miércoles, 27 de noviembre de 2024

Excursión 821: El Castañar de Rozas de Puerto Real

FICHA TÉCNICA
Inicio: Rozas de Puerto Real
Final: Rozas de Puerto Real
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,8 Km 
Desnivel [+]: 256 m 
Desnivel [--]: 256 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 42

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Hoy hemos sido 42 senderomagos los que nos hemos reunido frente al polideportivo de Las Rozas de Puerto Real.

Uno de ellos, el ya casi recuperado (después de bastantes meses) Marcos C. dispuesto a realizar su ducentésima excursión. O sea 200 dias compartiendo con nosotros sus preciosos dibujos.

Comenzamos pasando frente a una bonita fuente a la que han añadido muchos “bambies” con bombillitas por la próxima Navidad. De día está bonita y le hicimos muchas fotos; cómo luzca cuando brillen tantas bombillitas por la noche es duda para este cronista.

En este pueblo se ha invertido mucho dinero y la verdad es que tiene un magnífico aspecto. En varias de sus fuentes posaron los diversos grupos de senderomagos. Al fondo, mientras lo recorríamos, veíamos el Pico del Mirlo que nos trae diferentes recuerdos de las diferentes veces que lo hemos subido: unas veces con frío, lluvia, niebla,… otras con bonitas vistas e incluso con algún senderomago extraviado en sus laderas.

Terminado el recorrido por el pueblo ya vemos indicación hacia nuestro objetivo de hoy. Vamos a recorrer la Ruta de los Castaños.

Hemos venido un par de semanas tarde; casi todas sus hojas están en el suelo lo que da como resultado bonitos colores, bonito ambiente y una agradable alfombra que pisar. Además, hay que significar que el clima hoy es absolutamente perfecto para caminar.

Pasamos por el abrevadero de la fuente de El Chorrillo y continuamos hacia abajo buscando el pasadizo por el que tenemos que pasar bajo la carretera M-501. Está oscuro y resbaladizo pero lo atravesamos sin problemas. ¡Ah, las linternas de los móviles!

Al otro lado tenemos la entrada del Colegio y Seminario ROZAS (donde, por cierto, mi hijo hizo dos cursos de inglés de verano cuando era un niño). Lo dejamos a un lado y seguimos el tranquilo y agradable paseo notando el cambio de arbolado: ya no hay castaños; aquí predominan los robles.

Dejamos a un lado la presa del embalse de Los Morales. El recorrido nos lleva directos al embalse, pero, por suerte, se puede caminar por la orilla. Las aguas del embalse añaden con sus reflejos aún más belleza al paisaje. Mejor sitio imposible para tomar el tentempié de media mañana.

El tocón de un viejo roble incitó a las fotos y a Angel R, O. a encaramarse a él. A un lado y a otro teníamos bellas panorámicas. Era un lugar muy adecuado para pararnos, para reagruparnos y para hacer la pertinente foto de grupo.

Tras la foto terminamos de dar la vuelta completa al embalse de Los Morales. Allí encontramos un vértice geodésico (813 msnm), que no sé si es oficial pero que nos indica que ya empieza el camino de regreso.

Vemos que queda una subidita porque desde aquí se ve allá arriba el pueblo de Las Rozas de Puerto Real. Pues vamos a acometerla.

Antonio “el boss” señaló que los que quisieran ir más rápido le acompañaran para hacer una subida por un lugar diferente y que los que quisieran ir más tranquilos afrontaran la subida por el mismo sendero de la ida. Estos últimos, entre los que está este cronista, tomamos un desvío a la derecha para hacer frente a la cuesta. Comentando que cuando esta mañana la bajábamos por este mismo sitio íbamos más ligeros y cómodos.

Fuimos ocho los que nos tomamos la subida con más calma, hicimos de “estrellas fugaces” y paramos a comer en la Fuente del Chorrillo. Después de comer junto al abrevadero por el que pasamos por la mañana, Marcos C. el nuevo "estrella roja" encontró un árbol para que le hiciera una foto de recuerdo. Aunque lo cierto es que él y su primo Enrique iban pendientes de cualquier seta que apareciera. Pero la alfombra de hojas apenas dejaba ver alguna, así que Enrique se conformó con encontrar unas castañas que justificaran el nombre de la excursión, aunque ya sólo quedaban algunas muy pequeñitas.

Llegamos pronto a donde estaban los coches después de andar unos 10’500 km. en esta bonita y agradable excursión.

Cuando nos juntamos con los “rápidos” en el Bar Antonio a tomar las cervezas este cronista aprovechó para indagar y saber que habían tomado el camino del ferrocarril y subieron hasta Las Casaruelas, comieron por aquellas praderas, para luego entrar en el pueblo por su parte alta, por la Plaza de Toros y la Dehesa Boyal. En total hicieron 12’800 km.

Si alguno de ellos quiere contar más en detalle cómo fue esta parte del recorrido, abierto está el blog para recoger su anexo.

En resumen, una excursión muy bonita, muy divertida con muchas risas, muchas alternativas y, como siempre, muy buen rollo a la que califico con cuatro sicarias.
José María Pérez

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