miércoles, 2 de diciembre de 2015

Excursión 268: Toledo subterráneo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Toledo
Final: Toledo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  11,8 Km
Desnivel [+]: 204 m
Desnivel [--]: 204 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí

Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 47

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta




TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
La génesis de esta crónica tuvo lugar en la excursión anterior al comprometerme con Melchor, para regocijo de éste, en que la crónica de la excursión de Toledo corría de mi parte.

Por una vez, al menos que yo conozca, se veía liberado de la obligación de tener que asignar esta tarea que provoca grandes ausencias a su alrededor hasta que se corre la voz dentro del grupo de que el hecho ya se ha consumado, circunstancia que no se produjo, como más tarde supimos, dentro del matrimonio de Isabel II con Francisco de Asís a pesar de la promiscuidad de la primera, debido a las inclinaciones homosexuales del segundo. 

Pero su gozo en un pozo, o quizás en un aljibe vaya usted a saber, porque  no coincidimos durante la primera parte del recorrido e imagino que su pensamiento estaría dirigido hacia mis antepasados pensando que se la había jugado no asistiendo a la excursión.


Poco antes de llegar al puente de San Martín se cruzaron nuestras miradas, por favor sin pensar en mariconadas que bastante tenemos con el tal Francisco, y por fin su sonrisa habitual afloró consecuencia de la relajación de saberse liberado de tener que buscar un sustituto.

La excursión estuvo liderada en esta ocasión por Julián, lo que nos permitió ver a un Antonio distendido y relajado por no tener que atender a sus labores habituales de pastoreo. También destacar dos asuntos relevantes de la misma: la primera participación de Beatriz, hija de Ricardo,  y que contamos, por gentileza la organización, con la presencia en jornada completa de Jesús, guía oficial en la ciudad de Toledo.

La concentración inicial, a la que asistieron 44 senderomagos, según datos aportados por el Observatorio Estadístico, tuvo lugar en la estación de ferrocarril, también llamado tren para los más jóvenes.

A la hora prevista dejamos la estación del ferrocarril de Toledo, que ya no es la primigenia de 1858 sino una catalogada de monumental, como no podía ser de otra manera en esta ciudad, en 1991. De estilo neomudéjar es obra del arquitecto Narciso Clavería y su construcción se llevó a cabo entre 1916 y 1917.


A los pocos metros de iniciada la marcha, y una vez cruzadas, a través de un pequeño túnel, las vías del tren, nos adentramos en la Senda Ecológica, que es como se conoce coloquialmente en Toledo una parte del Camino Natural del Tajo, que recorre más de 1000 kilómetros a la vera del río más largo de la Península Ibérica. Concretamente la senda forma parte de dos de las etapas del Camino Natural del Tajo, la 21 Villamejor – Toledo y la 22 Toledo – Albarreal de Tajo. Este Camino Natural ha sido homologado como sendero de gran recorrido (GR-113) por la Federación Española de Deportes de Montaña (FEDME).

La ruta discurrió en sus inicios a pocos metros del río lo que supone un magnífico mirador, como fuimos testigos, para observar la flora y la fauna de sus riberas. Pero en esta excursión, como ya éramos conscientes, no todo iba a ser naturaleza y pronto encontramos a nuestro paso, aislado y poco visible por un muro vegetal, el Palacio o Castillo de Galiana, que según nos contó Jesús el Guía, fue construido como finca de recreo por un tal El Mamón (en árabe Al-Mamun) y actualmente es el lugar donde muchos novios se hacen las fotografías en el día de su boda, dada la belleza arquitectónica del monumento restaurado. De lo que hacen por la noche no nos contó nada…pero lo podemos imaginar. 

No obstante, y creo que por amplia mayoría hubiéramos querido que esa parte la contara el otro Jesús, el Cordero, dados sus amplios conocimientos del proceloso mundo de la sexología. Todo esto antes de saber que el anterior Jesús, el Guía, como más tarde nos hizo saber, era también un experto en estas lides, eso sí, al menos desde un punto de vista histórico. En fin, para no herir orgullos ajenos lo mejor hubiese sido que lo hicieran a dúo, o sea, que hubiesen hecho un “Pimpinela”.

Paso a paso y haciendo camino al andar, como dijo el poeta, nos topamos con una construcción típica de la zona, el azud, palabra de origen árabe que significa barrera. Se trata de una presa de pequeño tamaño y de origen musulmán. En lo que respecta a su aprovechamiento, los azudes del Tajo se han utilizado secularmente como fuentes de energía hidráulica para mover molinos, batanes, etc. ubicados en las orillas, así como para la derivación de caudales destinados al riego.

Como se trataba de una excursión eminentemente cultural nos encaminamos al siguiente hito histórico, el Puente de Alcántara, declarado monumento nacional en 1921. De origen romano (siglo III), fue reconstruido, a finales del siglo X, por los árabes, quienes le dieron el nombre de Alcántara, que significa "puente o arco". En 1258 fue dañado por una riada, lo que llevó al rey Alfonso X "El Sabio" a erigir uno nuevo. A esta última construcción pertenece el torreón occidental, modificado posteriormente bajo reinado de los Reyes Católicos, cuyas armas decoran sus muros; el torreón oriental fue sustituido en 1721 por un arco barroco. 

