Inicio: Torrecaballeros
Final: Sotosalbos
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 16,2 Km
Desnivel [+]: 329 m
Desnivel [--]: 316 m
Tipo: Solo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 32
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
Era ésta la segunda etapa del Camino de San Frutos, que habíamos iniciado hacia mes y medio en Segovia, recorriendo en aquella ocasión los primeros 14 Km de los cerca de 88 necesarios para llegar a la Ermita de San Frutos, y si bien el final de aquella etapa fue Espirdo, por motivos logísticos ésta la comenzamos en Torrecaballeros.
Tras dejar algunos coches en Sotosalbos, final de la ruta, los 32 participantes de esta excursión echamos a andar desde la puerta de entrada del Rancho de la Aldegüela, donde luego comeríamos. En fila india salimos en dirección norte por un camino que pronto giró al noroeste para luego seguir hacia el noreste hasta llegar a Basardilla. Recorrido del que apenas pudimos casi ni darnos cuenta, enfrascados en saludos de reencuentro y animadas conversaciones, aunque sí recuerdo las excelentes vistas, apenas interrumpidas por esporádicos árboles, de la alargada silueta de la Sierra de Guadarrma, adornada por la nieve en sus más altas cumbres.
Caminamos por la inacabable llanura segoviana entre secos prados que clamaban agua para florecer y alegrar las caras de las mustias vacas, que tendidas se las veía desganadas por no tener los pastos, que en esta época del año, se suponen deberían ser jugosos y coloridos.
Con la seguridad de que en las esquinas de las cercas siempre había una zona de paso, cruzamos varias fincas para enseguida divisar la Iglesia de San Bartolomé de Basardilla. Junto a unas rocas, a pocos metros de entrar en el pueblo, paramos a tomar el tentempié y hacernos la foto de grupo.
Reanudado el camino, entramos en el pueblo a sellar en el bar el Rincón de Belén las credenciales de peregrino que Angel V. nos había entregado a cada uno y de paso tomarnos unas cervezas acompañadas de una tortilla, que estaba buenísima -invitados por los Fernandos del grupo- y que presagiaba ser un sitio donde se comería bien, de lo que Antonio tomó buena nota para futuras excursiones.
Animados por el buen tiempo, mucho mejor del esperado, continuamos en dirección noreste entre más cercas y caminos hacia Santo Domingo de Pirón, con el aliciente que siempre supone vadear arroyos.
El primero que cruzamos, casi sin darnos cuenta, fue el arroyo Quemado, a continuación el río Pirón, donde cada cual mostró su estilo preferido: salto de piedra en piedra o directamente por el agua, a dos o cuatro patas. El arroyo de Sotosalbos fuemás fácil, lo cruzamos por el puente de la carretera, tras haber disfrutado de las florecillas blancas que flotaban en sus quietas aguas.
Por la carretera, enseguida entramos en Santo Domingo de Pirón, en cuyo ayuntamiento sellamos las credenciales tras contemplar curioso crucero de entrada y la iglesia de Santo Domingo de Silos, de estilo románico (S.XIII), declarada Bien de Interés Cultural en 1995.
El último tramo lo realizamos cruzando varias dehesas, con sus respectivas vallas, dos veces el arroyo de Sotosalbos y el Endrinal, llegando en agradable paseo a Sotosalbos, donde recorrimos sus calles y contemplamos su bella iglesia románica de San Miguel (S.XII), considerada una de las iglesias románicas más bellas de la provincia de Segovia. dando así por finalizada la ruta.
Sólo quedaba dar cuenta de los cochinillos y corderos que junto a otros apetitosos platos nos había preparado Casilda en el Rancho de la Aldegüela, que junto con el SPA que algunos disfrutamos, puso el broche de oro a esta apacible ruta, que bien se merece 3,5 sicarias.
Paco Nieto
Sólo quedaba dar cuenta de los cochinillos y corderos que junto a otros apetitosos platos nos había preparado Casilda en el Rancho de la Aldegüela, que junto con el SPA que algunos disfrutamos, puso el broche de oro a esta apacible ruta, que bien se merece 3,5 sicarias.
Paco Nieto
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