miércoles, 14 de octubre de 2020

Excursión 530: Por las ermitas de Galapagar y Colmenarejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenarejo
Final: Colmenarejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 19,2 Km
Desnivel [+]: 154 m
Desnivel [--]: 154 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 25

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Cuando caminamos cada miércoles es frecuente que piense cosas raras relacionadas con las zonas por las que pasamos, que como sería este paisaje hace 1000 o 10000 años, que si viviría gente, que cuando se habrán desprendido esas piedras, como es posible que hasta aquí llegase el mar, etc. 

Cuando cruzamos algún pueblo o pasamos cerquita, nos cruzamos gente del lugar que sin duda están hartos de recorrer la zona, bien para trabajar la tierra, bien para darse paseos. En estos casos me pregunto: ¿Qué pensaran de una banda como la nuestra que para recorrer sus caminos vamos equipados de la cabeza a los pies como si llevásemos la casa a cuestas mientras que ellos lo hacen sin ningún atuendo específico? 

Bien, en esta ocasión he podido ver el tema desde el otro lado. Me explico: Resulta que esta ruta pasa por cerquita de mi casa, y es bastante habitual que haga al menos una buena parte de ella directamente desde ella, bien paseando al perro o bien corriendo. Pero ¿Cómo voy equipado? Pues con nada especial, con calzado cómodo, o con la ropa de correr en su caso.

Pero en esta ocasión, siendo miércoles de GMSMA, pues allá que vamos: Botas de marca y ropa especial para el monte, mochila, ropa de repuesto, y de abrigo ‘por si refresca’, guantes, gorras, cremas solares, comida, mucho agua, bastones, incluso papel higiénico, que nunca se sabe. Pero ¿Por qué esta diferencia? Pues no se, cosas que pasan. 

Es una ruta que en alguna ocasión le propuse a Antonio, o bastante parecida, aunque mi idea hubiera sido empezar en el punto mas cercano a mi casa, vamos, como para llegar andando. Sin embargo la íbamos a empezar en el punto más lejano: Colmenarejo. Había que ir en coche. 

El atractivo inicial serían las ermitas de Galapagar y Colmenarejo. Habrá alguno más, por ejemplo un pueblo abandonado (Navalquejigo) o la presa de Los Arroyos. Gran parte de la ruta sería entre encinas, sin desnivel y sin cuestas significativas, por pistas y senderos anchos, muy fáciles de caminar, muchos de los cuales son cañadas reales. 

La mañana empezó fresquita, más bien muy fresquita, si bien el sol se encargó de transformarla progresivamente en calurosa, quedándonos al final incluso en manga corta. 

Se trata de una ruta circular, de unos 18 kilómetros. Viéndola grabada una vez finalizada, yo diría que es más bien rectangular. La haríamos en sentido contrario a las agujas del reloj. Y por seguir el símil del reloj, diremos que es como si recorriéramos el borde de uno de esfera rectangular, que iniciaríamos en las 5, subiríamos hasta la 1, cambiaríamos de arista girando a la izquierda hasta las 11, bajaríamos a las 7 y cerraríamos hacia la derecha hasta las 5 en que habíamos empezado. Así que, utilizaré estas referencias para describir la ruta, y así será facilísimo para el lector de este ladrillo de crónica situarse en cada momento. 

Venga, vamos allá. Estamos por tanto en las 5, a las afueras de Colmenarejo, cerquita de la entrada desde Galapagar, en la calle o pista Cañada Real, y subimos hacia las 4 dejando prontito a la derecha un centro de trabajos de jardinería de Apascovi. Esta zona se denomina La Dehesa Vieja. Un poco más delante, inmediatamente antes de cruzar la carretera de Las Rozas a El Escorial, distinguimos a nuestra derecha un enorme caserón, yo diría que casi un palacio semi camuflado en una buena finca. En alguna ocasión alguien me dijo que era de un torero, tal vez de José Tomás, que para eso es de Galapagar, en cuyo término acabábamos de entrar. 

Cruzamos la carretera, ya muy próximos a las 3. Pronto estamos casi a los pies de un par de pequeños depósitos de agua que sin embargo estaban a una gran altura, separados entre ellos unos 20 metros. Seguramente se utilizan para aumenta la presión del agua, mas que para abastecimiento.

Hubiera sido un desafío subir hasta ellos, incluso cruzar de uno a otro por la pasarela que los une, pero resulta que estaban en una finca particular de la que nos separaba una valla, por tanto no tuvimos ocasión de caer en la tentación. 

Pasadas las 3 alcanzamos la pista que parte de Galapagar y finaliza en la llamada Puerta Verde. La tomamos hacia la izquierda. Cruzamos un puentecito sobre un arroyuelo y un poco mas adelante, digamos que a las 2, tenemos a la izquierda algo parecido a un hórreo moderno, pero que en vez de para preservar el maíz de la humedad y los roedores, se debió de utilizar como punto de observación por agentes forestales.

Aquí hacemos una breve parada, lo suficiente para que Javier, un amigo invitado de Ángel Vallés buen conocedor de la zona, nos explicase cómo hace más de 20 años él y unos amigos se dedicaron a descubrir por donde trascurrían muchas de estas cañadas, ya que los terratenientes propietarios de las fincas por las que pasan se habían adueñado de ellas, cerrándolas.

Tarea que resulto complicada, incluso peligrosa en más de una ocasión, ya que esos que se las apropiaron no veían con buenos ojos que de repente se descubriese el pastel, teniendo que permitir el paso a todo el que lo pretendiera.