Atravesamos el puente “redundante” por uno de sus ojos, el más pequeño,  y nuestra ruta se situó cerca de los contrafuertes sobre los que se asienta la ciudad, para llevarnos a cruzar el puente nuevo de Alcántara.

El paso por el asfalto fue fugaz ya que desde este punto la senda dobla a la izquierda accediendo a la ruta de Don Quijote, que constituye un espectacular paso colgante por los acantilados que existen entre el río y la ciudad.

Desde aquí se llega a la casa del Diamantista  y al paso de Barquero. Este fue el punto elegido para reponer nuestras fuerzas con el correspondiente refrigerio y en el que fuimos obsequiados con bombones por los nuevos integrantes del club de abuelos del GMSMA: María José y Fernando. Frente a la casa del Diamantista Jesús el Guía nos informó de la historia de la misma que tiene relación con José Navarro, su propietario. Nacido en San Sebastián fue sin duda uno de los mejores orfebres de España en el siglo XIX. Tanto fue así que a la edad de 42 años ya se encontraba felizmente retirado del oficio pues debía haber ganado suficiente dinero como para vivir de las rentas. Pero poco después de retirarse en 1850 un emisario real le propuso fabricar la corona de la Reina Isabel II, algo que nadie había hecho en España desde cuatro siglos atrás. 

Al hilo de la historia de las joyas Jesús nos hizo participes, como ya he anticipado, de sus conocimientos sobre las historias amatorias de la realeza, de hecho una de sus rutas guiadas está íntegramente dedicada a ellas. Así nos contó, y así lo cuento para que los no asistentes puedan quedar convenientemente informados, que Isabel II no tuvo una vida fácil, o sí según se mire, en los asuntos del amor. Su marido, Francisco de Asís, fue elegido por su madre, al parecer no con mucho tino, ya que al conocer su nombre, Isabel II se negó diciendo ¡No, con Paquita, no! Pero su madre María Cristina y una monja oscura, que estará presente en toda su vida, sor Patrocinio, le presionaron para que aceptara. 

Por motivos obvios, su noche de boda fue un fracaso, siendo conocido el comentario que hace Isabel II al diplomático León y Castillo “que voy a decir de un hombre que en la noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”. Y como no podía ser de otra manera se produjo el efecto “acción-reacción”, y así la vida de Isabel II se basó en una fiesta continua en la que participaron numerosos amantes hasta el punto de llegar a ser conocida como la reina ninfómana. Y yo me pregunto ¿Qué otra cosa puedes hacer si meten en tu cama un “palomo cojo”? Jesús nos prometió que a lo largo del día, cuando se dieran las condiciones propicias, nos aportaría información gráfica de la vida y milagros de la reina.

Y así, con esa desazón interior, nos dispusimos a continuar con la ruta para alcanzar el último punto de la misma ubicado en la Senda Ecológica, el Puente de San Martín, no sin antes pasar junto a la Torre de Hierro y los Baños de Tenería. Poco antes de llegar al puente se produjo un hecho significativo que por tanto he de mencionar en esta crónica: se unieron a la comitiva dos nuevos senderomagos, Rosa y Marcos H, para romper así nuestros esquemas y aflorar una nueva modalidad de marcha. Hasta ahora conocíamos lo de abandonar pronto la marcha, y  los que así obraban recibían el término, acuñado por Fernando S, de “estrellas fugaces”, pero en este caso los mencionados llegaron tarde y se fueron pronto, así que apelo a Fernando para que piense en un nuevo nombre por si tal circunstancia se repite en el futuro.

José María aprovechó el reagrupamiento de efectivos y procedió a realizar la foto de grupo, con, ya sí, 46 senderomagos, para dejar constancia de las “participaciones”, “medias participaciones”, y en este caso, “cuartos de participación”.

A partir de aquí se iniciaba la parte de la excursión que da nombre a la misma, la visita del Toledo Subterráneo, no sin antes hacer un alto en la iglesia de San Juan de los Reyes, que fue construida para albergar el panteón dinástico de los Reyes Católicos, dedicada a San Juan Evangelista, del que era devota la reina, aunque finalmente los reyes cambiaron de idea tras la conquista de Granada y su postrer morada quisieron que estuviera en la nueva catedral de aquella capital, cómo símbolo de su conquista.

En esta excursión he aprendido, que en ocasiones, éstas sirven para “cultivarnos” pero también para hacer caer ciertos mitos con los que hemos convivido toda nuestra vida, y me explico.


Llaman la atención las cadenas colgadas en los muros exteriores de la iglesia, que según me contaba mi abuelo Francisco cuando paseábamos por allí con ocasión de mis estancias veraniegas en la ciudad, servían para colgar a los herejes, algo realmente impactante para una mente infantil. Pues no, al parecer según nos contó Jesús el Guía, corresponden a los cautivos liberados en la larga campaña de Granada y se colgaron en 1494, como ex-voto y símbolo del triunfo de la fe cristiana, que será verdad, no digo yo que no, pero me quedo con la versión original que a estas edades ya no estamos para cambios.

