viernes, 5 de noviembre de 2021

Excursión 590: Parque Natural de Redes. Ruta del Alba

FICHA TÉCNICA
Inicio: Parque de Redes. Soto de Agues
Final: Parque de Redes. Soto de Agues
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,7 Km 
Desnivel [+]: 315 m 
Desnivel [--]: 315 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 16

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta




























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Hace ya muchísimos años, allende nuestras mentes no alcanzan a llegar, los pastores y arrieros de la zona esculpieron esta senda como autopista de vacas para acceder a las majadas, brañas y pastos donde alimentarse, siguiendo el curso del rio Alba, en el espectacular entorno del Parque de Redes. Hoy día, un recorrido fácil y sin complicaciones, accesible para disfrutarlo cualquiera, incluidos niños.

Sin duda alguna, es una de las rutas más conocidas de Asturias, y razones no faltan para ello. Declarada Monumento Natural, esta pista, fundamentalmente ganadera, aunque también lo fue minera, se encuentra en el fondo de un valle y discurre en todo momento junto al río Alba o Llaímo.

El paisaje, la vegetación abruman, lástima que dado el día que hacia no pudimos observar ningún tipo de fauna, pero sobre todos ellos el elemento fundamental es el agua. Agua en rápidos del río, remansos, pozas, arroyos que se cruzan, fuentes y abrevaderos, o en hilillos que salen de la roca creando travertinos.

Y quizás sea el agua el que nos dé uno de los elementos del paisaje más bonitos y llamativos de la ruta, las cascadas. Parece ser que sus límpidas aguas acogen al mirlo acuático y el martín pescador, e incluso en las laderas de las montañas, que llegan al río, se pueden observar con paciencia, detenimiento y prismáticos los ciervos que viven en ellas.

Se inicia en el bonito pueblo de Soto de Agues, con sus hórreos, corredores, balaustres de castaño y sus típicas casas asturianas.

A la entrada del pueblo hay un amplio aparcamiento en el que dejar el coche para iniciar la ruta cómodamente. Después de unas cervecitas en un bar del pueblo, tomamos el camino hormigonado siempre ascendente en dirección sur. Enseguida encontramos un antiguo lavadero al final del pueblo.

Recorrido el primer kilómetro, entramos en el comienzo real de la ruta, donde encontramos la piscifactoría del Alba a nuestra izquierda; dedicada a la producción de trucha arco iris desde hace mas de 50 años, aunque hoy daba un aspecto de abandono.

Esta fue nuestra primera toma de contacto con el río Alba. A los 800 metros, a nuestra izquierda aparece un puente con un indicador que reza: "No pararse, una persona cada 5 metros".

Después de un par de kilómetros comienzan las paredes de piedras y rocas que encajonan al rio. El valle empieza a estrecharse y el río avanza más cerca del camino. De aquí en adelante pudimos observar pequeños saltos de agua en el río, que iban creciendo a medida que avanzábamos en sentido opuesto a su cauce.

Llevábamos andados unos 3,4 kilómetros desde el inicio de la ruta cuando, a nuestra izquierda, hallamos una pintoresca casita, a la que se accede por un puente de madera, que proporciona más encanto si cabe al paisaje que se nos presenta. A la derecha, los restos del cargadero "El Campurru", una antigua construcción reconquistada por la naturaleza que era parte de la infraestructura de la mina del Carmen.

Después de 5 kms, encontramos una zona de descanso con tres mesas y bancos incluidos, en la margen izquierda del camino y una bifurcación. Avanzamos por el camino de la derecha, que a partir de aquí deja de estar hormigonado.

Es aquí, donde aprovechando una pequeña tregua que nos ofreció la persistente lluvia, sacamos todas nuestras viandas y pertrechos; entiéndase: chorizos, lomos, salchichones, mortadelas, etc. (Junto con las cinco barras de pan que habían comprado Antonio y Sol en el Campus de Caso), de las cuales dimos buena cuenta recuperando nuevos ánimos y energía.

En este punto del trayecto comienza el tramo más bonito, donde encontramos los mayores saltos de agua de la ruta, algunos de hasta diez metros de altura. Cuidado en esta zona, pues, aunque haya algunos pequeños tramos acondicionados, el suelo puede resultar resbaladizo. Aquí se acaba la pista hormigonada y por fin empieza la ruta del Alba "de verdad", muy fácil de caminar porque no tiene casi desnivel, pero por sendero.

Lo que vemos desde aquí se convierte en excelso, en un monumento a la naturaleza, con árboles centenarios, un verdor espectacular, un río bullicioso, cascadas por doquier, unas montañas esculpidas en rocas. Nos vamos adentrando en el desfiladero del Llaimo, en donde las vistas y las cascadas que vemos a nuestro paso son maravillosas.

Empacho de ruidos, explosión de colores y sensaciones, belleza, y agua, mucha agua, agua por doquier, no solo en el rio sino también en nuestras capas, chubasqueros, impermeables y caras y rostros, y dentro de algunas botas chapoteando entre nuestros dedos.

No llegamos al amplio puente que nos llevaría a la Cruz de los Ríos, donde acaba el recorrido de esta ruta (7,7 Kms), pero no teníamos mas tiempo y emprendimos el camino de vuelta por donde vinimos. ¿Por qué será que las vueltas siempre se hacen más cortas?. Llegamos a Soto donde nos refrescamos con mas cervecitas y después de una breve sesión de estiramientos acabamos despidiéndonos tomando cada uno el camino de regreso a casa.

Menudo día de sensaciones tan maravillosas, y con un grupo de gente genial, ¿¿qué más puedo pedir??, con 5 Sicarias es injusto calificar esta ruta, pero no hay más.
Julián Suela. Senderomago

FOTOS
* Fotos de Julián Suela

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