Inicio: La Jarosa
Final: La Jarosa
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 14,6 Km
Desnivel [+]: 867 m
Desnivel [--]: 867 m
Desnivel [--]: 867 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 19
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
Hemos aparcado en el Área Recreativa La Jarosa II, cuyo bar estaba cerrado. Iniciamos nuestra ruta, con un día espléndido, en varios grupos, por una pista bastante ancha, con poca pendiente. Enseguida atravesamos, casi sin darnos cuenta, el arroyo de la Calle de los Álamos.
La pendiente comienza a complicarse cuando dejamos a nuestra derecha un cortafuegos y nos adentramos en el Barranco del Tomillar. Enlazamos con el Camino de la Carrasqueta, que asciende junto a la tapia del Valle de los Caídos, que nos obliga a centrar la atención y esfuerzos en el camino.
Son las 11:30 y ya hemos llegado a la esquina del muro del recinto, con unas bonitas vistas de la Cruz. Una subida muy pronunciada con mucha piedra, dejando la valla de Cuelgamuros a la izquierda.
Son las 11:30 y ya hemos llegado a la esquina del muro del recinto, con unas bonitas vistas de la Cruz. Una subida muy pronunciada con mucha piedra, dejando la valla de Cuelgamuros a la izquierda.
En un risco cercano, hemos parado para hacer fotos, con unas vistas espléndidas hacia el valle. Más allá de la construcción faraónica y un poco tétrica del monumento a los Caídos, también podemos adivinar un viacrucis con pequeñas ermitas dentro del recinto, sobresaliendo la del Altar Mayor.
Atravesamos por un paso abierto en el vallado de alambre y seguimos subiendo por otra pendiente pero bastante más llevadera. Toda de roca, no de piedra suelta como antes. Y voy la última, grabando para no olvidarme porque me va a tocar hacer…. LA CRÓNICA.
Estamos siguiendo la cuerda de la Sierra de Guadarrama y estamos ahora pasando por una explanada, con vistas a dos valles, en el de la izquierda destaca, a lo lejos, unos molinos de viento cercanos a Peguerinos. Paco N. me cuenta que ya estamos llegando a los alrededores de la Carrasqueta. Mecha, Raquel y Lourdes se han bajado ya de regreso. Hoy no completan la ruta con nosotros.
Estamos pasando ahora por un sitio super bonito, con mucha jara, lavanda, romero y enormes pinos solitarios. Tenemos una pequeña subidita de rocas y ahí va el primero Twiter. Hoy ha venido él solo, creo que su hermano está lesionado.
En la subida Paco N. va delante de mí reconstruyendo hitos. Cuando llegamos arriba no puede evitar exclamar: “Todo un paisaje espléndido se abrió a nuestros ojos”.
Y efectivamente lo es. Desde allí y con la ayuda de Paco N, que nos las va identificando, saludamos de izquierda a derecha, a la Peñota, la Mujer Muerta, el Montón de Trigo, Siete Picos, Peñalara, la Bola del Mundo, la Maliciosa, la Sierra de los Porrones, la Pedriza, el Cerro de San Pedro, la Sierra de Hoyo, la Jarosa, y más próximo, el Cerro del Telégrafo.
En el valle, destaca la enorme cruz y la basílica, también se ve el poblado donde vivía la gente que trabajaba en el Valle de los Caídos, aunque no sabemos si aún sigue habitado.
Por fin hemos llegado a la cumbre del Cerro de la Carrasqueta, de poca prominencia pero que tiene 1.651 metros de altura. Junto a lo que queda de un refugio de la Guerra Civil, paramos a tomar el tentempié de media mañana, lo que llamamos el ángelus. Cada uno separado, separadísimos, según establecen las normas.
Se sigue viendo impresionante la Cruz de los Caídos y unas vistas preciosas. Tenemos Ávila a la espalda con Peguerinos y los molinos, a la derecha la Cruz y de frente todas las montañas de la Sierra de Guadarrama.
Tras el descanso, comenzamos el descenso por una pradera muy bonita. Dejamos unas rocas y unos derruidos refugios de piedras a la izquierda. Pasamos junto a unos pequeños pinos, más jara, más lavanda… ¡el monte está precioso!
La bajada por ahora es llevadera, no me duelen mucho las rodillas. Aunque un poco más adelante se hace más puñetera, pero las vistas que tenemos hace que se te olvide. Salimos de un pequeño pinar y llegamos a un colladito llamado El Pocillo, toca ahora cambiar la bajada por una nueva subida.
Se sigue viendo impresionante la Cruz de los Caídos y unas vistas preciosas. Tenemos Ávila a la espalda con Peguerinos y los molinos, a la derecha la Cruz y de frente todas las montañas de la Sierra de Guadarrama.
