Inicio: Bustarviejo
Final: Bustarviejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 17,3 Km
Desnivel [+]: 614 m
Desnivel [--]: 618 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: En parte
Valoración: 4,5
Participantes: 19
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Trac de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
* Trac de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
Nuevamente, y en esta ocasión
debo confesar que de forma voluntaria con el fin de aliviar a Melchor de la
ingrata labor de asignar la actividad cual cabo furrier, me veo en la tesitura
de contar lo que aconteció en la
excursión del miércoles 7 de diciembre de 2016, y parar rizar el rizo esta vez
sin red al no contar con el apoyo de las foto-crónicas de Paco y José María. ¿De
qué me sirvió hacer el servicio militar? De todos es sabido que allí se aprende
aquello de “no te presentes voluntario ni para mear” J. No obstante, aseguro que
Melchor no descansa una vez hecha la asignación, ya que a partir de ese momento
asume la responsabilidad de cuidar del cronista hasta que la excursión finaliza,
con objeto de que éste no tenga ningún percance que le afecte a los miembros
ubicados de cintura para arriba, léase manos y cabeza.
Hecho el chascarrillo, ¡Al
turrón! Que para eso estamos en vísperas navideñas. Iniciamos el camino a la hora establecida, como es norma
dentro del grupo, desde el pueblo de Bustarviejo; el número de caminantes en esta ocasión fue de
19, debido muy `probablemente a que la marcha tuvo lugar coincidiendo con el
puente de la Constitución.
Abandonamos Bustarviejo, rumbo al
sur y dando fe que allí aún quedan instalaciones ganaderas, por el camino que
se dirige hacia una finca particular conocida como “El Badén”, dejando a
nuestra izquierda las instalaciones telefónicas que dan servicio al pueblo.
Seguimos el citado camino, siempre en ascenso, durante aproximadamente 2,5 Km,
punto en el que lo abandonamos cuando nos encontrábamos a 1417 metros de
altitud. Pronto hubo que despojarse de parte de la ropa debido a que la
climatología era más propia de la primavera que de las fechas en las que nos
encontramos.
Desde el citado punto abordamos la segunda parte del ascenso
tomando dirección oeste, para alcanzar el punto más alto de la excursión, que da
nombre a la misma: Cabeza Arcón (1558 m).
Una vez en la cima, que alcanzamos a la hora apropiada para el primer
avituallamiento, dimos cuenta de las viandas que cada uno llevaba y que regamos,
como es costumbre, con el vino aportado por los compañeros “boteros”. Aprovechamos el descanso para otear desde
nuestra atalaya aquellos hitos identificados por los presentes y a cuyas
informaciones poco pude aportar como es habitual.
Finalizado nuestro momento
contemplativo del día, tomamos la cresta descendente de Cabeza Arcón hacia el
sur dejando a nuestra derecha la Buitrera,
formada por unos gigantescos bloques verticales de granito de facies. Su risco principal es el Cancho del Reloj (1.523 m.), que antiguamente servía para
saber la hora desde el valle.
Atravesamos las zonas conocidas con los nombres de El Tomillar y Los Llanillos para llegar a las proximidades de la Fuente del Moscajo (1396 m), punto en el
que cambiamos la orientación hacia el este para “dejarnos caer” hasta el Badén, “depresión” entre El Pendón (1.545 m) y la Cabeza Arcón; se trata de una pequeña nava, de
propiedad privada, de 430 metros de norte a sur y 210 de este a oeste en sus
máximas anchuras, donde nace el Arroyo de
Navacerrada.
A pesar de su aspecto de valle glaciar, jamás ha habido uno
allí. En realidad se trata de un valle periglaciar, es decir, que su formación
guarda muchas similitudes con las de un valle glaciar aunque no lo sea. Esta
parte de la ruta me permitió comprobar el rápido crecimiento de la jara, ya que
desde que Antonio prepara la ruta hasta que la hacemos unos días después, esta planta
es capaz de difuminar los caminos hasta hacerlos
prácticamente impracticables para la mayoría de los mortales; menos mal que
somos del GMSMA, que para el caso es como ser del mismo Bilbao.
Saltamos la valla de piedra que
rodea el Badén en dos ocasiones y caminamos por su prado para orientar nuestros
pasos en la dirección en la que fluye el Arroyo de Navacerrada. Por lo que he
leído nuevamente San Pedro, patrón del GMSMA, nos protegió con su manto, ya que
al parecer lo normal es acabar con los pies empapados y llenos de cieno y
barro, al ser ésta una zona muy húmeda
llena de puntos en los que mana el agua. Siguiendo este rumbo (dirección sur) llegamos a la antigua vía férrea Madrid-Burgos
que cruzamos por uno de sus puentes (Km
52 de la misma) para tomar el camino denominado de las Viñas que discurre,
en dirección noreste, paralelo a la vía del tren. Aproximadamente 900 metros
después, y aprovechando unas piedras al pie del camino, nos dispusimos a dar
buena cuenta del “bocadillo montañero” que habitualmente se menciona en las
convocatorias de nuestras excursiones.
