Inicio: Pto. de Cotos
Final: Pto. de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,2 Km
Desnivel [+]: 553 m
Desnivel [--]: 553 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 33
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
* Fotos de Paco Nieto
No era un miércoles más. Era EL
MIERCOLES. Entre unas cosas y otras, este era el primer día del año que iba a
poder volver a caminar con mis amigos, a
los que echaba mucho de menos. Además la excursión era a la laguna de los Pájaros,
uno de los lugares más bonitos de la Sierra de Guadarrama, con nieve! ¿Qué más
podía pedir? Pues el día, que ya prometía desde el principio, fue todo un
regalo… para la mayoría.
Carmen, Joaquín y yo recogimos a
Rosa, amiga de Carmen y gran aficionada a la nieve, que venía con nosotros por
primera vez. Llegamos al aparcamiento del Puerto de Cotos donde nos juntamos 33
senderomagos, Teo y Lucas. Después de saludarnos con esa alegría que cada
miércoles se adueña de nosotros, nos dividimos en pequeños grupos para poder comenzar
la excursión sin problemas.
El sol brillaba desde primera hora pero no impedía que hiciera muchísimo frío. Así que bien abrigados y equipados comenzamos a caminar, un día más detrás de los chicos de la UME que rápidamente nos dejaron atrás.
El sol brillaba desde primera hora pero no impedía que hiciera muchísimo frío. Así que bien abrigados y equipados comenzamos a caminar, un día más detrás de los chicos de la UME que rápidamente nos dejaron atrás.
Tomamos el camino que sale del
centro de información hacia el mirador de la Gitana. Íbamos empezando a notar el peso de la nieve en nuestras
botas, cuando llegamos al desvío hacia la senda de la Laguna y lo cogimos.
Casi al principio, José Luis se dio cuenta de que Teo caminaba mal. Se había hecho daño en sus patas con la nieve por lo que tuvieron que volver. Teo, con un llanto más de niño pequeño que de perro, nos partió el corazón. El resto seguimos el camino un poco tristes, pero poco a poco nos fuimos contentando entre las magníficas vistas y la buena conversación.
Casi al principio, José Luis se dio cuenta de que Teo caminaba mal. Se había hecho daño en sus patas con la nieve por lo que tuvieron que volver. Teo, con un llanto más de niño pequeño que de perro, nos partió el corazón. El resto seguimos el camino un poco tristes, pero poco a poco nos fuimos contentando entre las magníficas vistas y la buena conversación.
Así, sin darnos cuenta, llegamos
a la fuente del Cedrón y continuamos camino por la senda hasta el puente sobre
el arroyo de la Laguna. Lo cruzamos con
cuidado para no resbalar por el hielo e iniciamos la subida por la ladera totalmente cubierta de nieve virgen. Cerca del
mirador de Javier, donde hay una preciosa vista de la laguna Grande de Peñalara,
Lucas también empezó a tener problemas en sus patas y Manuel y él se tuvieron
que volver.
Para mí también comenzaban los problemas, la subida parecía interminable pero como siempre allí estaba Juan y Joaquín y todos los que pasaban dando ánimos y conversación para tirar de mí y hacer que un día más llegara a la cumbre. Es difícil definir las sensaciones de esta primera parte del camino: el sol, el cielo sin ninguna nube, la nieve, el verde de los pinos y la nieve en sus hojas, los carámbanos, el agua, el hielo, las cumbres de las montañas…. Todo era un lujo.
Para mí también comenzaban los problemas, la subida parecía interminable pero como siempre allí estaba Juan y Joaquín y todos los que pasaban dando ánimos y conversación para tirar de mí y hacer que un día más llegara a la cumbre. Es difícil definir las sensaciones de esta primera parte del camino: el sol, el cielo sin ninguna nube, la nieve, el verde de los pinos y la nieve en sus hojas, los carámbanos, el agua, el hielo, las cumbres de las montañas…. Todo era un lujo.
Cuando coronamos la dura ladera, hicimos
una parada para el aperitivo y a continuación iniciamos el descenso hacia las Cinco
Lagunas (las conté). El día ya iba
cambiando y el cielo comenzaba a llenarse de nubes. Y frío, eso sí, frio hacía
muchísimo.
Continuamos y a cada paso descubríamos algo más bonito, desde el macizo de Peñalara con las cascadas de agua helada, la nieve del camino que el viento había modelado como si fueran dunas, el propio camino que con tanta nieve se podía hacer mejor esquiando que andando, hasta la laguna de los Claveles que también estaba helada. Nieve, hielo, vistas, vistas y más vistas de las montañas que nos rodeaban.
Todo un paraíso para nosotros que estábamos prácticamente solos en la inmensidad de la sierra. Hasta que por fin, tras un último repecho en el que Juan me hizo reparar en el silencio de la montaña, llegamos a la laguna de los Pájaros.
Continuamos y a cada paso descubríamos algo más bonito, desde el macizo de Peñalara con las cascadas de agua helada, la nieve del camino que el viento había modelado como si fueran dunas, el propio camino que con tanta nieve se podía hacer mejor esquiando que andando, hasta la laguna de los Claveles que también estaba helada. Nieve, hielo, vistas, vistas y más vistas de las montañas que nos rodeaban.
Todo un paraíso para nosotros que estábamos prácticamente solos en la inmensidad de la sierra. Hasta que por fin, tras un último repecho en el que Juan me hizo reparar en el silencio de la montaña, llegamos a la laguna de los Pájaros.
