miércoles, 8 de mayo de 2013

Excursión 133: Travesía del Ocejón

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valverde de los Arroyos
Final: Majaelrayo
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 14,3 km
Desnivel [+]: 859 m
Desnivel [--]: 926 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua:
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 26

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta












 












PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
El Ocejón es una montaña enclavada en la Sierra de Ayllón, en la provincia de Guadalajara. Su cumbre, fácilmente accesible sin nieve, está a 2.049 metros sobre el nivel del mar. Aquí hay más información.

Subimos desde un precioso pueblo "negro" llamado Valverde de los Arroyos. En el camino, nos desviamos un poco para ver la Chorrera de Despeñalagua, que es una cascada que arroja las aguas del arroyo que remontamos (arroyo de La Pineda) y que tiene que estaba espectacular en estas fechas.

Tras alcanzar la cumbre y disfrutar de unas vistas que no puedo describir, nos encaminamos en bajada hacia otro pueblo "negro", Majaelrayo, atravesando un robledal que estaba empezando a verdear (la primavera es lo que tiene).

Las dos rutas más comunes para alcanzar su cima parten, una de Valverde de los Arroyos y otra, de Majaelrayo. Ambas localidades tienen su fama por formar parte de la conocida “Ruta de los Pueblos Negros de Guadalajara”. Posiblemente sea Majaelrayo el punto de partida más frecuentado.

Es difícil decidir cuál de las dos rutas es más atractiva. Partiendo de Majaelrayo y si es otoño, podemos disfrutar del ocre de los robles compitiendo con un juego de colores que van desde el verde sobrio de la jara hasta el gris del gneis o el negro de las pizarras que sustentan la cumbre. Y en primavera, Valverde de los Arroyos nos abre el camino para disfrutar del romper del arroyo que alimenta la Chorrera de Despeñalagua o de la brillante gayuba que tapiza el último kilómetro de la ascensión a la cumbre.

Como era difícil decidir, nos quedamos con lo mejor de las dos opciones. Subimos desde Valverde, y aprovechando el agua y la nieve que han caído, vimos lucirse a Despeñalagua mientras nos tomamos el aperitivo.

Después, alcanzamos el viejo camino que usaban los lugareños y comerciantes para comunicarse con los vecinos, el Camino de Majaelrayo, que nos acercó al inicio de la pala norte (se entiende por una pala es una ladera amplia y plana o ligeramente cóncava que normalmente da acceso a una cumbre o a un collado).

Ganamos altura paseando sobre una alfombra verde y gris y, con el resuello un poco resentido, alcanzamos la cumbre. De las vistas no hablamos.

La bajada la hicimos destejiendo la ruta normal de Majaelrayo. No es otoño, pero en primavera, los robles tienen algo que decir y las jaras se preparan para florecer. Frente a nosotros, según bajamos del Collado Perdices, podemos distinguir Majaelrayo, Campillo de Ranas, Roblelacasa…Pueblos negros…Y las montañas que nos separan de Patones.

Echamos la jornada completa. En Majaelrayo nos esperaba la Ceveza, la Fanta y la Coca-cola-fría-sin hielo-con limón y, de botella verde y en vaso fino, y el autobús que nos devolvió a casa pasando antes por una pequeña ciudad encantada, próxima a Tamajón, y disfrutando de los mil colores del atardecer.

Por todo ello, la agencia Madis ha otorgado, por unanimidad, 5 sicarias a esta estupenda excursión.
Juan 

En las 132 excursiones anteriores hemos dado satisfacción a nuestros sentidos: a la vista, en casi todas ellas; al gusto, Bar Manolo, Las Postas,…..; al olfato, recuerdo especialmente la del Cerro de san Benito; al tacto, sobre todo en La Pedriza; pero dejadme decir que, para mí la excursión de ayer la 133 fue la excursión del oído y tengo mis razones para afirmarlo.

Hemos escuchado:

-el zumbido. De las laboriosas abejas en el cerezo a la salida de Valverde de los Arroyos,
-el rugido. De la chorrera de Despeñalagua que desapareció bruscamente al pasar tras unos riscos.
-las voces. Del coro lírico del GMSMA en la cumbre del Ocejón, convocando a la lluvia que no tardó en llegar.
-el tintineo. De las pizarras a nuestro paso bajando del Ocejón.
-el silencio. De las tranquilas piedras de la Pequeña Ciudad Encantada.

De nuevo gracias a Juan, a Antonio y a todos los compañeros.
José María Pérez
FOTOS
Fotos de Ángel de la Hoz
Fotos de Antolín
Fotos de Antonio Domínguez
Fotos de Antonio López
Fotos de Antonio Villaverde
Fotos de Javier Móndejar
Fotos de José Luis Benavente
Fotos de Paco Nieto

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