FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino. Manzanares El Real
Final: Canto Cochino. Manzanares El Real
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 10,2 km
Desnivel [+]: 698 m
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 19
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
Inicio: Canto Cochino. Manzanares El Real
Final: Canto Cochino. Manzanares El Real
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 10,2 km
Desnivel [+]: 698 m
Desnivel [--]: 694 m
Tipo: CircularDificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 19
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
Excursión mitológica basada en el cuento griego
de Teseo y el Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre, hijo de
Pasifae, reina de Creta, y de un toro que el dios Poseidón había enviado al
marido de Pasifae, el rey Minos.
Cuenta la leyenda que después de dar a luz al
Minotauro, Minos ordenó al arquitecto e inventor Dédalo que construyera un
laberinto tan intrincado que fuera imposible salir de él sin ayuda. Allí fue
encerrado el Minotauro. Durante 27 años, el hijo ilegítimo de la reina
permaneció oculto en el inexpugnable laberinto de Cnosos, siendo alimentado con
jóvenes víctimas humanas que Minos exigía como tributo de Atenas. El héroe
griego Teseo se mostró dispuesto a acabar con esos sacrificios inútiles y se
ofreció a sí mismo como una de las víctimas.
Cuando Teseo llegó a Creta, la hija de Minos, Ariadna, se enamoró de él. Ella lo ayudó a salir dándole un ovillo de hilo que él sujetó a la puerta del laberinto y fue soltando a través de su recorrido. Cuando se encontró con el Minotauro dormido, golpeó al monstruo hasta matarlo, salvando también a los demás jóvenes y doncellas condenados al sacrificio haciendo que siguieran el recorrido del hilo hasta la entrada.
Cuando Teseo llegó a Creta, la hija de Minos, Ariadna, se enamoró de él. Ella lo ayudó a salir dándole un ovillo de hilo que él sujetó a la puerta del laberinto y fue soltando a través de su recorrido. Cuando se encontró con el Minotauro dormido, golpeó al monstruo hasta matarlo, salvando también a los demás jóvenes y doncellas condenados al sacrificio haciendo que siguieran el recorrido del hilo hasta la entrada.
Basado en esta historia, Paco Cantos organizó una
excursión que quedará grabada con letras de oro en los anales del GMSMA.
Quiero dar entrada en este escrito a los
acertadísimos comentarios de algunos senderomagos como Antonio, el jefe, que se
deshace en elogio hacia Paco “Teseo” Cantos:
“Preciosa excursión que ha roto las calificaciones sicarias conocidas
hasta la fecha.
Magistral trabajo de Paco "Teseo" Cantos , que armado de la espada de
Ariadna y su ovillo nos condujo por el laberinto adivinando los pasos más
difíciles y lo mejor, nos sacó de él, manteniendo el tipo en los momentos en
que se oían murmullos en el graderío.
¿y el Minotauro? pues venia detrás nuestro, como adivinó el instinto del
perro Teo, que en un momento de pánico casi se rebela y tuvo que ser arrojado
desde la piedra que no quería bajar.
Además el susodicho Minotauro provocó la rotura de 3 pantalones y arañazos
y magulladuras en más de un senderomago y la caída de cabeza de otro sm que
afortunadamente cayó desde 3m de altura en blandito y encima encontró las llaves
de su coche.
VIVA LA MAGIA SENDERISTA.”
“Excursión que nos llevó a conocer el laberinto de la Pedriza. Iniciamos la ruta desde el aparcamiento de Cancho Cochino, cruzando el puente de madera sobre el río Manzanares, para a continuación remontar la ribera derecha del arroyo de la Dehesilla por la senda conocida como la Autopista, hasta alcanzar el Llano del Peluca.
Cruzamos el arroyo de la Dehesilla para dirigirnos hacia las proximidades de la fuente Pedro Acuña, ascendiendo a continuación hasta el Tolmo, bajo cuya sombra nos reagrupamos para ascender, desviándonos a la izquierda, hacia las Buitreras y buscar la puerta de entrada al Laberinto.
Lo recorrimos de oeste a este, entre grandes rocas, que unas veces pasábamos por arriba y otras por abajo, sin senda alguna y guiándonos únicamente del recuerdo del guía, en un recorrido imposible de realizar por alguien que no lo hubiese pateado antes.
Por fin salimos, tras algún momento de desconcierto, al PR-1, descendiendo por él, ya con senda apreciable y marcas apropiadas, hasta llegar al Collado de la Dehesilla.
Tras reponer fuerzas, descendimos por la margen izquierda el arroyo que nace en el collado, pasando de nuevo por el Tolmo y dirigiéndonos al Refugio Giner de los Ríos, descender hasta la orilla izquierda del arroyo, al que seguimos en dirección a Canto Cochino, dándonos un bañito al pasar por la Charca Kindelán, poco antes de finalizar la ruta.
En resumen, buen tiempo, impresionantes vistas, emoción, diversión por los innumerables recovecos de geometrías imposibles del laberinto, trepadas, bajadas, saltos de roca a roca, bañito en aguas cristalinas y fresquitas, y para fin de fiesta las cervezas de rigor.
Y todo ello con algunos arañazos y caídas, sin mayores consecuencias, huyendo del Minotauro. Como no encontramos a Ariadna, tendremos que volver a buscarla, que para eso hemos dejado algo de hilo como rastro”.
Cruzamos el arroyo de la Dehesilla para dirigirnos hacia las proximidades de la fuente Pedro Acuña, ascendiendo a continuación hasta el Tolmo, bajo cuya sombra nos reagrupamos para ascender, desviándonos a la izquierda, hacia las Buitreras y buscar la puerta de entrada al Laberinto.
Lo recorrimos de oeste a este, entre grandes rocas, que unas veces pasábamos por arriba y otras por abajo, sin senda alguna y guiándonos únicamente del recuerdo del guía, en un recorrido imposible de realizar por alguien que no lo hubiese pateado antes.
Por fin salimos, tras algún momento de desconcierto, al PR-1, descendiendo por él, ya con senda apreciable y marcas apropiadas, hasta llegar al Collado de la Dehesilla.
Tras reponer fuerzas, descendimos por la margen izquierda el arroyo que nace en el collado, pasando de nuevo por el Tolmo y dirigiéndonos al Refugio Giner de los Ríos, descender hasta la orilla izquierda del arroyo, al que seguimos en dirección a Canto Cochino, dándonos un bañito al pasar por la Charca Kindelán, poco antes de finalizar la ruta.
En resumen, buen tiempo, impresionantes vistas, emoción, diversión por los innumerables recovecos de geometrías imposibles del laberinto, trepadas, bajadas, saltos de roca a roca, bañito en aguas cristalinas y fresquitas, y para fin de fiesta las cervezas de rigor.
Y todo ello con algunos arañazos y caídas, sin mayores consecuencias, huyendo del Minotauro. Como no encontramos a Ariadna, tendremos que volver a buscarla, que para eso hemos dejado algo de hilo como rastro”.
Y finalmente la frase del día de José María:
“No digo insuperable porque eso no está en el diccionario del GMSMA”.
“No digo insuperable porque eso no está en el diccionario del GMSMA”.
La Agencia de
Senderismo Madi, en una reunión extraordinaria, ha decidido darle, de forma
excepcional, una nota nunca otorgada hasta la fecha: 5 Sicarias + !!!!.
Sin embargo, el bueno de Paco Cantos, a pesar de
este éxito, no se va a librar de la visita de 5 SicariOs porque lo que nos ha
hecho pasar, no se olvida fácilmente (Les hemos dicho que sean compasivos…)
Antolín
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