Y ahora sí, nos adentramos en las profundidades de Toledo, empezando por las Cuevas de Hércules. El solar que alberga estas cuevas (callejón de San Gines, 3) presenta una rica historia arquitectónica, en cuanto ha sido ocupado por distintos edificios a lo largo de la historia En época romana se había construido aquí un depósito de agua para el abastecimiento de la ciudad, que formaba parte de la red hidráulica romana de Toletum. Posteriormente, ya en época visigoda, parece que sobre el depósito de agua se levantó un templo cristiano, después una mezquita y más tarde, probablemente en el siglo XII, un nuevo templo se construyó en el mismo lugar, dedicado a San Ginés, sede de la parroquia homónima. 

Dos leyendas nos contó Jesús antes de entrar en ella: una que hace referencia a que las cuevas serían oquedales naturales, a las que Hércules, fundador de la ciudad, habría dado una estructura arquitectónica para instalar allí sus palacios, donde se practicaban artes mágicas y nigromancia y que fue destino de la mesa del Rey Salomón, y otra que la relaciona con la desaparición del reino visigodo a manos de los árabes, pues habría sido el mismo Hércules quien, con sus dotes adivinatorias, dejó en un cofre cerrado la profecía de la destrucción del reino visigodo, dejando explicito que cada rey pusiera un candado más. Pero fue la curiosidad o codicia del rey Don Rodrigo quien abrió el cofre y puso en marcha la maldición de la profecía, perdiendo su reino en manos del Islam y quedando destruido el palacio por fuerzas sobrenaturales, del que sólo quedaron las cuevas.

Me da la impresión que la crónica está quedando un tanto “alargada”, quizás por motivo del espíritu de El Greco que sobrevuela, aún a día de hoy, la ciudad de Toledo, y que debí utilizar la plantilla de crónica para vagos aportada por José María. Así que dado que se va haciendo tarde y hay prisa por llegar a comer, decir que las siguientes cuevas visitadas fueron las de las Termas Romanas de la Plaza de Amador de los Ríos, pasando previamente por el Hospital del Nuncio (antiguo centro psiquiátrico) que no forma parte de los circuitos oficiales por ser en la actualidad el patio interior de unas viviendas.

Conocidas estas termas desde el año 1986, los vestigios arqueológicos que se conservan en este lugar y que también son visibles desde el suelo acristalado de una tienda de ropa situada en esta plaza, nos ilustran sobre la monumentalidad que debió tener la ciudad de Toledo en época romana, trazada y dotada siguiendo el modelo urbanístico imperante en el momento y emanado desde la capital del Imperio: la ciudad de Roma. Con el tiempo, el edificio debió arruinarse, siendo afectado y reutilizado por nuevas estructuras levantadas en épocas posteriores.

A continuación, Los Sótanos abovedados y el pozo de El Salvador. En estos sótanos, bajo la plaza del mismo nombre, se expone, en varios soportes informativos, un discurso que bajo la premisa de "Ciudad de Aljibes, Fuentes y Pozos" nos introduce en el mundo del patrimonio hidráulico y de los sótanos en Toledo. 

De allí nos fuimos a una casa particular dentro de la Judería toledana, La Cueva de Pepe, donde el propietario, de nombre Pepe of course, nos explicó sus denodados esfuerzos junto a los de su hermana por recuperar los vestigios, principalmente el aljibe, que hay en el interior de su vivienda. 

Finalmente nuestros pasos se encaminaron a la Casa del Judío. La leyenda dice que esta casa perteneció al judío Ishaq, quien prestó dinero a la reina Isabel la Católica a cambio de sus joyas para financiar el viaje en el que se produciría el descubrimiento de América. Un elemento de gran relevancia en este lugar es una pieza de madera utilizada como dintel de acceso al sótano, donde se puede observar un repertorio epigráfico que da la bienvenida a todos aquellos fieles y puros al interior de la casa.

Pues bien, al parecer en esta cueva se daban las condiciones propicias para el visionado de la información gráfica prometida por Jesús, y así nos mostró en su iPad alguna de las acuarelas de amplio contenido satírico y pornográfico que forman parte de la obra “Los Borbones en pelotas” firmada por los hermanos Bécquer bajo el pseudónimo de SEM y que se agrupan en unas 89 escenas.

Esta circunstancia podría haber motivado que dejáramos de ser puros y por ende de ser bienvenidos a la casa que nos acogía, pero para algo tiene que servir esto de ser senderomago, digo yo, y puros y fieles a nuestro apetito nos dirigimos al restaurante  “Legendario” para dar buena cuenta del menú que nos esperaba.

Aunque sólo sea por el lugar dónde se desarrolló la marcha, cuna de algunos de mis antepasados, así como por los recuerdos de mi niñez que me devolvió el pasear por sus calles, en esta ocasión acompañado por un nutrido grupo de amigos, otorgo a la excursión la calificación de 5 sicarias, y no digo más ná.
José Luis B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario