrero de 2016

Excursión 284: Convento de Casarás

FICHA TÉCNICA
Inicio: Pto. de Navacerrada
Final:  Pto. de Navacerrada
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  16,3 Km
Desnivel [+]: 423 m
Desnivel [--]: 423 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: 
Valoración: 4
Participantes: 35

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Bonito día el que teníamos por delante. Se nos presenta soleado y con nieve, una muy buena combinación.

Nos reunimos en Venta Arias para iniciar la ruta que nos llevaría al convento de Casarás pasando por el puerto de La Fuenfría. Salimos puntuales, salvo por la necesidad imperiosa de Javier M de comprarse unos guetres nuevos y lucir más guapo, si cabe, con ese brillo tan especial que tienen los nuevos abuelos.

Para no toparnos con los esquiadores de la pista del Telégrafo, bordeamos la venta y ascendimos por una inusual senda que asciende al alto del mismo nombre. La nieve era dura por lo que, enseguida, vinieron los resbalones. Llegamos arriba con todas las costillas en su sitio y acordándonos de la de Santiago: qué abría sido de ella, en qué estado estaría después de su accidente en la anterior excursión.

La bajada más resbaladiza si cabe. Si en la subida eran dos pasos palante y uno patrás, aquí eran dos palante y otro más de propina.

Rápidamente alcanzamos el camino Smith que nos llevaría hasta la senda de los Cospes por la que seguiríamos hasta el puerto de la FuenfríaÍbamos relajados y tranquilos.

El grupo se dividió en dos más pequeños que pronto se volverían a reagrupar. Por detrás, rezagados venía Antonio V. que con la ayuda de Juan se quedaron buscando unas gafas de sol graduadas que había perdido y que, por cierto, no encontraron.

Sin novedad pasamos por la fuente le la Fuenfría llegando al puerto, donde hicimos nuestra parada para tomar un tentempié.

A algunos se les ocurrió hacer un muñeco de nieve estilo picasiano que fue el más fotografiado del grupo y casi siempre acompañado de varios senderistas que querían inmortalizar el encuentro.

Aquí también se despidieron tres de nuestras estrellas fugaces que tenían prisa por regresar y un destino incierto.

Mientras descansábamos, también pasó un grupo de dos ciclistas con bicicletas preparadas para estos senderos con nieve, y que prestaron a Ángel para que las probara y disfrutara como un enano (si es que eso es posible en él).

Acabado el tentempié seguimos el camino de la carretera de la República hasta llegar a la casa Eraso, conocida también como convento de Casarás o casa de la Fuenfría. Por supuesto, dicha casa nunca fue convento sino una casa de campo para el disfrute de Felipe II en su trasiego de Madrid al Palacio de Valsaín.

Después de descansar otro ratito iniciamos la vuelta hacia el puerto de la Fuenfría, esta vez por la calzada romana. Por el camino vimos como nuestro día soleado se iba nublando rápidamente y se nos acercaba la niebla. Empezaba a hacer frío.

En el puerto comimos rápidamente pues al cubrirse el sol, algunos nos estábamos quedando helados, e iniciamos la marcha de regreso.

La vuelta tranquila y sin novedad… o casi, porque nos encontramos con nuestras estrellas fugaces que en un alarde de orientación se habían perdido.

Pobrecitos, iban sudorosos, despeinados y demacrados, pero contentísimos de habernos encontrado. Pocos encuentros habrán sido tan deseados.

El final de la ruta la hicimos a través de la pista de esquí de el Bosque, con la nieve casi helada, lo que nos provocó algunas caídas y sustos sin consecuencias. Y justo cuando llegábamos empezó a nevar.

Por todo esto y por mucho más que no me acuerdo,  yo daría a esta excursión cuatro sicarias.
Javier B.

FOTO REPORTAJES

miércoles, 17 de febrero de 2016

Excursión 283: Puerto de Cotos - Laguna de los Pájaros

FICHA TÉCNICA
Inicio: Pto. de Cotos
Final:  Pto. de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  11,2 Km
Desnivel [+]: 553 m
Desnivel [--]: 553 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 33

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta

















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
No era un miércoles más. Era EL MIERCOLES. Entre unas cosas y otras, este era el primer día del año que iba a poder  volver a caminar con mis amigos, a los que echaba mucho de menos. Además la excursión era a la laguna de los Pájaros, uno de los lugares más bonitos de la Sierra de Guadarrama, con nieve! ¿Qué más podía pedir? Pues el día, que ya prometía desde el principio, fue todo un regalo… para la mayoría.

