Inicio: Aparcamiento de las Lagunillas
Final: Navafría
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 18,5 Km
Desnivel [+]: 329 m
Desnivel [--]: 903 m
Distancia: 18,5 Km
Desnivel [+]: 329 m
Desnivel [--]: 903 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
PozasAgua: Sí/Sí
Dificultad: Media
PozasAgua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 3
Participantes: 10
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
Valoración: 3
Participantes: 10
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
RESUMEN
Esta es otra de las rutas ideales para la época estival. Todo el recorrido transita por uno de los bosques de pino silvestre con mayor extensión de Europa y que nos proporcionó protección contra el intenso sol, propio de esta época del año. El objetivo era llegar desde el puerto de Navafría, que une Madrid con Segovia, hasta el pueblo con el mismo nombre, buscando las refrescantes aguas del arroyo del Chorro y del río Cega, cuyos nacimientos están próximos al Pico del Nevero (2.209 m).
Como esta ruta es lineal, quedamos en el pueblo de Navafría para dejar allí la mitad de los coches y con el resto subir al puerto donde comenzamos la excursión.
Iniciamos la ruta desde el aparcamiento de las Lagunillas, cercano al puerto de Navafría, donde hay una zona de picnic. Cogemos la sombreada senda que sale a nuestra derecha, en dirección norte, por donde llegamos enseguida al puerto.
Seguimos en dirección al refugio de Navafría, el primero de los que visitamos en esta ruta. El segundo lo encontramos al poco de seguir la pista, que en dirección noroeste discurre sombreada por los grandes pinos silvestres. Poco después llegamos al mirador-refugio de Navalcollado, con unas excelentes vistas del valle y donde nos detenemos para hacernos algunas fotos de grupo.
Continuamos y nos desviamos a la derecha para acercarnos a otro refugio, el de Navalcollado, precedido de una bonita pradera.
Continuamos y nos desviamos a la derecha para acercarnos a otro refugio, el de Navalcollado, precedido de una bonita pradera.
Desde allí iniciamos un fuerte descenso hasta el refugio de Regajohondo, al pie del arroyo del Chorro (afluente del Cega), al que seguimos en su bajada por una amplia pista, que poco después dejamos para continuar por la senda que sale a nuestra izquierda, junto a un pequeño embalse.
Por esta pista continuamos, cruzando los dos arroyos que hay por la loma del Cerro del Piemediano y entre ambos, visitar otro refugio más.
En una de las curvas dejamos la pista para descender por una senda que sale a la derecha señalizada como PR (creo que es el PR-M32), con marcas amarillas y blancas, en dirección al Chorro, al que se llega después de varias zetas.
Antes habíamos hecho una parada para reponer fuerzas en el mirador natural del Cerro de Castillejos, desde donde se contempla la parte alta del Chorro y todo el valle que forma el arroyo, que se precipita hacía la llanura segoviana.
La cascada del Chorro de Navafría tiene una trayectoria recta con una inclinación bastante constante, con una buena anchura y muy uniforme, por lo que su forma se asemeja mucho a la de un tobogán. La altura del chorro es de 20 metros y está a una altitud de 1.320 m.
Bajo ella hay una pequeña poza donde las aguas del arroyo descansan para después seguir descendiendo hasta llegar al río Cega.
Este es un lugar ideal para detenerse y darse un refrescante baño.
Tras contemplar la gran cascada, ascendimos por las escaleras de piedra que hay a la derecha de la chorrera, alcanzando a media altura de ella un mirador natural, y siguiendo el ascenso, con mucha pendiente y MUY PELIGROSO si estuvieran mojadas las rocas, por la lisa pared hasta alcanzar la cima del Chorro, en la que se encuentran unas bonitas chorreras y pozas en las que nos bañamos. Bueno… el que se bañó fue Paco, que no perdona ninguna, siendo la poza de arriba especial para él por los recuerdos que le traen de cuando se zambullía en ella en su juventud.
De allí, remontamos el arroyo del Chorro para alcanzar la amplia pista que habíamos dejado, que nos condujo al mirador de las Cebadillas, de bonitas vistas, y tras un par de curvas cerradas, dejamos la pista para continuar por un sendero que nos llevaría de nuevo al Chorro, donde finalmente nos bañamos y paramos a comer.
Tras el descanso, descendimos por la senda que baja paralela a la orilla izquierda del arroyo del Chorro, hasta alcanzar el parque recreativo llamado “El Chorro”, dotado de mesas, un restaurante y aparcamientos. Aquí paramos a tomar algo sentados en un banco de madera del bar, a la sombra de los pinos de la zona.
Continuamos atravesando la zona de mesas y parrillas que hay junto al río Cega hasta llegar a las piscinas naturales, donde de nuevo nos bañamos para continuar fresquitos hacia a Navafría. En esta zona han embalsado el río, marcándolo con piedras naturales y alisando el fondo para que sea más agradable el baño. Lo que lo rodea es una pradera de césped, no demasiado cuidada, pero lo suficiente para que se te haga agradable poner la toalla y tumbarte un rato.
Después del reparador baño, seguimos por la carretera que desde el Chorro va hacia el pueblo, dejándola al llegar a un puente que cruza el río Cega para después continuar por una senda que va pegada a una valla metálica. Ésta la dejamos para coger de nuevo otra senda que cruza de nuevo el río Cega por otro puente, continuando por una pista que pasa junto al Martinete, una antigua fábrica de calderos de cobre reconvertida en museo.
En un rato, llegamos al pueblo de Navafría, desviándonos a la izquierda para acercarnos a las Charcas.
Es ésta unas bonita piscina natural formada por el río Cega, donde nos bañamos nuevamente y algunos nos tomamos una cerveza bien fría en el quiosco que hay junto al agua, concluyendo así esta refrescante ruta, que califico con un 3.
Jorge Isidro Sánchez
FOTO REPORTAJES
Jorge Isidro Sánchez
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