miércoles, 6 de noviembre de 2024

Excursión 815: Cerro Matabueyes desde Valsaín

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valsaín
Final: Valsaín
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,2 Km 
Desnivel [+]: 436 m 
Desnivel [--]: 436 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 23

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN

La excursión de hoy era la primera que hacia tras cinco meses de parón; después de fracturarme tibia y peroné en una ruta por la Sierra de Gredos y, tras pasar por una operación y su correspondiente rehabilitación, ya me encontraba con ganas de montaña y de ir probando cómo respondía el tobillo. El grupo tuvo a bien preparar una ruta sencilla y cerquita de casa, ideal para mi retorno.

El día amaneció fantástico, lo que hizo que, pese a que el grueso del grupo se encontraba en Cantabria, nos reuniéramos 23 senderomagos a disfrutar de la ruta.

Tras los saludos de rigor y puesta al día, iniciamos la marcha enfrente del bar Las Palomas, por una abertura en el muro que da acceso a la finca “El Bosquecillo”, una inmensa pradera donde las vacas y los caballos pastan con tranquilidad y siempre me imagino que por su cabeza deben pensar ¿dónde irán estos humanos?

En un alto de la pradera se encuentra un curioso búnker semicircular, que goza de unas estupendas vistas, preludio de lo que nos encontraríamos arriba del Cerro.

Abandonamos la pradera por otra abertura y después de atravesar la carretera enfilamos por un camino que pasa por el arroyo de Valparaíso.

Pasamos por un pequeño robledal que ya nos va ofreciendo sus bonitos colores otoñales y por otra pradera con una charca de anfibios, que se encuentra vallada, ya que es especie protegida.

A partir de ahí comenzamos la subida hacia nuestro objetivo de hoy, el Cerro Matabueyes (1.484m).

Tan curioso nombre se cree que hace alusión a la dureza de sus cuestas que dejaban exhaustos a los bóvidos e incluso en algunos casos provocaban su muerte debido al esfuerzo que debían realizar para llegar hasta la cima del cerro arrastrando consigo carretas cargadas de personas y aperos de labranza. 

Lo de la cuesta, doy fe de ello, además por momentos perdíamos la senda ya que vamos por un track poco transitado y a veces no se veía bien el camino. Antes de llegar a la cumbre, parte del grupo paramos a hacer el tentempié de media mañana, y el resto lo hace en el Cerro.

Al final todos nos reagrupamos y disfrutamos de las privilegiadas vistas que su especial ubicación nos ofrece, ya que girando 360 grados podemos ver los principales puntos de la Sierra de Guadarrama, el Palacio de Riofrío, Segovia con su campiña al fondo… Allá donde miramos hay un punto reconocible, que a su vez nos sirve de recordatorio de todos los sitios donde ha estado el grupo.

La bajada se hace más llevadera ya que es por una pista ancha que, tras pasar la valla de la finca, nos lleva a la zona conocida como Cruz de la Gallega, denominada así, según cuenta la tradición, por los campesinos gallegos que en el pasado atravesaban la zona para dedicarse a las labores de la siega al sur de la Sierra de Guadarrama.

En ese punto las estrellas fugaces emprenden la vuelta y el resto del grupo subimos un poco por la carretera para ver las distintas ruinas de trincheras y bunkers que hay por toda esta zona. No hay que olvidar que aquí se desarrolló la Batalla de la Granja o la Ofensiva de Segovia, uno de los episodios más sanguinarios de la Guerra Civil Española y que es el marco de la novela más famosa de la guerra: Por quién doblan las Campanas, del nobel Ernest Hemingway. En este enlace podéis ampliar lo sucedido en apenas cuatro días, pero que fueron claves para el devenir de la Guerra. Y en este otro enlace, una excepcional recopilación de fotos de la ofensiva republicana.

Después de comer, solo nos queda bajar de nuevo hasta Valsaín, ya por un camino más amable y que nos permite ir disfrutando de las vistas, de los colores, de la luz de otoño, que también es especial. Pasamos junto a unos robles monumentales, no aguantamos la tentación de hacernos una foto abrazando su tronco, inabarcable…

De vuelta al bar Las Palomas a disfrutar la bien merecida cervecita, esta vez invitados por Lucio, que celebraba su reciente cumpleaños.

Ya solo queda valorar la ruta, que, por la compañía, las vistas y sobre todo por mi vuelta a la montaña y encontrarme tan bien, le otorgo la calificación de 5 sicarias.
Celia Marazuela Sanz

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