Carmen, Joaquín y yo recogimos a Rosa, amiga de Carmen y gran aficionada a la nieve, que venía con nosotros por primera vez. Llegamos al aparcamiento del Puerto de Cotos donde nos juntamos 33 senderomagos, Teo y Lucas. Después de saludarnos con esa alegría que cada miércoles se adueña de nosotros, nos dividimos en pequeños grupos para poder comenzar la excursión sin problemas.

El sol brillaba desde primera hora pero no impedía que hiciera muchísimo frío. Así que bien abrigados y equipados comenzamos a caminar, un día más detrás de los chicos de la UME que rápidamente nos dejaron atrás.

Tomamos el camino que sale del centro de información hacia el mirador de la Gitana. Íbamos empezando  a notar el peso de la nieve en nuestras botas, cuando llegamos al desvío hacia la senda de la Laguna y lo cogimos.

Casi al principio, José Luis se dio cuenta de que Teo caminaba mal. Se había hecho daño en sus patas con la nieve por lo que tuvieron que volver. Teo, con un llanto más de niño pequeño que de perro, nos partió el corazón. El resto seguimos el camino un poco tristes, pero poco a poco nos fuimos contentando entre las magníficas vistas y la buena conversación.

Así, sin darnos cuenta, llegamos a la fuente del Cedrón y continuamos camino por la senda hasta el puente sobre el arroyo de la Laguna. Lo cruzamos  con cuidado para no resbalar por el hielo e iniciamos la  subida por la ladera  totalmente cubierta de nieve virgen. Cerca del mirador de Javier, donde hay una preciosa vista de la laguna Grande de Peñalara, Lucas también empezó a tener problemas en sus patas y Manuel y él se tuvieron que volver.

Para mí también comenzaban los problemas, la subida parecía interminable pero como siempre allí estaba Juan y Joaquín y todos los que pasaban dando ánimos y conversación para tirar de mí y hacer que un día más llegara a la cumbre. Es difícil definir las sensaciones de esta primera parte del camino: el sol, el cielo sin ninguna nube, la nieve, el verde de los pinos y la nieve en sus hojas, los carámbanos, el agua, el hielo, las cumbres de las montañas…. Todo era un lujo.

Cuando coronamos la dura ladera, hicimos una parada para el aperitivo y a continuación iniciamos el descenso hacia las Cinco Lagunas (las conté).  El día ya iba cambiando y el cielo comenzaba a llenarse de nubes. Y frío, eso sí, frio hacía muchísimo.

Continuamos y a cada paso descubríamos algo más bonito, desde el macizo de Peñalara  con las cascadas de agua helada, la nieve del camino que el viento había modelado como si fueran dunas, el propio camino que con tanta nieve se podía hacer mejor esquiando que andando, hasta la laguna de los Claveles que también estaba helada. Nieve, hielo,  vistas, vistas y más vistas de las montañas que nos rodeaban.


Todo un paraíso para nosotros que estábamos prácticamente  solos en la inmensidad de la sierra. Hasta que por fin, tras un  último repecho en el que Juan me hizo reparar en el silencio de la montaña, llegamos a la laguna de los Pájaros.

Y ahí  empezamos a no diferenciar los robados de los posados. Todos queríamos hacernos fotos y grabar ese espectáculo. Nuestros fotógrafos oficiales no daban abasto, ni siquiera José María conseguía reunirnos para la foto de grupo, ya que todos estábamos dedicados a nuestras propias fotos. Y es que no era para menos.


Esta gran laguna, que por supuesto también estaba congelada, está situada a los pies del risco de los Claveles y del risco de los Pájaros, que con tanta nieve le daban al lugar un aire de majestuosidad que impresionaba. Al otro lado, las montañas que tan bien conocemos y otras espectaculares vistas, que algunos pocos privilegiados se animaron a llegar al final pudieron disfrutar.