Tras el descanso, comenzamos el descenso por una pradera muy bonita. Dejamos unas rocas y unos derruidos refugios de piedras a la izquierda. Pasamos junto a unos pequeños pinos, más jara, más lavanda… ¡el monte está precioso!
La bajada por ahora es llevadera, no me duelen mucho las rodillas. Aunque un poco más adelante se hace más puñetera, pero las vistas que tenemos hace que se te olvide. Salimos de un pequeño pinar y llegamos a un colladito llamado El Pocillo, toca ahora cambiar la bajada por una nueva subida.
Entre pinos, me veo cantando con Marcos, Celia y Paco N. "Un beso y una flor" a lo Nino Bravo, amenizando la subida pedregosa con aquello de "Forjarán mi destino, las piedras del camino, lo que nos es querido, siempre queda atrás", que viene que ni al pelo. Con tanto canto, perdemos un poquito de fondo sí, es demasiado cantar subiendo.
Atravesamos por un portón una valla que da acceso a una senda con una subida bastante empinada, pero fácil porque no es de mucha piedra suelta. Dejamos a la derecha toda la sierra de Guadarrama y a la izquierda tenemos unos berrocales preciosos. El sendero transcurre por un bosquecito de jaras y pinos precioso.
Seguimos por el GR-10 hacia el Risco del Polanco, una zona de rocas muy bonita, que nos envuelven, como si fueran monumentos. Y que cada uno adivine lo que son. Yo por ejemplo estoy pasando por la cara de un gigante boxeador con la nariz un poco chafada.
Por cierto no he hablado del cielo, ¡vaya cielo tenemos hoy! Y el tiempo no digamos, el veranillo de San Miguel nos está regalando una mañana perfecta.
Los helechos ya tienen color de otoño. Se confunden entre las jaras y los pinos y nos envuelven en un camino mágico. Estamos atravesando una zona de bosque sobre una alfombra de pinocha y piñas chiquititas. A nuestra vera algún que otro árbol seco y fantasmagórico vigilando nuestro paso.
Pasamos por una praderita, cruzamos un portón y continuamos subiendo hacia el refugio de la Salamanca desde donde dicen se ve el Alto del León. Más piedras, más subida, pero llevadera. Ya hemos llegado, el refugio está hecho una pena con todo el tejado hundido, delante de él, hacemos una parada para las fotos de grupo.
Con estas estupendas vistas recordamos otras excursiones: Cabeza Líjar a la derecha, Cueva Valiente y la cencellada que vimos, la sierra del Quintanar,…¡cuántos recuerdos!
Estamos bajando por un prado que recuerda a la Casa de la Pradera y Jorge ya se está mimetizando con Laura Ingalls corriendo por la pendiente mientras Paco C nos tararea la sintonía de la serie.
Tenemos Cabeza Líjar de frente, pero vamos al Collado de la Mina. Hemos hecho una bajada relativamente buena, sin demasiada pendiente.
Desde el collado, en el que han puesto una barrera que impide el paso de vehículos por la carretera que va al Alto del León, nos acercamos a la mina de Wolframio que hay a pocos metros. Me interno en la angosta cueva, pensando que, como en otras, hay un Portal de Belén, pero no, lo único que había era agua.
De todos modos merece la pena adentrarse y recorrer un buen tramo hasta que la oscuridad es absoluta. Jorge a mis espaldas me daba bastante seguridad. Atraviesas pasillos laterales entre piedras y agua y pegotones de mejor no saber qué en las paredes, ¿restos de murciélagos fosilizados?, es lo que me parecía.
Pasamos junto al Cerro del Hornillo y seguimos por una preciosa pista, entre espigados pinos, subiendo ligeramente. Ya un poco cansados y tropezando cada vez con más frecuencia.
Estoy un poco desorientada porque andamos entre bosques, pero ya salimos a un claro y al fondo, a la izquierda se ve la Maliciosa y la Bola, que me reubican.
Bajada, piedras y más piedras. Una hartura de bajada de piedras, con las que hay que procurar no resbalar. Afortunadamente, pronto se acaba y seguimos por una pista grande, por la zona que llamam Las Conejeras.
Enseguida alcanzamos una extensa pradera, junto a las ruinas de la Casa de San Macario, y vemos al fondo el aparcamiento de la Jarosa, terminamos la ruta, sí los últimos, pero con Marcos cantándonos y echándonos unas risas después del esfuerzo realizado, en esta estupenda ruta, que me ha encantado y a la que concedo una puntuación de 5
EJERCICIO DE COMPRENSIÓN: Contar las veces que he repetido: jara, pino, piña. Muchas, ¿verdad?, pues no tantas como había en el camino.
EJERCICIO DE COMPRENSIÓN: Contar las veces que he repetido: jara, pino, piña. Muchas, ¿verdad?, pues no tantas como había en el camino.
Belén Prieto
* Fotos de Paco Nieto
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