miércoles, 16 de septiembre de 2020

Excursión 526: Cerro de San Pedro y poblado de Navalvillar

FICHA TÉCNICA
Inicio: Colmenar Viejo
Final: Colmenar Viejo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 13,7 Km
Desnivel [+]: 543 m
Desnivel [--]: 543 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 19

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Diez de la mañana miércoles 16 de septiembre, todos puntuales uff un grupo grande no me esperaba tantos. Todos muy bien equipados palos botas; yo con deportivas, pensé pues valdrán. Todos se bajaban del coche se preparaban como si fuesen toreros para salir al ruedo, vamos a la montaña. Muy amables todos, Paco me debió de ver la pinta y amablemente me dejo sus bastones, si no llega a ser por ellos no hubiese podido hacer la ruta; las botas no se atrevió a cedérmelas al verme tan pequeña de estatura. 

Mochila al hombro empezamos la caminata en varios grupos, hasta ese momento no sabía por dónde íbamos a subir, fue entonces cuando veo que todo es cuesta arriba y pensé ¡tierra trágame!, ¡pero dónde me he metido!

Todos subían como si esto para ellos fuera un paseíto por el ruedo, tan tranquilos. Perdonad si no recuerdo bien los nombres de todos. pero me impactó cómo subían dos chicas mayores que yo, que iban conmigo como si nada y más aún me impresionó una tal Pilar, que sube todos los días al cerro y que saliendo a la vez que yo, bajaba tan fresca en la que para ella había sido su 3862 vez que llegaba a la cima, ¡alucinante!

Yo, casi sin respiración, pensaba que unas rocas que se veían desde abajo eran ya la cima, pero qué va, era el cerro de la Prestancia, según contó Paco, y faltaba otro tanto por ascender. Del susto me quedé blanca y me tuvieron que dar un sobrecito de liquido mágico para revivir.

El paisaje era brutal, se veía el embalse de Santillana con la Pedriza al fondo, las vías del AVE, horadando la montaña y toda la llanura hasta Madrid a nuestros pies. Mientras el grupo disfrutaba un montón con estas vistas, yo me sentía morir, pero no decía ni mu. Varios me animaron a seguir y cuando me recuperé, dudé si volverme o continuar. Afortunadamente opté por lo segundo.

Y no sé cómo, por fin alcanzamos la cumbre, llegué de las últimas, pero llegué. Algunos no contentos que el desnivel, se encaramaron al vértice geodésico, que está situado en un promontorio de piedras.

Allí comimos un poco y antes de ponernos otra vez en marcha, hubo entrega de estrellas, que dan según el número de rutas que haces. Hubo bastantes, señal de que vienen con frecuencia, al final hubo hasta cava, muy rico, por cierto. 

Desde aquí, había unas vistas espectaculares de todo Colmenar y toda la sierra, sin palabras de lo bonito que era. Ahí están las fotos para el recuerdo. A mi se me hizo increíble ver todo aquello desde ahí arriba, parece que es bajito el San Pedro, pero jo, a mi se me pareció el Everest.

Tras el descanso, iniciamos el descenso, no por el mismo sitio que habíamos subido, si no por la cara sur. Por un prado lleno de paja seca bajamos con cuidado para no resbalar al pisarla. Saltamos una cerca de piedra y pasamos junto a unos riscos. Finalmente llegamos a una pista, que a mi me supo a gloria, planita y sin piedras.

En un cruce de caminos me dieron la opción de volverme con unas chicas por un camino más corto que el que tenían previsto, pero ya me sentía bien y me animé a seguir con el grupo. Junto a un arroyo seco, a la sombra de unos árboles, paramos a tomarnos los bocadillos. 

Después enfilamos a toda prisa hacia el yacimiento arqueológico de Navalvillar, donde quedan restos de una de las sencillas casas del poblado que en esta dehesa existían allá por el siglo VIII d.C. Se puede adivinar cómo era el establo y otras estancias de la vivienda.

Desde allí iniciamos el regreso al aparcamiento donde habíamos dejado los coches. Primero paramos en el mirador de Peña Gorda, que con una plataforma de madera elevada ofrece unas bonitas vistas de los alrededores.

Después volvimos a parar junto a un pilón con agua en el que se apresuraron a meterse los perros que llevábamos. A su lado una de las cosas que más me impresiono: una enorme bandada de buitres devorando una vaca muerte. Nunca los había visto de cerca, increíbles, algo espectacular verlos comer y más aún volar.

En resumen, toda una experiencia para repetir. Muchísimas gracias a todos los que estuvieron conmigo para que no desfalleciera y en especial a Santiago por sus palabras de aliento para que llegara al final, sin mentirle sobre mi estado.

Y a Paco, por el cariño y entusiasmo al preparar sus rutas y hacer que todo salga bien y a todos los demás, que no recuerdo vuestros nombres, por acoger tan cariñosamente a todos los que llegamos nuevos al grupo.

No olvidaré mi primer día de senderismo, me prepararé cuando se me cure el codo, el pie y lo demás para poder seguiros no me voy del grupoooo.

Reitero mi agradecimiento a todos vosotros por hacerme pasar un día inolvidable como novata del senderismo. Las cañas del final, en la ermita de los Remedios, un suspiro del cielo que me encanto compartir con el grupo. A esta excursión le pongo la máxima nota, un 5, y porque no se puede poner más.
Nati Serrano

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