Pero teníamos que volver. Así que contentos por lo bien que iba el día empezamos a desandar lo andado. Aunque lo hicimos el mismo camino, todo era diferente. La luz de la tarde, las caprichosas formas de las nubes, la nieve que ya empezaba a helarse, hacían de la vuelta una nueva excursión. Paramos a comer debajo de la cascada helada del macizo de la Pedriza. Paco C., Antonio L. y también al final Ángel RO. (total para él sólo eran dos o tres zancaditas),  no pudieron resistirse a hacerse una foto debajo de la cascada.

Continuamos camino, nos esperaba todavía un largo trecho. Ya íbamos más cansados y algunos a veces perdían pie, bien por el hielo o bien porque querían esquiar, como Joaquín que pensó que estaba en la pista del Bosque e intentó deslizarse hasta que enterrado en nieve se dio cuenta de que no llevaba esquís.

También Santi perdió pie en la ladera y se resbaló haciéndose daño en una costilla. A él, que también siempre está ayudando a todos los que tenemos problemas, no le pudimos ayudar. Pero con esa bonhomía que le caracteriza, no se quejó en todo el camino para no preocuparnos.

De vuelta el grupo iba bastante dividido, ya que no todos íbamos iguales de fuerzas. Intentando cuidar unos de otros, avisando donde había que pisar, poco a poco llegamos de nuevo al mirador de Javier y a tomar la empinada ladera, ahora hacia abajo, que llegaba al puente del arroyo de la Laguna. 

Los que todavía estábamos arriba, empezamos a oír risas y veíamos a lo lejos gente muy animada mirando al puente. Eran los primeros del grupo, que como iban “sobraos” se dedicaban a jalear a los que cruzaban el puente y a contar los que se escurrían en la capa de hielo. En total, según las cuentas de nuestro boss, unos 20 gmesmeros perdieron pie a lo largo de la excursión.

Una vez cruzado el puente y de nuevo en la senda de la Laguna, todo era más relajado. Los del último grupo, mientras esperaban a Juan y Joaquín que venían acompañando a Rosa para que se le hiciera menos dura la vuelta, se acercaron hasta el chozo. Entre tanto, Antonio V. para darle uso a su piolé, comenzó a picar el hielo del puente para que nadie más se escurriera. Tranquilamente volvimos charlando y animando a los excursionistas que nos cruzábamos a que no se perdieran el espectáculo que ese día ofrecía el camino y la laguna.


Terminamos con la cervecita de rigor en la venta de Marcelino, mientras nos felicitábamos de nuestra suerte y del espléndido día que una vez más habíamos tenido el placer de disfrutar juntos.

Cuando los de Madi leyeron la crónica y vieron las fotos de nuestros avezados reporteros, estaban tan encantados que decidieron otorgarle 5 sicarias con estrella! Pero les conté lo de Santi y también que José Luis y Manuel, Teo y Lucas no habían podido hacer la excursión, por lo que acordaron otorgarle sólo 5 sicarias. Yo creo que es lo justo para esta excursión tan especial.
Leonor

Fotos de Paco Nieto

miércoles, 10 de febrero de 2016

Excursión 282: Cerro de la Carrasqueta

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Jarosa
Final: La Jarosa
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  17,5 Km
Desnivel [+]: 788 m
Desnivel [--]: 788 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 29

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Hoy, el lugar de encuentro ha sido el aparcamiento del área recreativa del embalse de la Jarosa. Algunos de nosotros,  previamente, hemos tomado el cafecito en el pueblo de Guadarrama.

Entre saludo y saludo, el amigo Melchor nos ha endulzado la mañana con unos estupendos bombones. Acompañar al GMSMA en 100 ocasiones, bien merece una celebración.

Las previsiones meteorológicas (estado del cielo: cubierto; precipitaciones generalizadas, podrán ser localmente persistentes; vientos de componente oeste, fuerte o muy fuerte), hacen que vayamos pertrechados con el equipamiento y complementos adecuados para la ocasión.

Como de costumbre y casi sin darnos cuenta, con Antonio a la cabeza, los 29 nos ponemos en marcha rumbo al objetivo, Cerro de la Carrasqueta. Caminamos rodeados de pinos y jaras e intentamos sortear las piedras y piñas del camino.

