miércoles, 6 de noviembre de 2019

Excursión 496: El Abedular de Canencia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Canencia
Final: Puerto de Canencia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  10,6 Km
Desnivel [+]: 610 m
Desnivel [--]: 610 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 40

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Este miércoles estábamos convocados por el Boss para disfrutar de una excursión de 15km y 700m de desnivel, por el abedular existente en la zona del puerto de Canencia, y que sería la número 496 del GMSMA (parece increíble el número de excursiones realizadas).

Hoy éramos 3 de los 4 miembros del GMSMA que vivimos por Aluche-Campamento, los que con la enorme ilusión que corresponde de unos niños sexagenarios nos pusimos en marcha a las 8.40 con destino al puerto de Canencia.

El fluido tráfico que encontramos, primera sorpresa del día, nos permitió realizar una parada previa en Miraflores para degustar el cafetito mañanero y compartir los primeros chascarrillos con otros senderomagos que también disfrutan de este pequeño vicio.

A la hora acordada, ya estábamos prestos los 40 participantes de la marcha de hoy.

Estos primeros minutos se me pasaron saludando al personal, conociendo a nuevos senderomagos incorporados este verano y canjeando billetes legales de banco por papelinas que dicen ser “décimos de la lotería navideña”.

Como siempre, tanto los senderomagos como las 5 mascotas caninas que también nos acompañaban hoy, estábamos inquietos y atentos a las evoluciones del Boss hasta que pronunció ese vocablo tan esperado cuando iniciamos marcha y tan odiado cuando te pilla a medio bocadillo: “Vámonos”

Nada más comenzar la ruta, me llevé la segunda agradable sorpresa del día, ya que esta vez iniciamos la excursión bajando (sí, sí, sí….bajando) desde el aparcamiento del Puerto de Canencia hacia el arroyo de Estepares en un suave descenso de 900 metros y 90 desnivel por pinares. Mientras unos bajábamos con pausado caminar en fila, los “senderomagos seteros” se esparcían por la ladera en busca del tan ansiado manjar y así prosiguieron a lo largo de toda la jornada, aunque al final no fue muy abundante lo encontrado. 

Giramos a la izquierda y atravesamos la M-629 para tomar la senda del Sestil de Maillo, pasando por debajo de un hermoso acebo cargado de fruto y caminando entre pinos y luego robles, hasta llegar al arroyo donde empezamos a ver los blancos troncos de los abedules.

Al llegar al arroyo del Sestil de Maillo dejamos la senda y seguimos aguas arriba unos 500 metros hasta donde se unen los 2 arroyos que lo alimentan: el arroyo del Toril y el arroyo de las Chorreras.

En este tramo, los que íbamos en cabeza nos enteramos que al parecer nuestra mascota “Mecha” había vuelto a desaparecer entre los arboles buscando alguna de sus aventuras (traducido: “Mecha se había perdido”).

Sus preocupadas dueñas las hermanas Clabo (Raquel y Lourdes) se volvieron por el camino andado….resultado: Mecha se añadió tan contenta de nuevo al grupo después de sus andanzas y las hermanas Clabo en su búsqueda, ya habían vuelto al puerto Canencia, donde se quedaron esperándonos hasta final de la marcha. Mecha a partir de ese momento quedó bajo la vigilancia férrea de Esteban F. con el que realizó el resto de la excursión.

También comentamos entre varios el buen clima que nos estaba acompañando, sin lluvia ni tanto frío como daban las predicciones, lo que para mí fue la tercera agradable sorpresa.

Además de las anécdotas anteriores, hay que reseñar que esta parte de la ruta tiene una especial belleza paisajística a lo que se añade, según he leído a posteriori, que en esta zona se conservan hasta 6 árboles que figuran en el catálogo de “árboles singulares de la Comunidad de Madrid”:
  • Un tejo que dejamos a la derecha a poco de cruzar la carretera (”tejo de la senda” nº229 ) con unos 10m de altura y 4m de perímetro, que debe tener más de 400 años.
  • Si hubiéramos seguido la carretera, que realiza una curva pronunciada en este punto, en el puente de la Pasada, unos poco metros más adelante, en una senda a la derecha, entre el arroyo y la carretera, hay otro tejo (”tejo del Sestil de Maillo.” ) con unos 8m de altura y 9m de perímetro, que debe tener más de 500 años. Este no lo pudimos ver.
  • En el camino que hicimos al otro lado del arroyo del Sestil de Maillo, está el “acebo puerto de Canencia nº76” con casi 200 años y 13m altura y 2 de perímetro.
  • En la zona que cruzamos el arroyo del Toril, hay un par de abedules, uno en cada margen del arroyo, que calculan tienen más de 130 años y con perímetros de 3-4m. (abedules del arroyo Toril I y II)
Atravesamos los dos pequeños arroyos del Toril (aguas arriba queda la famosa Chorrera de Mojonavalle) y de las Chorreras e iniciamos una subida con 100m de desnivel, más o menos, por la zona llamada “Hoya de la Vieja”, para alcanzar un cortafuegos a una cota aproximada de los 1600m, que ha sido la cota más alta de esta excursión.

