Inicio: Presa de Buendía
Final: Presa de Buendía
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 17,3 Km
Desnivel [+]: 644 m
Desnivel [--]: 644 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 27
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Tres excursiones por el precio de una. ¿hay quien de más? Así podríamos definir la excursión que hicimos a estos embalses.
La primera excursión fue atravesar Madrid a las 8:30 de la mañana, con Carlos de copiloto, analizando minuto a minuto cuál era la ruta mejor. Fue una carrera espectacular, digna de los mejores rally. El piloto (Javier) ya está en el libro Guinness por cruzar Madrid de Oeste a Este, en un tiempo récord. Los del Noroeste solo tardamos dos horas en llegar a la presa del embalse de Buendía (Cuenca). Allí nos reunimos los 27 senderomagos que estábamos dispuestos a disfrutar de una bonita excursión donde habría ocasión de darse un refrescante baño (dixit). Hoy no se admitían "estrellas fugaces".
La propuesta para hoy del "Boss" era pasear hasta la ermita de Nuestra Señora de los Desamparados, siguiendo el curso del río Guadiela, para después volver por las crestas de la Sierra de Enmedio, que separa los embalses de Buendía (río Guadiela) y Bolarque (río Tajo).
La segunda excursión del día fue un placentero paseo por el cañón del río Guadiela, hasta la mencionada ermita de los Desamparados. El camino sin ningún desnivel, la temperatura primaveral y las aguas verde esmeralda del río nos transmitió una sensación de bienestar y alegría que nos duró hasta la ermita.
Antes de llegar a la ermita, paramos en el Pontón, un puente de madera que une ambas orillas del río y al ex cronista oficial Melchor se le cayó el sombrero ¿quién lo cogerá? ¿Quién iba ser? Efectivamente, Paco N., quien raudo y veloz se puso el bañador y rescató de las gélidas aguas el sombrero antes de alejarse definitivamente de nosotros. Todo acabó con un abrazo entre ambos. No hubo nadie más que quisiera bañarse.
Después de esta hazaña, continuamos el camino hasta la bonita ermita de la Virgen valenciana, que según cuentan las crónicas se encuentra allí porque un soldado trajo la imagen desde Valencia, en el siglo XVI. El entorno es muy bonito y aprovechamos para tomar unas frutas, sobre todo el excelente membrillo que había hecho Paloma, y para hacernos la foto de grupo.
La tercera y autentica excursión, comenzó aquí. Para acceder a ella, como en el anuncio de Enrique Busián, hay que subir unas "cómodas" escaleras. En este caso por detrás de la ermita: había que "encrestar" la Sierra de Enmedio y encaminarnos hacia el Pantano de Bolarque, donde se juntan los ríos Guadiela y Tajo.
Una vez arriba divisamos la presa y los respiraderos del Trasvase Tajo-Segura. Paco D. nos estuvo explicando cómo se lleva a cabo la elevación del agua, para salvar el fuerte desnivel.
A lo lejos vimos la primera central nuclear que se instalo en España, la de Zorita de los Canes, que estuvo funcionando desde 1969 hasta 2006, y fue desmantelada definitivamente en el 2009.
Paramos para comer debajo de "el árbol" de la sierra, donde contemplamos las preciosas vistas de los embalses.
A partir de aquí, ya no había pista, ni sendero; solo rocas, matorrales, zarzas y árboles quemados en el suelo. Caminábamos por terreno salvaje. Los que llevamos pantalón corto, lo pasamos mal o muy mal, pero lo "más divertido" estaba por llegar. Comenzaron las subidas y las bajadas, siempre "cresteando", con un sol de cuidado, y naturalmente comenzaron los problemas. Rosa (saky) se clavó una rama en la pierna y comenzó a sangrar de forma aparatosa, menos mal que el equipo médico estaba próximo y rápidamente le curaron y vendaron, pero antes de acabar con esta herida, otra senderomaga tuvo un mareo, al que el equipo médico habitual rápidamente socorrió dándole glucosa que tuvo efecto inmediato. La afectada piensa que el sincope le dio al ver tanta sangre.
Ya veíamos el lugar donde dejamos los coches, pero para nuestra desesperación no se podía bajar en línea recta, así que continuamos descendiendo y subiendo cuestas, ya sin apenas agua en las cantimploras, ..., y comenzaron las "pájaras", por lo que el grupo se fue estirando cada vez más, pero finalmente llegamos al final todos sanos y salvos, y muy contentos de que no nos nevase, ni hubiese niebla en todo el recorrido.
Para celebrarlo qué mejor que dos o tres cervezas, que con mucho gusto invitaron los que cumplían años, la que estrenaba estrella y uno que era abuelo por primera vez.