Descendiendo a la Cerradilla encontramos a los trabajadores del pinar, que están reponiendo fuerzas. La tarea de hoy es quemar los restos de la poda de los pinos y vigilar que la quema sea totalmente controlada. Entre humo y fuegos caminamos mientras mantenemos animadas conversaciones.

Tras patear caminos y atravesar algún que otro arroyo, hacemos una pequeña parada para tomar un bocado (y bombones). Reanudamos la ascensión. El viento, como un compañero más, se une a nosotros. Caminamos un tiempo por una pista asfaltada y en el suelo aparecen las primeras procesionarias del pino, este año la plaga viene fuerte y temprana.

A la izquierda, a lo lejos, divisamos el Yelmo de la Pedriza y a nuestro querido amigo el Cerro de San Pedro. Giramos a la derecha al alcanzar el bosque plateado, y nos internamos en él por la ladera empinada, en busca de la cima, toca pedir a nuestras piernas un pequeño esfuerzo adicional.

Finalmente llegamos a la  Carrasqueta, el fuerte viento y una insignificante fina lluvia se han instalado en la cima, lo que hace que la sensación térmica sea de algunos grados menos. Toda precaución es poca, las rachas de viento y las rocas resbaladizas, hacen que no sea fácil mantener el equilibrio.

La panorámica es un regalo para los ojos, los bosques de la zona de Peguerinos, el Valle de los Caídos, la Cuerda Larga, la Pedriza y el embalse de la Jarosa a vista de pájaro. Antes de abandonar las alturas, hacemos nuestra obligada foto de grupo, esta vez el maestro de ceremonia y  fotógrafo ha sido Paco N.

Continuamos por la cuerda de la Carrasqueta,  comenzamos a descender, a la izquierda  atravesamos por un paso abierto en el vallado de alambre. Seguimos caminando junto al muro de piedra que rodea el Valle de los Caídos.

En plena ladera, resguardados del viento y de la amenaza de lluvia, hacemos la tan esperada parada para dar buena cuenta del merecido bocadillo montañero. Aparecen las botas de vino, creo que ya son cuatro, y entre trago y bocado, reponemos fuerzas.

La mascota que hoy nos acompaña, nuestro Teo, anda correteando poniendo ojos tiernos de un lado a otro, buscando a un generoso o generosa, que comparta su bocadillo con él.

De nuevo a lo nuestro, a la senda que desciende con fuerte pendiente paralela al muro. Continuamos por un cómodo camino, y de repente el bosque, amable, nos regala la imagen de un grupo de corzos que tranquila y sigilosamente nos observan. Todo un lujo.

Llegamos a un ancho y placentero camino de tierra, señalizado como la senda del agua, pensando en  que pronto estaríamos en nuestro punto de partida, pero para nuestra sorpresa, nuestro guía Antonio y su bendito GPS, se encaminan a la subida en vez de seguir por la bajada. Se le ha ocurrido que, como vamos bien de tiempo (no tengo ni idea de qué entiende por tiempo ni de cómo lo mide), vamos a visitar la Ermita del Altar Mayor del Valle de los Caídos.

Como ya es habitual, dejamos el camino y otra vez, en línea recta a escalar el bosque. Atravesamos por un hueco el muro derruido en busca del risco de la Brulera, y ahora sí, las piernas pesan. Llegamos a los escalones  de granito, que nos recuerdan la muralla china y que nos conducen a la Ermita, dedicada a la Virgen María, es la VIII de las XIV estaciones del  Vía Crucis del Valle de los Caídos.

Como mirador, en mi opinión, no tiene nada que envidiar a otros que conocemos de nuestra sierra. Divisamos la monumental cruz, en el risco de la Nava, el valle de Cuelgamuros y  los pueblos que parecen pintados en el verde que los rodea. Madrid se divisa a lo lejos.

Volvemos tras nuestros pasos, ahora sí, en  busca del final de nuestra pequeña aventura. Caminamos disfrutando de la compañía y  murmullo de las aguas del Picazuelo, uno de los arroyuelos que alimentan el embalse de la Jarosa. Tras bordear durante un largo trecho el embalse, por fin divisamos el aparcamiento. Milagrosamente la lluvia nos ha perdonado.

