Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,4 Km
Desnivel [+]: 809 m
Desnivel [--]: 813 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 32
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
La subida a La Maliciosa desde el puerto de
Navacerrada es un clásico imprescindible para todo senderista madrileño que se
precie, así que allá fuimos con ilusión quienes aún la teníamos pendiente.
Los veteranos ya sabían que merece la pena no sólo por la honrilla, sino por la experiencia en sí y porque La Maliciosa es un balcón privilegiado para contemplar un amplio panorama a vista de pájaro y reconocer en la distancia muchos de los enclaves recorridos otras veces.
Los veteranos ya sabían que merece la pena no sólo por la honrilla, sino por la experiencia en sí y porque La Maliciosa es un balcón privilegiado para contemplar un amplio panorama a vista de pájaro y reconocer en la distancia muchos de los enclaves recorridos otras veces.
En contraste con el miércoles pasado, hoy el día
se mostraba esplendoroso y daba gusto andar por el caminito que asciende en
suave pendiente hacia la sierra de Las Cabrillas.
Ni recuerdo del hielo de otras veces, así que se marchaba rápido y pronto nuestro “boss”, que se entretenía amablemente en dar lecciones sobre el manejo del GPS, fue sobrepasado por la masa animosa que tenía ganas de llegar arriba cuanto antes.
Ni recuerdo del hielo de otras veces, así que se marchaba rápido y pronto nuestro “boss”, que se entretenía amablemente en dar lecciones sobre el manejo del GPS, fue sobrepasado por la masa animosa que tenía ganas de llegar arriba cuanto antes.
Dicen que lo más duro de esta marcha es la cuesta
que hay hasta tomar la pista de hormigón que sube a La Bola del Mundo. Debíamos
estar muy frescos porque la remontamos casi sin darnos cuenta mientras
conversábamos.
La pista, sin embargo, cubierta enseguida de nieve, parecía no tener fin. Los más forofos llegaron los primeros frente a las antenas “atléticas” de La Bola del Mundo, que para ellos eran señales que presagiaban un indiscutible triunfo en el partido de la jornada frente al Barça, tal como posteriormente se confirmó (¡Enhorabuena, atléticos!). Me parece que Luis, que venía con nosotros por primera vez, estaba algo sorprendido por esta afición.
La pista, sin embargo, cubierta enseguida de nieve, parecía no tener fin. Los más forofos llegaron los primeros frente a las antenas “atléticas” de La Bola del Mundo, que para ellos eran señales que presagiaban un indiscutible triunfo en el partido de la jornada frente al Barça, tal como posteriormente se confirmó (¡Enhorabuena, atléticos!). Me parece que Luis, que venía con nosotros por primera vez, estaba algo sorprendido por esta afición.
Nos reagrupamos en el prado de Guarramillas,
libre de nieve, donde aún se conserva en muy buen estado un gráfico
representativo de orografía del entorno, tallado en un tronco de cono metálico
que nos retrotrae a tiempos pretéritos ya que, según Antonio comentaba, fue elaborado
por los chicos de la OJE.
Aquí nos tomamos el aperitivo mientras disfrutábamos de las magníficas vistas, entre las que destacaba el porte de Peñalara. Nos sobrevoló en semicírculo un helicóptero de la Guardia Civil, a cuyos ocupantes tengo la impresión de que les quitamos el sitio para el bocadillo.
Aquí nos tomamos el aperitivo mientras disfrutábamos de las magníficas vistas, entre las que destacaba el porte de Peñalara. Nos sobrevoló en semicírculo un helicóptero de la Guardia Civil, a cuyos ocupantes tengo la impresión de que les quitamos el sitio para el bocadillo.
Con La Maliciosa al frente como meta, reanudamos
la caminata descendiendo por la nieve hasta que ya en el collado del Piornal
casi había desaparecido. La mayoría se acercaron hasta el manantial del Cancho
Negro y el resto acometimos la subida hasta nuestro objetivo directamente,
teniendo que superar un trabajoso repecho por la nieve.
Ya en la arista de la montaña que da paso a La Barranca, entre las piedras y la escasa vegetación, multitud de mariquitas moteaban el suelo de rojo y muchas aprovechaban para aparearse; era el anuncio de la eclosión de la primavera en las cumbres.
Ya en la arista de la montaña que da paso a La Barranca, entre las piedras y la escasa vegetación, multitud de mariquitas moteaban el suelo de rojo y muchas aprovechaban para aparearse; era el anuncio de la eclosión de la primavera en las cumbres.
Hay que estar en el pico de La Maliciosa para experimentar
el placer de contemplar desde tan alto tantos y tan diferentes paisajes. Sólo
diré que me sorprendió ver simultáneamente hasta siete pantanos, poder seguir el curso del Manzanares desde su
nacimiento hasta Madrid, la perspectiva de La Pedriza entre las blancas cumbres
de La Cuerda Larga y la sierra de los Porrones o una estampa poco habitual de
los Siete Picos en que se ven de frente como si fuera uno solo, al estar en hilera.
Algunos nos acercábamos a los riscos de las inmediaciones para apreciar mejor la caída casi vertical hacia el abismo, donde, según Joaquín, Pedro Botero tiene sus calderas.
Algunos nos acercábamos a los riscos de las inmediaciones para apreciar mejor la caída casi vertical hacia el abismo, donde, según Joaquín, Pedro Botero tiene sus calderas.
Aunque mucho nos entretuvimos en La Maliciosa,
había que volver. Lo hicimos prácticamente por el mismo camino, dejándonos
caer, casi deslizar, en las bajadas por la nieve y sufriendo un poco en las
subidas, pues ya el cansancio se notaba.
Para bajar al puerto de Navacerrada en el último tramo, esta vez tomamos el camino más rápido, muchos por la pista de hormigón, otros por las de esquí, ya con escasa nieve.
Para bajar al puerto de Navacerrada en el último tramo, esta vez tomamos el camino más rápido, muchos por la pista de hormigón, otros por las de esquí, ya con escasa nieve.
Sea por la sed o por el momento, las merecidas cervecitas
en la terraza de Venta Arias estaban de muerte, y más acompañadas por las
sabrosas empanadas que Paco Cay. había traído desde Carabanchel para celebrar
su cumpleaños. Aprovechamos ya para celebrar también el de Miguel Ángel y el
mío propio. Aquí, otro Paco, el de La Pedriza, se lució encaramándose a la
chepa de Fernando S. para hacer una foto más difícil todavía.
El día fue estupendo, el tiempo acompañó, lo
conocido del recorrido permitió que cada cual adaptara su ritmo a su gusto, las
vistas fueron espléndidas. En consecuencia Madi otorga 5 sicarias sin dudarlo.
Melchor
Melchor
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