Inicio: El Escorial
Final: El Escorial
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 17,7 Km
Desnivel [+]: 566 m
Desnivel [--]: 571 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 35
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
La quedada era esta vez en las puertas
del campo de fútbol, que alguno al llegar pensó eran las tapias del cementerio.
Tras un vistazo al interior, quedó claro que en los camposantos no suele haber
porterías, así es que este debe ser el sitio. A las 10 todos puntuales, después
de dudar si saltarse o no las señales de tráfico que restringe el acceso a la
zona.
Saludos, abrazos, besos… y venga, que hay
mucho que hacer. El día parece que será ventoso, cosa que se confirmaría
dramáticamente en la cumbre de la Machota Baja. Cielos grises y amenazadores…
pero buen ánimo… como siempre.
Empezamos a andar y enseguida cruzamos la
carretera del puerto de la Cruz Verde y pasamos cerca de la ermita de la Virgen
de Gracia y de la silla de Felipe II, que visitaríamos a la vuelta.
Giramos a la izquierda tomando una ancha
pista que durante un buen rato discurre paralela a la vía férrea Collado
Villalba-Ávila, hasta dar con la Calzada Romana que unía hace unos dos mil años
Titulcia con Segovia: la Vía Antonina.
Se trata de la misma calzada que transitamos otras veces camino del Puerto de la Fuenfría en Cercedilla. Llaman la atención las muchas piedras miliares (los indicadores kilométricos de la época) que aún se mantienen en pie.
Se trata de la misma calzada que transitamos otras veces camino del Puerto de la Fuenfría en Cercedilla. Llaman la atención las muchas piedras miliares (los indicadores kilométricos de la época) que aún se mantienen en pie.
Seguimos caminando por entre fincas, al
parecer en explotación, hasta llegar a la estación de Zarzalejo, donde en torno
a una bonita fuente de piedra, llamada de los Pabellones, nos tomamos el tentempié de rigor. Aquí se
despide parte del grupo, que volverá sobre sus pasos por tener obligaciones
vespertinas en Madrid.
El resto seguimos atravesando una
urbanización, hasta encontrar el camino al Collado de Entrecabezas que se
presenta como una fuerte pendiente.
En el recorrido nos llama la atención un
castaño aislado, parece ser que los castaños del Collado de Las Machotas están
catalogados entre los árboles singulares de la Comunidad de Madrid.
Al cabo de una hora de dura subida llegamos
al anhelado collado, donde corre un fuerte viento.
A un lado la vista de Zarzalejo y al otro El Escorial con la imponente mole del Monasterio. También el Abantos, la Machota Alta y, a nuestra derecha, la Machota Baja, a la que nos disponemos a subir.
A un lado la vista de Zarzalejo y al otro El Escorial con la imponente mole del Monasterio. También el Abantos, la Machota Alta y, a nuestra derecha, la Machota Baja, a la que nos disponemos a subir.
Luchando contra el viento, que en más de
un momento parece arrastrarnos, coronamos la Machota Baja. Buena vista de toda
la sierra nublada y gris al noreste, el embalse de Valmayor al este, Madrid y
sus omnipresentes torres al sureste, una pista que quizás es la antigua calzada
de Toletum al sur y Gredos al oeste.
Comemos intentando protegernos del viento
entre las piedras y enseguida volvemos al collado para seguir descendiendo de
nuevo hacia El Escorial. Es un bonito camino entre robles, musgos y líquenes,
que parecen salidos de las ilustraciones de un libro de cuentos.
Vemos la silla de Felipe II desde donde
el rey prudente vigilaba las obras de su chalet. Pasamos junto a la ermita de
la Virgen de Gracia y casi sin darnos cuenta estamos de nuevo junto a los
coches.
Después la merecida cervecita en la
estación de El Escorial, nos despedimos hasta dentro de siete días.
Teniendo en cuenta en el haber el entorno y la compañía y en el debe el viento, podemos calificar esta excursión con 4 sicarias.
Teniendo en cuenta en el haber el entorno y la compañía y en el debe el viento, podemos calificar esta excursión con 4 sicarias.