miércoles, 14 de julio de 2021

Excursión 569: Pozas del Valle de la Angostura desde el Puerto de Cotos

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Cotos
Final: Puerto de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,4 Km
Desnivel [+]: 526 m
Desnivel [--]: 526 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 21

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta





TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Iniciamos la ruta a la hora convenida (10:00), desde el aparcamiento del puerto de Cotos, situado a 1830 metros de altitud y con una temperatura muy agradable para ser mitad de Julio. Soleado, pero con 11º de temperatura, el día prometía frescura, ideal para caminar.

Como recordatorio, indico algunos datos suministrados por nuestro guía Paco Nieto que me han parecido interesantes:

* El nombre de Cotos viene de Carlos III, gran aficionado a la caza, que compró estas tierras de Valsaín cercanas al Monasterio de El Paular, para convertirlas en coto de caza y, para señalizarlo, mandó colocar una serie de hitos en piedra llamados cotos, todavía visibles.

* El Restaurante Marcelino que se ve enfrente del aparcamiento, fue refugio de los muchos montañeros que transitaban esta zona. Por cierto, este lugar es famoso por sus judiones de la Granja.

Después de los saludos de rigor, de ponernos las botas de montaña y cargar con la mochila, dejamos el aparcamiento y cruzamos la carretera M-604, para enfilar el camino viejo del Paular (GR 10.4).

Cruzamos una pequeña pradera donde vemos unas tranquilas vacas pastando y nos introducimos en un hermoso pinar con muchas sombras. Son pinos de Valsaín, (de nombre botánico “Pinus Sylvestris” y que se conoce también como Pino Albar) característicos por su base gris y copa anaranjada y que nos acompañarán durante toda la excursión.

A nuestra derecha, podemos ver las cumbres de Cabezas de Hierro. La Cabeza de Hierro Mayor (2381 m) es el segundo de los picos más altos de la Comunidad de Madrid y de la Sierra de Guadarrama.

Recuerdo ahora con alegría, que hace 14 días, con gran gozo, esfuerzo, algún calambre y ayuda de nuestro guía Antonio y otros compañeros, coroné las Cabezas de Hierro haciendo la Cuerda Larga en mi segunda ruta con el grupo.

Descendemos por el pinar, donde también podemos observar hermosos helechos, que serán también una constante en todo el recorrido. La temperatura es ideal, el paisaje es precioso y solamente me viene a la cabeza un pequeño pensamiento negativo: Jope: después de tanta bajada, luego tendremos que subir.

Volvemos a cruzar la carretera M-604 y nos introducimos en el Valle de la Angostura. Continuamos descendiendo entre pinos y arbustos de flores amarillas, en zig-zag hasta el camino de las Vueltas, donde nos hicimos la fotografía de grupo. En esta ocasión somos 21 excursionistas.

Seguimos descendiendo, con el arroyo de la Angostura acompañándonos a nuestra derecha y al que podemos divisar entre pinos. Este arroyo, al recibir las aguas del arroyo Aguilón, y ya cerca del Paular, se convierte en el río Lozoya.

Seguimos el descenso hasta cruzar el Arroyo por el puente de la Angostura, punto más bajo de la excursión: A partir de ahora, ¡toca subir!

Empezamos a remontar el Arroyo y enseguida hacemos la primera parada, llamada por algunos del Angelus, ya que se produce a las 12:00 horas. Tomamos el refrigerio y algunos valientes aprovechan para refrescarse los pies en una bonita poza.

Continuamos remontando, unas veces por buenos caminos y otras por sendas con subidas de cierta dificultad, donde los menos expertos, tenemos que utilizar pies y manos para subir por las sendas casi invisibles, con mucha pendiente y entre pinos y helechos.

Eso si, todo el Arroyo está repleto de cascaditas, rápidos, cruces y pozas. Otros pequeños arroyos y manantiales llevan sus aguas al Arroyo principal. Todo ello va creando un ambiente muy agradable y refrescante. Tanto es así que, los más valientes, sin poder esperar a la parada de la comida, se refrescan de nuevo en el Arroyo.

Durante toda la ruta, nuestros expertos micólogos no desperdician ocasión para recoger setas de lo más variadas: desde “Amanitas Rubencens”, muy apreciadas por su sabor y “Cantharellus” hasta “Boletus Aestivalis”.

Nos cruzamos con unas vacas junto al camino. Como tenían terneros, estaban muy a la defensiva y, con cierto recelo, nos desviamos del camino para ver los cuernos de los toros a una distancia prudente.

A las 14:45, y ya con apetito, paramos en otro bonito lugar, para comer. Esta vez, a la sombra que nos daban los pinos Valsaín, se sumó la sombra de un impresionante Tejo. De nuevo, los más valientes (que son los mismos que las veces anteriores) aprovechan para refrescarse en otra bonita poza a los pies de una cascada que solamente se vislumbra.

Después de comer, cruzamos (de uno en uno y sin mochilas) un paso estrecho entre enormes piedras (llamada por algunos la zona oscura) y a la izquierda, para nuestra sorpresa, aparece una impresionante y ruidosa cascada que se adivinaba desde donde hemos comido.

Continuamos remontando el arroyo, al principio subiendo por piedras que me recordaban Bailanderos, llegando a un promontorio rocoso, desde donde se descuelga esta última cascada, con espectaculares vistas del valle de la Angostura.

Luego los senderos se hicieron más plácidos, cruzamos sin problemas el Arroyo de las Guarramillas (nombre del Arroyo de la Angostura, antes de juntarse con el Arroyo de las Cerradillas y el Arroyo de Cotos), para llegar a la famosa poza de Sócrates.

Su historia nos la ha contado Paco en otras crónicas y que resumo: Sócrates Quintana Montoto (1891-1984) fue un jugador del Atlético de Madrid, gran deportista, pintor impresionista, grabador, funcionario de Hacienda y miembro del Club Alpino Español. Acondicionó con un muro de contención esta poza para que los socios del club pudieran bañarse. Aquí enlace para más detalles de su vida.

Ya muy cerca del destino, cruzamos la carretera de acceso a las pistas de Valdesquí, y continuamos hasta el aparcamiento de Cotos.

Como es obligado al finalizar la ruta, antes de regresar a nuestras casas, nos tonamos unas cervezas en la cantina de la Estación de Cercanías de Cotos.

Una ruta preciosa y refrescante, que no dudo en calificar con un 5, lo máximo posible.
Miguel A. Latorre


FOTOS

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