miércoles, 21 de mayo de 2014

Excursión 189: Circo de las Cerradillas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Cotos
Final: 
Puerto de Cotos
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 8,8 Km 
Desnivel [+]: 457 m 
Desnivel [--]: 445 m

Tipo: Circular
Dificultad:
 Baja
Pozas y agua:

Ciclable: En parte
Valoración: 3,5
Participantes: 20

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta














































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
En esta ocasión Antonio sólo pudo acercarse a Cotos a tomar un café, hacer su apuesta en la porra del partido de la semana y despedirnos con pena al iniciar la marcha. Pero, para nuestra alegría, contábamos como guía con nuestro reconocido sherpa Juan, quien pensaba guiarnos hasta el alto de Guarramillas (hoy conocido como Bola del Mundo) para subir luego a Valdemartín y desde allí descender por el circo de Guarramillas (hoy Valdesquí) hasta Cotos.

Comenzamos la marcha por la senda del Noruego con la sensación de haber regresado al invierno, pues nevaba y había un viento racheado que obligaba a ir bien abrigado. El suelo estaba cubierto por la nieve caída durante la noche, que también se acumulaba en los árboles. Al llegar a un claro del pinar, el azote del viento se volvió más intenso y, mirando hacía las cimas, sólo se distinguía la negrura de una niebla espesa nada estimulante. Así que Juan, prudente, decidió cambiar de planes y llevarnos hasta el circo de Las Cerradillas, siguiendo la ladera en dirección este.

Hubo que atajar por el pinar hasta atravesar la carretera de Valdesquí y descender hasta las hermosas praderas por donde discurre el recién nacido arroyo de Guarramillas. Tomamos así la senda que se dirige hasta Rascafría para abandonarla en una bifurcación que a la derecha nos fue llevando hacia el arroyo de Las Cerradillas tras cruzar previamente otros 3, afluentes de aquel. Íbamos con cuidado para no caernos, pero la mayoría no pudimos evitar llenarnos de barro al acercarnos al arroyo de marras, pues las laderas eran escorrentías de agua.

Finalmente, tras ascender un poco más por un sendero apenas perceptible entre la nieve, alcanzamos la derruida majada de Las Cerradillas y allí, al abrigo del viento, sentados contra los restos de los muros que resisten, tomamos el tentempié, ya sin nevisca y observando cómo a lo lejos se iban despejando los cielos y ya podían verse Los Carpetanos en la distancia e incluso distinguirse perfectamente El Nevero y la cuerda hasta el puerto de Malagosto.

La vuelta hasta el arroyo fue más accidentada pues ya la nieve empezaba a derretirse y esto, unido a la fuerte pendiente y la hierba resbalosa, provocó que Enrique C. se diera una buena culada y José Luis R. reeditara su afición a remojarse en el agua de los arroyos.

De regreso a Cotos nos entretuvimos en un bonito mirador natural, abandonando un centenar de metros la senda a la derecha, desde el que se contemplaba todo el valle y el circo en que habíamos estado con la majada destacando en su blancura. Luego, tras despedir a unos cuantos que ya se volvieron, bajamos a la poza de Sócrates, donde lo más llamativo fue que Paco N. no se bañó. Desde allí subimos al refugio del Pingarrón, uno de los lugares donde se fraguó en su etapa escolar la afición montañera de Paco C. Recostados sobre la pared oriental del refugio y con la mirada recreándose en la hondura del valle, nos tomamos el bocata en buena camaradería.

Y ya tocaba volver a Cotos, que alcanzamos enseguida con cierto pesar, ya que apenas habíamos recorrido 9 Km. y el cuerpo pedía más. El consuelo lo encontramos en Venta Marcelino reconfortándonos con calditos, cervezas o cafés, según el gusto de cada cual, mientras José María dirigía la confección de la porra del partido de Copa de Europa entre el Madrid y el Atleti; se notaba la presencia mayoritaria de los merengues, pues poner 2 goles de diferencia a favor del Atleti parecía un anatema; nadie en cambió se escandalizó cuando Marcelo apostó por un 4-1 a favor del Madrid y es que se ve que muchos senderomagos disfrutan de una clarividencia natural.

Muchos de los participantes opinaban que la excursión no se merecía más de 3 sicarias al no haber sido la planificada y al haberse quedado corta, pero Madi otorga 3’5, pues es muy de valorar la compañía de Juan y la primicia de disfrutar de la nieve en un 21 de mayo.
Melchor

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