miércoles, 5 de agosto de 2015

Excursión 249: Arroyo del Aguilón

FICHA TÉCNICA 
Inicio: El Paular
Final: El Paular
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,5 Km
Desnivel [+]: 230 m
Desnivel [--]: 212 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí

Ciclable: En parte
Valoración: 4,5
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN

La marcha de hoy, “un primer miércoles de agosto” y después de la ruta ciclosenderomaga de 51 kms del día anterior, que muchos secundaron, parecía atrevida….pero allí estábamos poco antes de la hora convenida, en el parking del Monasterio del Paular, los seis más Lucas dispuestos a lo que fuese, ¡siempre y cuando hubiera agua por medio!, requisito imprescindible de las convocatorias de la temporada calurosa.

Así que después de los saludos, iniciamos camino atravesando el “Puente del Perdón”, lugar en que la leyenda y la historia se mezclan. 

Continuamos hacia el paraje de “Las Presillas”, que a esa hora mañanera se presentaba atractivo, verde y silencioso (nada que ver con la situación que nos encontraríamos a la vuelta).

Siguiendo agua arriba, enseguida encontramos el punto donde se unen el Aguilón, nuestro rio objetivo del día,  y el Lozoya o (arroyo de la Angostura).

Lo pasamos de largo por una centena de metros siguiendo por la ribera del segundo, para llegar a un puente a cuya sombra se encuentra una buena poza (que se nos quedó pendiente en una excursión anterior la nº 245) y que sería el lugar del primer chapuzón de la mañana.

Cumplido ese primer baño, el de aguas más frías en opinión de algunos, volvemos sobre nuestros pasos e iniciamos el ascenso del Aguilón por su margen derecha siguiendo siempre lo mas cerca posible de la orilla (y despreciando mejores sendas y caminos), pues de eso se trata hoy de explorar el rio sin perderse detalle.

Fresca la sombra de los árboles de ribera, los fresnos, sauces y demás especies, algunas truchas por las charcas y muchos “zapateros” en los remansos…, toda una gozada.

Y así, casi sin darnos cuenta llegamos al puente del camino oficial hacia las Cascadas del Purgatorio, en donde hicimos una parada para un primer tentempié y reponer fuerzas.

Enseguida, tras un km. y medio, llegamos al impresionante paraje de las Cascadas del Purgatorio, en donde nos esperaban los mejores baños del día.

Pero antes, los intrépidos emprendieron la subida a la cascada superior, que no deja de tener su dificultad, al tener que trepar por una pared de piedra que obliga a superar nuestros “vértigos”. Pero el esfuerzo lo merece sobradamente. Sin palabras nos quedamos ante el oculto rincón que se abre a nuestros ojos….el chorro, el agua cristalina, las pozas llamando al baño, hasta encontramos muérdago sobre un soberbio serbal….quién sabe si los viejos druidas de la zona subían hasta allí en su búsqueda en tiempos remotos…

Mientras tanto, hubo tiempo también para realizar un buen reportaje fotográfico a un magnifico ejemplar de mariposa de la especie  Papilio Machaon.

Y después otro baño más en las pozas de la primera cascada, ahora más concurrida. Con tanto baño, el cuerpo ya pedía un buen bocata, de los que dimos buena cuenta a la sombra de los arboles junto al murmullo del agua.

Bajando de vuelta, buscando la margen izquierda para variar, nuevo baño en una poza que advertimos a la subida que es todo un descubrimiento……estrecha …profunda y con ducha ….una gozada más.

Y para finalizar la jornada de baño, en las Presillas, un rápido chapuzón refrescante y cerveza….

Un buen día. Relax en el cuerpo por el disfrute del agua fresca y la mejor compañía. ¿Cuándo volvemos?

Por todo ello, esta excursión bien se merece 4,5 sicarias.
José Ramón Iglesia

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