Este fue el motivo por el que buena parte de las fincas estén ahora valladas, para evitar que los senderistas, corredores o ciclistas se metan en sus tierras. 

Llegamos a la Puerta Verde, que es una de esas puertas que cerraban el paso a la cañada. Es una destartalada puerta metálica de doble hoja pintada de verde, que desde hace años siempre esta abierta con ayuda de unas piedras. O mas bien era, ¡ya no había puerta!

No se cuándo la habrán quitado, pero yo juraría que este verano allí estaba. Tras cruzar la puerta desembocamos en una amplísima pista, el Cordel de las Suertes Nuevas, tramo de la Cañada Real Segoviana que a la izquierda baja hasta Valmayor, pero que tomamos hacia la derecha. 

Seguimos esta pista hasta que nos situamos en la 1. Estamos en la ermita de Galapagar, en plena Cañada Real Segoviana. Popularmente conocida como ‘del Cerrillo’, ya que esta en un pequeño cerro, pero que realmente se llama Ermita de San Bartolomé. Debió ser construida para culto para los pastores, que también descansarían en la fuente que hay junto a ella.

Se trata de una pequeña y bonita construcción de granito. No está claro cuándo fue construida, siendo reconstruida en 1447. A mediados de mayo se celebra junto a ella una romería en honor de Nuestra Señora de los Desamparados.

Frente a ella hay una antigua granja, que actualmente se ha transformado en un restaurante: La Casona del Pastor. Muy recomendable, en especial para cenar al aire libre en verano y contemplar la puesta de sol. Aprovechamos el área recreativa junto a la ermita para hacer el Angelus. 

Seguimos por el Camino del Cerrillo, a la izquierda del restaurante, metiéndonos ya en el termino municipal de El Escorial y cambiando a la arista superior de nuestro ficticio reloj, camino de las 12. 

Llegamos al pueblo abandonado de Navalquejigo. Realmente está abandonado a medias ya que desde 1993 está tomado por ‘okupas’, que más o menos lo habitan y en el que han creado pequeños huertos en general con no muy buena pinta. 

Este pueblo fue creado en el siglo XI por pastores segovianos, llegados hasta aquí siguiendo la Cañada Real Segoviana. Estuvo habitado hasta 1980. Parece ser que el pueblo llegó a tener bastante riqueza, incluso tuvo ayuntamiento. Fue perjudicado por la construcción del pantano de Valmayor.

La construcción más significativa es la iglesia-fortificación, del siglo XIII. Actualmente en estado más que ruinoso, aunque conserva la fachada principal, en cuyo interior hay una escalera de caracol que sube hasta una balconada encima de la puerta. Aquí más información del pueblo.

Salimos del pueblo y cruzamos la carretera que une Las Zorreras con Los Arroyos, para bordear, junto a la vía, la urbanización los Arroyos por su parte norte y cuando llegamos a la altura de las 11, el camino gira a la izquierda entrado en una nueva arista, la de la izquierda de nuestro supuesto reloj.

El camino sigue bordeando la urbanización. Dejamos a la derecha las llamadas Lagunillas, dos pequeñas lagunas prácticamente juntas. 

Siguiendo este mismo sendero, pasamos por las 10 imaginarias y casi en las 9 alcanzamos la cola del pequeño embalse de Los Arroyos, que vierte sus aguas en el grandote Valmayor. Caminamos a su lado y cruzamos a medias su presa, desde donde hacemos muchas fotos, incluyendo la de grupo. Actualmente el nivel de Valmayor es muy bajo, lo que nos permite bajar hasta él, en su cola, por una escalera situada en medio de la presa de Los Arroyos. 

Esta escasez de agua en Valmayor también hace que podamos caminar por la amplia franja de arena que queda al descubierto. A la altura de las 8 pasamos por debajo del puente de la carretera de El Escorial y cruzamos la antigua carretera, que quedó inutilizada al ser sumergida en las aguas tras la construcción del pantano en 1975.

Si embargo, cuando el nivel del agua es mucho más bajo que el de ahora, es posible cruzar por el antiguo puente del Tercio al otro lado. Seguimos bordeando y un poco más adelante paramos a comer. Llegamos a las 7, punto frontera con el último lado de nuestro reloj. Tenemos por tanto que girar a la izquierda alejándonos del pantano para entrar en el llamado Camino de Peralejo. 

Cuando estamos más o menos en las 6 el reloj tiene una abolladura, tenemos que girar 90 grados a la izquierda, para subir un poquito por el Camino de Villamantilla. Abolladura que nos viene de perlas para llegar a la ermita de Colmenarejo, que tiene junto a ella un mirador con un crucero y la imagen de Santiago Apóstol.

Es la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, de muy reciente construcción (1999). Sencilla, de granito, con atrio, y techo de pizarra. En sus paredes exteriores hay unas placas con grabados de los misterios del Rosario. En ella se celebra una romería el primer domingo de septiembre en honor a Nuestra Señora de la Soledad. 

Nos queda muy poquito, llegar hasta el 5 por la denominada Cañada Real del Camino de Madrid para dar por finalizada la excursión. Si bien la jornada la cerraríamos tomando algo. Lo hacemos en el bar El Olivo, en Colmenarejo, donde fuimos bien atendidos. 

Pese a que al principio, por ser bien conocida para mí, no me llamaba la atención, la excursión resulto bastante bonita y agraciada con muy buen tiempo, de recorrido muy sencillo y cómodo. La calificaré con un 4.
Jorge Montero

VÍDEOS
* Vídeo de José María Mascaraque

FOTOS
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela
* Fotos de Paco Nieto

No hay comentarios:

Publicar un comentario