martes, 23 de octubre de 2018

Excursión 429: Toubkal

FICHA TÉCNICA
Inicio: 
Refugio de Toubkal Les Mouflons
Final: Tamatert. Imlil
Tiempo: 10 a 11 horas
Distancia:  22,2 Km
Desnivel [+]: 1185 m
Desnivel [--]: 2475 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5++
Participantes: 21

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta









PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta




TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN
Los malos presagios de fuerte nevada y viento en la cima del Toubkal hicieron que de los 21 participantes, solo 8 nos atreviéramos a intentar subir. Eso, y que había que levantarse muy temprano para estar a las 5 de la mañana desayunado, después de la agotadora ruta de ascenso al refugio y la medio noche en vela por las incomodidades propias de estos establecimientos, en los que ciertos "ruidos" no ayudan mucho a conciliar el sueño.

Procurando no despertar al resto, nos hicimos con el material imprescindible para el ascenso, que esta vez teníamos que transportar sin la ayuda de los mulos. Ropa de abrigo, gorros y camprones fueron desfilando después del desayuno, no muy copioso pero suficiente para no quedarnos sin fuerzas ante el gran reto que nos esperaba.

Poco antes de las 6 de la mañana estábamos en la puerta del refugio, sorprendidos por la temperatura, con menos frío del esperado, y la gran cantidad de estrellas que se veían en el cielo, casi completamente despejado y una luna casi llena.

Tras la foto de grupo, nos pusimos en marcha, en dirección sur, con los frontales y los pasos del de delante, atentos al a los de nuestro guía Nassim, como única referencia.

Subimos las escaleras que acceden al segundo refugio, el de Nassim y enseguida llegamos a una bonita cascada que precipita con estruendo sus aguas a una gran poza. Con las linternas no pudimos captar la belleza del lugar hasta que la volvimos a ver, ya de día, al regresar al refugio.

Tuvimos que saltar una gran roca, con el apoyo de Nassim y su ayudante, continuando ahora en dirección sureste entre riscos que apenas se percibían hasta alcanzar una repisa que se encuentra sobre los 3.400 metros y que se adentra en el antiguo lecho del glaciar que descendería desde el propio Toubkal.

Con pocas oportunidades para disfrutar de la noche estrellada, porque había que estar más pendiente del suelo que del cielo, continuamos, paso a paso, el ascenso, con una pendiente constante que no ofrecía ningún rellano de tregua.

El ritmo, marcado por Nassim, permitía ir juntos, sin posibilidad de pérdida. El camino bordea algunas rocas a unos 3.600 metros, Junto a una de ellas paramos a beber y tomar algo, en un punto donde se han acumulado enormes bloques desprendidos de las cimas de alrededor y que han caído por el antiguo lecho glaciar.

A lo lejos divisamos la serpiente de luz que forman otras expediciones que habían salido antes que nosotros. Enseguida comienza a percibirse un halo de luz, está amaneciendo y poco a poco vamos descubriendo la grandeza del paisaje que nos rodea.

Sobrecogidos por la belleza de las montañas que nos rodean, alcanzamos la cota de nieve, desde donde es necesario el uso de los camprones, que con paciencia y cierta dificultad para los no habituados, nos vamos poniendo.

Para nuestra sorpresa, una pareja nos adelanta sin ellos, hay gente para todo. Pronto nos adaptamos a la nieve e incluso disfrutamos en ella haciéndonos fotos sin parar. 

Tras el momento de diversión, retomamos la senda y conforme ganábamos altura, Julián nos iba cantando las cumbres de España que íbamos rebasando: ya hemos superado la altura del Aneto (3.404m) y del Mulhacén (3.479m), ahora estamos a la altura del Teide (3.718m), acabando así con todas las alturas.

Con las impresionantes vistas de las crestas iluminadas por las primeras luces del día, remontamos la larga loma que nos llevó directos al collado Tizi n’ Toubkal, situado a 3.971 metros de altura, lugar que aprovechamos para hacer un descanso para reponer fuerzas y adaptarnos a la altura, que ya empezaba a notarse.

La panorámica desde el collado no podía ser más fantástica, sobrecogía ver cómo estábamos por encima de las nubes, que contrastaban con el azul claro del cielo y las extensas montañas que nos rodeaban.

Una de las vistas más bonitas de la ruta y que seguro ninguno olvidaremos. Por si acaso, nos hicimos las fotos de rigor antes de emprender el último tramo.

Continuamos el ascenso cambiando de dirección, primero hacia el noreste y enseguida al norte, bordeando la afilada cresta del Toubkal por la izquierda. Alcanzamos un pequeño antepecho desde el que vimos, por fin, su cima, coronada por una especie de pirámide de metal.

Un último esfuerzo, nos llevó a los pies de la pirámide, estábamos a 4.167 metros de altura, ahí es nada. La alegría de haber alcanzado la cumbre se reflejaba en nuestras caras de felicidad, a pesar del frío y el viento, que nos obligaba a ir bien tapados. El Toubkal domina por su ladera norte la llanura de Haouz y del Sur el Anti Atlas. Los beréberes lo llamaron Adrar n´Derrn: la montaña de las montañas.

Con las banderas del GMSMA y de España nos hicimos la foto de grupo bajo la pirámide, junto a Nassim y su ayudante, que nos dio 10 minutos para disfrutar de las vistas y recrearnos con más fotos. 

Aunque nos hubiese gustado estar más tiempo, nos esperaba un larguísimo descenso, primero hasta el refugio y después hasta Tamatert (Imlil).

El regreso lo realizamos volviendo sobre nuestros pasos, con cuidado de no resbalar, en la nieve primero y en la grava después, disfrutando de las vistas que por la oscuridad nos habíamos perdido en la subida, una de ellas muy bonita, la del refugio a vista de pájaro desde unos riscos.

Sin prisa, esta vez, pudimos contemplar la cascada cercana al refugio, al que llegamos entre emocionados abrazos por haber realizado nuestro sueño.

Habíamos subido y bajado 1.185 metros en un recorrido de 8,6 Km. Tocaba ahora descansar y saborear la estupenda mesa que nos habían preparado en la terraza, disfrutando de un soleado día que nos hizo pensar que estábamos en el paraíso.

El resto del grupo, se levantó más tarde, dieron un paseo por los alrededores del refugio, visitando la  mencionada cascada y descendieron tranquilamente al albergue de Tamatert.

Sin apenas sobremesa, recogimos nuestras cosas para cargarlas en los mulos e iniciar el descenso, siguiendo la misma ruta que empleamos el día anterior para subir.

Descenso que realizamos a buen ritmo, para que no se nos hiciera de noche, parando a descansar solo en tres ocasiones, la más larga, con té incluido, en el poblado de Sidi Chamharouch.

Casi al anochecer llegamos a Tamatert (Imlil), donde para nuestra sorpresa, cinco de los ocho que habíamos subido al Toubkal como premio recibimos la noticia que en la casa principal no había sitio y teníamos que bajar a la Gite Tobkal, otra casa-albergue situada más abajo, con 25 interminables escalones que tuvimos que subir con las maletas varías veces y que, por lo menos a mí, me fatigaron más que el ascenso a la cumbre.

Una ducha y una cena rápida entre risas contando las anécdotas del día mitigó en parte el cansancio y el agotamiento de una dura jornada pero inolvidable para todos y que se merece una puntuación de 5++, la máxima posible.
Paco Nieto

* Fotos de Julián Suela
Fotos de Paco Donaire
* Fotos de Paco Nieto

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