Inicio: El Paular
Final: El Paular
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,5 Km
Desnivel [+]: 230 m
Desnivel [--]: 212 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4,5
Participantes: 6
MAPAS
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
La
marcha de hoy, “un primer miércoles de agosto” y después de la ruta
ciclosenderomaga de 51 kms del día anterior, que muchos secundaron, parecía
atrevida….pero allí estábamos poco antes de la hora convenida, en el parking del
Monasterio del Paular, los seis más Lucas dispuestos a lo que fuese, ¡siempre y
cuando hubiera agua por medio!, requisito imprescindible de las convocatorias de
la temporada calurosa.
Así que después de
los saludos, iniciamos camino atravesando el “Puente del Perdón”, lugar en que la leyenda y la historia se mezclan.
Continuamos hacia el paraje de “Las Presillas”, que a esa hora mañanera se presentaba atractivo, verde y silencioso (nada que ver con la situación que nos encontraríamos a la vuelta).
Continuamos hacia el paraje de “Las Presillas”, que a esa hora mañanera se presentaba atractivo, verde y silencioso (nada que ver con la situación que nos encontraríamos a la vuelta).
Siguiendo agua
arriba, enseguida encontramos el punto donde se unen el Aguilón, nuestro rio
objetivo del día, y el Lozoya o (arroyo de la Angostura).
Lo pasamos de largo por una centena de metros siguiendo por la ribera del segundo, para llegar a un puente a cuya sombra se encuentra una buena poza (que se nos quedó pendiente en una excursión anterior la nº 245) y que sería el lugar del primer chapuzón de la mañana.
Lo pasamos de largo por una centena de metros siguiendo por la ribera del segundo, para llegar a un puente a cuya sombra se encuentra una buena poza (que se nos quedó pendiente en una excursión anterior la nº 245) y que sería el lugar del primer chapuzón de la mañana.
Cumplido ese primer
baño, el de aguas más frías en opinión de algunos, volvemos sobre nuestros pasos
e iniciamos el ascenso del Aguilón por su margen derecha siguiendo siempre lo
mas cerca posible de la orilla (y despreciando mejores sendas y caminos), pues
de eso se trata hoy de explorar el rio sin perderse detalle.
Fresca la sombra de
los árboles de ribera, los fresnos, sauces y demás especies, algunas truchas por
las charcas y muchos “zapateros” en los remansos…, toda una gozada.
Y
así, casi sin darnos cuenta llegamos al puente del camino oficial hacia las
Cascadas del Purgatorio, en donde hicimos una parada para un primer tentempié y
reponer fuerzas.
Enseguida, tras un
km. y medio, llegamos al impresionante paraje de las Cascadas del Purgatorio, en
donde nos esperaban los mejores baños del día.
Pero antes, los
intrépidos emprendieron la subida a la cascada superior, que no deja de tener su
dificultad, al tener que trepar por una pared de piedra que obliga a superar
nuestros “vértigos”. Pero el esfuerzo lo merece sobradamente. Sin palabras nos
quedamos ante el oculto rincón que se abre a nuestros ojos….el chorro, el agua
cristalina, las pozas llamando al baño, hasta encontramos muérdago sobre un
soberbio serbal….quién sabe si los viejos druidas de la zona subían hasta allí
en su búsqueda en tiempos remotos…
Mientras tanto, hubo
tiempo también para realizar un buen reportaje fotográfico a un magnifico
ejemplar de mariposa de la especie Papilio Machaon.
Y
después otro baño más en las pozas de la primera cascada, ahora más
concurrida. Con tanto baño, el cuerpo ya pedía un buen bocata, de los que dimos buena cuenta a la sombra de los
arboles junto al murmullo del agua.
Bajando de vuelta,
buscando la margen izquierda para variar, nuevo baño en una poza que advertimos
a la subida que es todo un descubrimiento……estrecha …profunda y con ducha ….una
gozada más.
Y para finalizar la jornada de baño, en las Presillas, un rápido chapuzón refrescante y cerveza….
Un
buen día. Relax en el cuerpo por el disfrute del agua fresca y la mejor
compañía. ¿Cuándo volvemos?
Por todo ello, esta excursión bien se merece 4,5
sicarias.
José Ramón Iglesia
FOTO REPORTAJES
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