A mitad de la subida realizamos la usual parada “del ángelus” que es una excusa como otra para tomar unos frutos secos y beber de las varias botas de vino que portan los senderomagos.

La ruta prosiguió dejándose caer por el cortafuegos a lo largo de 3km con un desnivel de 320m, siempre rodeados de pinos, viéndose de vez en cuando a Canencia en lontananza, y con las llamadas a Kiro de su dueña para que no se alejara del grupo.

Sin darnos casi cuenta nos encontrábamos de nuevo con la carretera M-629 pero esta vez a la altura de su km 12.

Cruzamos la carretera y caminamos unos 200m dejando a la izquierda el puente del Vadillo para reencontrarnos con arroyo del Sestil de Maillo al cual atravesamos y seguimos aguas arriba unos 200m.

Dejamos el arroyo subiendo hacia la izquierda unos 300m para coger hacia la derecha una senda que seguimos otros 200m entre pinares.

Las “estrellas fugaces” se despidieron del resto del grupo en este momento, siendo en esta ocasión acompañadas por otros senderomagos que hoy, a pesar de la suave y bella excursión, se sentían “flojitos” (no quiero poner nombres…) y decidieron subir directamente a comer el bocadillo al aparcamiento del puerto, siguiendo la cómoda pista que traíamos, coincidente con el PR-28, el sendero que une Pinilla del Valle con Canencia.

La verdad es que yo no tenía ni idea de dónde nos encontrábamos, pues me había pasado disfrutando de la agradable compañía y espectacular paisaje otoñal de la ruta, sin fijarme el rumbo que llevábamos. Fue Julian S. quien me indicó que estábamos muy cerca del Puerto de Canencia (unos 3km), lo cual fue mi cuarta agradable sorpresa del día, pues habían transcurrido las horas en un santiamén.

El Boss decidió bajar ahora hacia el arroyo del Hueco y subir aguas arriba hasta su unión con el arroyo de Estepares, punto donde le habíamos atravesado por la mañana. Después de tomar el bocadillo montañero y sacar una foto del grupo por esta zona, eran sólo las 3 de la tarde pero el Boss consideró suficiente lo gozado este miércoles y puso rumbo al Puerto de Canencia por el mismo camino que habíamos recorrido bajando por la mañana.

Yo distraído por lo agradable y placentero de este tramo, no caí en la sigilosa y oculta maniobra del Boss que me solicitó mi palo derecho y dijo: “ahora que tienes la mano libre haz como si escribieras”. No hizo falta más comentarios, sabía que me había encargado hacer la crónica de la excursión de hoy. 

Llegados a los coches me llevé la última sorpresa del día: por primera vez que yo recuerde la ruta había sido más corta (10,6km) que la prevista por el Boss (15km).

En el puerto realizamos una nueva foto de grupo, pero ésta vez incluyendo a los “flojitos” y a las alegres hermanas Clabo reencontradas con Mecha, y a continuación nos desplazamos todos a Miraflores de La Sierra donde tomamos las tradicionales cervezas pagadas en esta ocasión por Olga S. (estrena estrella y título de senderomaga), por Encarna C. (cumple), por Javier Miguel (cumple), por mi (me estreno de abuelo) y por Leonor (porque según nos dijo, se lo había pasado estupendo).

Siempre aceptando la posible corrección posterior de “nuestros mayores de estrellas muy superiores”, le doy a esta excursión 4,5 sicarias por “prestosa” y bella, aunque por dificultad sólo podría darle 2 sicarias.
Alejandro Merino

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