Y ahí empezamos a no diferenciar los robados de los
posados. Todos queríamos hacernos fotos y grabar ese espectáculo. Nuestros
fotógrafos oficiales no daban abasto, ni siquiera José María conseguía
reunirnos para la foto de grupo, ya que todos estábamos dedicados a nuestras
propias fotos. Y es que no era para menos.
Esta gran laguna, que por supuesto también estaba congelada, está situada a los pies del risco de los Claveles y del risco de los Pájaros, que con tanta nieve le daban al lugar un aire de majestuosidad que impresionaba. Al otro lado, las montañas que tan bien conocemos y otras espectaculares vistas, que algunos pocos privilegiados se animaron a llegar al final pudieron disfrutar.
Esta gran laguna, que por supuesto también estaba congelada, está situada a los pies del risco de los Claveles y del risco de los Pájaros, que con tanta nieve le daban al lugar un aire de majestuosidad que impresionaba. Al otro lado, las montañas que tan bien conocemos y otras espectaculares vistas, que algunos pocos privilegiados se animaron a llegar al final pudieron disfrutar.
Pero teníamos que volver. Así que
contentos por lo bien que iba el día empezamos a desandar lo andado. Aunque lo
hicimos el mismo camino, todo era diferente. La luz de la tarde, las
caprichosas formas de las nubes, la nieve que ya empezaba a helarse, hacían de
la vuelta una nueva excursión. Paramos a comer debajo de la cascada helada del
macizo de la Pedriza. Paco C., Antonio L. y también al final Ángel RO. (total
para él sólo eran dos o tres zancaditas),
no pudieron resistirse a hacerse una foto debajo de la cascada.
Continuamos camino, nos esperaba
todavía un largo trecho. Ya íbamos más cansados y algunos a veces perdían pie,
bien por el hielo o bien porque querían esquiar, como Joaquín que pensó que
estaba en la pista del Bosque e intentó deslizarse hasta que enterrado en nieve
se dio cuenta de que no llevaba esquís.
También Santi perdió pie en la ladera y se resbaló haciéndose daño en una costilla. A él, que también siempre está ayudando a todos los que tenemos problemas, no le pudimos ayudar. Pero con esa bonhomía que le caracteriza, no se quejó en todo el camino para no preocuparnos.
También Santi perdió pie en la ladera y se resbaló haciéndose daño en una costilla. A él, que también siempre está ayudando a todos los que tenemos problemas, no le pudimos ayudar. Pero con esa bonhomía que le caracteriza, no se quejó en todo el camino para no preocuparnos.
De vuelta el grupo iba bastante
dividido, ya que no todos íbamos iguales de fuerzas. Intentando cuidar unos de
otros, avisando donde había que pisar, poco a poco llegamos de nuevo al mirador
de Javier y a tomar la empinada ladera, ahora hacia abajo, que llegaba al
puente del arroyo de la Laguna.
Los que todavía estábamos arriba, empezamos a oír risas y veíamos a lo lejos gente muy animada mirando al puente. Eran los primeros del grupo, que como iban “sobraos” se dedicaban a jalear a los que cruzaban el puente y a contar los que se escurrían en la capa de hielo. En total, según las cuentas de nuestro boss, unos 20 gmesmeros perdieron pie a lo largo de la excursión.
Los que todavía estábamos arriba, empezamos a oír risas y veíamos a lo lejos gente muy animada mirando al puente. Eran los primeros del grupo, que como iban “sobraos” se dedicaban a jalear a los que cruzaban el puente y a contar los que se escurrían en la capa de hielo. En total, según las cuentas de nuestro boss, unos 20 gmesmeros perdieron pie a lo largo de la excursión.
Una vez cruzado el puente y de
nuevo en la senda de la Laguna, todo era más relajado. Los del último grupo,
mientras esperaban a Juan y Joaquín que venían acompañando a Rosa para que se
le hiciera menos dura la vuelta, se acercaron hasta el chozo. Entre tanto,
Antonio V. para darle uso a su piolé, comenzó a picar el
hielo del puente para que nadie más se escurriera. Tranquilamente volvimos
charlando y animando a los excursionistas que nos cruzábamos a que no se
perdieran el espectáculo que ese día ofrecía el camino y la laguna.
Terminamos con la cervecita de rigor en la venta de Marcelino, mientras nos felicitábamos de nuestra suerte y del espléndido día que una vez más habíamos tenido el placer de disfrutar juntos.
Cuando los de Madi leyeron la crónica y vieron las fotos de nuestros avezados reporteros, estaban tan encantados que decidieron otorgarle 5 sicarias con estrella! Pero les conté lo de Santi y también que José Luis y Manuel, Teo y Lucas no habían podido hacer la excursión, por lo que acordaron otorgarle sólo 5 sicarias. Yo creo que es lo justo para esta excursión tan especial.
Terminamos con la cervecita de rigor en la venta de Marcelino, mientras nos felicitábamos de nuestra suerte y del espléndido día que una vez más habíamos tenido el placer de disfrutar juntos.
Cuando los de Madi leyeron la crónica y vieron las fotos de nuestros avezados reporteros, estaban tan encantados que decidieron otorgarle 5 sicarias con estrella! Pero les conté lo de Santi y también que José Luis y Manuel, Teo y Lucas no habían podido hacer la excursión, por lo que acordaron otorgarle sólo 5 sicarias. Yo creo que es lo justo para esta excursión tan especial.
Leonor
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