Si las sicarias se dan en función de la belleza, la dureza y el compañerismo, estas tres excursiones deben tener la máxima puntuación, 5 sicarias cada una: total 15.
Marcos Herrero
La primera excursión fue atravesar Madrid a las 8:30 de la mañana, con Carlos de copiloto, analizando minuto a minuto cuál era la ruta mejor. Fue una carrera espectacular, digna de los mejores rally. El piloto (Javier) ya está en el libro Guinness por cruzar Madrid de Oeste a Este, en un tiempo récord. Los del Noroeste solo tardamos dos horas en llegar a la presa del embalse de Buendía (Cuenca). Allí nos reunimos los 27 senderomagos que estábamos dispuestos a disfrutar de una bonita excursión donde habría ocasión de darse un refrescante baño (dixit). Hoy no se admitían "estrellas fugaces".
La propuesta para hoy del "Boss" era pasear hasta la ermita de Nuestra Señora de los Desamparados, siguiendo el curso del río Guadiela, para después volver por las crestas de la Sierra de Enmedio, que separa los embalses de Buendía (río Guadiela) y Bolarque (río Tajo).
La segunda excursión del día fue un placentero paseo por el cañón del río Guadiela, hasta la mencionada ermita de los Desamparados. El camino sin ningún desnivel, la temperatura primaveral y las aguas verde esmeralda del río nos transmitió una sensación de bienestar y alegría que nos duró hasta la ermita.
Antes de llegar a la ermita, paramos en el Pontón, un puente de madera que une ambas orillas del río y al ex cronista oficial Melchor se le cayó el sombrero ¿quién lo cogerá? ¿Quién iba ser? Efectivamente, Paco N., quien raudo y veloz se puso el bañador y rescató de las gélidas aguas el sombrero antes de alejarse definitivamente de nosotros. Todo acabó con un abrazo entre ambos. No hubo nadie más que quisiera bañarse.
Después de esta hazaña, continuamos el camino hasta la bonita ermita de la Virgen valenciana, que según cuentan las crónicas se encuentra allí porque un soldado trajo la imagen desde Valencia, en el siglo XVI. El entorno es muy bonito y aprovechamos para tomar unas frutas, sobre todo el excelente membrillo que había hecho Paloma, y para hacernos la foto de grupo.
La tercera y autentica excursión, comenzó aquí. Para acceder a ella, como en el anuncio de Enrique Busián, hay que subir unas "cómodas" escaleras. En este caso por detrás de la ermita: había que "encrestar" la Sierra de Enmedio y encaminarnos hacia el Pantano de Bolarque, donde se juntan los ríos Guadiela y Tajo.
Una vez arriba divisamos la presa y los respiraderos del Trasvase Tajo-Segura. Paco D. nos estuvo explicando cómo se lleva a cabo la elevación del agua, para salvar el fuerte desnivel.
A lo lejos vimos la primera central nuclear que se instalo en España, la de Zorita de los Canes, que estuvo funcionando desde 1969 hasta 2006, y fue desmantelada definitivamente en el 2009.
Paramos para comer debajo de "el árbol" de la sierra, donde contemplamos las preciosas vistas de los embalses.
A partir de aquí, ya no había pista, ni sendero; solo rocas, matorrales, zarzas y árboles quemados en el suelo. Caminábamos por terreno salvaje. Los que llevamos pantalón corto, lo pasamos mal o muy mal, pero lo "más divertido" estaba por llegar. Comenzaron las subidas y las bajadas, siempre "cresteando", con un sol de cuidado, y naturalmente comenzaron los problemas. Rosa (saky) se clavó una rama en la pierna y comenzó a sangrar de forma aparatosa, menos mal que el equipo médico estaba próximo y rápidamente le curaron y vendaron, pero antes de acabar con esta herida, otra senderomaga tuvo un mareo, al que el equipo médico habitual rápidamente socorrió dándole glucosa que tuvo efecto inmediato. La afectada piensa que el sincope le dio al ver tanta sangre.
Ya veíamos el lugar donde dejamos los coches, pero para nuestra desesperación no se podía bajar en línea recta, así que continuamos descendiendo y subiendo cuestas, ya sin apenas agua en las cantimploras, ..., y comenzaron las "pájaras", por lo que el grupo se fue estirando cada vez más, pero finalmente llegamos al final todos sanos y salvos, y muy contentos de que no nos nevase, ni hubiese niebla en todo el recorrido.
Para celebrarlo qué mejor que dos o tres cervezas, que con mucho gusto invitaron los que cumplían años, la que estrenaba estrella y uno que era abuelo por primera vez.
Si las sicarias se dan en función de la belleza, la dureza y el compañerismo, estas tres excursiones deben tener la máxima puntuación, 5 sicarias cada una: total 15.
Marcos Herrero
FOTO REPORTAJES
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