Y para celebrar que estamos secos por fuera, nada mejor que unas cervecitas en el pueblo de Guadarrama. Alguno de nosotros hemos cumplido años en estos días  y como es costumbre, lo celebramos con el resto de compañeros y compañeras.

Por todo ello, este bonito paseo es merecedor de 4 sicarias.
Paco Rodríguez 

miércoles, 3 de febrero de 2016

Excursión 281: El Redondel de Canencia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Pto. de Canencia
Final: Pto. de Canencia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  13,2 Km
Desnivel [+]: 385 m
Desnivel [--]: 390 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 35

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN

¡Hola compañeros! hoy me estreno en la tarea de poner palabras a una de nuestras excursiones a lo ancho de nuestra comunidad. Todos los que me han precedido han sabido utilizar “la pluma” con destreza y en muchas ocasiones con altas dosis de poesía, así que mis pretensiones en ésta mi “ópera prima”, serán más bien modestas, como las crónicas periodísticas publicadas en la última página del periódico junto a las sopas de letras y los crucigramas.

En el punto de partida, el aire y el  frío, nos sorprendieron, ya creíamos que el sol que divisábamos a través de los árboles nos iba a calentar, pero no, y los gorros, y guantes hicieron su aparición.

La ausencia de algunos compañeros, que aún seguían en su periplo por Jaén y su famosa sierra, se hace notar, y los que ya habían regresado, nos fueron relatando, a los que no pudimos ir, las excelencias de aquellas tierras y lo bien que se lo pasaron.

Iniciada la marcha el buen tiempo nos acompaña de nuevo, esta vez la ruta nos permite ir relajados, y las conversaciones entre unos y otros  se multiplican, y la algarabía que llevamos hace que los cantos de los pájaros enmudezcan. Hasta los perros que hoy nos acompañan, están más juguetones y revoltosos que de costumbre.

A la hora prevista, tras ascender desde el Puerto de Canencia por la pista que pasa por el Centro de Educación Ambiental, divisamos el primer objetivo de la excursión: el Redondel de Canencia.

Se trata de una construcción de granito de grandes dimensiones, en el interior del circulo unas  piedras verticales, a modo de burladeros, nos hace pensar en una plaza de toros, algunos emulan que están frente a una vaquilla imaginaria …el tentempié de hoy para la mayoría, es frugal, tenemos la mente puesta en el segundo objetivo de la excursión…

Y de repente, Antonio,  ante nuestra perplejidad,  nos propone un juego de niños, tumbados todos en el suelo  dentro de este gran redondel, vamos formando las letras que componen el nombre del grupo GMSMA ¡¡¡uf!!!, menos mal que no es muy largo.

Ha sido  de lo más divertido, los reporteros gráficos, han dado buena cuenta con sus cámaras, de la insólita ocurrencia, entre risas y chistes, hemos posado pacientemente. La foto de grupo con el pico de Peñalara nevada al fondo, ponía cara a las “letras humanas”.

Reanudamos  la marcha en busca del segundo objetivo: “las patatas con costillas”. Pero,  Joaquín debió de pensar que el esfuerzo de hoy no iba a ser suficiente para quemar las calorías de las susodichas patatas, e inició  una carrera desenfrenada, junto a los perros, cuesta arriba, hacia los Altos de la Morcuera, que nos dejó a los demás con la boca abierta.

Podría comer doble ración “sin remordimientos” ja ja ja. El regreso lo hicimos por el Cerro de la Grnciana, bordeando la loma de la Perdiguera hasta llegar de nuevo al Puerto de Canencia.

En el bar Violeta nos esperaba, como siempre que nos juntamos para comer,  una larga mesa en zigzag, ¡¡¡qué gusto da ver a tanta gente guapa y simpática junta!!!. Antonio, nuestro fabuloso guía, se transforma en uno más, y cede su báculo de mando a la otra guía, esta vez gastronómica, la eficiente, simpática, guapa…….y muchos más epítetos, de Feli, que nos condujo, con su potente voz, que escuchamos en silencio, por pollos, pescados, flanes, y no sé cuantos platos más.

En fin, un excelente día, y en la despedida, un interrogante ¿dónde tiene pensado Antonio el próximo miércoles? ¡¡¡¡Sorpresa, Sorpresa!!!!
Carmen Mazarío

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