Inicio: San Nicolás de Bujaruelo
Final: San Nicolás de Bujaruelo
Tiempo: 10 horas
Distancia: 18,3 km
Desnivel [+]: 1413 m
Desnivel [--]: 1413 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Alta
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 6
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
Aquí está la crónica de nuestras tres jornadas en Pirineos. Son tres crónicas de
tres días muy intensos y ha sido difícil resumirlo más sin sacrificar escenas o
recuerdos que, para los seis que hemos estado por ahí, son imborrables.
Puede
que haya algún pasaje o descripción difícil de entender, pero esto se resuelve
viendo las fotos. No sé qué recomendar, si primero ver las fotos o primero leer
la crónica. Si os sobra tiempo, podéis hacer fotos-crónica-fotos, de ahí que el
enlace a las fotos de cada crónica aparezca al principio y al
final.
Merece la pena compartirlo, porque "compartida, la vida es más".
Esperamos que la lectura de este ladrillo y el visionado de las 478 fotos sirvan
para que, de alguna manera, los que no pudisteis venir, hayáis venido.
En esta primera de la excursiones salimos de San Nicolás de Bujaruelo con destino a un pequeño pico en territorio
Francés, el Pic de la Pahule de sólo 2.292 metros de altitud.
La elección de
este destino se debe a las vistas que promete debido a su localización.
Esperamos encontrarnos con el más que famoso Circo de Gavarnie, que es un rincón
encerrado por grandes cumbres de más de 3.000 metros que hacen frontera entre
España y Francia.
Las verticales paredes y, sobre todo, la Cascada de 423
metros, hacen de este lugar una especie de Catedral del Pirineo al conjugar su
majestuosidad con el efecto llamada que genera en todos los que queremos conocer
la Cordillera.
En Gavarnie se hospedaron los primeros grandes pirineistas, los
primeros exploradores de esta cadena montañosa y en este pueblo nacieron o
vivieron sus primeros guías. De Gavarnie partieron los conquistadores del Monte
Perdido o del Vignemale, por ello, Gavarnie podría ser la cuna del Pirineísmo, o
lo es. O sea, que si alguno tiene un miligramo de pirineísmo en sus venas, debe
pasar por Gavarnie.
No verá más que un precioso pueblo del Pirineo Francés, que
no es poco, pero percibirá la historia de la conquista de estas Montañas y, aún
ignorando la historia, alucinará cuando se interne entre las paredes que forman
el Circo de Gavarnie o cuando sienta en su piel el agua pulverizada de la
Grande Cascade. La más alta de Europa. Nosotros no entraremos en el
Circo. Nos viene muy lejano. Pero tendremos la oportunidad de verlo casi como lo
ve un pájaro.
Y además, podremos disfrutar de un recorrido que nos
aportará una sensación realmente alpina, sin exagerar.
La primavera ha
sido invernal y esto ha hecho que previéramos la existencia de nieve por encima
de lo normal en estas fechas. De ahí que nos pareciera prudente pasar un día en
Peñalara dedicado exclusivamente a aprender a manejar piolet, crampones y
cuerda, a progresar en subida y en bajada, hacia un lado u otro por pendientes
de nieve cada vez más fuertes; a frenar en caso de caída por una ladera nevada o
a montarnos un rápel de emergencia en terreno inclinado. En definitiva, a
perderle el miedo y ganarle el respeto a este medio que nos puede dar unas
satisfacciones casi infinitas o unos disgustos indeseables, según nos
desenvolvamos.
El día en Peñalara fue muy duro. Creo que todos acabamos
baldados; pero había que hacerlo y el fruto de este esfuerzo lo pudimos saborear
subiendo al Puerto de Bujaruelo, atravesando neveros sin ningún miedo, sabiendo
cómo hacerlo y sabiendo hasta dónde se puede llegar. Fue una
gozada.
Superado el Puerto de Bujaruelo, nos encontramos con una cadena
de montañas que podrían calificarse de sobrecogedoras. Desde el Gabieto
Occidental hasta el Astazú Oriental, todo es un mundo de nieve y roca.
La Alta
Montaña vista de cerca. Las Montañas que nos separan del -nos unen al- Valle de
Ordesa nos acompañan, por nuestra derecha, durante el recorrido que nos lleva al
Pahule como si camináramos por un largo balcón. Conociendo un poco la zona, uno
imagina lo que hay detrás, los Circos de Carriata, Cotatuero y Soaso, que
desbordan en Ordesa; o el Brutal Circo de Marboré, en el que muere el moribundo
glaciar del Monte Perdido o sobre el que se desploman las paredes del Cilindro o
remansan las aguas del Ibón de Marboré, espejo del primer refugio de los
Pirineos, el Tucarroya.
Trasponiendo las cumbres de los Astazús o del Pico
Marboré veríamos todo esto hasta caer por la cascada del Cinca, desde lo alto
del Balcón de Pineta hasta la plácida pradera en la que se instaló el Parador
Nacional...una vista imaginaria fruto de un imaginario vuelo del que uno vuelve
pronto a la realidad, recuperando la percepción de la distancia que hay entre
la hierba que nos acomoda y la Grande Cascade. A nuestra espalda
-noroeste- el Vignemale, luciendo su glaciar, completaba el panorama. Las
expectativas no se frustraron en absoluto y algunos nos planteamos cuál podría
ser el significado de la palabra SUBLIME.
La vuelta la hicimos pasando
por un lago francés (Espécières) subiendo a un collado nevado con una
inclinación de respetar y pasando por otro lago, esta vez español (Lapazosa)
para acabar rescatando a una pareja de alemanes (sí, nosotros rescatando a los
alemanes) que se habían metido en un terreno un tanto peligroso visto el equipo
que llevaban (cero).
Fueron 10 horas placenteras tras las que acabamos un
poco cansados.
Os vuelvo a desear un feliz verano.
Juan.
No
puedo dejar pasar el momento para resumiros la espectacular
aventura pirenaica que hemos tenido esta semana.
Cumplidas al máximo las
expectativas, el tiempo espléndido, la nieve fantástica y manteniendo la
esperanza hasta el último momento de poder hacer las Flores, la etapa reina, con
el reto de Cotatuero. El grupo estupendo, y el líder excepcional.
Tres rutas
bien distintas, la primera, subida al puerto de Bujaruelo, con bastante nieve y
utilización de piolet y crampones, para llegar posteriormente al pico de
Pahule, impresionantes vistas del circo de Gavarnie y los picos desde el lado francés (incluida brecha de Roland). La segunda etapa recorrido por el valle de
Ordiso pasando al de Otal, de gran belleza paisajista. Terminamos el día con
la incontenible emoción al confirmarnos la posibilidad de hacer al día siguiente
la Faja de las Flores, es algo excepcional, uno se siente parte de la propia
montana, y que decir de las vistas desde allí arriba, sublimes, para terminar
nos quedaba el reto de pasar una ferrata, y prueba superada con éxito siguiendo
las directrices de nuestro guía e instructor Juan.
Ángel R.
ENLACES
* Vídeo de Ordesa desde el cielo
* Información sobre el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido
FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje del grupo
FOTOS
* Fotos de Ángel R. Otero
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