Inicio: Casa de la Cueva. Peguerinos
Final: Casa de la Cueva. Peguerinos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 16,9 km
Desnivel [+]: 661 m
Desnivel [--]: 639 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 23
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta

TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
Cada vez que el coche tocaba fondo con los bajos,
todos cerrábamos los ojos y un grito espontáneo salía de nuestras bocas:
"Antoniooooooo".
Por fin llegamos a la Casa de la Cueva. Otros más "espabilaos" llegaron en coche por Peguerinos y hubo dos (Isabel y Miguel Angel) que lo hicieron en bicicleta. Comenzamos la ruta 22 miembros, una "miembra" y Teo, porque los ciclistas se fueron por otro lado.
Por fin llegamos a la Casa de la Cueva. Otros más "espabilaos" llegaron en coche por Peguerinos y hubo dos (Isabel y Miguel Angel) que lo hicieron en bicicleta. Comenzamos la ruta 22 miembros, una "miembra" y Teo, porque los ciclistas se fueron por otro lado.
La ruta transcurre entre bloques de piedra y
pinos hasta llegar al refugio de la Naranjera, Aquí hicimos un alto para reponer
fuerzas con algún bocadillo.
Es el momento de gloria de nuestra querida Leonor.
Con permiso de su marido: es un amor. Esta vez nos había deleitado con las
exquisitas "rosquillas listas" y los "huesitos de no se qué" pero que estaban
buenísimos, ñam, ñam.
Continuamos la marcha pasando por encima de una cruz en la que dicen que hay enterradas muchas personas por culpa de no "hacer el amor y no la guerra".
Seguimos la marcha contentos de no haber vivido esa desgraciada época. El grupo se estira. Teo, como buen perro guía, va el primero; los tiramillas van delante con Antonio (el Boss) como guía (natürlich). Otros van detrás.
Unos charlan de la bolsa, otros de fútbol, Telefónica, el Master de golf de Augusta o de la tortilla de patata del Sacromonte y así de esta guisa, llegamos al segundo refugio: el de la Salamanca en el cerro del mismo nombre.
Continuamos la marcha pasando por encima de una cruz en la que dicen que hay enterradas muchas personas por culpa de no "hacer el amor y no la guerra".
Seguimos la marcha contentos de no haber vivido esa desgraciada época. El grupo se estira. Teo, como buen perro guía, va el primero; los tiramillas van delante con Antonio (el Boss) como guía (natürlich). Otros van detrás.
Unos charlan de la bolsa, otros de fútbol, Telefónica, el Master de golf de Augusta o de la tortilla de patata del Sacromonte y así de esta guisa, llegamos al segundo refugio: el de la Salamanca en el cerro del mismo nombre.
No es un refugio como hemos visto en las
películas de Doris Day y Rock Hudson, con su chimenea encendida, su piel de oso
en el suelo, etc... esto es una ruina, pero como nosotros somos muy austeros -
espartanos!!!, Au, Au - decidimos comer aquí.
Nuevamente estamos en territorio
de Leonor; con sus sabrosos trozos de tomate.
Terminamos de comer y toca volver, bajando hasta toparnos con el arroyo del Collado del Hornillo. Y pasando por una fuente continuamos el camino paralelos al arroyo. Después de un trecho llegamos al campamento juvenil de Piedras Blancas que está abierto en verano. Por aquí es por donde mi amigo Antolín me propone que escriba yo esta vez la crónica de la ruta: pero si yo apenas sé hacer la O con un canuto.
Finalmente llegamos a
la Casa de la Cueva (lugar de donde salimos) después de patearnos los 16,71 Km y
sin haber visto la mariposa "Graellsia Isabellae".
El regreso lo hicimos en coche por Peguerinos -era lo lógico- dos veces bajar del Puerto de Malagón a El Escorial en el mismo día, era demasiado. En Peguerinos tomamos unas birras invitados por Carlos y Nico para celebrar sus cumpleaños. Felicidades!!!!
Aquí termina el relato. Me hubiera gustado darle un poco más de pimienta, pero es que es difícil encontrarla en este grupo tan bien avenido y en el que apenas se discute.
Terminamos de comer y toca volver, bajando hasta toparnos con el arroyo del Collado del Hornillo. Y pasando por una fuente continuamos el camino paralelos al arroyo. Después de un trecho llegamos al campamento juvenil de Piedras Blancas que está abierto en verano. Por aquí es por donde mi amigo Antolín me propone que escriba yo esta vez la crónica de la ruta: pero si yo apenas sé hacer la O con un canuto.

El regreso lo hicimos en coche por Peguerinos -era lo lógico- dos veces bajar del Puerto de Malagón a El Escorial en el mismo día, era demasiado. En Peguerinos tomamos unas birras invitados por Carlos y Nico para celebrar sus cumpleaños. Felicidades!!!!
Aquí termina el relato. Me hubiera gustado darle un poco más de pimienta, pero es que es difícil encontrarla en este grupo tan bien avenido y en el que apenas se discute.
Partiendo que la ruta no fue
excesivamente dura, pero si bonita y con estupendas vistas, ahí va mi
calificación: 4 sicarias. Eso sí, buenorras.
Joaquín Pérez
Joaquín Pérez
* Foto reportaje de José María Pérez
FOTOS
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