Una vez finalizada la comida el
grupo se dividió en dos, ya que Mª Ángeles había “olvidado” su móvil muy
probablemente, como luego se confirmó, en Cabeza Arcón. Un grupo formado por la propia Mª Ángeles, Ángel y
Joaquín P partieron para desandar lo andado y los 16 restantes proseguimos la
ruta establecida. Aproximadamente 3 kilómetros después abandonamos el camino para andar sobre la vía del tren, algo
necesario debido a que un tramo de la ruta discurría por un túnel. Esta
circunstancia nos obligó a hacer uso de nuestros móviles para evitar
posibles tropiezos, y el grupo de senderistas pasó a asemejarse a uno de penitentes de la
Semana Santa sevillana acompañando al Cristo del Gran Poder; supongo que
identificaréis a quién desempeñaba este último papel…¡, que para eso es el
jefe!
Superado el túnel continuamos
nuestro discurrir sobre las vías, que abandonamos después de aproximadamente 700
metros para volver a coger el camino de las Viñas; éste nos recibió con las
manos abiertas, y como muestra de agradecimiento no lo
abandonamos hasta la conclusión de la marcha en Bustarviejo.
Pero antes de terminar, la excursión nos sorprendió con una pincelada cultural: descubrimos en la margen derecha de la senda un conjunto de edificios, que después de la lectura de los paneles explicativos allí situados, supimos se trataba del antiguo penal de Bustarviejo, conocido en el lugar como Los Barracones. Entre los edificios conservados se pueden diferencias las garitas destinadas a la vigilancia, los barracones del edificio del penal y ruinas de las viviendas de las familias de los “trabajadores”.
Desde su abandono hasta hace pocas fechas, el edificio sirvió como establo, pero una rehabilitación, que supongo motivada por los remordimientos propios de un país con problemas de memoria, ha permitido que en la actualidad se realicen actividades culturales y convertir el lugar en un vestigio vivo de la barbarie de épocas pasadas.
Por esas dependencias pasaron entre 1944 y 1952 una media anual de 100 presos que participaron en la obra de la línea férrea entre Madrid y Burgos construyendo dos túneles (de 395 y 248 metros), un viaducto (de 26 metros de altura, con 11 arcos de 12 metros de luz) y una estación de tren ubicada en las afueras del pueblo, a cargo de la empresa contratista Hermanos Nicolás Gómez. En total, para la construcción de esta línea férrea el régimen instaló nueve destacamentos penales en el tramo comprendido entre las localidades madrileñas de Chamartín y Garganta de los Montes. Pinchando aquí podéis encontrar información detallada relativa a los destacamentos penales franquistas en el ferrocarril Madrid-Burgos, personalizadas en el caso de Bustarviejo.
Sólo restaba un último “achuchón” de 2,5 Km, en dirección noroeste, para adentrarnos en las calles de la localidad origen de la ruta e iniciar la búsqueda del bar donde mitigar nuestra sed. Encontramos un lugar altamente recomendable para futuras ocasiones llamado La Casona donde nos atendieron como realmente nos merecemos.
Y como en las peluquerías chinas, o al menos eso dicen las malas lenguas, la excursión tuvo un final feliz, ya que en el transcurso de las cañas recibimos la llamada del “grupo explorador” informando de que el móvil de Mª Ángeles había aparecido en Cabeza Arcón.
Calificación de la ruta: 4,5 sicarias.
Pero antes de terminar, la excursión nos sorprendió con una pincelada cultural: descubrimos en la margen derecha de la senda un conjunto de edificios, que después de la lectura de los paneles explicativos allí situados, supimos se trataba del antiguo penal de Bustarviejo, conocido en el lugar como Los Barracones. Entre los edificios conservados se pueden diferencias las garitas destinadas a la vigilancia, los barracones del edificio del penal y ruinas de las viviendas de las familias de los “trabajadores”.
Desde su abandono hasta hace pocas fechas, el edificio sirvió como establo, pero una rehabilitación, que supongo motivada por los remordimientos propios de un país con problemas de memoria, ha permitido que en la actualidad se realicen actividades culturales y convertir el lugar en un vestigio vivo de la barbarie de épocas pasadas.
Por esas dependencias pasaron entre 1944 y 1952 una media anual de 100 presos que participaron en la obra de la línea férrea entre Madrid y Burgos construyendo dos túneles (de 395 y 248 metros), un viaducto (de 26 metros de altura, con 11 arcos de 12 metros de luz) y una estación de tren ubicada en las afueras del pueblo, a cargo de la empresa contratista Hermanos Nicolás Gómez. En total, para la construcción de esta línea férrea el régimen instaló nueve destacamentos penales en el tramo comprendido entre las localidades madrileñas de Chamartín y Garganta de los Montes. Pinchando aquí podéis encontrar información detallada relativa a los destacamentos penales franquistas en el ferrocarril Madrid-Burgos, personalizadas en el caso de Bustarviejo.
Sólo restaba un último “achuchón” de 2,5 Km, en dirección noroeste, para adentrarnos en las calles de la localidad origen de la ruta e iniciar la búsqueda del bar donde mitigar nuestra sed. Encontramos un lugar altamente recomendable para futuras ocasiones llamado La Casona donde nos atendieron como realmente nos merecemos.
Y como en las peluquerías chinas, o al menos eso dicen las malas lenguas, la excursión tuvo un final feliz, ya que en el transcurso de las cañas recibimos la llamada del “grupo explorador” informando de que el móvil de Mª Ángeles había aparecido en Cabeza Arcón.
Calificación de la ruta: 4,5 sicarias.
José Luis Benavente
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